Quienes firmamos esta carta somos activistas progresistas que hemos sido parte de los movimientos europeos de solidaridad que apoyaron la revolución sandinista a partir de la década de los años 70. La mayoría vivimos y trabajamos en Nicaragua, o visitamos como integrantes de delegaciones de solidaridad internacional y brigadas de trabajo entre 1979 y 1990.
Creíamos entonces, y seguimos creyendo ahora, que las violaciones de los derechos humanos cometidas por gobiernos autoritarios, como el régimen Ortega- Murillo, deben ser condenadas y quienes cometen crímenes contra la humanidad deben enfrentar la justicia.
Fuimos a Nicaragua para apoyar los heroicos y nobles esfuerzos del pueblo nicaragüense que, tras haber derrocado a la dictadura de Somoza, estaba reconstruyendo su país para convertirlo en un país de justicia, igualdad y democracia. Presenciamos de primera mano las acciones ilegales e inmorales del gobierno de Estados Unidos y su patrocinio de abusos contra los derechos humanos que causaron la muerte de miles de nicaragüenses y sufrimientos incalculables a miles más. Presionamos a nuestros propios gobiernos, iglesias, sindicatos y agencias de ayuda a que apoyaran el derecho del pueblo nicaragüense a la autodeterminación.
En la última década y media, nos ha decepcionado cada vez más ver cómo Daniel Ortega y Rosario Murillo han consolidado una dinastía familiar autocrática empeñada en mantenerse en el poder por encima de todo. Nos ha horrorizado el ataque contra organizaciones de mujeres, periodistas independientes, defensoras/es de los derechos humanos y ambientalistas, y comunidades indígenas que se opusieron a la construcción del canal propuesto. Al tomar control de todos los poderes del Estado, hemos visto cómo el régimen ha politizado totalmente las instituciones públicas y ha socavado el estado de derecho.
En 2018, vimos las masivas protestas sociales autoconvocadas que estallaron. Vimos a cientos de miles de nicaragüenses tomar las calles en una manifestación masiva de autodeterminación, de nicaragüenses que pensaban con autonomía y que desempeñaron acciones en su propio nombre.
Nos sorprendió y horrorizó la respuesta mortal del régimen Ortega-Murillo a esas protestas, la represión política cada vez mayor a la sociedad civil, y la violación de los derechos humanos y constitucionales básicos del pueblo nicaragüense.
Y ahora, durante estas últimas semanas, sentimos indignación por las últimas maniobras por callar toda disidencia. Sentimos indignación por el impedimento a los partidos políticos, de todo el espectro, de participar en las elecciones programadas para noviembre de 2021, por el arresto y la detención de cinco posibles candidatos prominentes de la oposición, aun cuando no estamos de acuerdo con sus posiciones políticas. Sentimos indignación por el arresto y la detención de activistas, de líderes y lideresas de la sociedad civil y de la oposición, incluidas las personas revolucionarias históricas Dora María Téllez, Hugo Torres y Víctor Hugo Tinoco, y por la extensión del hábeas corpus de 48 horas a 90 días.
El gobierno Ortega-Murillo no representa de ninguna manera los valores, principios y objetivos de la revolución sandinista que alguna vez admiramos, y traiciona la memoria de decenas de miles de nicaragüenses que murieron por una Nicaragua democrática donde su pueblo elige libre y justamente quién debe gobernarles.
Por estas razones, y como activistas anti intervencionistas, de solidaridad progresista, y de firme compromiso con el principio de los derechos humanos, políticos, cívicos y culturales para todas las personas, sin importar quiénes sean, hacemos un llamado al régimen Ortega-Murillo para:
- Liberar a los más de 130 presos y presas políticos que se encuentran actualmente detenidos, incluidos los pre-candidatos, miembros de la oposición y líderes históricos de la revolución sandinista;
- Poner fin al constante acoso, represión policial y parapolicial de líderes y activistas de la oposición, periodistas independientes, defensoras/es de los derechos humanos y líderes religiosos;
- Rescindir y anular la draconiana ley de seguridad nacional en virtud de la cual estas personas fueron arrestadas, y otras leyes represivas recientemente aprobadas; y
- Negociar reformas electorales que garanticen elecciones libres y justas que permitan a los pre-candidatos actualmente detenidos postularse, y que sean observadas.
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Para poner su firma vaya a https://docs.google.com/forms/d/1lTCtutmvd3CaBQgU7QQWeGEqYYwonxFbvGPfhXGUXro/viewform?edit_requested=true
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La carta en Inglés y las 500 firmas https://drive.google.com/file/d/1DrRhYnutT9huit3mwI-727F7IHq1xPmO/view