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La potencia de la revolución en la lucha kurda

Desinformémonos :: 05.04.22

En Economía anticapitalista en Rojava. Las contradicciones de la revolución en la lucha kurda de Azize Aslan, publicado el año pasado por la Cátedra Jorge Alonso (disponible para descarga en línea en: https://www.caminoalandar.org/post/econom%C3%ADa-anticapitalista-en-rojava-las-contradicciones-de-la-revoluci%C3%B3n-en-la-lucha-kurda) y ya en imprenta para ser publicado en el sello autónomo de Bajo Tierra Ediciones, encontramos algunas de las prácticas organizativas y revolucionarias que el pueblo va experimentando y construyendo en Rojava, una región del Kurdistan.

Leer y caminar preguntando

La potencia de la revolución en la lucha kurda

 

Pablo Reyna Esteves

 

Con frecuencia, la sensación de que el colapso civilizatorio es inevitable nos deja aturdidos. Los diagnósticos ambientales, sociales y políticos coinciden en que estamos en tiempos peligrosos e inciertos. Nuestros saberes y acciones parecen insuficientes frente a la urgencia de construirnos condiciones de vida digna más allá del capitalismo, la democracia estatal y el patriarcado. Y hacia el final de las conversaciones, de los encuentros, las asambleas surgen, inevitablemente, las preguntas sobre el qué hacer, cómo seguir adelante, qué alternativas tenemos.

En Economía anticapitalista en Rojava. Las contradicciones de la revolución en la lucha kurda de Azize Aslan, publicado el año pasado por la Cátedra Jorge Alonso (disponible para descarga en línea en: https://www.caminoalandar.org/post/econom%C3%ADa-anticapitalista-en-rojava-las-contradicciones-de-la-revoluci%C3%B3n-en-la-lucha-kurda) y ya en imprenta para ser publicado en el sello autónomo de Bajo Tierra Ediciones, encontramos algunas de las prácticas organizativas y revolucionarias que el pueblo va experimentando y construyendo en Rojava, una región del Kurdistan.

A través de la historia larga del pueblo kurdo en el Medio Oriente, Azize Aslan, nos permite conocer tanto las violencias coloniales que han decantado en que actualmente el territorio del Kurdistán esté fragmentado bajo las fronteras de los estados de Irak, Irán, Turquía y Siria, así como las resistencias y procesos de organización que han llevado a una parte del pueblo kurdo, y en particular en la región de Rojava, a impulsar un proceso revolucionario con horizontes anticapitalistas, antiestatales y antipatriarcales.

Las raíces culturales y la memoria histórica del pueblo kurdo han sido fundamentales para la transformación de su proceso organizativo e ideológico. Durante el siglo XX, la lucha kurda estuvo subsumida no solamente por los estados coloniales que dividen el Kurdistán sino también por la visión y práctica de partidos y organizaciones de izquierda en los cuatro estados nación que desdeñaban la emancipación kurda como parte secundaria y postergable a sus objetivos «revolucionarios» de tomar el poder estatal para implantar un estado socialista. Entre tensiones y contradicciones, la visión e inspiración política de una parte del pueblo kurdo se alejó de las teorías, militancias y prácticas de esta izquierda tradicional y partidista cuya «revolución» construiría un Estado donde la emancipación kurda no sería posible.

En este proceso, el PKK, Partido de los Trabajadores del Kurdistán, se transformó, de la mano de la acción y pensamiento de uno de sus referentes, Abdullah Öcallan, de ser un partido que buscaba la creación del Estado Socialista del Kurdistan a ser un promotor de la organización comunal revolucionaria anti-estatal y anti-poderes. Esto no es menor e incluso implica revolucionar el propio concepto e ideal de revolución. La revolución de la organización y la lucha Kurda reconoce que debe hacer desaparecer el Estado, por ser este una de las principales instituciones de dominación de la vida cotidiana, y, en cambio, impulsar la organización comunal, de la que los propios pueblos son el sujeto revolucionario, a través de la autonomía democrática. Es decir, la revolución kurda renuncia a la conquista del poder, incluso a la construcción e implantación de cualquier poder, a través de la organización incluyente, antivanguardista, colectiva de los propios pueblos transformando sus relaciones sociales hacia la solidaridad, la ayuda mutua, lo comunitario.

La búsqueda revolucionaria por construir relaciones sociales alejadas del Estado no es suficiente para anular el poder y la dominación. La negación del Estado tiene que ir de la mano de la negación del capitalismo y del patriarcado. Y es justo en estas las prácticas y transformaciones anticapitalistas y antipatriarcales que Azize Aslan se concentra a mayor detalle a lo largo del libro. Estos procesos revolucionarios, nos advierte la autora, están sucediendo, siempre dinámicos, en creación-destrucción-recreación experimental por los propios pueblos, privilegiando la autocrítica ante contradicciones, tensiones y errores.

En el ámbito anticapitalista, la revolución de Rojava ha impulsado la creación de economías anticapitalistas a través de la socialización y colectivización de los ámbitos de lo económico. Las fábricas sin patrones y las cooperativas están en la base de la economía social que experimentan. La organización de le economía social se realiza a través de asambleas, comunas que deciden qué, para qué, para quién y cómo se producirá en las cooperativas. A diferencia de otras experiencias de economía alternativa en el mundo que buscan colectivizarse para acceder en mejores condiciones al mercado capitalista, el cooperativismo kurdo tiene por objetivo «crear los mecanismos y formas que transformen las relaciones sociales». Muy diversas experiencias de economía social son descritas y analizadas críticamente por la autora y autocríticamente por lxs propixs impulsores de las cooperativas y fábricas sin patrones dejando un amplio abanico de aprendizajes para *quienes buscamos impulsar economías anticapitalistas.

La crítica y autocrítica del movimiento kurdo es motor para la transformación de su propio proceso revolucionario. En el ámbito de la lucha antipatriarcal es, probablemente, donde más se visibiliza la potencia de la autocrítica para la corrección del rumbo hacia una autonomía democrática. La denuncia de la persistencia de violencias patriarcales en el proceso revolucionario kurdo ha generado profundos cambios e iniciativas alternativas en la organización del movimiento. Las mujeres no solamente participan en todos y cada uno de los espacios organizativos que el movimiento kurdo ha creado para el impulso de su autonomía, sino que lo hacen en condiones de paridad. El 50% de todas las personas que construyen las organizaciones, asambleas, vocerías, fábricas, cooperativas y demás espacios tiene que ser mujeres. Además, en todos los ámbitos de la autonomía pueden ejercer el veto a las decisiones de los espacios mixtos. En paralelo a esto, las mujeres han desarrollado su propia organización que permite que propicia que su participación en cada uno de los ámbitos auntonómicos sea activo y antagónico “que determina y recuerda constantemente los principios [antipatriarcales, anticapitalistas, antipoderes] de la autonomía mixta” (pp. 330). La autonomía de las mujeres está organizada en comunas, asambleas, cooperativas, academias, unidades de defensa, etc. Vale la pena conocer la ciencia de la mujer, jineologî (https://jineoloji.org/) desarrollada por el movimiento de las mujeres del Kurdistán.

En resumen, Economía anticapitalista en Rojava. Las contradicciones de la revolución de la lucha kurda es un texto relevante para ampliar y transformar nuestros presupuestos, saberes y prácticas revolucionarias para la construcción colectiva de poder popular anticapitalista, antiestatal y antipatriarcal.

@preynae

 


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