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Las prácticas capitalistas que reproducimos

Raúl Zibechi :: 10.05.22

El comunicado de la Caravana por la Vida y el Agua, difundido el 26 de abril al finalizar el recorrido de 34 días por territorios de diez pueblos originarios, es una pieza que merece ser debatida y estudiada por las personas organizadas en movimientos.

En Movimiento

“Las prácticas capitalistas que reproducimos”

 

Raúl Zibechi

 
 

El comunicado de la Caravana por la Vida y el Agua, difundido el 26 de abril al finalizar el recorrido de 34 días por territorios de diez pueblos originarios, es una pieza que merece ser debatida y estudiada por las personas organizadas en movimientos (https://bit.ly/37qvex9).

Porque es de esas piezas que revelan la profundidad de las resistencias y la madurez de quienes siguen apostando a cambiar el mundo desde abajo. El texto relata lo sucedido durante ese mes cuando los pueblos recibieron a la Caravana: caminaron juntos, conocieron los dolores, el desprecio, la represión, el despojo y la explotación, que son “las formas en que se manifiesta la guerra que impone el capitalismo en todo el mundo”.

Denuncia que el crimen organizado no podría existir sin el apoyo del Estado, algo que conviene no olvidar para no adelantar falsas ilusiones. Se detiene en la denuncia de cómo el Estado reprime a los pueblos y colectivos que defienden el agua, la tierra, la vida.

El párrafo que más me movió hace hincapié en las cuestiones internas de las organizaciones y de las personas:

“La Caravana también nos permitió mirar y notar nuestras contradicciones como individuos y como organizaciones, las prácticas capitalistas que reproducimos y que sólo podemos desmantelar en colectividad, el sistema que habita en nuestros cuerpos y que se manifiesta en nuestras acciones y palabras. Para erradicar el consumismo, el patriarcado, el machismo, la misoginia, el colonialismo, el racismo y el clasismo es necesario reconocerlo en nosotros, enunciarlo y construir alternativas”.

Finalmente, propone la construcción de escuelitas autónomas en los territorios organizados en el CNI, donde puedan llegar comprar de México y del mundo, respondiendo la pregunta “y tú qué?”.

Lo que no dice el comunicado, pero se desprende del proceso de organización de los pueblos, es la profundidad de la siembra zapatista, en México y en buena parte del mundo. Este comunicado no viene firmado por el sub Galeano o el sub Moisés, sino por jóvenes y jóvenas de pueblos que se organizan en el CNI y participaron en la Caravana.

La calidad del comunicado, la potencia de luchas como las de Bonafont convertida en Altepelmecalli, la lucha del pueblo otomí en Ciudad de México y la resistencia en Xochimilco, por mencionar las pocas que visité personalmente, nos revelan lo mucho que han crecido los pueblos desde el Ya Basta! del 1 de enero de 1994.

Ese crecimiento, producto de la siembra zapatista, se hace evidente en que los pueblos caminan a su ritmo y en sus modos, que no dependen de que otros les bajen órdenes, lo que sería un signo de nula autonomía.

Por el contrario, los pueblos organizados en el CNI dialogan con el EZLN en plano de igualdad, aunque quienes siguen apegados a la cultura política dominante no lo creen, ya que sienten que sólo con caudillos y mandamases se puede luchar.

Quedémonos con algunas frases notables del comunicado: aquellas que hablan de construirnos como personas y colectivos diferentes al capitalismo y al patriarcado hegemónicos, que cuidemos y defendamos estos modos distintos, y que hagamos lo posible por soltar al viento estas semillas, con la esperanza de otros y otras en cualquier lado del mundo las recojan y las hagan crecer en tierras siempre distintas. Es el mundo nuevo que necesita nacer.

 


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