Los pilares principales son dos: El mundo natural y el mundo cultural. El mundo natural lo abordamos en tres vertientes que son la ecología, la economía y la salud, en tanto el mundo cultural lo desplegamos mediante la educación propia, el arte, las comunicaciones, las bibliotecas y la recreación.
Los pilares del proceso autónomo de construcción comunitaria entre vecinos
Primera parte
Jaime Yovanovic (ProfesorJ)
Los pilares principales son dos: El mundo natural y el mundo cultural. El mundo natural lo abordamos en tres vertientes que son la ecología, la economía y la salud, en tanto el mundo cultural lo desplegamos mediante la educación propia, el arte, las comunicaciones, las bibliotecas y la recreación.
Estos pilares y sus vertientes se asumen en la cotidianeidad del barrio mediante dos instrumentos principales que a la vez son formas de vivir y de relacionarse entre los familiares, vecinos y amigos y con los demás seres vivos: la democracia directa y la autogestión. La democracia directa no es de elegir, sino de intercambiar, aprender unos de otros y decidir. Las decisiones son tomadas por consenso es decir, mediante la construcción convergente de las reflexiones y acuerdos y no por imposición de los más locuaces o de mayorías contra minorías, que son los métodos del poder que se expanden hacia los cuerpos y relaciones. El principio que orienta la democracia directa es el bien común y compartirlo, a diferencia de la sociedad patriarcal que hace de la democracia y las reuniones una forma “práctica” de resolver situaciones pasando por encima del buen vivir y la construcción de los afectos.
La autogestión indica que todo lo hacemos entre nosotros mismos sin tener que depender de las redes de comercio del mercado o de servicios del estado, pues si falla el estado o se imponen las grandes empresas generalmente los que pagamos las consecuencias somos los habitantes de los barrios populares y no estamos nunca preparados imaginando que la situación que nos rodea es eterna o pasamos rogando a los dioses que no cambie o que si cambia sea para mejor. La pandemia nos enseñó que cuando quieren nos aprietan y para resolver debemos taparnos la boca y hacer filas para inyectarnos soluciones.
Los grandes estallidos sociales han sido re-conducidos a la cohesión y dependencia al estado y al mercado, como fueron las primaveras árabes, los indignados del 15M de España, la insurrección que tumbó varios gobiernos argentinos, la que tumbó gobiernos en Ecuador y el estallido chileno. Todos esos estallidos y otros más han terminado en varias salidas, siendo las principales a) la vuelta a la paz social de los corderos siendo trasquilados, b) la continuidad de la lucha una y otra vez hasta caer el gobierno y c) la transformación de la potencia social en práctica de construcción de un nuevo modo de vivir, como ha sido la multiplicación de los autogobiernos de los pueblos indígenas, la aparición de decenas de pueblos y regiones constituyendo municipios autónomos en casi todos los estados mexicanos y el nacimiento de las formas federadas horizontalmente de pueblos, comunidades y regiones autónomas en los territorios del pueblo kurdo.
El estallido chileno no fue diferente, pues también se presentaros las tres salidas, la de los corderos detrás de la elecciones y de una “nueva” constitución, la de aquellos que siguen luchando para tomar el poder del estado, y los que en casi todos los barrios del país se encuentran y agrupan para realizar cambios de fondo, es decir cambios de las formas de vida que reproducen el individualismo hacia formas compartidas de habitar el barrio en comunidad.
Para lograr avanzar en cada barrio, es necesario superar las limitaciones que establecen las redes de relaciones provenientes del mercado y del estado, que no son neutras, sino que reproducen el sistema, resuelven la vida de algunos que viven mejor, pero no resuelven los problemas de las mayorías, que se dividen entre los que ya no creen en las promesas y no van a las elecciones y la mitad de los que defienden el status quo, es decir defienden lo establecido, el actual orden de cosas, unos porque así están ganando bien y otros porque imaginan que pueden alcanzar a los primeros, es decir llegarán al éxito, y así viven soñando.
No es posible imaginar que vamos a transitar de una sociedad a otra de la noche a la mañana o que vamos a cambiar introduciendo gente en los aparatos del poder estatal o del mercado capitalista, pues desde allí no hay cambio posible, muchos países lo han intentado y finalmente regresan al modelo inicial. Luego vuelven otros a intentarlo y despiertan las ilusiones y esperanzas de millones que cuando viene la vuelta a lo mismo se desilusionan y se van para su casa.
Por lo tanto en cada una de nuestras actividades la gente debe sentirse bien, debe percibir claramente que podemos responder a las necesidades y situaciones diversas y sobre todo debe acostumbrarse a que estamos juntos, pero no como dicen algunos que juntos somos fuertes, ya que no es por fuertes que resolvemos, sino que el estar juntos nos pone en sintonía y equilibrio con el resto del mundo natural y fluyen las energías y los afectos en circuitos que Gabriela Mistral representó en sus poesías y docencia como la ronda. Estando juntos nuestros cuerpos, cuerpas y sentimientos aprenden a recuperar la memoria histórica del género o especie humana y se integra plenamente al nicho ecológico del barrio entrelazándose con los demás seres vivos.
Como conclusión de esta introducción, queda claro que la construcción de la autonomía comunitaria en el barrio es un proceso donde podremos ir reemplazando o substituyendo las mercancías y servicios del estado y del mercado progresivamente con las nuestras producidas y distribuidas mediante la democracia directa y la autogestión en una secuencia donde en un principio habrán muchos nexos y conexiones con las redes y marañas estatales y mercantiles que irán siendo superadas en la medida que produzcamos o consigamos las respuestas que podrán reemplazarlas, trabajemos aproximando los cuerpos y cuerpas y entrecruzando los diversos pilares y vertientes del protagonismo y construcción barrial
Siguientes capítulos:
El mundo natural en el barrio
El mundo cultural en el barrio
Notas: