Las fuerzas proscriptas por el régimen llaman a la abstención el próximo 7 de noviembre, cuando el dictador buscará ser reelegido tras encarcelar a los principales candidatos y poner otra infinidad de trabas al proceso electoral.
Infobae
Nicaragua se encuentra a menos un mes de lo que el secretario genera de la OEA llamó “las peores elecciones posibles” y un grupo de organizaciones opositoras llamó esta semana a la comunidad internacional a desconocer la legitimidad del proceso y sus resultados porque “impiden al pueblo nicaragüense elegir democráticamente a sus próximas autoridades”.
La oposición nicaragüense, que se ha caracterizado por las rivalidades entre los diferentes grupos, este jueves se mostró unida a través de sus organizaciones más reconocidas, para expresar el “repudio y desconocimiento” de las elecciones generales de noviembre que se realizarán en un proceso que consideran “ilegítimo y nulo”. Al mismo tiempo ha comenzado una campaña para que los ciudadanos manifiesten su protesta quedándose en casa el día de las votaciones.
Antes que la comunidad internacional desconozca la legitimidad de una reelección de Daniel Ortega en estas condiciones, primero debe hacerlo la ciudadanía, asegura Jesús Téfel, miembro de la organización opositora Unidad Azul y Blanco (UNAB). “El tema de legitimidad comienza desde casa. Los nicaragüenses tenemos que reconocer que el proceso no es legítimo, al no participar y denunciar, pero después empieza toda la gestión internacional de incidencia para que más y más gobiernos se vayan sumando al desconocimiento del régimen”, dice.
Para el próximo 7 de noviembre esta previsto que los nicaragüenses escojan el presidente y vicepresidente que gobernarán el país durante los próximos cinco años, así como a 92 diputados de la Asamblea Nacional. Sin embargo, la oposición nicaragüense ha denunciado que no existen condiciones para unas elecciones libres porque el régimen de Daniel Ortega aprobó en mayo pasado unas reformas electorales que restringen la participación ciudadana, conformó un tribunal electoral integrado solo por personas leales a su régimen, eliminó la observación electoral, ilegalizó a los dos partidos que tenía la oposición y encarceló a los siete principales precandidatos opositores.
“Estamos ante un proceso de exclusión total, por las vías de hecho, que no goza de legitimidad según todos los estándares internacionales y según la misma legitimidad que esperaría el pueblo de Nicaragua”, señala Téfel.
Durante las últimas semanas, según Jesús Téfel, la oposición nicaragüense debatió entre cuál era el mejor método para que los ciudadanos que se quedaron sin opciones electorales manifiesten su protesta contra del proceso que consideran ilegítimo: “el voto nulo” o la “abstención”. “El voto nulo, ir a las votaciones y anular el voto para de esa manera demostrar que no se está a favor de Ortega, que no se cree en el proceso y que no hay ningún candidato creíble. Y la otra opción es no asistir al proceso de votación”.
En el debate se impuso la abstención. “Esta vez sí están de acuerdo casi todos los grupos”, dice el opositor nicaragüense que se encuentra en el exilio. “El debate ocupó los espacios de diálogo en las semanas anteriores, pero al día de hoy hay un consenso bastante generalizado. Ninguna de las organizaciones opositoras está impulsando algún tipo de participación en este proceso, aunque habrá algunas que están impulsando más activamente que otras el no participar, el quedarse en casa”.
“Los pros de voto nulo es que se puede organizar una movilización de la ciudadanía y activamente participar en desobediencia, demostrar el rechazo al régimen. En contra de eso está que, al no haber observación internacional, al no haber fiscalización, al no haber nada que garantice cómo va a ser contado ese voto nulo, abre todas las posibilidades para que Ortega pueda acreditar el voto nulo a su favor sin que nadie lo pueda desmentir y utilizar las grandes colas de participación de los ciudadanos como prueba para decir que el pueblo asistió a las urnas a legitimar el proceso”, explica.
“En el caso de la abstención, el quedarse en casa, es una acción más segura, que de entrada manifiesta que no se está de acuerdo con nada del proceso, al punto que ni siquiera se tomó la molestia de participar porque lo cree una farsa, una burla, un mero trámite a la medida de la dictadura y por eso está mandando un mensaje que no reconoce ni el proceso ni sus resultados”, añade.
En las elecciones de noviembre participarán siete alianzas y partidos políticos entre los que se cuentan el gobernante Frente Sandinista que propone la relección de Daniel Ortega y Rosario Murillo y un grupo de partidos pequeños que han sido aliados o colaboradores de Ortega. En Nicaragua popularmente le llaman “zancudos” a este tipo de partidos, porque participan en las elecciones, sin posibilidades de ganar, para simular competencia a cambio de presupuesto o diputaciones.
Guillermo Osorno es el candidato de Camino Cristiano, un partido que en esta ocasión participa solo, a pesar que en las ultimas dos elecciones generales ha sido aliado del Frente Sandinista.
Osorno criticó, en una entrevista al portal IP Nicaragua, a quienes promueven la abstención. “Todo el que se oponga al voto ganado en las urnas le está haciendo el lado al Frente Sandinista. Si no votarán por mí, voten por los otros. Si es que el Frente Sandinista ha hecho daño y molesta, pues no voten por ellos, pero voten por las otras opciones, pero no abstenga el voto si es que estamos realmente queriendo una Nicaragua libre y transformada”, dijo.
Jesús Téfel considera que “no será tarea fácil” conseguir la ilegitimidad de la reelección de Daniel Ortega. “Aunque hay un consenso de que el proceso no es legítimo, no necesariamente significa que los gobiernos van a correr a cortar relaciones con Ortega. No funciona así la diplomacia internacional, sino que va a ser un trabajo de ir convenciendo, de ir acumulando aliados para que se vaya declarando a Ortega como ilegítimo”.
Para Téfel es vital que la oposición se muestre unida como ocurrió esta semana cuando las principales organizaciones opositoras de Nicaragua aparecieron en una conferencia en San José, Costa Rica, integrando un bloque que denominaron “Oposición Democrática Nicaragüense” para manifestar su rechazo a “la farsa electoral” de noviembre.
“¿Como la comunidad internacional va a considerar ilegítimo a Ortega sino hay una alternativa?”, se pregunta. “Los gobiernos, aunque condenan a las dictaduras, a los violadores de derechos humanos, a los que no respetan la democracia, tienen más miedo a generar vacíos de poder y generar un caos en los países. La oposición tiene la responsabilidad de conformar una contraparte a la dictadura para que la comunidad internacional tenga un interlocutor y la certeza que no se generaría un vacío de poder en caso de abrirse la posibilidad de una transición”.