La defensa de la madre tierra y el territorio en Chiapas se ha tejido en torno a la resistencia de cinco ejes centrales en el proceso de penetración del capital en el estado.
*Debido a la riqueza de los recursos en el estado, las empresas internacionales han puesto la mirada en el estado para extraerlas, al mismo tiempo, los gobiernos estatales facilitan su introducción, sin tomar en cuenta presencia de poblaciones cercanas y sus consecuencias
León Enrique Ávila Romero, profesor-investigador de la Universidad Intercultural de Chiapas (UNICH), dijo que la defensa de la madre tierra y el territorio en Chiapas se ha tejido en torno a la resistencia de cinco ejes centrales en el proceso de penetración del capital en el estado: megraproyectos de infraestructura, proyectos agrocomerciales y de reconversión productiva, minería, energéticos (petróleo, gas, agrocombustibles y energía eólica) y, despojo de tierras y bienes comunes en zonas urbanas.
Ávila Romero mencionó que, el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas, narró en su último informe que, en la situación del despojo, hay alrededor de cuarenta megaproyectos, la mayoría son mineros, hidroeléctricos, turismo y plantaciones.
Añadió que, dichos proyectos generan incertidumbre, acaparamiento de tierras, divisiones internas en las poblaciones, acaparamiento de tierras, desplazamientos internos y violaciones graves a los derechos humanos.
El profesor enfatizó que, una de las mayores experiencias que se ha dado es la campaña nacional en defensa de la tierra y el territorio, la integran 180 organizaciones, pueblos, comunidades y barrios de distintas regiones del país, de las cuales 97 están en resistencia contra algún proyecto de despojo y depredación.
Explicó que la campaña se dividió en nueve regiones: Península, Occidente, Norte, Guerrero, Chiapas, Ciudad de México, Zona Centro, Veracruz y Oaxaca, además en la convocatoria a la campaña planteaban que “el mensaje es simple: la vida y el territorio están en riesgo, tenemos que defenderlos hasta las últimas consecuencias”.
Puntualizó que, la tarea es combatir la desinformación de que no pasa nada con los pueblos y bienes naturales del país, ya que a nivel mundial es más reconocido por el narcotráfico y la violencia, mientras tanto al interior, los mexicanos están sufriendo el mayor despojo y retroceso de derechos.
Es por ello que, bajo el pretexto del narcotráfico, han sacado el ejército a las calles, violando el artículo 129 de la constitución sobre el acuartelamiento que deben tener las fuerzas castrenses, y la utilizan para imponer los proyectos de muerte en pueblos y comunidades.
Contradicen la obligación que tienen las fuerzas castrenses de proteger la soberanía nacional que reside esencial y originalmente de los pueblos, acentuó el investigador.
Por otro lado, Ávila Romero dijo que uno de los grandes problemas es que la madre tierra, la naturaleza y el agua se están ubicando en una lógica de mercancía donde ya no se ve una visión de armonía y agradecimiento, sino utilitaria y tiene que servir al ser humano y su provisión de materias primas.
Esto está llevando que grandes zonas rurales o naturales de los territorios del continente se convirtieran en nuevos espacios de valorización y búsqueda de ganancias por parte de los capitalistas.
Somos testigos así de un movimiento inusitado de capitales hacia los espacios campesinos e indígenas en la búsqueda de ganancias extraordinarias, enfatizó el profesor.
Mencionó que, entre las líneas de explotación del capitalismo de los espacios naturales se encuentra el impulso a la reconversión productiva de la producción campesina e indígena, en Chiapas se puede ver con la incorporación de nuevos cultivos.
Un ejemplo de ello es la palma de aceite, que al principio no eran tantas hectáreas y ahora ya van más de 50 mil que rodean la Reserva de la Biosfera La Encrucijada, donde se tienen los manglares más altos de toda Mesoamérica, así como Montes Azules y Palenque.
El investigador afirmó que, en el Siglo XXI continua con mayor fuerza el proceso de subsunción de los territorios a las dinámicas del capital, es decir, los territorios se convierten en cuestiones estratégicas para el capital, entonces lo que buscan es subordinar esos territorios a la lógica capitalista.
Señaló que estos conflictos socioambientales se deben a la expansión del capital, por ejemplo, la minería requería grandes inversiones, ahora es con menor medida, sin embargo, con el desarrollo de la minería a cielo abierto pueden arrasar y cambiar el paisaje de amplias regiones.
Esto genera disputas territoriales, tarde o temprano la mercantilización de las formas culturales, historias y creatividad intelectual supone la apropiación y explotación de la cultura y la creatividad populares. La corporativización y privatización de activos previamente públicos como pueden ser las universidades, por no mencionar la ola de privatización del agua y otros servicios públicos, dijo el profesor.