“Tal vez porque está oscura la noche, en estos tiempos aciagos es que los Mayores y Mayoras nos han dicho que hay que Volver al Origen, al corazón de la humanidad, al corazón de la Madre Tierra, valorar y recuperar la sabiduría de los ancestros. Es tiempo de ejercer la autonomía con decisión para asumir nuestra responsabilidad histórica, ética y política en la protección de la vida, la dignidad y la libertad. Es tiempo de reconocer, verdaderamente, la diversidad humana y la biodiversidad de nuestro planeta, de afianzar la autonomía y autodeterminación de los Pueblos y Naciones , de avanzar hacia la protección de los sitios sagrados, centro de nuestro ser indígena y, de asumir en la vida de las comunidades formas diferenciadas al actual modelo de desarrollo que valoren e incorporen las experiencias de ordenamiento y relacionamiento respetuoso y equilibrado con el territorio para garantizar su preservación para todas las generaciones. Es tiempo de construir un nuevo país.”
- Manifiesto Político, 19 de noviembre 2019
- Pacto para Volver al Origen
- Ley de Gobierno Propio de la ONIC
Bakatá 9 de agosto de 2021.
Como un código rojo para la humanidad calificó el Secretario General de las Naciones Unidas António Guterres, el reciente informe Cambio Climático[1]: la bases científicas presentado el día de hoy 9 de agosto por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático – IPCC - el cual fue creado en 1988 con el fin de facilitar evaluaciones integrales del estado de los conocimientos científicos, técnicos y socioeconómicos sobre el cambio climático, sus causas, posibles repercusiones y estrategias de respuesta. De acuerdo al IPCC las emisiones de gases de efecto invernadero de las actividades humanas son responsables de un calentamiento del planeta en un 1,1° grados centígrados desde el periodo 1850-1900 hasta la actualidad y predice que se espera que la temperatura global alcance o supere los 1,5 °C o más de calentamiento en los próximos 20 años, cuyas consecuencias sobre el planeta serán catastróficas ocasionando daños irreversibles por cientos de años.
No es difícil imaginar los impactos físicos del aumento de la temperatura en los mares y los ríos, de la contaminación del aire en las ciudades, en la generación de nuevas plagas y pandemias, la fertilidad de la tierra y con ella la pérdida de cultivos y la profundización del hambre y la miseria.
Esto afectará la vida de todas las especies y dejará de tener sentido lo humano mismo, porque no podremos cumplir la tarea común que es cuidar de este planeta y mantener el equilibrio entre todo lo que fundamenta la vida misma. Si bien es cierto, el desequilibrio actual nos impacta a todas y todos, no lo hace de la misma manera y la responsabilidad en las causas que profundizan el cambio climático y la degradación ambiental tampoco se distribuyen en el mismo grado entre todos los que habitamos el planeta.
Para el caso de los pueblos y naciones indígenas, así como para muchos otros pueblos étnicos, los campesinos, las mujeres, los niños y los jóvenes de los sectores menos favorecidos, los impactos ambientales son enormes, la pérdida de soberanía alimentaria, unida a la guerra y a la crisis de salud generada por la pandemia afectan el derecho a la vida hasta poner en riesgo de exterminio físico, cultural y espiritual a pueblos y etnias enteras. Los efectos del cambio climático repercuten en el debilitamiento de los procesos de soberanía alimentaria que se están adelantando en las comunidades indígenas del país, sumándose al hambre, la guerra y las pandemias que ya se anuncian.
Por ello es necesaria una respuesta efectiva para aliviar la Madre Tierra, esas respuestas y acciones las entendemos como parte del mandato del X Congreso, realizado entre el 26 y 30 de junio de este año en el que se ratifica la Ley de Gobierno propio, Pacto para Volver al Origen.
Desde los pueblos indígenas y naciones indígenas trabajamos incansablemente para mantener el equilibrio con la naturaleza asumiendo enormes retos generados por el cambio climático y los factores de contaminación asociados a él, en la autonomía alimentaria, por ejemplo, priorizamos la utilización de variedades locales tolerantes a la sequía, la cosecha de agua, los policultivos, agroforestería, desyerbe oportuno, recolección de plantas silvestres; junto con la agricultura familiar y campesina producimos el 69% de los alimentos que consumimos las y los colombianos y en nuestros territorios se encuentran el 89% de los bosques y selvas nativas.
Estas prácticas obligan a la sociedad y a los gobiernos del mundo a reevaluar su postura frente a la tecnología indígena y tradicional como fuente imprescindible de información para generar capacidad adaptativa al cambio climático. En el mundo hay millones de pequeños agricultores indígenas o campesinos que practican tipos de agricultura capaces de proporcionar a los agroecosistemas habilidades de resiliencia notable[1] ante los continuos cambios ambientales, además de contribuir sustancialmente con la seguridad alimentaria a nivel local, regional y nacional. Hoy afirmamos que estamos siendo asesinados, confinados, amenazados, hostigados y desplazados por defender nuestros territorios y luchar a favor de la pervivencia asociada a otros modos diferentes del actual modelo de desarrollo. Según el informe del Observatorio de Derechos Humanos de la ONIC, entre el 1 de enero y el 30 de junio de este año se registran 4.395 víctimas por diferentes tipos de acciones, siendo los pueblos del Occidente del país los más afectados y en el caso de los departamentos en los que viven pueblos binacionales, la cifra de afectaciones alcanza a 44.72 víctimas.
Hoy 9 de agosto de 2021 y ante este fatídico panorama, la Organización Nacional Indígena de Colombia ONIC - Autoridad Nacional de Gobierno Indígena en representación de los 115 Pueblos y Naciones indígenas de Colombia ratificamos que somos memoria viva y que, continuaremos luchando desde nuestros territorios por la vida y la paz, defendiendo la naturaleza y el derecho de todas y todos los colombianos al Buen Vivir, haciendo un llamado urgente a los pueblos del mundo, a la sociedad en general y a los gobiernos que los representan, para ahondar en los esfuerzos y cambiar el rumbo de la crisis climática, para ello estaremos en la Primera Línea de defensa de las aguas y los bosques de la mano de nuestra Guardia Indígena y las autoridades en el ejercicio del gobierno propio.
- #VolverAlOrigenEs
- #ONICFuerzaEnLosTerritorios
- ORGANIZACIÓN NACIONAL INDIGENA DE COLOMBIA - ONIC
- AUTORIDAD NACIONAL DE GOBIERNO INDÍGENA