Un año después del estallido social comunidad celebra desmonte del peaje de Tunia.
Hace un año, en el marco del estallido social, comunidades campesinas, indígenas y urbanas decidieron unir fuerzas para desmontar el peaje de Tunia, en el municipio de Piendamo, Cauca, su propósito fue manifestarse contra la corrupción que este centro de recaudo vial representaba. Así las cosas, después de lo sucedido el tres de mayo del año dos mil veintiuno, estas comunidades volvieron a encontrarse en la vía panamericana y conmemorar un año de resistencia.
En el acto simbólico que se realizó en memoria de la unión, de la solidaridad entre comunidades de distintos sectores, se recordó el motivo del desmonte del peaje de Tunia, que duro más de cuarenta años instalado y que según el consejero mayor del CRIC, Mauricio Capaz, “se había convertido en una zona de atraco institucionalizado; tenía muchas falencias en cuanto a la retribución de los dineros recolectados, los cuales olvidaron a las comunidades y a las necesidades del sector y por el contrario solo beneficiaba a la empresa privada que en complicidad con el estado se llevaban los recursos que se tenían que reinvertir en la deteriorada malla vial”.
Un año después de desmontar el peaje en Tunia, que tuvo lugar en el marco del estallido social en Colombia, las comunidades salieron a la vía, hablaron con los transportadores, pararon el transito intermitentemente, realizaron actos simbólicos, y en una tarima improvisada con parlantes y un volumen amplificado se volvió a llamar a la unidad contra la corrupción pero, sobre todo, a reiniciar el camino para “desbloquear el país, no solo de estas zonas de atraco institucionalizado, sino también en términos de salud, educación, y con acciones políticas de esperanza que permitan soñar con un territorio donde se respete la vida y la dignidad de los pueblos” así como lo dijo enfáticamente el Consejero Capaz en su intervención en la vía panamericana frente a una fila de trasportadores, quienes en sus vehículos y en medios del sol, atendían el mensaje mientras esperaban, por espacios de tiempo de diez minutos, que la guardia volviera a permitir el paso.
En el lugar, además de otros lideres, hicieron presencia el representante al cámara electo por el pacto histórico Ermes Pete y la senadora indígena Aida Quilcue, quienes coincidieron en que es fundamental revisar las distancias entre peajes, evaluar cual es el verdadero destino de los recursos recolectados y generar mecanismos para que las poblaciones aledañas a los peajes obtengan algún tipo de beneficios con estos puntos de recaudo vial.
El espacio de conmemoración sirvió también para que la guardia indígena, protagonista de estos hechos de resistencia, se manifestara en contra de las afectaciones a la vida de lideres y comuneros, quienes en los últimos días han sido asesinados tanto por actores ilegales como del estado, y se rechazó en el marco de esa violencia que se arraiga en los territorios, todo acto de desarmonía impulsado por acción u omisión por este gobierno.
Finalmente, la guardia en memoria de sus muertos, instaló en ese espacio de la vía panamericana, la escuela de formación itinerante de derechos humanos, donde se espera que mas de tres mil comuneros defensores de la vida, tengan herramientas desde lo político organizativo para enfrentar el conflicto social y armado que afecta sus territorios.
Por: Programa de Comunicaciones-CRIC.