Murat Karayilan, miembro del Consejo Ejecutivo del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), afirmó el ejército turco está completamente empantanado en el Kurdistán del Sur (Bashur / norte de Irak), donde la insurgencia tiene sus bases.
“Durante tres meses y medio, el enemigo no ha logrado avanzar contra nosotros, a pesar de la alta tecnología y los métodos de guerra sucia –aseguró Karayilan en una entrevista realizada el pasado 13 de agosto-. No se trata de una situación ordinaria. A pesar de toda una serie de medios proporcionados por la OTAN al Estado turco, el ejército turco se encuentra en un punto muerto en las regiones que ha invadido con el objetivo de la ocupación. Está efectivamente derrotado”.
El comandante del PKK explicó que la situación actual del Estado turco en las regiones de Avaşîn, Metîna y Zap “es más devastadora que cuando fue derrotado en Garê. La derrota allí fue concedida abierta y rápidamente. Hasta ahora, no han querido admitir el desastre en las otras zonas. Pero (el Estado turco) no tendrá más remedio que admitir la derrota. Porque la guerrilla tiene éxito en todas las zonas. El enemigo no puede conseguir resultados”.
Karayilan recordó que el gobierno de Ankara había asegurado que en apenas diez días iba a acabar con la guerrilla y que “algunos éxitos menores” del ejército turco llevaron a celebraciones precipitadas o prematuras. “No es una cosa fácil hacer la guerra contra nosotros –destacó Karayilan-. Es una voluntad a la que se enfrenta el ejército turco. Es la voluntad de la fuerza abnegada del pueblo kurdo. El ejército no puede invadir cualquier lugar y ocupar las zonas que quiera. No tiene sentido confiar en su tecnología de guerra cuando se enfrenta a la guerrilla de la liberación de Kurdistán y a la fuerte voluntad del pueblo kurdo”.
El comandante kurdo consideró la actual resistencia guerrillera como una “victoria” y “un logro de todos los pueblos de Kurdistán”. “Esta lucha no es sólo de los kurdos, muchas naciones participan de ella –agregó-. Por lo tanto, nuestra resistencia es también una lucha internacionalista. Por ello, el éxito no es sólo para el pueblo kurdo, sino para todos los oprimidos, explotados y perseguidos que quieren la paz y la libertad. Nuestra victoria es el ejemplo más impresionante de que la voluntad y el poder del ser humano pueden ser más eficaces que la tecnología sofisticada”.
Karayilan explicó que después de que el Estado turco volviera a escalar la guerra contra los kurdos, en 2015, Ankara, en parte debido al apoyo de la OTAN, esperaba lograr un gran éxito contra la guerrilla por medio de una sofisticada tecnología de guerra. “Armados hasta los dientes, llevan seis años atacándonos sin éxito –manifestó-. Su fracaso, a pesar de todos los medios de los que disponen, les ha llevado a volver a los métodos sucios de los años 1990. Entonces las personas ‘desaparecían’, hoy son asesinadas en público”.
“El asesinato de Deniz Poyraz o la masacre de Konya son ejemplos recientes –resaltó el integrante del PKK-. Los autores no son gente corriente, sino que han sido entrenados explícitamente por el fascismo. El Estado turco está ahora en el punto de hacer frente a sus problemas a través de tales masacres. El objetivo es crear un clima de miedo y amenaza constantes entre la población. Recientemente, se han producido casos de linchamiento y ataques anti-kurdos no sólo en Izmir y Konya, sino también en muchos otros lugares. Estos ataques forman parte de una ola chovinista generada por Erdogan y Bahçeli”.
Karayilan indicó que el hecho de que se señale al PKK “como responsable de los incendios forestales en el oeste de Turquía, se suma a esta cadena de ataques en curso. Ni como movimiento ni como pueblo somos en absoluto cómplices de las devastadoras tormentas de fuego. En cuanto a los incendios en Kurdistán, sabemos que el Estado turco es el pirómano. Conoce su culpabilidad en lo que respecta a nuestros bosques destruidos, y por eso nos acusa”.
El comandante del PKK analizó que el ejército de Turquía lleva años ocultando sus pérdidas en la lucha contra la insurgencia, y oculta su fracaso ante la opinión pública. “Por el contrario, nuestras pérdidas son retocadas en masa y las acciones exitosas de nuestras fuerzas son silenciadas por los medios de comunicación”, destacó, refiriéndose a una serie de ataques guerrilleros que terminaron con muchas bajas para el ejército turco.
“Por ejemplo, el sabotaje a un puesto militar en Gever el 27 de julio, en el que murieron seis soldados. O la acción del 30 de julio en el cuartel militar de Amutka, en Hozat, Dersim. También en Hozat, soldados de una unidad encubierta fueron atacados en el recinto del puesto avanzado de Çakmaklı, el 5 de agosto. Todas estas acciones provocaron un importante número de muertos y heridos en las filas del ejército turco, que tuvieron que ser evacuados de las zonas de combate en helicóptero. Pero estas muertes no alcanzaron la atención de los medios de comunicación. La acción del 7 de agosto en Çatak, Van, con diez soldados muertos, tampoco fue recogida por los medios de comunicación turcos”, aseveró.
Karayilan también se refirió al ministro turco del Interior, Süleyman Soylu, quien “durante cuatro años ha estado afirmando que el PKK ha sido borrado del mapa en el norte (de Kurdistán). Así que es natural que los duros golpes de la guerrilla en el Kurdistán del Norte se oculten por completo. Si el gobierno admitiera sus pérdidas, las voces de la población se alzarían inevitablemente. La gente exigiría responsabilidades y querría saber cómo han podido producirse las pérdidas si el PKK hubiera sido destruido, como se afirma. Hace años que se dice que sólo quedan 200 personas en nuestras filas. Cuando los jóvenes que quieren unirse a la guerrilla son un poco diletantes y, por descuido, son capturados por el servicio secreto antes de que lleguen a nuestras filas, se afirma que el Estado ha logrado detener las conexiones con el PKK. En resumen, lo que quiero decir es que ellos (el Estado) están moldeando todo según sus propias ideas y deseos. Como llevan las riendas de los medios de comunicación, sólo se difunde lo que ellos aprueban”.
“¿Existe alguna base o argumento concreto para afirmar que el PKK es la causa de los ataques de ocupación de Turquía en el sur del Kurdistán? –se preguntó Karayilan-. ¿Hay alguna prueba que lo respalde? Aparte de los pronunciamientos del Estado turco, no hay ni un solo argumento para una invasión. Por el contrario, hay una multitud de argumentos que demuestran lo contrario de las afirmaciones del Estado turco. Por ejemplo, ¿cuál es el concepto que hay detrás de unir al AKP, el MHP y Ergenekon con el Vatan Partisi (Partido de la Patria) en la misma mesa? Si observamos la naturaleza de esta alianza, queda claro que no se trata sólo del PKK, sino de los logros de todo el pueblo kurdo. Lo más peligroso para ellos es el pueblo kurdo que exige libertad y estatus. Erdogan lo dijo claramente con la frase: ‘En el caso del norte de Irak, nos callamos en su momento, ahora ellos (los kurdos) tienen un estatus allí. En el norte de Siria, no cometeremos el mismo error’. Esto no es nuevo. Después de todo, Erdogan lo dice a menudo”.
Karayilan además comentó una declaración reciente de Soylu, quien afirmó que tenía “la esperanza de poder caminar pronto hacia Siria o Irak” desde territorio turco. Según el comandante del PKK, no se trata de un comentario marginal o de una declaración hecha sin querer: “Parece que quiere mantener este tema en la agenda. Porque inmediatamente después de esta declaración, Soylu repitió sus palabras en el Afrin ocupado. Además, está la discusión en curso del gobierno sobre el Tratado de Lausana y la propagación de revelaciones o experiencias de soberanía bajo el derecho internacional para 2023 (100 años después del acuerdo que estableció las fronteras nacionales de Turquía y llevó a la división del Kurdistán en cuatro parte)”.
“El hecho de que las fuerzas nacionalistas y chovinistas, en particular, hayan persistido en su interpretación de que el Tratado de Lausana expira después de 100 años, es también una indicación de que se quiere extender la ocupación turca a todo Kurdistán –advirtió-. El hecho de que Turquía siga manteniendo la base militar de Bashiqa, al noreste de Mosul, levantada en 2015 sin autorización de Bagdad, debe evaluarse también en el mismo contexto. Ankara no oculta su especial interés por la ciudad de más de un millón de habitantes, que formó parte del Imperio Otomano hasta la fundación de Irak, en 1920”.
Karayilan alertó que “el PKK ha sido identificado como el mayor obstáculo frente a estos planes. Con el argumento de combatirnos, el Estado turco está ocupando sucesivamente territorio extranjero. Pero si no existiéramos, sería fácil para el Estado turco construir otra justificación para su neo-otomanismo. En el caso de Chipre, después de todo, se fabricaron pretextos para la invasión de la isla, que no podían ser legitimados por el derecho internacional. Se dijo que los turcochipriotas estaban siendo perjudicados. El mismo argumento podría aplicarse a los turcomanos de Kirkuk. Poco antes de la invasión, dirían que la población turcomana de Kirkuk está siendo oprimida. Pero de momento, para el Estado turco, el PKK sigue siendo la mejor legitimación para su política de guerra expansionista”.
Según Karayilan, desde el PKK “en ningún momento hemos insistido en una solución militar. Es el Estado turco el que nos impone la lucha armada. No nos ha dejado otro camino”.
FUENTE: ANF / Edición: Kurdistán América Latina