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México: El fin de la ilusión


Gustavo Esteva :: 21.02.22

La sociedad capitalista está fincada en la protección de la propiedad privada, pero no se protege en ella lo que tiene la gente –como el agua de los pueblos–, sino lo que es de los dueños de los medios de producción. La propiedad privada de la planta nunca dio a Bonafont derechos sobre el agua de los pueblos. En vez de proteger a éstos, como es su obligación, el actual gobierno, que se declara continuamente del lado de los pobres, tomó sin vacilar el lado del capital cuando los pueblos decidieron defender lo que les pertenece. El episodio contribuye a disolver la ilusión de quienes pensaban que este gobierno estaba de su lado, que hacía justicia a los pobres.


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