Texto publicado el 02 de noviembre de 2021
La discusión sobre si es legítimo criticar al gobierno o hay que permanecer cerradamente leal, es reaccionaria, estúpida y anacrónica. Estamos ya varios pasos más allá. Quienes dimos apoyo por medio del voto y la argumentación pública al actual gobierno nacional y provincial tenemos sobrados derecho, no sólo a opinar, argumentar y a putear, sino también a exigir. Tiro esta piedra contra Berni porque creo que hay que exigir ya mismo su renuncia por todos los medios posibles (y porque todo lo que compartimos en privado tiene que hacerse público, en favor de los acuerdos mínimos para que en es país haya algo asi como una democracia ¿o sólo los grandes medios y los grandes propietarios tienen voz en este país?). Las razones son tan evidentes que avergüenza tener que recordarlas. Voy a las inmediatas y más preocupantes. El desalojo a la toma de Guernica fue una guarangada, una falta de respeto y el inicio de una política inaceptable de subordinar la vida a la concentración trucha de la propiedad privada.
Si hace falta documentar cada una de estas afirmaciones puedo comenzar de este modo: que el desalojo fue arbitrario violento y cruel es algo que está relatado en la voz de las y los compañerxs que estuvieron allí haciendo postas médicas y ayudando a heridos, pero también en la de Diego Morales, abogado del CELS, explicando lo violento del desalojo y la existencia de alternativas.
Incluso cuando se revisa la propiedad de la tierra de las tomas aparecen cosas increíbles, como ésta que encontraron los investigadores de Edipo sobre vinculaciones con altos cuadros del terrorismo de estado de la última dictadura.
Y aún si no se quiere escuchar estas voces autorizadas, siempre se puede consultar directamente este miserable e irrespetuoso video, del Ministro de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires.
Los testimonios posteriores del Ministro Larroque y del Gobernador Axel Kicillof no hicieron más que confirmar que el desalojo no fue sólo una torpeza, una imposición de la justicia o efecto impuesto por no se qué maléfica y poderosa «izquierda», sino una decisión política inadmisible, que es preciso revertir cuanto antes, dado que como es de público conocimiento, toda política democrática comienza por evitar la represión a la conflictividad social y en buscar caminos para la organización popular. Ya muy difícil es el contexto internacional, muy reaccionaria es la oposición política y muy consolidado está el patrón de acumulación sostenido en la violencia -patriarcal, sexual, clasista, racista, xenófoba- de la deposición de toda riqueza natural y social como para encima tener que soportar este tipo de estupideces. Es decir: reivindico el derecho de todos los votantes del Frente de Todos de participar directamente en la impugnación de este tipo de política y exigir la renuncia inmediata de Sergio Berni. Es inaceptable que la propia gobernación siga alimentando a este aspirante a Bolsonaro, cuyo único mérito es mostrarse a la derecha de Paricia Bullrich (por no nombrar el capítulo de la bonaerense, la huelga policial chantajista y la muerte de Facundo). Tiro mi piedra contra Berni e invito a todos lo que sienten parecido a activar desde su lugar un repudio público. Berni se tiene que ir, tiro mi piedra.