18 ago, CI.- Desde hace un mes, las comunidades campesinas del Catatumbo alto, medio y bajo han llevado a cabo las Asambleas Territoriales Populares en el marco de la Mesa Regional por la Reivindicación del Catatumbo, un mecanismo para construir un pliego de exigencias de la región que pueda ser presentado al gobierno departamental y nacional.  

El Comité Unidad del Catatumbo, en el que confluyen organizaciones sociales y Juntas de Acción Comunal -JAC- de diferentes municipios, ha coordinado el avance periódico de las Asambleas territoriales y populares. Hasta el momento se han realizado tres en los municipios de Teorama y El Tarra.

De acuerdo con Javier Navarro, uno de los voceros del Comité de Unidad del Catatumbo, “la metodología de los espacios asamblearios responde a las exigencias del pueblo. No es el Comité de Unidad los que imponemos, sino que son las mismas comunidades las que exigen qué quieren, qué necesitan y hacia dónde vamos”.

Las Asambleas iniciaron el 20 de julio en el corregimiento de La Gabarra, luego durante los días 28 y 29 de julio se desarrolló el segundo de estos espacios en el corregimiento de San Pablo, municipio de Teorama. La tercera Asamblea se realizó del 5 al 7 de agosto en el municipio de El Tarra, lugar en el que se llevará a cabo el último espacio asambleario desde el 18 hasta el 20 de este mes, con el cual se busca consolidar el pliego de exigencias general del Catatumbo.

Durante estos espacios se realizan seis mesas de trabajo que abordan las realidades y necesidades de la región, desde la convivencia ciudadana y los Planes de Ordenamiento Territorial, hasta el cumplimiento de los derechos económicos. Además, se incluyen expresiones artísticas como el muralismo y el teatro.

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“Las principales luchas de los campesinos en este momento son: desmilitarización, no más falsos positivos, salud y educación digna que merecemos”, aseguró Rocío Mantilla, integrante de la Guardia Campesina.

Además, una de las exigencias de la segunda Asamblea, fue la inclusión del eje feminista como un eje transversal en todas las mesas de trabajo y en el pliego general.

“La guardia campesina juega un papel muy importante, sobre todo el de nosotras las mujeres, porque es una forma de mostrar las capacidades de las mujeres y de ser la seguridad del campesinado. Por eso en esta segunda Asamblea empezamos a exigir el eje feminista, porque es fundamental para que nos reconozcan a las mujeres campesinas como sujetos políticos”, agregó Mantilla.

Es necesario recalcar que estas Asambleas son el resultado de dos meses de resistencia campesina en diferentes puntos humanitarios de Tibú, Sardinata y El Zulia, en los que las campesinas y campesinos fueron víctimas del hostigamiento militar y estigmatización, fueron heridos por armas de fuego y retenidos durante doce horas en complicidad con la Alcaldía y la Gobernación..

“A raíz de todo ese proceso se abre el espacio para poder desarrollar las Asambleas y establecer criterios y acuerdos mínimos para dialogar con el gobierno y poder exigir el cumplimiento de acuerdos que ya han incumplido”, señaló uno de los campesinos integrante de Festival del Río, una de las organizaciones que confluyen en el Comité de Unidad.

Así, las comunidades de la región hacen el llamado a la sociedad nortesantandereana, medios de comunicación, comunidades barriales, colectivos e independientes, para que acompañen estos procesos que adelantan en su territorio.