La teoría del estopín o la mecha que enciendo la pólvora social fue asumida por los revolucionarios hasta que los estatistas en Rusia deciden acabar con las bases de la revolución que era el despliegue de la potencia social a través de los consejos obreros (soviets) sometiéndolos al invento jacobino del soviet supremo, que cambió el autogobierno de los soviets por el gobierno estatal centralizado, exactamente lo contrario de la conclusión de Marx respecto de la experiencia de la comuna de París donde sostiene que la comuna sustituye al estado, o sea el autor nos dice que ya no es el estado el dirigente de los cambios, sino los autogobiernos locales y comunitarios.
La victoria electoral de la izquierda rosada y los frentes de batalla del pueblo
(Análisis del texto de Agacino sobre las tareas del pueblo)
Jaime Yovanovic (Profesor J)
La teoría del estopín o la mecha que enciendo la pólvora social fue asumida por los revolucionarios hasta que los estatistas en Rusia deciden acabar con las bases de la revolución que era el despliegue de la potencia social a través de los consejos obreros (soviets) sometiéndolos al invento jacobino del soviet supremo, que cambió el autogobierno de los soviets por el gobierno estatal centralizado, exactamente lo contrario de la conclusión de Marx respecto de la experiencia de la comuna de París donde sostiene que la comuna sustituye al estado, o sea el autor nos dice que ya no es el estado el dirigente de los cambios, sino los autogobiernos locales y comunitarios.
Rosa Luxemburgo en Alemania pensaba lo mismo y criticó severamente la dependencia de los soviets al soviet supremo, reivindicando el papel soberano de los consejos obreros, luego fue Cornelius Castoriadis, el intelectual griego, y posteriormente los situacionistas en la revolución de Mayo del 68 en París, a los que siguieron los intelectuales y activistas de la Autonomía Obrera española y la Autonomía Operaia italiana de donde salen los principales teóricos italianos de la modernidad como Antonio Negri y los subjetivistas como Paolo Virno y Mauricio Lazaratto. A todos ellos suceden los llamados pos modernos (Guattari, Deleuze, Derrida y Foucault)que ponen las teorías estatistas de cabeza al contrario de la escuela estructuralista marxista de Althusser y Marta Harnecker que funcionan desde el positivismo de la cristalización del aparato estatal del poder en la Unión Soviética.
La revolución cubana puso en tensión a las dos tendencias, la estatista, del marxismo hasta la segunda fase del pensamiento de Marx, y la no estatista del protagonismo y autonomía del pueblo, representados por Camilo Cienfuegos, un anarcosindicalista que fue comandante guerrillero, y el Che Guevara, que no tenía idea de marxismo, pero de devoró todos los libros y experiencias llegando a conclusiones que superaban a las de Fidel Castro, que era liberal progresista.
La victoria del ejército rebelde sólo pudo ser debido a que los guerrilleros no sólo combatían contra el ejército, sino que organizaron con los campesinos nuevas formas de relacionarse entre sí y con la naturaleza, llegando a realizar la primera ley de Reforma Agraria en las regiones altas de la Sierra Maestra, de modo que no fueron Rambos ni milicos revolucionarios los que vencieron, sino el pueblo en armas que defendía su nuevo modo de vivir y organizar la sociedad, lo que llevó a ideas como las del Che que la organización campesina debía tener sus dirigentes locales y así hasta arriba, así como las del trabajo voluntario para ir rompiendo las relaciones mercantiles.
Pero el ataque yanqui obligó a cambiar el juego y los cubanos pidieron ayuda a los estatistas soviéticos que pusieron sus condiciones que obligaron al Che a irse del país y así se acabó la revolución y de vuelta al poder estatal centralizado.
Los pueblos han hecho revoluciones con la izquierda que luego se instala a administrar el capitalismo y defender el aparato del estado, en vez de apuntar a la autogestión generalizada apoyada en los autogobiernos locales que funcionan no con la democracia electoral, sino con la democracia directa. Esa diferencia ha hecho que sectores marxistas como el Ejército Zapatista mexicano y el Partido de los Trabajadores de Kurdistán hayan seguido el camino cubano del inicio, es decir integrándose al pueblo para la autoorganización, la autonomía y la democracia directa y así los autogobiernos han llegado a tener presencia en todos los estados mexicanos y en todas las regiones kurdas ocupadas por los estados de Turquía, Siria, Irán e Irak. Así en vez de armar un ejército para atacar al estado y apoderarse de él, organizan por todas partes las nuevas formas de vivir no patriarcales y en armonía con el ambiente y preparan sus autodefensas para el caso de que los estados agredan estas nuevas experiencias, pues la contradicción no está entre izquierda y derecha, sino entre estados y capital contra los pueblos, como puede verse en todo el mundo donde los gobiernos de izquierda y derecha se entrelazan para comercial negándose a la autogestión porque debilita y finalmente acaba con las relaciones patriarcales y capitalistas.
Además esta forma de autoorganización, autonomía y autogobierno permite desplegar relaciones directas y horizontales con las formas comunitarias de los pueblos pro-colombinos como los lof mapuches y los ayllus andinos.
Así las propuestas de los analistas y revolucionarios chilenos de construir poder popular es para que con esos poderes populares llegar a tomar el poder central, por lo que se preocupan más de construir esos órganos y grupos de combate antes que las formas de vida del pueblo y sus maneras de expresar sus opiniones, su democracia y sus modos de administrar los barrios y comunas entre vecinos. Por eso sólo tratan de atraer gente que piense como ellos o penetrar lugares u organizaciones para dirigirlos como carne de cañón como lo demuestran las dictaduras de izquierda de Venezuela y Nicaragua donde la izquierda hablando falsamente de socialismo somete a la población que debe salir por miles a buscar cobijo en otros países mezclandose con los que escapan de la delincuencia y los abusos de los gobiernos de derecha.
El estallido chileno no tuvo una propuesta sino que fue un grito de rebelión sin programa ni estrategia que mostró la enorme potencia que existe en el pueblo y que algunos quieren matar dirigiéndole solamente a preparar Rambos para el combate donde serán ellos, los dirigentes, los que ocupen los cargos del poder. Por eso hace falta que ese potencia se exprese en modos de vivir diferentes , donde la lucha es de todos, no contra la derecha o contra el estado sino contra nosotros mismos, contra el individualismo, contra las relaciones patriarcales, contra el consumismo, en fin a favor de establecer formas de relaciones entre vecinos donde podamos estudiar y comprender esta sociedad individualista por medio de nuestras propias escuelas barriales, cuidarnos entre todos por medio de nuestra propia salud comunitaria, cultivar nuestro alimentos mediante la multiplicación de las huertas, cocinarlos entre nosotros mismos revitalizando las ollas comunes, en fin generar un ambiente barrial como un hormiguero o enjambre de abejas que puedan verse y mostrarse como referente de vida y de compartir que puedan ver y aprender los vecinos de los barrios medios que tengan conciencia, ética y sensibilidad para comprender que un mundo nuevo toca a sus puertas.
Veamos como Agacino toca estos temas y comentemos entre sus párrafos:
Chile aliviado: ni fascismo ni comunismo sino todo lo contrario…
por Rafael Agacino (*).
https://cctt.cl/2021/12/21/chile-aliviado-ni-fascismo-ni-comunismo-sino-todo-lo-contrario/
Gana la casa (patronal): ni espectro del fascismo ni fantasma del comunismo.
¿Quién dijo terror? Anoche [domingo 19, Editor CT] en medio de públicos parabienes entre Boric y el “presidente” Piñera, entre Boric y “José-Antonio” Kast y entre los personajes de la elite – las dos derechas y los señoritos del FA, el miedo se disipó de una, y en menos de media hora, no había ni espectro del fascismo ni fantasma del comunismo. La República se había salvado.
Una gran operación mediática que logró atraer a un 5% adicional de electores, sobre todo de sectores populares que sin restricciones gritaron sus anhelos en las calles, así como los sectores medios, aunque en un tono levemente más moderado, se regocijaron, dando un aire de legitimidad al sistema político y su institucionalidad electoral. Notable.
Si no fuera por las franjas capturadas por el miedo, que votaron sin convicción e incluso con nauseas – una buena parte de esos 5 puntos porcentuales adicionales – y un contingente que explícitamente llamó a no votar, se diría que la potencialidad de la Revuelta en la noche de ayer ya fue definitivamente anulada. Pero no; aunque solo estemos en los prolegómenos de una obra restauradora mayor.
Comentamos:
La abstención sigue siendo la mitad de la población, pero de forma extraña Agacino la ningunea refiriéndose solamente a una buena parte del 5% que votó por encima del promedio y del “contingente” que llamó a no votar, lo que quiere decir que el 50% de abstencionistas valen callampa y sólo tienen valor los de la “vanguardia”. Impresiona por la arrogancia con que se está tratando a los “bien ubicados”, que sólo serían un puñado de personas, entre ellos Agacino, por supuesto, mientras el 55% que votó y el 45% que no votó son todos desubicados.
Sigue:
Viene ahora la negociación, composición y duración del primer gabinete de Boric, sobre todo a la luz del boicot del transporte del día de ayer, cual anticipo de las tácticas amenazadoras que el capital puede ensayar para lograr un gabinete amable, pues en caso contrario, ya sabemos: huelga de inversiones, especulación con el dólar, fuga de capitales, apagones de redes digitales, paro del comercio, etc. Este, el capital, operará para conseguir no sólo se acomode el lenguaje si no también las intenciones un poco más allá de lo que, el ahora presidente electo, ya hizo para la segunda vuelta. Y sabemos que Boric -por más que lo remede – no tiene la estatura política de Allende para resistir las amenazas del capital criollo ni menos las del imperialismo…
Capaz que de tumbo en tumbo capitule, primero, en la política exterior – decepcionando al progresismo latinoamericano que lo ha ensalzado – y luego en la política interior, y nos comunique de súbito por cadena nacional que se equivocó y que las cadenas si son necesarias para imponer el orden, y este Gabriel mute en ese otro Gabriel, el González Videla, esta vez el del siglo XXI [1]. Tal vez la primera prueba de fuego sea el Wallmapu – una guerra que le serviría de excusa- para asir la espada, obtener reconocimiento de las FF.AA. y Policías, e inaugurar la nueva temporada de reprimendas y castigos a los pueblos. Es cierto: legitimar la ley anti-barricada y negar el indulto general a los y las presos políticos de la revuelta, no es lo mismo que imponer una nueva “ley maldita” y desencadenar la represión sobre el pueblo, pero ¿quién sabe?
En otro registro paralelo, la derecha se recuperó respecto de los resultados electorales del plebiscito: subió del 22% al 44% de la votación con una tasa de participación al alza y lo hizo en torno a la derecha más dura, a la vez que también, se recompuso la derecha concertacionista al alero del señorito. Y puesta la vista en marzo próximo, la sustitución de Piñera por un gobierno legitimado, una Convención Constituyente con nueva directiva y tareas, y con un pueblo otra vez ilusionado, no es para nada arriesgado afirmar que se ha dado un nuevo aire, al menos transitoriamente, al sistema político. Solo el parlamento será un campo de batalla ruda.
Y esta es una de las claves de la salida por arriba a la crisis política precipitada por la revuelta de octubre del 2019, pues nuevamente, significativas franjas del pueblo quedarán objetivamente expropiadas de su protagonismo en tanto lo vuelven a ceder al sistema, y subjetivamente domesticadas por ilusiones y esperanzas infundadas. No deja de sorprender la atmósfera de emociones expresadas por hombres y mujeres populares en las calles, casi con lágrimas… escenas similares a cuando ganó Bachelet – la primera mujer presidente, mujer separada y mujer víctima de violación de los DD.HH.-, o el día después del plebiscito del 88, cuando muchos abrazaron a efectivos del ejército y de la policía. ¿Cuánto durará este nuevo cuento? ¿30 años?
Difícil. Porque lamentablemente esas franjas mayoritarias se darán otra vez de bruces contra la dura realidad. Y quienes hemos estado bregando por la constitución del Pueblo como sujeto político, ajenos a todo cinismo, no podemos sino ayudar a trizar y espantar el ilusionismo, intensificar los llamados a levantarse de nuevo y a resistir la cooptación, el desarme y la represión como las hemos resistido colectivamente desde la transición hasta hoy.
Con este resultado electoral el cierre de período (político) por arriba galopa mientras por abajo la resistencia renguea, vacilante e insegura, con el peligro que las franjas populares rupturistas lleguen al plebiscito de salida otra vez resignadas a la lógica del mal menor o vulnerables al chantaje de los de arriba que, con Boric a la cabeza, conminarán al Pueblo a aceptar lo que ofrezca la Convención Constituyente o “seguir con la constitución de Pinochet”.
Pero contamos con condiciones más propicias para que ello no suceda: al menos desde octubre de 2019 las franjas populares tendencialmente se vienen politizando. Parte de ese 5% adicional que saltó de la abstención al voto forzado por la coyuntura, junto a las fracciones de la abstención activa, constituyen una reserva mínima para una primera línea capaz de sostener el espíritu rebelde de ese gran manotazo popular que fue octubre.
Comentamos:
Ver para creer, como mandrake el mago Agacino elimina toda la potencia social del estallido dejándonos sólo esa “reserva mínima para una primera línea capaz de sostener el espíritu rebelde de ese gran manotazo popular que fue octubre”. Fin, se acabó, finish, sólo quedan las brasas, el rescoldo, lo que se salva, lo que vale, lo demás son cenizas, todos volvieron a ser ovejas mansas y sometidas, es la hora del contingente, el destacamento que toma la guaripola para hacer la heroica revolución y tendremos que sacar más propaganda mostrando a Cuba, a Fidel y a los obreros asaltando el poder levantando las banderas rojas que aún no entran por la retina de los demás que están puro perdiendo el tiempo aplastados como cucarachas por las relaciones mercantiles. Y así quieren reclutar más gente, pero como se trata de un contingente, no hay drama, aunque el drama lo arman ellos los que rechazan la potencia del pueblo reconociéndola solamente cuando sirve a la lucha por el asalto al poder, haciéndonos creer que sólo tiene valor aquel que piensa como nosotros y el resto ¿Hay que fusilarlos? O esperamos a ver quién “evoluciona” y el que no acepta la nueva hegemonía debe irse del país como casi 10 millones de venezolanos.
Sigue:
Hay ahí un nuevo activo de organizaciones y colectivos, premunido de experiencia y memoria de luchas populares recientes, un activo que problematiza aprende, ensaya, enuncia verbos y ofrece caminos.
Sabemos que estas fuerzas son débiles, pero lo son más por dispersión y distanciamientos artificiales que por su número. La tarea es bregar inteligente y generosamente por su convergencia, su unidad, por superar el sectarismo y aunar voluntades. Y no sólo para enfrentar la crisis política en curso y sus salidas por arriba, sino además porque frenar la dinámica actual de un capitalismo que nos conduce al suicidio colectivo, se ha asomado a nuestras vidas como un ineludible imperativo ético.
Comentamos:
Un tanto catastrófico el cuco que nos pone el autor para que aceptemos unirnos desde las diferencias en una sola línea que se va a subordinar al estado dirigido por el “contingente” famoso de los elegidos a dedo por haber pasado la prueba de fidelidad al nuevo catecismo renovado.
O sea que las capas medias que defienden su status vendrán a unirse con nosotros porque nuestro “ejército popular” echará a las empresas del país o hará una revolución victoriosa el año del ñauca donde se disputarán a tiros los cargos del poder y harán como Ortega en Nicaragua metiendo presos o expulsando del país a sus propios compañeros.
Claro que van a preferír irse con los hijitos de papá como Boric que promete hartas cosas lindas y mejores que ustedes mientras todos ustedes los partidos que luchan por agarrar el aparato del estado defienden el capitalismo, algunos diciendo que es capitalismo de estado pero que igual destruye la madre tierra y no quita la pata encima del Wallmapu.
Nosotros preferimos cambiar las formas de vida y vivir nuestras relaciones entre familiares y vecinos superando el patriarcado y el individualismo, para aprender a vivir sin propiedades y sin poder cortando progresivamente los lazos de las marañas del estado y del mercado mediante la democracia directa y la autogestión que nos permitan vincularnos horizontalmente desde nuestras comunas libres con los lof mapuches y los ayllus andinos. Para eso no necesitamos “unirnos” si no lo hacemos primero entre los vecinos de cada barrio y que nuestra “conciencia” sea desde nuestras formas de vida compartida y no desde un contingente de guerra. Y que no se confunda eso con debilidad pues seremos como las abejas, anda a coger una y verás como enseguida vienen todas las demás. Nuestra fuerza no está en el número sino en los lazos que nos unen y nos convierten de individualidades en sujeto común, el sujeto Nosotros del omnia sunt communia, todo es de todos.
Santiago, 20-12-2021.
(*) Rafael Agacino: investigador independiente en temas económicos y sociales, profesor par- time y educador popular chileno.
(1) Esta figura la sugirió Sergio Rodríguez Gelfenstein: https://noticiaspia.com/de-venezuela-a-chile-de-caldera-a-boric-un-solo-chavez-y-un-solo-salvador/