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Quebec: Desempleados y sintechos protestan ingresando y alborotando en hotel lujoso

23.04.04

Más de un millar de manifestantes enfurecidos se introdujeron en el lujoso hotel St. James de Montreal ayer, causando alborotos e interrumpiendo la hora del té de los ricos ociosos. La protesta era parte de un día de acciones en toda la provincia por el primer aniversario de las elecciones que llevaron al gobierno de Quebec a Jean Charest, del partido liberal[Liberal Party].

Desde que subió al poder, el Primer Ministro Charest a iniciado una remodelación del estado, una re-estructuración mercantilista del gobierno provincial, en un intento de socavar los diversos programas social-demócratas que continúan activos en Quebec, tomando la forma de leyes anti-sindicales, rocortes en los subsidios en asistencia infantil, planes para reducir el número de personas que reciben asistencia social y otros ataques a los trabajadores. Uno de los manifestantes de ayer declaró: !Cómo si no tuviéramos ya bastantes problemas para llegar a fin de mes debido a los salarios bajos, trabajo precario, asistencia social insuficiente y alquileres altos, este gobierno se ha asigando la misión de hacerlos aún más pobres.

El gobierno de Charest se ha buscado muchos enemigos y ayer Montreal vio una manifestación fuerte de los sindicatos (10.000 personas), así como protestas organizadas por grupos en defensa de la vivienda y en contra de la pobreza y la North-Eastern Federation of Anarcho-CommunistsFederación Nororiental de Anarco-Comunistas.

Alrededor de las 4 de la tarde la gente empezó a llegar a la manifestación coorganizada por el Comité des Sans Emploi (Comité de los parados) y el CLAC-Logement(Convergencia Anticapitalista, Comité de la Vivienda). Después de unos apasionados discursos, los manifestantes marcharon por la concurrida calle Ste. Catehrine y directamente a un centro comercial del centro, cantando “¡Se acabó la paz social!” y “¡Qué paguen los ricos!”. Los clientes de las carísimas boutiques se quedaron sorprendidos entre un millar de enfurecidos jóvenes de clase obrera. La manifestación atravesó el centro comercial y la estación de tren para salir unos bloques más tarde. La multitud, que había ido creciendo, dejó atrás el consulado americano y fueron a parar al hotel St. James - posiblemente el hotel más caro de Montreal, donde una habitación puede costar hasta 5000 dólares canadienses.

Los manifestantes atravesaron la puerta y empujaron al frenético encargado dentro del exclusivo comedor de la primera planta. Hombres de negocios con trajes caros quedaron impactados cuando anarquistas vestidos de negro y enmascarados se subieron a las mesas de roble e intentaron - sin coseguirlo- quitar los manteles sin tirar los platos y vasos. Los manifestantes tocaron el gran piano y se llevaron cubiertos de plata y ceniceros en los bolsillos. Otros se sentaron junto a los clientes del hotel y les ayudaron a acabarse el vino y los hors-d’oeuvres.”Abajo el capitalismo” pintaron en una de las paredes. Varios guardas de seguridad intentaron coger a un manifestante, pero fueron contenidos rápidamente por otros manifestantes. Otro de los guardias de seguridad dijo a uno de los organizadores: “No os preocupéis, no voy a deteneros. A mi me pagan 10 dólares la hora. Estoy de vuestro lado.”

Después de unos minutos de caos, los manifestantes salieron del hotel a través de la conectada y ultrachic galería comercial del World Trade Center, colgándose de unos pequeños árboles de interior mientras se iban. Los manifestantes salieron del World Trade Center y de los alrededores del hotel y se unieron a la manifestación de los sindicatos.

Como los hooligans proletarios, los punks callejeros, los estudiantes, los anarquistas rojos y verdes, los maoistas y los extraños trabajadores comunistas se disolvieron en entre la multitud de la manifestación sindical, la policía, completamente superada, se tuvo que limitar a encender las sirenas de sus coches y mirar desde la acera. No hubo ningún arresto.

Habrá que ver si la militancia de las acciones de ayer cuajará y ganará adeptos o se perderá en electoralismo. Pero el potencial para un movimiento de gente pobre comprometido y luchador contra el gobierno de Charest está ahí. La mejor expresión del espíritu de ese día estava en un cartel que se podía ver a lo largo toda la ruta de la manifestación -dentro de centros comerciales, señales de tráfico, pancartas, SUVs y coches de policía. Mostraba la cara de Jean Charest junto a la frase “OSTIE DE CROSSEUR!” - que se traduce burdamente por “¡JODIDO INÚTIL!”.


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