Por el lado de las mujeres ya han habido marchas. El Partido Solidaridad ha llamado a resistir. Han habido manifestaciones y represión en diferentes ciudades. La provincia de Panjshir se ha erigido como bastión de la resistencia dirigidos por el hijo del mítico “León de Panjshir”. Tropas del ejército afgano se dirigen a esa provincia a unirse a la resistencia.
Occidente sólo reconoce a los árabes terroristas o esclavos, sin considerar que esos pueblos están aprendiendo a organizarse por abajo contrarios al imperio yanqui, a los rusos, a los israelitas, a los chinos, a los ayatolas de Irán y al expansionismo turco.
KABUL, 19 ago (Reuters) -Varias personas murieron el jueves en la ciudad afgana de Asadabad cuando combatientes talibanes dispararon contra personas que ondeaban la bandera nacional en una manifestación por el Día de la Independencia, según un testigo, un día después de que tres personas murieran en una protesta similar.
Las protestas de las personas que ondean la bandera afgana, en algunos casos después de arrancar las banderas blancas de los talibanes, según los medios de comunicación, son los primeros signos de oposición popular a los talibanes desde su impresionante avance por el país y la toma de la capital, Kabul, el domingo.
No estaba claro si las víctimas en Asadabad se debían a los disparos o a la estampida que éstos provocaron, dijo el testigo Mohammed Salim desde la ciudad oriental, capital de la provincia de Kunar.
“Cientos de personas salieron a la calle”, dijo Salim. “Al principio tuve miedo y no quise ir, pero cuando vi que uno de mis vecinos se unía saqué la bandera que tengo en casa”.
“Varias personas murieron y resultaron heridas en la estampida y por los disparos de los talibanes”.
Un portavoz talibán no estaba disponible de inmediato para hacer comentarios.
También se produjeron protestas, pero sin informes de violencia grave, en la ciudad oriental de Jalalabad y en un distrito de la provincia de Paktia, según informaron los medios de comunicación.
Afganistán celebra el 19 de agosto su independencia del control británico.
El miércoles, combatientes talibanes dispararon contra manifestantes que ondeaban la bandera nacional negra, roja y verde en Jalalabad, matando a tres personas, según informaron testigos y medios de comunicación.
Los medios de comunicación informaron de escenas similares en Asadabad y en otra ciudad del este, Khost, el miércoles, con manifestantes que arrancaron en algunos lugares la bandera blanca islámica de los talibanes.
El primer vicepresidente, Amrullah Saleh, que está tratando de reunir a la oposición a los talibanes, expresó su apoyo a las protestas.
“Saludo a los que llevan la bandera nacional y defienden así la dignidad de la nación”, dijo en Twitter.
Saleh dijo el martes que se encontraba en Afganistán y que era el “legítimo presidente interino” después de que el presidente Ashraf Ghani huyera cuando los talibanes tomaron Kabul.
CALMA EN EL AEROPUERTO
Mientras el transporte aéreo de ciudadanos occidentales y afganos que trabajaban para Gobiernos extranjeros intentaba aumentar, el presidente Joe Biden dijo que las fuerzas estadounidenses permanecerían hasta que la evacuación de los estadounidenses terminara, incluso si eso significaba quedarse más allá de la fecha límite del 31 de agosto para la retirada completa de Estados Unidos.
Los testigos dijeron que el aeropuerto de Kabul estaba en calma a primera hora del jueves.
Doce personas han muerto en el aeropuerto y sus alrededores desde entonces, según un representante de la OTAN y otro de los talibanes. Las muertes fueron causadas por disparos o por estampidas, dijo el responsable talibán.
Instó a las personas que no tienen derecho legal a viajar a que vuelvan a casa. “No queremos hacer daño a nadie en el aeropuerto”, dijo el representante talibán, que declinó identificarse.
En total, al menos 8.000 personas han sido evacuadas desde el domingo, dijo una fuente de seguridad occidental en Kabul.
Un día antes, miembros armados de los talibanes impidieron el acceso al recinto aeroportuario.
“Es un completo desastre. Los talibanes estaban disparando al aire, empujando a la gente, golpeándola con AK47″, dijo una persona que intentaba pasar el miércoles.
Un oficial talibán dijo que los comandantes y soldados habían disparado al aire para dispersar a la multitud fuera del aeropuerto de Kabul, pero dijo a Reuters: “No tenemos intención de herir a nadie”.
La Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA, por sus siglas en inglés) dijo que las compañías aéreas nacionales y los pilotos civiles sólo podrán volar a Kabul para realizar vuelos de evacuación o de socorro con la aprobación previa del Departamento de Defensa de Estados Unidos.
“EL CAOS ES INEVITABLE”
Ante el aluvión de críticas por la retirada de Estados Unidos, Biden dijo que el caos era inevitable. Preguntado en una entrevista con ABC News si la salida de las tropas estadounidenses podría haberse gestionado mejor, Biden dijo: “No. (…) La idea de que, de alguna manera, hay una forma de haber salido sin que se produzca el caos, no sé cómo sería posible”.
Un nuevo Gobierno que sustituya al del presidente Ashraf Ghani, que está exiliado en los Emiratos Árabes Unidos, podría adoptar la forma de un consejo de Gobierno, con el líder supremo de los talibanes, Haibatullah Akhundzada, al mando general, según un alto miembro del grupo.
Afganistán no sería una democracia. “Se trata de la sharía y ya está”, dijo a Reuters Waheedullah Hashimi, un alto cargo talibán.
Ghani, que ha sido criticado amargamente por sus ex ministros por abandonar Afganistán cuando las fuerzas talibanes irrumpieron en Kabul el domingo, dijo que había seguido el consejo de los oficiales del Gobierno. Desmintió las informaciones de que se había llevado grandes sumas de dinero.
“Si me hubiera quedado, estaría presenciando el derramamiento de sangre en Kabul”, dijo Ghani en un vídeo difundido en Facebook.
(Reporte de las redacciones de Kabul y Washington; Escrito por Lincoln Feast; Edición de Simon Cameron-Moore, traducido por José Muñoz).
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Nuevo escenario en el país asiático
La provincia de Panjshir, situada al norte de Kabul, se ha convertido, una vez más, en el principal foco de resistencia a los talibanes en Afganistán. Lo ha confirmado el embajador afgano en Tayikistán, Zahir Aghbar. “Solo Panjshir resiste liderada por el vicepresidente Amrullah Saleh. Panjshir se mantendrá fuerte contra todo aquel que quiera esclavizar a la gente”, ha dicho Aghbar en una entrevista con la agencia Reuters.
El propio Saleh, que se ha autoproclamado presidente interino del país tras la huida del depuesto Ashraf Ghani, ha hecho una llamada a la resistencia desde su refugio en la provincia de Panjshir. Asimismo, ha aplaudido las protestas que tienen lugar en algunos puntos del país, en las que los manifestantes se han opuesto al reemplazo de la bandera tricolor afgana por la insignia insurgente. Estas protestas ocurridas, por ejemplo, en Jalalabad, capital de la provincia oriental de Nangarhar, o en Asadabad, han sido reprimidas por los talibanes con un balance de varios muertos y heridos. “Expreso mi respeto, apoyo y aprecio por el valiente y patriótico movimiento del honorable pueblo de mi país en diferentes lugares para izar la bandera nacional contra el grupo de representantes talibanes”, ha afirmado Saleh.
“Algunas personas murieron honorablemente”, ha añadido, animando a levantar la bandera nacional y defender la dignidad de la nación, cuando precisamente este jueves se celebra el Día de la Independencia, recordando la expulsión del Imperio Británico del país.
El político y exguerrillero de 48 años se presenta como el “presidente interino de la República Islámica de Afganistán”, atendiendo, según explica, al precepto constitucional que le faculta a asumir la jefatura de Estado en ausencia del presidente electo. “De acuerdo con la disposición explícita de la Constitución de la República Islámica de Afganistán, en caso de ausencia, fuga o muerte del presidente, el vicepresidente primero será el presidente en funciones”, ha explicado. “Soy el legítimo presidente”, ha insistido, antes de modificar en las redes sociales su cargo a “presidente interino”.
Con Ghani en el exilio tras su huida a Emiratos Árabes Unidos, las fuerzas internacionales retirándose del país y los talibanes preparándose para formar Gobierno, Saleh es la figura de más rango dentro de un sistema que se ha hundido tras veinte años de guerra.
Natural de Panjshir y de la etnia tayika, formó parte del frente de varios señores de la guerra conocido como la “Alianza del Norte”, que se enfrentó a los insurgentes durante el régimen talibán entre 1996 y 2001. Fue compañero del carismático guerrillero Ahmad Shah Massoud, alias ‘el León de Panjshir, que gracias a sus dotes de estratega y a la fortaleza natural que supone el valle, logró evitar la caída de la provincia bajo control talibán, como antes había hecho durante la invasión soviética.
Precisamente el hijo del ‘León de Panjshir’, el joven Ahmad Massoud, parece haberse convertido ahora en una de las piezas clave para liderar esa resistencia en compañía de Saleh. Algunas fuentes le sitúan en el valle acompañado por sus fieles.
El posicionamiento de Saleh ha sido claro desde la huida el domingo de Ghani y la demoledora victoria de los talibanes, reafirmando que mantendrá su lucha contra los insurgentes, al tiempo que culpó al vecino Pakistán del apoyo prestado a esta formación. Ahora, con los talibanes preparándose para asumir la Administración afgana, el vicepresidente aseguró que “nunca, nunca y bajo ninguna circunstancia” se inclinará ante los talibanes. “Nunca traicionaré el alma y el legado de mi héroe Ahmad Shah Massoud, el comandante, la leyenda y el guía (…) Nunca estaré bajo el mismo techo con los talibanes. NUNCA”, ha sentenciado.
La provincia de Panjshir ya fue bastión de la resistencia a los talibanes en los años 80 y 90 y un punto clave para que la OTAN y EEUU derrotaran a los islamistas en 2001. No está claro en estos momentos el poder real de esa resistencia. Lo que sí es cierto es que los talibanes no controlan esta provincia.
También se apunta, aunque no hay confirmación oficial, que algún remanente de las fuerzas de élite del Ejército afgano, entrenadas por EEUU, se refugió en esta provincia tras la caída de Kabul a manos de los talibanes el pasado domingo. Esta resistencia podría complicar los intento de los talibanes de imponer un gobierno de unidad en el complejo mapa de etnias y regiones.
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