Tras casi dos años de trabajo virtual, más de 43 personas representantes de colectivos y espacios de la Red de Espacios y Agentes de Cultura Comunitaria viajaron desde toda España para reflexionar sobre el camino recorrido, construir estrategias de futuro y proponer formas concretas de hacerlas realidad. La cultura comunitaria, entendida en sentido amplio, es más necesaria que nunca y por ello urge defenderla y fortalecerla
En Toledo, un grupo de unas 40 personas avanza, en silencio y con los ojos cerrados, por el puente de Alcántara, a los pies del Castillo de San Servando. Se mueven apoyadas ligeramente en su esqueleto, sintiéndose pluma y escuchando todo eso que nunca escuchamos. Cae la tarde y las aguas del Tajo salvan sus desniveles con estruendos generalmente apagados por el tráfico y que hoy brillan. Los pájaros van de recogida y parecen cantar de forma distinta. Los comentarios de personas transeúntes llegan y se alejan mientras el latido del propio corazón pasa a un primer plano. Acompañan y cuidan a esta extraña comitiva seis compañeras enfundadas en singulares trajes y con adornos multicolores. Ofrecen instrucciones dulces y precisas para que sus paseantes no se dañen o tropiecen. Estamos las unas en manos de las otras en un precioso y simbólico ejercicio de co-creación artística que llevaba meses trabajándose. Creamos, compartimos y contribuimos.
Al llegar al torreón occidental, el grupo se detiene para entonar un cántico a la Pachamama, arropado por la acústica gloriosa de la bóveda otrora puerta a la ciudad. Celebramos. Las personas curiosas se paran, hacen fotos, susurran y siguen su camino. La comitiva avanza hasta el corazón de la ciudad, la plaza de Zocodover, y una vez llegada al centro de la misma, entre miradas extrañadas y pasos aligerados, entonan a coro la lectura del Manifiesto por la Cultura Comunitaria apoyado por más de 200 agentes y entidades de todos los territorios de España. Denunciamos, demandamos y proponemos.
Esta reivindicativa acción cultural liderada por profesionales de la danza y el canto fue el cierre al primer día de trabajo intenso del primer encuentro de la Red de Espacios y Agentes de la Cultura Comunitaria (REACC). Tras casi dos años de trabajo virtual y de proximidad, más de 43 personas representantes de colectivos y espacios viajaron desde toda España para reflexionar sobre el camino recorrido, construir estrategias de futuro y proponer formas concretas de hacerlas realidad. La cultura comunitaria, entendida en sentido amplio, es más necesaria que nunca y por ello urge defenderla y fortalecerla. Para ello surgió la REACC en torno a tres áreas de actuación concretas (la acción cultural, la práctica artística y la investigación-acción) a las que atraviesan tres dinámicas que nos definen y que defendemos: el pensamiento crítico, la autorganización y la acción colectiva. Así pues, la REACC se quiere como ese espacio de encuentro, diálogo, apoyo mutuo y acción entre profesionales de la cultura comunitaria española y sus redes. Los cuatro objetivos principales que nos guiaron para ponernos en marcha fueron: alimentar vínculos; crear sinergias; salvaguardar proyectos comunitarios; visibilizar la cultura comunitaria e intentar dar respuestas a las problemáticas endémicas que la debilitan. Son muchos y complejos los desafíos reconocidos por agentes y espacios y sobre ellos se trabajó en este encuentro.
Las tres iniciativas principales llevadas a cabo por la REACC hasta el momento han sido la Anticonvocatoria (acción cultural), el dispositivo Tándem (práctica artística), y el primer Diagnóstico de la cultura comunitaria (investigación-acción). La Anticonvocatoria ha constituido un elaborado proceso de co-construcción y busca cuestionar las bases mismas de las formas de financiación que sostienen la cultura (individualismo, competitividad y mercantilización) proponiendo fórmulas alternativas para la gestión de recursos para cultura. Partiendo de una idea base los colectivos interesados se reúnen y suman sus propios desarrollos y experiencias enriqueciendo la idea primigenia y desdibujando la autoría. En segundo lugar, Tándem busca activar territorios (barrios, comunidades,…) a partir de las propuestas de mediación cultural de varios agentes. Se trata de una serie de encuentros que combinan una primera parte de práctica comunitaria y una segunda parte de conversatorio alrededor de las experiencias de estos agentes. Por último, el Diagnóstico intenta hacer una fotografía fija del dinámico ecosistema de la cultura comunitaria perfilando sus contornos y confirmando que está más viva que nunca después de la primera pandemia global. Las preguntas del estudio hacían especial hincapié en las formas y actividades principales, ámbito de acción y sostenibilidad de la cultura comunitaria. Las conclusiones inciden en la necesidad de seguir siendo combativa e innovadora tanto en los formatos como en contenidos; su tamaño micro y su capacidad de generar recursos para la comunidad y la propia práctica de la cultura comunitaria a pesar de recibir substancialmente menos financiación que la organización cultural tipo en nuestro país.
En base al diagnóstico y a lo que emergió de la Asamblea de Toledo, hemos identificado una alta capacidad de movilización y transformación social, pero también un alto nivel de precarización. En este sentido las principales conclusiones de la Asamblea, derivadas de este primer diagnóstico de la cultura comunitaria en España son:
Tras dos jornadas de arduo trabajo en común, volvimos con una tarea clara en mente: seguir fortaleciendo y expandiendo los valores y principios de la REACC en cada uno de nuestros territorios. Una red que está más viva que nunca y que sigue intensificando su trabajo de construcción colectiva, buscando involucrar a más agentes y espacios, y visibilizando las iniciativas comunitarias que contribuyen a una cultura viva y crítica que se traduzca en el bienestar de los territorios y las comunidades que los habitamos.