Pensar o repensar cómo la humanidad se encuentra atrapada entre sistemas de opresión, explotación y violencia: capitalismo global neoliberal, modernidad/ colonialidad, régimen heterosexual cisgenérico occidental, patriarcado y racismo.
Sebastián Granda Henao, doctor en Relaciones Internacionales realizó la investigación “Con sentires otroas: reflexiones en la disidencia sexual, la participación y la red de redes zapatistas por otroas mundoas posibles”, para conocer el concepto de seguridad en la práctica de las comunidades autónomas zapatistas.
Granda Henao buscó el comprender y discutir con las, los, loas compas zapatistas, cómo entendían y sentían la guerra que les asecha, y las alternativas que proponían y construían para darle fin al conflicto.
El doctor partió de entender a la seguridad como una manera de organizarse desde las comunidades, separando la vida y muerte. Esto, al definir lo que perciben como amenaza y la búsqueda alternativas para asegurar la preservación de la vida comunitaria. Indicó que, la «guerra» para la población y el territorio tanto chiapaneco como mexicano, se da por medio del activismo social y la atención de los diferentes problemas. También, a través de la resistencia social en contingencias de pequeña escala y los agentes estatales, con el fin de desarrollar operaciones de baja intensidad, y establecer modos de conflicto no-militares.
El investigador mencionó que, este tipo de guerra no-convencional se da de las relaciones públicas, operativos de informática y campañas de legitimación y deslegitimación entre el gobierno mexicano, su aparato represor, y el movimiento zapatista, incluyendo al Ejército Zapatista de Liberacion Nacional (EZLN).
Enfatizó que, este tipo de campañas de las redes sociales fue la que ayudó a generar presión para que el gobierno mexicano cesara el fuego y se dispusiera al diálogo, al mismo tiempo le daba fuerza a la resistencia zapatista.
Ante dicha lógica, dijo que se justificó la deportación de extranjeros solidarios que se involucraron en el montaje de la infraestructura de municipios autónomos, la observación de derechos humanos o la participación de los encuentros convocados por las, los, loas, les zapatistas.
El papel de esas redes ha sido fundamental en la organización de las comunidades zapatistas en resistencia. De ahí, la relevancia del encuentro de redes, rebeldía y resistencia, que con todas las limitaciones de mantenerse conectadas, tejerse y reunirse, sigue firme, expuso el doctor.
Destacó que las redes aprenden de y con el caminar zapatista en la construcción de otros mundos posibles.
A su vez, sucede un proceso donde se intercambian saberes y prácticas desde las distintas resistencias, para conocer de primera mano quién se siente identificado, de qué se habla y cómo se ve el mundo en su perspectiva.
Mucho del trabajo de investigación fue seguir intuiciones y la curiosidad por conocer mejor la propuesta zapatista frente a la guerra. Eso mismo fue lo que me llevó, en primer lugar, a Chiapas, comentó el investigador.
Fue así como buscó una manera de establecer esos diálogos con las comunidades en resistencia y las redes del zapatismo que, se hicieron concretas en la participación y compartición en los eventos.
Granda Henao percibió la importancia del concepto y la práctica de la autonomía como construcción de y en las comunidades para hacer frente y diseñar alternativas a lo que se siente o piensa como guerra, más allá del propio conflicto.
Asimismo, la autonomía se expresa en el movimiento zapatista como red: de los pueblo, del EZLN, entre comunidades, Marez y Caracoles, como de los distintos nodos que la conforman.
Para el investigador, las comunidades zapatistas entienden -a su modo de ver- que la guerra no es solo contra los pueblos que se declararon en resistencia y rebeldía. Sino, del sistema-mundo neoliberal contra la humanidad, como lo hubiera expresado el subcomandante Marcos.
Resaltó que, mucho de lo que se supo durante los primeros años tras el levantamiento, fue por una estrategia de comunicación y medios desde las redes solidarias que llegaron a Chiapas después del llamado de atención que suscitó el evento.
Acentuó que, las redes nunca se hubieran tejido alrededor del zapatismo si no hubiera sido por las múltiples ocasiones en que los comunicados del EZLN llamaban, convocaban y sumaban a darle un final a la guerra.
Granda Henao mencionó que, la relación de las redes con el zapatismo, así como fue sucediendo entre los ciudadanos que llegaron a la Selva Lacandona en la década de 1980, fueron enredándose con los propios procesos sociales de quienes allí habitaban. Agregó que, es una relación de aprendizaje mutuo, reconocimiento y romper con los límites impuestos por el sistema-mundo capitalista, moderno y colonial sobre lo que los une como humanidad: la vida.
Sin embargo, no se puede ser ingenuo y pensar que esas relaciones han sido de constante encuentro y aceptación completa de lo que todas las partes involucradas creen y luchan, mencionó el doctor
Por otro lado, dijo que desde la aparición pública de las, los, loas, les zapatistas en 1994, la sociedad civil organizada en México y todo el mundo, mostró su simpatía e identificación con ese movimiento.
Resaltó que, ese apoyo se debió a la percepción del deterioro en la calidad de vida de las masas ya desde mediados de la década anterior, la poca voluntad del partido de gobierno (PRI, en ese entonces) para mudar los mecanismos de control político tradicionales.
Aunado a lo anterior, la fragmentación electoral de la izquierda institucional tras la derrota en las votaciones de 1988.
Granda Henao detalló que, el movimiento zapatista, compuesto por las comunidades en resistencia, el EZLN y las redes que les acompañan, tiene como uno de sus primeros éxitos poner en la agenda nacional y mundial las cuestiones de pluralidad y multiplicidad étnica y cultural.
Además, enfatizan las luchas políticas al interior de los Estados nacionales modernos, en confrontación con el modelo integracionista neoliberal, que busca homogeneizar e incorporar a las sociedades indígenas a los patrones del desarrollo capitalista, blanco y moderno.
El investigador mencionó que, la colocación de las, los, loas, les plurales frente al discurso y pensamiento único y hegemónico es por lo que personas homosexuales, transexuales, no-binarias, intergénero, fluidas, pansexuales y más, se han levantado y defendido, incluso con sus cuerpos y vidas.
Me parece, desde este punto, que la lucha por la diversidad sexual y de género se conecta con la lucha por las autonomías indígenas, dijo el doctor.
Por separado, señaló que ambas luchas buscan lo mismo: ser quien se es, reconocer y aceptar que las múltiples diferencias constituyen el potencial y dan poder para construir mundoas posibles, y que a pesar de esas diferencias, son iguales en la pluralidad.
En un sentido amplio, indicó que la autonomía significa la lucha por la vida, puesto en manifiesto como física, en comunidad, lo simbólico para seguir y desafiar usos y costumbres propios de las comunidades en resistencia.
Granda Henao recalcó que, la autonomía como ideal en construcción cotidiana, se establece como forma de superación de la guerra al adelantar trabajos colectivos y crear formas de organización en beneficio de la propia comunidad. La autonomía, sería entonces la forma de mediar la amenaza de muerte que trae la guerra y vida que se construye y proyecta para la comunidad.
En otros términos, la autonomía zapatista también tiene pistas y significados de una comprensión, sobre qué es y cómo se hace la seguridad.
El investigador sostuvo que, más allá de esa búsqueda, también se sientepiensa el género y la sexualidad como un campo de la resistencia a ese vector de guerra en lo corpóreo.
Y, a través de la reivindicación de la diferencia y de la diversidad, se construye un horizonte de reconocimiento y aceptación de la sexualidad y la identidad de género como una característica, entre muchas otras, de nuestra humanidad.
Al mismo tiempo, se abre el debate sobre cómo la violencia direccionada a cuerpoas otroas, por su forma de ser, actuar y sentir, hace parte de la guerra a la que se resiste.
Al tejerse en las redes de resistencia y rebeldía que acompañan y hacen parte del zapatismo, participan en los debates, seminarios, encuentros y diálogos desde las diferencias, ignorancias y saberes, colocando el cuerpo, afectos y constitución como parte del diálogo abierto.
Se fue vislumbrando que, en la autonomía cabe también la lucha desde las disidencias sexuales y de género», señaló el doctor.
Acerca de la masculinidad y el papel de los hombres, dijo que se debe repensar las relaciones de género, no solo como idea, sino como práctica crítica cotidiana, en deconstrucción y reconstrucción constante y en colectivo.