En el suelo del territorio se levanta un mundo nuevo: las mingas de la construcción de la Escuelita Comunitaria Elena Quinteros, en la ocupación Villa Resistencia (Santa María, Rio Grande del Sur).
En el suelo del territorio se levanta un mundo nuevo: las mingas de la construcción de la Escuelita Comunitaria Elena Quinteros, en la ocupación Villa Resistencia (Santa María, Rio Grande del Sur)*
La ocupación Villa Resistencia es una ocupación urbana de lucha por vivienda y vida digna, ubicada en la periferia de Santa María (Rio Grande del Sur) que completará cinco años el 20 de octubre. La villa es compuesta por 48 familias que construyen, fortalecen y defienden, desde abajo y colectivamente, su territorio. Este modo de vivir da mucha potencia, crea vida comunitaria, memoria, afecto, pertenencia y buen vivir.
Villa Resistencia parte de la idea que, para las comunidades en el espacio urbano, la periferia es el centro: un centro existencial, territorio ancestral de lucha y resistencia. Es un centro de conocimiento, de saberes, vivencias y prácticas, en el cual, a través de la Red de los Pueblos, buscamos tejer esa alianza repleta de intercambios, prácticas y saberes ancestrales/tradicionales, que inspiran y potencializan nuestras formas de vivir, existir y resistir.
Es hombro a hombro, con apoyo mutuo, autonomía y solidaridad de los de abajo que, además de la garantía y defensa de un techo para vivir, en estos años las y los habitantes han luchado para consolidar en el territorio el acceso a la salud, la educación, cultura, ocio y trabajo. Mientras que el Estado colonial y racista avanza en su política de muerte, los de abajo crean, con su trabajo y sudor, alternativas autónomas para el acceso a la dignidad que históricamente, no solo ha sido negada, sino también robada a nuestros pueblos.
En este instante, se está construyendo la nueva estructura de la Escuelita Comunitaria Elena Quinteros, por medio de mingas que involucran a toda la comunidad, inclusive a las niñas y niños que, en el futuro, irán a aprender y enseñar sobre su tierra. Las mingas ocurren todos los domingos en la Ocupación Villa Resistencia, con el involucramiento de todas y todos; cada uno contribuye como puede, haciendo lo que está a su alcance. Se hace almuerzo colectivo para alimentar a las familias que trabajan colectivamente. Las mingas, así como todo trabajo colectivo y con objetivos comunes, también son espacios de enseñanza y aprendizaje, intercambio de saberes, además de fortalecer los lazos entre las personas, y también entre ellas y su territorio.
La nueva escuelita contará con un espacio multiuso para las clases (de refuerzo, alfabetización de adultos y encuentros orientados a una educación popular, antirracista y multicultural), reuniones, formación, talleres, muestra de películas, cocina comunitaria y biblioteca popular. La idea de la escuelita Elena Quinteros, cuyo nombre hace referencia a la memoria de la militante anarquista y educadora uruguaya, asesinada por la dictadura en ese país, surgió a partir de la constatación que la escuela vinculada al Estado no es capaz de trabajar conocimientos importantes. Entre esos conocimientos se encuentran, principalmente, las cuestiones de ancestralidad, valorización del territorio, de la memoria, esa religación con nuestros orígenes, algo que es ignorado en la currícula del modelo escolar hegemónico.
El objetivo es crear la escuela a partir de otras formas de pensar y vivir la educación y el aprendizaje, una escuela que fortalezca el territorio, la identidad y la pertenencia vinculadas a él, dando una perspectiva de vida digna y colectiva para las niñas y los niños. Cuando la escuela vinculada al Estado marginaliza los saberes de nuestro pueblo, está contribuyendo a la marginalización de todos nuestros niños y niñas.
*Caminar rumbo a la soberanía pedagógica, propiciando espacios pedagógicos centrados en los saberes y conocimientos tradicionales de nuestras comunidades, y principalmente de los jóvenes y niños, es vital para la continuidad de las nuevas generaciones en los territorios. Evidentemente, los contenidos curriculares de la tradición de pensamiento moderno tienen importancia para la formación de la juventud y su adecuación para la vida y la lucha en este mundo.
Sin embargo, es necesario ir más allá de una matriz pedagógica que no eduque para el mercado, para la competencia individual y el desenraizamiento. Necesitamos una educación integral, que enseñe el valor vital de la tierra, del territorio, de las aguas, de las plantas, etc.; que no desterritorialice los deseos de las niñas y niños sino, por lo contrario, enraíce sus afectos y pensamientos en la importancia de la lucha que los mayores les legaron. Es la lucha por vida digna, que sólo es posible si está fundamentada en un territorio común y comunitario, y que sólo puede ser conquistada colectivamente.
¡Viva la Villa Resistencia! Viva la Red de los Pueblos! Viva la articulación y solidaridad de los pueblos del campo, de la ciudad y de la selva!
*El nombre de nuestra escuelita es en memoria y referencia a la educadora uruguaya y anarquista Elena Quinteros, asesinada por la dictadura uruguaya en 1976. Elena fue perseguida por defender la educación popular, autónoma, la solidaridad, la independencia y el apoyo mutuo, y eso representa nuestra comunidad Vila Resistencia y el significado de nuestra escuelita.
*Artista visual, habitante de Villa Resistencia, militante de la Resistencia Popular Comunitaria y del Colectivo de Mujeres Negras Dandaras