Como las izquierdas a nivel mundial se están vaciando, la izquierda en el poder en Nicaragua se ha orientado derechamente hacia la dictadura y la izquierda en Venezuela está negociando con los partidos burgueses y con el empresariado capitalista, sectores de izquierda, en especial en las comunicaciones pretenden hacernos creer que maduro puede aceptar que la presión popular sea absorbida por la autogestión controlada por el estado. En fin que todo orienta a que cambiemos las perspectivas macro-estatales de la unicidad por las dinámicas micro-comunales de la diversidad
A 10 años del inicio de un proceso de revolución urbana en Venezuela, movimientos chavistas articulados por la defensa del hábitat y la autogestión comunal se movilizaron para denunciar lo que consideran “una agenda de retroceso” en la materia, que pone en riesgo el derecho al suelo y la vivienda digna de millones de familias.
Consignas contra el capital y la burguesía, a favor de la “propiedad colectiva” y la “socialización de los medios de producción” volvieron a cubrir una marcha chavista en medio de un clima político hegemonizado por el “diálogo y la reconciliación” entre las distintas fuerzas que pugnan por el poder en Venezuela.
Con el líder bolivariano Hugo Chávez como estandarte, un conjunto de organizaciones sociales y territoriales de Caracas articuladas en el Movimiento de Pobladoras y Pobladores salió a las calles con un documento que plantea la convocatoria a un nuevo ciclo de movilización popular por hábitat y vivienda.
Los militantes chavistas recordaron este 4 de octubre, en el Día Mundial del Hábitat, el inicio hace 10 años de un proceso de revolución urbana caracterizado por el rescate de terrenos ociosos y la protección del derecho a la vivienda de las familias trabajadoras.
“Ya estamos hartos de que la vivienda se haya convertido en una mercancía, y hoy que es un día importante en el mundo, el Día Mundial del Hábitat, los pobladores nos unimos y marchamos para defender nuestro derecho a tener una vivienda”, destacó Ana Caraballo, representante del Movimiento de Inquilinas e Inquilinos.Ana Caraballo, integrante del Movimiento de Inquilinas e Inquilinos.
Millones de familias en riesgo de quedar sin techo
Hoy está en riesgo el derecho al suelo y la vivienda digna de millones de familias venezolanas, alertan desde el Movimiento de Pobladoras y Pobladores, una plataforma de lucha nacida al calor de la revolución bolivariana pero que tiene sus orígenes en las asambleas barriales formadas en la década de los 90 cuando se pretendió implantar el neoliberalismo en Venezuela.
Al bloqueo impuesto por EEUU —resume el documento titulado A 10 años del manifiesto de la Revolución Urbana: ¡Vivienda, Autogestión, Comuna!—, que redujo drásticamente el ingreso nacional y afectó la capacidad de inversión para viviendas, se le suman los desalojos forzosos, la devolución de inmuebles recuperados y la criminalización de las familias que rescatan viviendas desocupadas o subutilizadas.
“Les decimos a los sectores del capital que no permitiremos que pretendan imponer una agenda de retroceso a los suelos ociosos, a los desalojos forzosos, a las estafas inmobiliarias y a la privatización de la ciudad”, denunció Juan Carlos Rodríguez, referente del Movimiento de Pobladores, luego de entregar un petitorio en la Asamblea Nacional.
Para Rodríguez, el Parlamento venezolano debe incorporar al tratamiento actual de la reforma del Código Penal la despenalización de la ocupación popular de tierras e inmuebles desocupados, e impulsar una ley para reconocer la autogestión que garantice recursos para que las organizaciones populares produzcan sus propias comunidades.
“Desde el año 2005, la ocupación de inmuebles en Venezuela es penada por ley como un delito de invasión, mientras que en la mayoría de los países de Latinoamérica es una cuestión civil. Este es un instrumento de la burguesía para frenar la lucha popular por el rescate del suelo, por el rescate del espacio urbano”, explicó.
“Esos son dos aspectos que nos parecen fundamentales, además de que hoy es el Día Mundial del Hábitat y de los Sin Techo, esperamos que esas dos luchas históricas del movimiento popular venezolano puedan ser consideradas en la Asamblea Nacional para su debate”, concluyó Juan Carlos Rodríguez.
La crisis económica y el déficit habitacional
Según un censo realizado en 2018 por la Alcaldía de Caracas, el déficit habitacional afectaba a más de 200.000 hogares. “Hasta el año 2014, el tema de la vivienda no estaba entre los principales problemas para la gente; hoy a pesar de que llegamos al hito de 3,7 millones de viviendas entregadas por la revolución en el país, con la Gran Misión Vivienda Venezuela, todavía hay mucha necesidad”, señala a Sputnik el diputado Rigel Sergent. Sergent, quien es además dirigente del Movimiento de Pobladoras y Pobladores, explica que la política de hábitat y vivienda impulsada por el Gobierno de Hugo Chávez junto con los movimientos populares enfrenta hoy una crisis producto del bloqueo impuesto por EEUU.
Sin embargo, sostiene que incluso en circunstancias económicas críticas como las actuales, el Estado debe asumir un rol para garantizar el derecho a una vivienda digna a todas las familias venezolanas, y hacer respetar el marco jurídico creado en revolución. El diputado cita como ejemplos la Ley de regulación de la tenencia de la tierra urbana, el decreto contra los desalojos arbitrarios de 2011 y la Ley de regulación y control de arrendamientos que protege a los inquilinos, todas iniciativas de las organizaciones del poder popular.
“Porque no se trata solo de construir nuevas viviendas, también el Estado debe poner freno a los grandes tenedores de viviendas, dueños de decenas de edificios que nosotros llamamos latifundistas urbanos, gente con mucho poder económico para quienes la vivienda es una mercancía”, dijo Sergent.
“El Estado, en estas condiciones, debe poner los medios de producción en manos de los movimientos que producimos hábitat, que no son las empresas privadas a las que solo les importa el lucro”, finalizó.
Por ALBA Movimientos,Rebelión, Resumen Latinoamericano,
5 de octubre de 2021.
Hace diez años iniciamos junto al Comandante Chávez, en un diálogo público en parque Ezequiel Zamora (El Calvario), un proceso de Revolución Urbana que ha permitido al pueblo venezolano rescatar terrenos que antes estaban abandonados o subutilizados, donde hoy hay millones de vivienda construidas, miles de ellas producidas por el poder popular incluso por autogestión, también se ha protegido el derecho a la vivienda de las familias trabajadoras que antes eran arrojadas a la calle por el capital con la complicidad del Estado.
Esos avances más que logros son semillas cuyos frutos son parte del escudo que nos ha permitido resistir frente al bloqueo imperialista que ha reducido nuestro ingreso petrolero al 1% afectando la capacidad de inversión de la Gran Misión Vivienda Venezuela y su capacidad de garantizar insumos y maquinarias, poniendo en riesgo el derecho al suelo y la vivienda digna de millones de familias venezolanas.
Después de siete años de asedio y guerra híbrida la lucha de clases en Venezuela se ha agudizado entre el capital gringo y europeo que requiere el petróleo venezolano para mantener su control, la burguesía nacional que quiere reconstruir el rentismo a punta de desigualdad y el pueblo que lucha por la vida con la convicción de que no podemos volver atrás.
Hoy 4 de octubre, recordando al Comandante Chávez en la avenida Bolívar al 2012 en aquel cierre histórico de campaña: convocamos un nuevo ciclo de movilización unitaria del pueblo organizado que durante los últimos veinte y dos años ha construido socialismo en los territorios y gracias a ello ha logrado combatir y resistir al bloqueo. Nos levantamos para decirle al imperialismo que no nos rendirán nunca, respaldamos al Presidente y líder de la Revolución Bolivariana Nicolás Maduro Moros y también le decimos a los sectores del capital que no permitiremos que pretendan imponer una agenda de retroceso a los suelos ociosos, a los desalojos forzosos, a las estafas inmobiliarias, a la privatización de la ciudad.
Por eso desde comunas, consejos comunales, AVV y la diversidad de organizaciones de pobladores y pobladoras de nuestros barrios levantamos las banderas comunes de lucha:
– Por la defensa de las tierras y los inmuebles ociosos recuperados del capital por la Revolución Bolivariana. Exigimos que no se devuelvan ninguno a la burguesía, porque realmente le pertenecen al pueblo y para proteger su soberanía pedimos la transferencia de la propiedad colectiva a las organizaciones que hemos recuperado la tierra para la vida.
– Proponemos la creación de una ley de producción autogestionaria de vivienda que garantice propiedad colectiva y un fondo autogestionario para que las organizaciones populares de vivienda podamos producir nuevas comunidades para las familias necesitadas, porque las empresas privadas solo velan por la acumulación de capital y no por el derecho a la vivienda de las familias pobres.
– Exigimos al Estado la despenalización de la recuperación y ocupación popular de tierras e inmuebles, para ello detener la criminalización, es necesario dejar de llamar invasores a las familias que rescatan inmuebles desocupados, asi llamaban a los pobladores de los barrios antes de Chávez, los únicos que invaden son los imperialistas. El pueblo ocupa y por eso demandamos que se elimine el artículo 471-A del código penal, que es uno de los únicos de Latinoamérica que categoriza como crimen penal algo que es una acción civil incluso en los países donde gobierna la derecha.
– Basta de desalojos forzados en nuestras ciudades porque la revolución debe garantizar seguridad habitacional para todas las familias trabajadoras. Apesar de existir una legislación en contra y el decreto de emergencia en el marco de la pandemia aún las mafias inmobiliarias con la complicidad de tribunales y cuerpos de seguridad siguen desalojando a las familias trabajadoras.
– Necesitamos la comunalización de la ciudad como socialización de los medios de producción para que las comunidades organizadas garanticemos las condiciones materiales de vida: vivienda, agua, transporte, salud, educación, gas, electricidad, seguridad, etc. El capital privado debe ser la opción para el 1% más rico pero para los territorios populares la privatización solo trae exclusión y desigualdad, por eso los modos de gestión popular, la propiedad social y el autogobierno debe ser la vía para que el poder popular pueda efectivamente resistir al bloqueo al tiempo que construimos el socialismo comunal que es la única alternativa para preservar la vida en un planeta donde tan como planteaba el Comandante Chávez la vida está en riesgo por el modelo civilizatorio del capital y el imperialismo yanqui.
¡TIERRAS, HOMBRES Y MUJERES LIBRES!
¡LA VIVIENDA ES UN DERECHO NO UNA MERCANCÍA!
¡ABAJO EL 471-A QUE CRIMINALIZA AL PUEBLO!
¡LA VÍA AL SOCIALISMO ES LA AUTOGESTIÓN!
¡COMUNA O NADA!