Zapatistas entregan relación de 29 heridos por el ataque de perredistas
Observadores civiles aseguran que hay nuevos desplazados entre los seguidores del EZLN
Oventic, Chis. 11 de abril. La junta de buen gobierno (JBG) Corazón céntrico de los zapatistas delante del mundo entregó hoy a La Jornada una relación de 29 personas que resultaron heridas durante el ataque que sufrió ayer la marcha de 4 mil simpatizantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional a las comunidades rebeldes de Zinacantán. Es “provisional”, aclararon los representantes autónomos de los Altos.
Tres de los lesionados se encuentran muy graves, dos con lesiones en el cráneo y otro con el tórax perforado, de acuerdo con el personal paramédico de la clínica de Oventic. Uno más tiene una bala alojada en la columna vertebral.
Por otro lado, esta noche retornó una caravana de observadores civiles que acudió por la tarde a verificar la situación de las familias zapatistas de Jech’vó, Elambó Alto y Elambó Bajo. Si bien sus miembros anunciaron que será hasta mañana lunes que den a conocer el reporte de su visita, en conferencia de prensa adelantaron una primera conclusión, luego de visitar dichas localidades y dialogar allí con autoridades de la Secretaría de Pueblos Indios del estado: hay nuevos desplazados zapatistas. Tal sería un “hecho consumado”.
Los familiares de los indígenas zapatistas internados en el hospital regional de San Cristóbal refirieron que éstos reciben atención deficiente, y sobre todo, son molestados constantemente por agentes judiciales que los interrogan, les practican pruebas de balística (todas negativas) y los custodian armados. Los tratan como culpables. En la madrugada, este enviado pudo ver a un agente con su arma de alto calibre a la espalda, dentro del servicio de urgencias, en actitud hostil contra los heridos, y teniendo al personal hospitalario completamente a sus órdenes.
En Oventic, sin hacer mención a ningún fallecimiento, la JBG de los Altos difundió la lista que se transcribe a continuación:
Los heridos más graves son Arnulfo López Gómez (herida cortante en la cabeza, golpes múltiples), Lorenzo Pérez Díaz (hemoneumotórax por herida de bala) y José Manuel Gómez Espinosa (heridas por machete y piedras en cabeza y rostro). El resto, distribuido en el hospital regional de San Cristóbal de las Casas y la clínica de Oventic, es como sigue:
Modesto Hernández Jiménez, 23 años, golpes multiples en cabeza y ojo por piedras. Isidro Ruiz Díaz, 22 años, heridas por bala en tórax. Guadalupe Díaz Hernández, 38 años, heridas por escopeta en espalda, piernas y manos. Francisco Javier Cruz Díaz, 33 años, herida de bala en tetilla izquierda en sedal. Juan Díaz Díaz, 26 años, golpes múltiples por blocks y piedras.
Maximiliano Bautista Díaz, 32 años, golpes múltiples por piedras y fractura en antebrazo izquierdo. Miguel Núñez Ruiz, 27 años, golpes en la espalda por piedras. Hilario Cruz, 36 años, golpe en brazo izquierdo. Edmundo Díaz Gómez, 27 años, golpe por piedra en la frente. José Pérez Pérez, 36 años, herida de bala en tobillo izquierdo. Victorio Ruiz Jiménez, 26 años, herida de bala en pierna. Daniel Ruiz Cura, 28 años, herida de bala en muslo izquierdo con fractura de fémur.
Abelardo Gutiérrez Arias, 36 años, herida de bala en pierna derecha. Rulfo Gutiérrez Díaz, herida de bala en pierna. Hermenegildo Hernández Núñez, 22 años, herida en sedal por bala en mejilla izquierda. Lorenzo Méndez Ruiz, 30 años, herida por piedra en la frente. Mario Sánchez Hernández, 39 años, herida de bala en sedal en miembro inferior izquierdo. Carmelo Gónzález Sánchez, 30 años, herida de bala en oreja izquierda.
Pascuala Santiz Pérez, 39 años, herida de bala en muslo. Felipa Hernández Pérez, 21 años, lesiones por golpe y bala. Manuel Ruiz Gómez, 32 años, herida en cabeza por piedra. José Antonio Ruiz Gómez, 17 años, lesiones por golpe y proyectil, herida de bala en hombro izquierdo. Ernesto Díaz Díaz, 23 años, heridas por piedra en la cabeza. Rufino Hernández López, lesiones por golpe y proyectil. Lorenzo Pérez Gómez, 21 años, herida en brazo derecho.
La Jornada también documentó que un número indeterminado de lesionados zapatistas retornó esta mañana a sus comunidades, junto con sus compañeros, que pernoctaron anoche en el caracol Resistencia y rebeldía por la humanidad.
Testigo habla de la agresión perredista a simpatizantes del EZLN en Zinacantán
San Cristobal de las Casas, Chis., 11 de abril. Oyó las comunicaciones radiales de los perredistas de Pasté, les vio armas, los oyó hablar de sus cuernos de chivo y de sus dotaciones de balas. Los escuchó comunicarse radialmente con otros tres receptores, uno de ellos en Nachig. Prepararon el ataque, y luego celebraron su “victoria”. Por encontrarse en Pasté ayer, en un momento inconveniente, lo apalearon con brutalidad.
Vivió para contarlo, y en consecuencia su vida corre peligro. Pide hablar con La Jornada, pero solicita guardar su nombre en un endeble anonimato, pues ya rindió anoche una declaración, obligado por el Ministerio Público, a pesar de encontrarse desangrado y casi inconsciente. Desde una cama de hospital, con el rostro desfigurado y aún sanguinolento, quiere desmentir cuatro afirmaciones que quedaron asentadas en su declaración, pues lo “hicieron decirlas” o se las atribuyeron, aprovechando su estado.
Pero sobre todo, quiere dar testimonio de lo que pasó. “Yo hago cantos y rezos”, explica, y dice que radica en San Cristóbal. “Me llamaron de una casa de Pasté para un rezo de inauguración. Estaba pasando la marcha de los simpatizantes zapatistas. Allí me fueron a agarrar los del PRD. Alcancé a ver que los perredistas provocaban. ‘Miren, aquí está el zapatista huyendo’, dijeron cuando quise correr. Me agarraron a garrotazos en la cabeza y me desmayé. Luego me jalaron de las piernas y me arrastraron hacia la agencia municipal. En el camino me desperté y vi mucha gente en la calle con garrotes, y nerviosa.”
Eran aproximadamente las 16 horas. Entonces daba comienzo el bloqueo contra la marcha zapatista, entre Pasté y Jech’vó. “Vieron que despertaba y me dieron un garrotazo en la cabeza, luego en las piernas, luego otro en la cabeza y perdí el conocimiento.”
Lo siguiente que recuerda es que estaba en la agencia municipal de Pasté, que también era la estación de radio. “Alcancé a escuchar que ya ganó el PRD, ya hizo un esfuerzo grande. Que los simpatizantes del EZLN están heridos, que tienen cinco muertos”, agrega. (Hasta ahora, no se ha confirmado ningún deceso.)
“Alcancé a ver tres armas 22. Uno dijo que tenía 30 cartuchos y otro que 60, y que su arma era de 16 tiros. Vi otras armas que desconozco, cortitas. Dijeron que se les terminaron las balas, y que los zapatistas siguen caminando despacio por el camino. Hablaron de que reconocieron carros de Joigelito y Granadina (dos comunidades de Zinacantán) transportando zapatistas. Que los van a quemar cuando los agarren.
“Otro que alcancé a escuchar es que tenían listas sus armas de cuerno de chivo, pero que las habían dejado en Nachig. ‘Si estuvieran aquí, destrozábamos a los zapatistas’, dijo uno. Estuvieron hablando por la estación de radio, en tzotzil, que de por sí es mi idioma.”
El hombre, que espera ser conducido fuera del hospital de religiosas donde se encuentra para que le practiquen radiografías del cráneo, es custodiado por una patrulla de la Agencia Estatal de Investigaciones, y ya recibió la visita del subprocurador de Justicia Indígena.
El no es zapatista; trabaja con el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas (el cual se encarga ahora de cuidarlo). Pero dice: “son pacíficos los del EZLN porque no van golpeando, son los otros que golpean y tiran piedras”.
Oyó que preguntaban a los de Nachig por radio: “¿ya están listos?”, y de allá contestaron: “ya no se puede, ya pasaron sus primeros carros (de los zapatistas), ya fueron a avisar”. Entonces los de Pasté preguntaron: “¿y por qué no lo hicieron?”, y Nachig contestó: “si los matamos ahora nos arrestan, porque unos ya salieron y se va a saber”.
El declarante dice: “los de Pasté están encabronados que ya no se pudo asesinar a los simpatizantes zapatistas”. Refiere que mientras estuvo allí, sus captores también dialogaron con otros dos receptores que no ubicó dónde se localizaban. “A lo mejor uno en una patrulla de policía”, conjetura.
“Hicieron su plan los de Pasté. ‘Al rato vamos a ir hacer plancha las casas y las personas de Jech’vó’. Estuve allí sangrando, dejé mi sangre en el piso. Llegaron los de una ambulancia del ERUM y me vinieron a recoger. Si no llegan, me dormía y moría. Los de Pasté no me dejaban ir. Que me querían interrogar.”
Y reconoce: “ERUM me protegió. Dijeron que si me quieren interrogar que vayan al hospital donde me iban a llevar. Me subieron a la ambulancia, y ya no abrieron. Si abren, los otros me hubieran sacado y no estuviera yo aquí”.
Finalmente llega a los puntos que quiere desmentir de su declaración ministerial. “Anoche, con los golpes que tenía, pusieron en el escrito cosas que no dije. Pusieron que los zapatistas tenían machetes para atacar. Fue falso, los que pegaron con machete fueron los perredistas. También pusieron que dije que los simpatizantes del EZLN voltearon un carro del presidente municipal; eso no lo sé. También pusieron que dije que los zapatistas destruyeron dos patrullas.”
Lo interrumpe el reportero: “sí lo hicieron, al quitarlas del bloqueo en el camino”. Y replica: “pero yo no lo dije”. La otra cosa “que dicen que dije es que los atacantes son del PRI de Zinacantán. No pude decir esa falsedad”.
Lo último que supo en Pasté el declarante es que los perredistas ya habían destruido los tanques de agua de Jech’vó “y tiraron toda el agua que llevaron los zapatistas”.