Entre el 27 y 28 de agosto se realizó un espectáculo político en la ciudad de Caracas, denominado Encuentro de la Madre Tierra “Pachamama”. Este encuentro fue celebrado en Caracas y auspiciado por el gobierno de Venezuela, el cual reunió diversas organizaciones “ambientalistas” funcionales a los intereses económicos detrás del Gobierno. Al final del evento publicaron una declaración conjunta la cual analizaremos a continuación.
Luego de la presentación del evento inician el comunicado refiriéndose al Vivir Bien y en armonía con la naturaleza, sobre la construcción de “un nuevo horizonte civilizatorio”; se solidarizan con las naciones afectadas por los efectos del Cambio Climático, indicando que el gobierno venezolano ha “tomado medidas oportunas” para solventar las necesidades de los afectados. Habría que ver cuáles son esas medidas oportunas, en medio de la degradación de parques nacionales, comercialización de espacios naturales, talas intensivas e incremento de la minería en el territorio nacional.
Posteriormente realizan una serie de recomendaciones para que los Jefes de Estado y de Gobierno envíen a la próxima reunión de la COP-26, en las cuales insisten en la existencia del consumismo desenfrenado, recomendando una educación orientada a los derechos de la naturaleza; pero ¿cómo se puede recomendar eso a una organización mundial, pero olvidan exigirla al país en el cual se desarrolla el encuentro?
Recomendaciones a la COP-26 ¿Y al Gobierno de Venezuela cuándo?
Lo mismo podemos decir, cuando llaman a condenar al sistema capitalista y las privatizaciones; pero no mencionan que Venezuela es uno de los principales lugares donde las privatizaciones avanzan sobre espacios naturales protegidos, ni decir de aquellos no protegidos; bajo el silencio cómplice de las organizaciones reunidas en dicho encuentro. ¿Por qué no hacen el mismo reclamo al Gobierno de Venezuela y las autoridades de INPARQUES?
Es curioso destacar la 4° recomendación en la cual señalan que se le quiere poner “freno al desarrollo” según ellos bajo el pretexto de la Crisis Ambiental y el Cambio Climático, al señalarlos como ecocidas; imagino que en este sentido es una defensa velada al Arco Minero y el cuestionamiento realizado más arriba sobre las privatizaciones. Es decir, en este encuentro por los derechos de la Madre Tierra, pretenden implantar un nuevo horizonte civilizatorio, mientras piden que no les cuestionen las consecuencias de los planes desarrollistas en el marco del modelo capitalista que critican. Además rechazan los acuerdos y negociaciones internacionales, pues consideran que defienden la agenda capitalista de los países ya desarrollados, porque no los dejan a ellos aplicar lo mismo, alegando dicha política como “colonialismo del carbono”.
Luego exigen la inclusión de diversos sectores sociales, e indígenas, esos mismos que no han podido tener voz en Venezuela, aquellos que son silenciados constantemente cuando se manifiestan contra el extractivismo y desarrollismo en Venezuela y Latinoamérica. Aquellos que suelen ser instrumentalizados y divididos por los grupos políticos, mientras sufren toda clase de represión, la cual es ignorada por los asistentes al encuentro.
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Posteriormente siguen la lista de recomendaciones bastantes acertadas, muchas de las tradicionalmente exigidas por los expertos y organizaciones ambientalistas; agregando la solicitud de una Asamblea de la Madre Tierra a nivel mundial para aplicar los paradigmas del Vivir Bien; que al parecer no tiene nada que ver con dejar a países como Venezuela o Bolivia avanzar en proyectos extractivistas con capitales foráneos y desplazar pueblos indígenas, deforestar hectáreas de bosques y contaminar cuencas fluviales enteras.
Propuestas Ecosocialistas
Luego presentan una batería de 15 propuestas para desarrollar un movimiento “ecosocialista”, teniendo como pivote principal la lucha anti-capitalista, protección de los grupos humanos vulnerables, prepararse para las consecuencias del Cambio Climático, transición energética “diferenciada”, fortalecer las economías comunitarias, impulsar relaciones armónicas hombre-naturaleza, diversificación económica y desprimarización de la economía, reducir la desigualdad económica, impulsar la descolonización, promover tecnologías como un bien común, promover el ecosocialismo como modelo civilizatorio y promover un tercer encuentro de la Madre Tierra.
Un documento muy escueto, de tres páginas, fácil de leer que no profundiza más en el desarrollo de estas propuestas para quien quisiese entender un poco más de lo que pretenden impulsar. Una acción meramente declarativa y que podríamos decir alejada de la realidad concreta, sobre todo si hablamos de la problemática ambiental que se vive en Venezuela. Es necesario conocer a profundidad sus planteamientos, pues es necesario contrastar con las realidades ecológicas y las políticas de los distintos gobiernos, principalmente el nuestro. Hace ruido el silencio ante la necesaria ratificación del Acuerdo de Escazú, el cual es ignorado por el Gobierno venezolano, como lo hacen otros gobierno de extrema derecha y proclives al extractivismo de forma abierta y pública.
Contradicciones
Al día siguiente de la publicación del comunicado, el presidente Nicolás Maduro tuiteó un video hablando del Cambio Climático y la necesidad de cambiar el modelo; en el video se alude a todos los problemas medioambientales de Venezuela, alegando que por 70 años estos se han incrementado y dejado una huella de desastres, llamando a la solidaridad ante las consecuencias que ya empezamos a vivir. Pero nada dicen, ni el video, ni el Presidente, ni el Encuentro de la Madre Tierra; que esos problemas que denuncian, contaminación, deforestación, destrucción de las nacientes de ríos, generación desbordada de basura y su mala gestión, minería, entre otros; son hoy más graves que en años anteriores y han copado hasta las regiones que han sido declaradas protegidas.
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El encuentro habla de la protección de pueblos vulnerables, se habla de la descolonización; pero se persigue a los defensores de las comunidades indígenas, como el profesor Lusbi Portillo, amigo del asesinado cacique Sabino Romero y defensor de los Yukpa; quien hoy es perseguido por la gobernación del estado Zulia por denunciar los atropellos del Estado. Nada dicen sobre el grave deterioro del Amazonas y la Orinoquia en general; el desplazamiento de pueblos indígenas, su migración forzada y dramática a causa de proyectos y políticas impulsadas por el Estado venezolano. Se niegan los problemas internos y hasta se asoma una justificación a base de un supuesto derecho al desarrollo, demostrando que realmente no hay una internalización de un modelo alternativo; no existe tal modelo más que en sus declaraciones, porque viven y defienden veladamente al modelo que critican en el papel.