ÍNDICE - INTRODUCCIÓN 7 1. LAS CONVULSIONES EN LOS MERCADOS DE HIDROCARBUROS 9 2. TURBULENCIAS EN LOS RECURSOS NATURALES 19 3. MÚLTIPLES IMPACTOS EN LA MINERÍA 23 4. EFECTOS EN LA AGRICULTURA Y LA ALIMENTACIÓN 29 5. ECONOMÍAS EXTRACTIVISTAS 37 6. POLÍTICA, DEMOCRACIA Y AUTORITARISMO 43 7. LAS TENAZAS DE LA GLOBALIZACIÓN 49 8. OLEADAS DE IMPACTOS 59 9. PENSANDO DESDE AMÉRICA LATINA 67
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LOS EFECTOS DE LA GUERRA EN UCRANIA SOBRE EL COMERCIO GLOBAL, ENERGÍA Y RECURSOS NATURALES LATINOAMERICANOS
Autor: Eduardo Gudynas
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN 7 1. LAS CONVULSIONES EN LOS MERCADOS DE HIDROCARBUROS 9 2. TURBULENCIAS EN LOS RECURSOS NATURALES 19 3. MÚLTIPLES IMPACTOS EN LA MINERÍA 23 4. EFECTOS EN LA AGRICULTURA Y LA ALIMENTACIÓN 29 5. ECONOMÍAS EXTRACTIVISTAS 37 6. POLÍTICA, DEMOCRACIA Y AUTORITARISMO 43 7. LAS TENAZAS DE LA GLOBALIZACIÓN 49 8. OLEADAS DE IMPACTOS 59 9. PENSANDO DESDE AMÉRICA LATINA 67
INTRODUCCIÓN La guerra en Ucrania, desencadenada por la invasión militar de Rusia, con sus durísimas consecuen[1]cias en vidas humanas y destrucción, está teniendo múltiples impactos globales. Es un enfrenamien[1]to que como ocurre en el corazón de Europa puede parecer lejano a América Latina, pero se vuelve muy cercano en tanto muchos de sus efectos alcanzan a nuestros países. Sus consecuencias inciden en las estrategias de desarrollo, el comercio internacional y con ello, en el aprovechamiento de los recursos naturales en nuestro continente. A partir del estallido de la guerra, el 24 de febrero de 2022, se sucedieron a velocidad de vértigo todo tipo consecuencias, desde miles de muertos a un estimado de diez millones de desplazados, desde un amplio abanico de sanciones comerciales y económicas contra Rusia a una reorganización de la globalización. Como resultado se desencadenó una reorganización del comercio global de hidrocarburos, el au[1]mento de sus precios, subieron los precios y se modificaron las relaciones de demanda y oferta. Situa[1]ciones similares se registraron en minerales y los agroalimentos. Esos cambios globales producen sucesivas olas de efectos sobre muchas otras áreas, como podían ser la seguridad alimentaria en muchos países, las opciones para las transiciones energéticas y los modos de enfrentar el cambio climático. De una manera u otra, todos los países latinoamericanos son afectados. El presente ensayo ofrece un abordaje a varios de los efectos de esa guerra que de manera directa o indirecta inciden sobre la apropiación de los recursos naturales, la gestión ambiental, y la ecología política. El análisis sigue una perspectiva latinoamericana y por lo tanto no es un examen detallado de aquel conflicto sino de algunos de sus efectos sobre nuestro continente. Es también un ejercicio preliminar en tanto ese enfrentamiento todavía está en marcha. Se incluyen informaciones y datos hasta el 10 de mayo de 2022. Algunas ideas y secciones de este análisis se presentan en un libro colectivo publicado por el Centro de Documentación e Información de Bolivia (CEDIB), en distintos artículos de prensa, y otros apa[1]recen en un documento de trabajo del Instituto para el Desarrollo Rural de Sudamérica (IPRDS). Un adelanto de estas reflexiones se compartió en la clase inaugural sobre ambiente en la maestría sobre procesos de integración regional en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Estoy muy agradecido a Efraín Ramos, integrante de CEDIB, por su colaboración con el procesamiento de imágenes y gráficas, a Ana Romero por alentar que RedGE publicara el texto, y a José de Echave, César Padilla y Oscar Campanini por concretar los auspicios institucionales. No está demás agregar que los contenidos son de responsabilidad del autor y no comprometen a esas instituciones o per[1]sonas.
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La dependencia europea del petróleo La guerra en Ucrania dejó en evidencia la adicción europea a los hidrocarburos, lo que a su vez la hace dependiente de Rusia. El 45 % del gas importado por la Unión Europea proviene de ese país. El bloque importa un estimado de 155 mil millones m3 en un año, que incluyen 140 mil millones m3 provistos por gasoductos, y unos 15 mil millones m3 como gas natural licuado3 . Tanto las empresas proveedoras como la infraestructura de transporte, y de almacenamiento dentro de Europa está en manos o depende de corporaciones petroleras rusas como Gazprom o Rosneft. Entre las reacciones y sanciones europeas varias de ellas apuntaron contra el sector petrolero ruso. Entre las primeras estuvo la cancelación del proyecto alemán Nord Stream 2 que incluía la construc[1]ción de un nuevo gasoducto. Le acompañó una intensa discusión sobre abandonar el gas ruso, lo que tendría severas consecuencias tales como restricciones para los usos domésticos, como la calefac[1]ción, o su empleo en industrias. Además, existen diferencias entre los países ya que esa dependencia es muy alta por ejemplo en Finlandia y Polonia, media en Alemania e Italia, pero más baja en Francia y España4 . Entonces, no sorprende que sanciones económicas, como la cancelación del acceso a la red SWIFT de intermediación bancaria, excluyeron a los canales por los cuales se paga el gas a Rusia. Igualmente se considera la posibilidad de desconectarse del suministro ruso apelando a proveedores alternativos. Aunque es técnicamente posible, enfrenta desafíos en varios sentidos: económicos en tanto ese gas seguramente será más caro, políticos para coordinar compras en común, y logísticos para acceder al gas y almacenarlo. Los proveedores alternativos más cercanos para Europa están en Noruega, Argelia y Azerbaiyán. En cuanto a obtener gas natural licuado desde otros orígenes, esos contratos no se negocian de un día a otro, y será difícil pasar a comprar aquel que hoy sobre todo se vende en Asia (donde los principales importadores son China, Japón y Corea del Sur)5 . Al mismo tiempo, la administración Biden anunció que aumentaría sus envíos de gas licuado hacia Europa6 . 3 Indicadores e informaciones en esta sección también se basan en Oil market and Russian supply, citado arriba. 4 Preparing for the first winter without Russian gas, B. McWilliams y colab., Bruegel Blog, 28 Febrero 2022, https://www.bruegel.org/2022/02/preparing-for-the-first-winter-without-russian-gas/ 5 Can Europe survive painlessly without Russian gas?, B. McWilliams y colab., Bruegel Blog, 27 Enero 2022, https://www.bruegel.org/2022/01/can-europe-survive-painlessly-without-russian-gas/ 6 Biden and EU agree landmark gas deal to break Kremlin’s hold, R. Davies, The Guardian, 25 marzo 2022, https://www.theguardian.com/us-news/2022/mar/25/biden-and-eu-agree-landmark-gas-deal-to[1]break-kremlin-hold Figura 2. Precios del petróleo: referencia para el crudo Brent procedente del Mar del Norte y Urales para el de Rusia. Dólares de EE.UU. por barril. Valores entre el 1 de febrero y 23 de marzo 2022. Redibujado de Neste.com Eduardo Gudynas 12 La Agencia Internacional de Energía ya había presentado a los pocos días de la invasión, el 3 de mar[1]zo, una propuesta de diez puntos para reducir la dependencia del gas ruso, en 50 mil millones m3 en el primer año, y aún más en los años siguientes7 . Las medidas incluyen previsibles componentes tales como no firmar nuevos contratos con proveedores rusos, apelar a importaciones desde otros países (por ejemplo desde fuentes cercanas como Noruega y Azerbaiyán, e importar gas licuado desde otros sitios), acelerar el despliegue de fuentes solares y eólicas (por ejemplo flexibilizando los permisos), reconectar o suspender el cierre de centrales nucleares como proveedores de electricidad, impulsar medidas económicas para reducir el impacto de la suba de precios en sectores clave, reconversiones en sistemas de calefacción del hogar, o mejorar la eficiencia energética en los edificios. La Comisión Europea anunció el 8 de marzo un acuerdo para un ambicioso plan con el objetivo de volverse independiente de las importaciones rusas al año 2030 y que a la vez intenta mantener las promesas de ser neutral en las emisiones de carbono8 . Bruselas presentó medidas inmediatas como incrementar sus reservas de gas para el próximo invierno, diversificar sus compras con otros pro[1]veedores, lanzar programas de reconversión para reemplazar el gas para la generar electricidad o calefaccionar, amortiguar aumentos de precios, etc. En ese momento estimaban que en el primer año puede reducir sus compras de gas ruso en dos tercios. Con el paso de las semanas, a medida que la guerra se volvió más intensa, y ante lo que Bruselas consideró como atroces matanzas de civiles, se avanzó en esa línea, suspendiendo la compra de carbón a inicios de abril y asumiendo que un si[1]guiente paso sería cancelar las de crudo. Queda claro que está en marcha un programa para rápidamente reducir las compras de hidrocar[1]buros desde Rusia. Pero de todos modos prevalece el interés en asegurar otras fuentes alternativas dejando en segundo lugar el debate sobre despetrolizar el consumo y la producción europea. En ese terreno los avances son más lentos y las resistencias mayores. De hecho, el plan de la UE en lugar de centrarse en descarbonizarse, está más enfocado en reemplazar el gas ruso por otro comprado desde otros proveedores, y posiblemente desde los EE.UU. Existen otros elementos controvertidos en ese tipo de agendas. Algunos países apelarán a fuentes al[1]ternativas basadas en carbón, que al ser otro combustible fósil llevará a un aumento de las emisiones globales de gases invernadero, pero que además alentará a más minería de ese tipo en el sur. Tam[1]bién se plantea detener el desmantelamiento de las centrales nucleares o incluso inaugurar nuevas, para seguir descansando en ellas como fuente de energía9 . Los riesgos involucrados son enormes dentro de Europa y, a la vez, alientan sueños nucleares en el sur, como los planes de Argentina de construir una nueva central nuclear provista por China. La adicción europea al petróleo ruso también está basada en estrechos vínculos políticos y empre[1]sariales. Recordemos que el gran gasoducto que alimenta a Alemania, NordStream 1, resultó de un acuerdo que firmó en 2005 el gobierno socialdemócrata de Gerhard Schröder, en su último año, con Vladimir Putin. Schröder perdió el gobierno, pero a los pocos meses pasó a la directiva de la empresa que administra el gasoducto, a su vez subsidiaria de la petrolera rusa Gazprom. Más adelante tam[1]bién se sumó a la dirección de la otra enorme corporación petrolera rusa, Rosneft. Estos ejemplos no resultan ajenos a América Latina, donde los políticos progresistas también se sumergieron en nego[1]
7 A 10-Point Plan to reduce European Union’s Reliance on Russian Natural Gas, International Energy Agency, Paris, 3 marzo 2022, https://www.iea.org/reports/a-10-point-plan-to-reduce-the-european[1]unions-reliance-on-russian-natural-gas 8 REPowerEU: Joint European action for more affordable, secure and sustainable energy, European Commission, 8 marzo 2022, https://ec.europa.eu/commission/presscorner/detail/en/ip_22_1511 9 Alemania por ahora mantiene su programa de cierre de centrales nucleares, pero Finlandia inauguró una en marzo, la primera en 15 años dentro de la UE. Germany rules out extending lifespan of its nuclear facilities, Power Technology, 9 marzo 2022, https://www.power-technology.com/news/germany[1]nuclear-facilities/ Finland opens nuclear power plant amid concerns of European energy war, E. O’Byrne Mulligan, The Guardian, 12 marzo 2022, https://www.theguardian.com/environment/2022/mar/12/finland-opens[1]nuclear-power-plant-amid-concerns-of-europe-energy-war
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ciados petroleros. Otro tanto ocurrió con otros políticos alemanes, incluyendo al actual presidente, Frank-Walter Steinmeier, que cultivó relaciones estrechas con Moscú mientras fue ministro de relacio[1]nes exteriores de Angela Merkel10. Finalmente, ya no escapa a casi nadie que las compras europeas de gas son las que terminan finan[1]ciando las aventuras militares de Putin. El total de las exportaciones rusas de recursos naturales como hidrocarburos, minerales y metales, alcanzó un estimado de US$ 64,1 mil millones en 2020. Ese valor se puede comparar con el presupuesto militar ruso, calculado en US$ 61.7 mil millones11. Dicho de otro modo, el petróleo terminan financiando las guerras. Los impactos en el comercio global en energía En paralelo a las discusiones europeas, Estados Unidos decidió prohibir las importaciones de petró[1]leo desde Rusia. El crudo y refinado que compra ese país representa solamente un 8 % de todas sus importaciones (estimado en un promedio de 20.4 millones de barriles por mes)12. El Reino Unido le siguió, prohibiendo las importaciones de crudo y líquidos, pero no las de gas natural. Los impactos de esas medidas en las exportaciones rusas son limitados, pero esa señal, y medidas similares por otros gobiernos, hizo que se globalizaran los efectos sobre los mercados de energía. A fines de abril todo indica que el próximo conjunto de sanciones incluirá una suspensión europea a la compra de crudo ruso, ya que finalmente Alemania decidió plegarse a esa opción. El conjunto de naciones que se comprometieron a seguir algún tipo de sanciones representa más de la mitad de los destinos de exportación de hidrocarburos desde Rusia (figura 1). Se llegó a una situación donde en algunos días no había compradores internacionales del crudo ruso, no había buques dispuestos a transportarlos, o si lo hacían las pólizas de seguro eran muy costosas, y aunque llegaran a un puerto existía la incertidumbre de si las autoridades locales o los sindicatos permitirían que fuese descargado. Incluso los países que no acompañaban las sanciones enfrentaban enormes trabas por el aislamiento financiero y bancario de Rusia. En los medios corporativos del nor[1]te se sostuvo que comerciar con Rusia se volvió “tóxico”13. Las empresas occidentales abandonaron convenios, operaciones o negocios en Rusia. Algunas de ellas habían encaminado una salida planificada por las sanciones a ese país tras la invasión a Crimea, pero ahora lo aceleraron. Siguieron ese camino corporaciones como Exxon, British Petroleum y Shell, y otras solo parcialmente como la francesa Total. Los impactos económicos inmediatos son limitados porque se estima que la coparticipación de empresas occidentales en proyectos petroleros rusos es solamente el 15%. Sin embargo, en este aspecto los efectos sobre el comercio global son enormes. Como resultado de todas esas circunstancias se calcula que unos 2,5 millones de barriles por día del crudo ruso no logran ser comercializados14. De ese modo, mientras el precio del crudo de otros oríge[1]nes se disparaba, el valor del proveniente de Rusia caía y se ampliaba esa brecha (figura 2). Todas estas circunstancias explican tanto la alta volatilidad como el alza de los precios, tal como se adelantó antes. Considerando una escala de tiempo mayor, se observa que el crudo está en los nive[1]10 German President Frank-Walter Steinmeier under fire for Russia ties, DW, Berlin, 3 abril 2022, https:// www.dw.com/en/german-president-frank-walter-steinmeier-under-fire-for-russia-ties/a-61344699 11 How Europe is funding Puttin’s war, C. Hirsch y colab., Politico, 24 febrero 2022, https://www.politico.eu/ article/europe-eu-oil-gas-trade-russia-budget-military-spending-ukraine-war-crisis/ 12 Biden bans Russia oil import to U.S., Reuters, 8 marzo 2022, https://www.reuters.com/business/biden[1]announce-ban-russian-oil-tuesday-sources-2022-03-08/ 13 The future turns dark for Russia’s oil industry, S. Reed, The New York Times, New York, 8 marzo 2022, https://www.nytimes.com/2022/03/08/business/russian-oil-industry.html 14 Estimaciones de la Agencia Internacional de Energía; ver además las posiciones de distintos países en Factbox: Countries and companies shun Russian crude over Ukraine invasion, Reuters, 17 marzo 2022, https://www.reuters.com/business/energy/countries-companies-shun-russian-crude-over-ukraine[1]invasion-2022-03-16/ Eduardo Gudynas 14 les más altos de los últimos cinco años, muy por encima de los valores previos a la pandemia al ir más allá de los US$ 100 por barril (figura 3). Está en marcha una reorganización del comercio global de hidrocarburos. Mientras las naciones eu[1]ropeas, EE.UU. y otros gobiernos se mueven para dejar de comprar hidrocarburos desde Rusia, es posible que Moscú apele a otros destinos. Entre ellos se destaca China, la que ya era su primer com[1]prador, aunque lo hacía a precios más bajos, junto a la India. Esas opciones enfrentan a su vez dificul[1]tades, sea por la amenaza a sancionar a aquellas naciones que negocien con Moscú, a las trabas para realizar los pagos, aplicar seguros, etc. Las empresas petroleras rusas también están imposibilitadas de comprar insumos tecnológicos que necesitan para sostener sus actividades y que eran importados desde occidente. Por ejemplo, en el sector del gas, más del 90% de equipos necesarios para el procesamiento y almacenamiento eran importados15. Al carecer de esos insumos están en riesgo tanto el desempeño actual como los planes de expansión petrolera de Moscú. Del mismo modo se iniciaron acciones para acercarse a los países petroleros que padecían sanciones o restricciones de forma que pudieran regresar al mercado global. Ese giro alcanzó a Irán, que se en[1]cuentra negociando esa apertura (aunque depende de un mecanismo donde participan EE.UU., Ale[1]mania, China, y otras naciones, pero también Rusia)16. Algo similar ocurrió con Venezuela, incluyendo la visita de una delegación de Estados Unidos a Caracas. Sin embargo, esa opción es limitada en tanto Caracas concretó en los últimos años acuerdos con empresas rusas, las que en varios sitios gestionan las plataformas de explotación17. Los países latinoamericanos que exportan crudo se favorecerán por los altos precios; de hecho, gra[1]cias a ello Ecuador está recibiendo ingresos adicionales que le permitirán aliviar su déficit fiscal. Pero a la vez se pueden generar distorsiones, como en Argentina, donde las petroleras prefirieron exportar el crudo a los nuevos altos precios antes que venderlo en el mercado local, con valores mucho más bajos. Eso desembocó en desabastecer a las refinerías y se produjo una escasez en la disponibilidad de diésel que puso en riesgo a todo el sector productivo18. 15 Russian energy industry to resist EU sanctions, Energy Intelligence, 13 abril 2022, https://www. energyintel.com/00000180-2206-da59-abd5-f22612b20000 16 Russian demand for sanctions relief threatens Iran nuclear talks, L. Sly, The Washington Post, Washington, 5 marzo 2022, https://www.washingtonpost.com/world/2022/03/05/russia-iran-nuclear-talks 17 Russian Oil Rigs in Venezuela complicate U.S. talks with Maduro, Bloomberg, https://www.bloomberg. com/news/articles/2022-03-11/russian-oil-rigs-in-venezuela-complicate-u-s-talks-with-maduro 18 Falta de gasoil en Argentina: escasez de diésel causa estragos en inicio de cosecha, J. Gilbert, Bloomberg, 7 abril 2022, https://www.bloomberglinea.com/2022/04/07/falta-de-gasoil-en-argentina-escasez-de[1]Figura 3. Precio del crudo WTI (West Texas Intermediate); en dólares EE.UU. por barril, en los últimos cinco años (2017 a abril 2022). Reproducido de Trading Economics. MUY LEJOS ESTA CERCA 15 En el caso del gas natural la situación es más compleja. Los precios de referencia internacionales tuvieron un récord en comparación con los últimos años, pero de todos modos en 2021 también se reportaron valores elevados (figura 4). El precio del gas en algunos momentos aumentó más del mil por ciento en el mercado europeo al inicio de la guerra, arrastrando incrementos, aunque menores, para Asia, y mucho más moderados en EE.UU. El máximo europeo se registró a inicios de marzo para descender a valores similares a los del inicio del año, aunque bajo alta volatilidad. En América del Sur, los vaivenes en los precios de referencia del gas incidirán en el principal provee[1]dor regional, que es Bolivia. Sus exportaciones a Argentina y Brasil revisten mucha importancia para ese país. En el caso del convenio de venta con Argentina, si bien ha sido sujeto a varias adendas, el gobierno boliviano parecería buscar un aumento de los precios, aunque enfrenta el problema de no poder asegurar los volúmenes requeridos por la declinación en sus yacimientos19. Desde la perspecti[1]va argentina, el conflicto en Ucrania augura un aumento sustancial en los costos del GNL importado, tanto por el incremento de su valor como por la suba de los fletes marítimos20. Ese costo se trasladará a los hogares y empresas, poniendo todavía más en dificultades a la economía de Argentina. Bajo estas condiciones aumentará la presión para promover el extractivismo petrolero, sea conven[1]cional como mediante el fracking (obtención de hidrocarburos por medio de fracturas hidráulicas). Eso ya está en marcha como ocurre con las nuevas licencias de explotación otorgadas por Noruega en el Ártico21. En EE.UU., donde la presidencia Biden recibe fuertes reclamos para reactivar las explo[1]taciones en Alaska y su red de oleoductos, como en flexibilizar el fracking, a pesar de la resistencia ciudadana. Se reforzarán las presiones que ya operan para incentivar la explotación de hidrocarburos convencionales y no convencionales en América Latina. Esto ocurre entre otros casos en Argentina diesel-causa-estragos-en-inicio-de-cosecha/ 19 Por la suba del LNG, Bolivia se endurece y pide un mejor precio para renovar contrato de gas hacia la Argentina, R. Bellato, Econojournal, 10 de marzo 2022, https://econojournal.com.ar/2022/03/por[1]la-suba-del-lng-bolivia-se-endurece-y-pide-un-mejor-precio-para-renovar-contrato-de-gas-hacia-la[1]argentina/ Ver además Los avatares y sinsabores del contrato de gas Argentina-Bolivia y su destino, A. Ríos Roca, Página Siete, La Paz, 6 marzo 2022, https://www.paginasiete.bo/opinion/2022/3/6/los-avatares[1]sinsabores-del-contrato-de-gas-argentina-bolivia-su-destino-325071.html#! 20 Por la Guerra en Ucrania, el gobierno prevé una fuerte suba en el costo de importar GNL a la Argentina, Infobae, Buenos Aires, 24 febrero 2022, https://www.infobae.com/economia/2022/02/24/por-la-guerra[1]en-ucrania-el-gobierno-preve-una-fuerte-suba-en-el-costo-de-importar-gnl-a-la-argentina/ 21 Por ejemplo Norway plans to expand Arctic oil and gas drilling in new licensing round, T. Solsvik, Reuters, 17 marzo 2022, https://www.reuters.com/business/energy/norway-plans-expand-arctic-oil-gas-drilling[1]new-licensing-round-2022-03-17/ Figura 4. Precio del gas natural en los últimos cinco años (a abril 2022). En dólares EE.UU. por millón de BTU (British Thermal Unit), en Estados Unidos. Redibujado de Trading Economics. Eduardo Gudynas 16 con el yacimiento de Vaca Muerta y las exploraciones en su costa oceánica, así como en mantener los planes del fracking en Colombia. De hecho, el presidente de Colombia, Iván Duque, se apresuró a ofrecer más petróleo a Estados Unidos, agregando que tiene más capacidades para hacerlo que Venezuela22. Igualmente aumentará el interés por exploraciones y asociaciones comerciales, como ocurre con el renovado interés de Shell en el petróleo de Ecuador23. Algunos países apelarán al carbón como alternativa, como sucede en China o India. Esto aumentará las emisiones de gases de efecto invernadero pero a la vez puede promover la minería de carbón también en el sur, específicamente en Colombia. El aumento de precios globales y la volatilidad además acarrean incrementos internos de los precios de los combustibles en casi todos los países. Esto ya sucedió en EE.UU. y situaciones similares se están repitiendo en las demás naciones, sobre todo en las que son dependientes de las exportaciones de crudo o de refinados. Lo mismo está en marcha en América Latina; por ejemplo, en Brasil, la petrolera Petrobras ajustó los precios de las gasolinas, diésel y gas embotellado para uso doméstico (en niveles del 16% al 25%)24; y en Perú una medida análoga fue encaminada por Petroperú, aunque enfocada en los combustibles25. Se debe tener presente que en América Latina también se otorgan enormes subsidios a los combustibles, y cuando se intentó removerlos u ocurren aumentos sustanciales, se producen severos conflictos sociales. El más recordado es la huelga de los camioneros en Brasil, en 2018, bajo el gobierno de M. Temer, y que en buena parte catapultó a Jair Bolsonaro al primer plano de la política; similares protestas ocurrieron en otros momentos en Bolivia, Ecuador y México. Un testimonio de ese tipo de encadenamientos de efectos que están directamente relacionados con la guerra ocurrió en Perú a inicios de abril. El aumento del precio de los combustibles se sumó a otros problemas, terminando en una ola de protestas y paro de transporte26. No se deben desatender otros desajustes en los mercados nacionales de combustibles. La guerra entorpece la provisión de combustibles refinados, y ello impacta en países que deben importarlos. Es el caso de Ecuador, que enfrentó impedimentos para pagar cargamentos de diésel ruso por las negativas de los bancos en tramitarlos27. 22 Duque ofreció a Biden petróleo colombiano: cuáles fueron los términos, Portafolio, Bogotá, 11 marzo 2022, https://www.portafolio.co/internacional/duque-ofrecio-a-biden-petroleo-colombiano-562807 23 Shell sale en búsqueda del petróleo ecuatoriano tras sanciones a Rusia, M.G. Arteaga, Diario Financiero, Santiago, 16 marzo 2022, https://www.df.cl/noticias/empresas/multinacionales/shell-sale-en-busqueda[1]del-petroleo-ecuatoriano-tras-sanciones-a-rusia/2022-03-16/121731.html 24 Petrobras reajusta preços da gasolina, diesel e gás de cozinha, D. Alvarenga, Globo 1, 10 marzo 2022, https://g1.globo.com/economia/noticia/2022/03/10/petrobras-anuncia-reajuste-nos-precos-de[1]gasolina-e-diesel.ghtml 25 Petroperú sube precio de los combustibles: ¿Cuáles son los nuevos costos al público? Gestión, Lima, 11 marzo 2022, https://gestion.pe/economia/petroperu-anuncia-alza-en-el-precio-de-los-combustibles[1]desde-hoy-precio-de-la-gasolina-glp-gnv-rmmn-noticia 26 Paro de transportistas: decretan estado de emergencia en la Red Vía Nacional por 30 días, La República, Lima, 8 abril 2022, https://larepublica.pe/sociedad/2022/04/06/paro-de-transportistas-ultimas-noticias[1]hoy-6-de-abril-en-vivo-minuto-a-minuto-de-las-protestas-situacion-actual-en-regiones-carreteras[1]bloqueadas-anuncios-de-gremios-y-medidas-del-gobierno-alza-del-combustible-pnp-mtc/ 27 Abastecimiento de diésel ruso que traía empresa asiática para Ecuador se complicó, en medio del conflicto entre Rusia y Ucrania, El Universo, Guayaquil, 25 marzo 2022, https://www.eluniverso.com/noticias/ economia/abastecimiento-de-diesel-que-provenia-de-empresa-rusa-para-ecuador-se-complico-en[1]medio-del-conflicto-entre-rusia-y-ucrania-nota/
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Efectos sobre las ideas de transiciones energéticas También deben contemplarse las implicancias en los diferentes programas y propuestas de alternati[1]vas en energía y cambio climático. La Unión Europea cuenta con una estrategia en ese sentido, el Pac[1]to Verde Europeo, pero como se indicó antes, la despetrolización está quedando relegada por buscar otros proveedores de gas. De todos modos, varias instituciones europeas han reiterado su compromi[1]so en descarbonizar los sectores productivos y mantienen su programa de impuestos y ayudas en ese sentido, agregando que la guerra no sólo no debe detenerlos sino que debería acelerarse el ritmo. Siguen presentes actores que defienden el uso de los combustibles fósiles, aunque varios de ellos reconocen que es inminente una transición postpetrolera, y parecería que desean vender los mayo[1]res volúmenes posibles antes que se difundan medidas que lo impidan. Es más, ese factor no puede descartarse en Rusia porque por un lado, su desempeño y posiciones en las convenciones sobre cam[1]bio climático, no la colocan como un líder en la reconversión energética, y por el otro lado, se estima que ya superó el pico de petróleo de los yacimientos conocidos28. Si se generalizan estrategias que abandonan los hidrocarburos, Rusia perdería esa fuente de recaudación. En cambio, algunas de las medidas que se consideraban en EE.UU. estaban teñidas por los Green New Deal que promovieron organizaciones ciudadanas y el ala socialdemócrata del Partido Democráta (con B. Sanders y A. Ocasio-Cortéz). Esas iniciativas se están reformulando en el marco de la actual crisis, como puede ser una nueva ola de emprendimientos de fracking. Pero tanto estas como las pos[1]turas europeas afectarán de manera directa o indirecta la extracción de recursos naturales latinoa[1]mericanos. Las mayores preocupaciones están en la promoción de la minería de litio en varios países. La idea del gobierno de Estados Unidos de aumentar sus exportaciones de gas natural tendrá enor[1]mes impactos sociales y ambientales en ese país. Ello demandará no solamente ampliar la base de ex[1]plotación del fracking, sino además multiplicar las terminales portuarias de almacenamiento y expor[1]tación del GNL. Todo ese sector es conocido por las pérdidas en emisiones de metano, seguramente se violarían las metas de reducción prometidas por Biden, y a ello se suman los impactos ambientales por la construcción de infraestructura y puertos29. Existen otras implicaciones que se deben a la influencia de discusiones y propuestas políticas y ciu[1]dadanas dentro de Europa y EE.UU., sobre la sociedad civil latinoamericana. En algunos casos se corre el riesgo de replicar esas diferentes versiones de los Green New Deal en distintos “pactos verdes” sin atender adecuadamente las características propias de nuestro continente o dejando en segundo pla[1]no innovaciones como las de los derechos de la Naturaleza30. El énfasis en la problemática petrolera no puede hacer olvidar que en casi todos los países de América Latina la principal fuente de gases invernadero proviene de la deforestación y los cambios en los usos del suelo. Entonces, las acciones para enfrentar el cambio climático no solo deben pasar por despe[1]trolizarse sino también por asegurar la preservación de la biodiversidad. 28 Russia may have passes peak oil output – Government, The Moscow Times, 12 abril 2021, https://www. themoscowtimes.com/2021/04/12/russia-may-have-passed-peak-oil-output-government-a73558 29 With Biden in Europe promising to expedite U.S. LNG exports, environmentalists on the Gulf coast say, not so fast, J. Bruggers, Inside Climate News, 25 marzo 2022, https://insideclimatenews.org/news/25032022/ biden-lng-europe-louisiana-texas/ 30 Esta problemática sobre los Pactos Verdes se discute en Tan cerca y tan lejos de las alternativas al desarrollo. Planes, programas y pactos en tiempos de pandemia, E. Gudynas, RedGE y CLAES, Lima, 2020. Eduardo Gudynas 18
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La situación se hace todavía más compleja por las dificultades y trabas en las redes de transporte de recursos naturales que se arrastran desde la pandemia, y ahora se agravaron con la guerra en Ucrania y con medidas sanitarias en China que cerraron por ejemplo al puerto de Shangai. Además, parte del transporte de intercambio de bienes entre China y otras naciones asiáticas con Europa se hacía por trenes o avión, en cuyas rutas tanto Rusia como Ucrania tenían papeles importantes. En tanto esas vías están bloqueadas, sea por la guerra como por las sanciones, se apela a los contenedores por mar, agravando la situación de rutas que ya estaban congestionadas. El resultado es que el índice de los precios de fletes marítimos alcanzó los niveles más altos desde la crisis de 2008 (en ese año registró un pico de US$ 48 500 /ton; en el último mes fue de US$ 41 582 /ton, y con mucha volatili[1]dad; figura 7). Las proyecciones de los precios para el resto del año 2022 predicen que el alza de precios y esa vola[1]tilidad persistirán, y en algunos casos continuará en 2021. Se estima que en este año se mantendrán los aumentos en casi todos los precios de las materias primas, alcanzando el 55% para el petróleo y el 147% para el gas natural2 . El agravamiento de la guerra o su expansión a países vecinos podría agravar la situación. Por todas estas razones nos encontramos frente a fuertes turbulencias en los mercados donde se comercializan los recursos naturales como a distintos cambios en las reacciones de los países indus[1]trializados y los conglomerados empresariales. América Latina depende de esas condiciones, y es tomadora de los precios que allí se crean, depende la demanda desde esas naciones, y por lo tanto queda a merced de esa turbulencia. 2 World Economic Outlook. War sets back the global recovery. International Monetary Fund, Washington, 2022. Figura 7. Índice del valor de fletar buques portacontenedores. Indicador ClarkSea en miles de dólares por día. Redibujado de UNCTAD Secretariat, basado en Clarksons Research. Indicador generado por la empresa Clarksons que promedia los ingresos de los principales tipos de navíos y el número de embarcaciones por cada tipo, y que se toma como referencia para los costos de transporte marítimo Eduardo Gudynas 22
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con respecto al año anterior, el estaño 41 %, el zinc 11 % y el cobalto 81%. El carbón, en tanto atado al sector combustibles, mostró un aumento del 250% en su precio en comparación a 2021. Aún más dramático fue el aumento del litio, que en el último año aumentó un 413 %. El oro también llegó a precios muy altos, aunque esto viene sucediendo desde 2020, en tanto ope[1]ran otros factores (tales como ser un activo de refugio en momentos de incertidumbre). La plata y el platino mostraron caídas. El mineral de hierro también arrojó un reducción del 24% en sus precios en comparación con 2021. En paralelo se observa una volatilidad es manifiesta en los últimos meses. Tomando como referencia los precios a mediados de enero 2022, se destaca el carbón por aumentar el 215 % al poco de ini[1]ciarse la guerra, para luego bajar aunque manteniendo sus precios por encima del 100 %. En la plata se observaron aumentos del 17 %, sosteniéndose por varias semanas por encima del 10 %. El hierro registró picos del 25 %, y se mantiene por arriba del 10 %; el aluminio sigue un patrón similar, con picos del 27% y precios que desde marzo están por encima del 8%. El oro también sufrió un impor[1]tante aumento del 13 % a inicios de marzo, y desde entonces se mantiene por encima del 5 % arriba. Estos altos precios se insertan en una tendencia de aumento que viene desde años anteriores. Esa dinámica es evidente en el oro, pero además se repite por ejemplo en el cobre. Entonces, a los altos precios se asocia una ampliación de la volatilidad bajo el contexto de la guerra. En efecto, el cobre registró aumentos moderados del 1 % a picos que superaron el 10 %, y esos pre[1]cios fueron a su vez los más altos desde 2020. En ese mineral como en otros ya estaba en marcha un superciclo de altos precios desde ese entonces, con la particularidad que para algunos rubros los precios actuales son aún más elevados que los de la anterior fase que tuvo lugar desde 2006. Bajo estas condiciones se espera que se mantengan e incluso expandan los extractivismos mineros, especialmente en cobre bajo proyectos formales y en otro, sea tanto bajo la modalidad formal como informal o ilegal. Persistirá o incluso aumentará la inversión minera para algunos países, especialmen[1]te Perú y Chile, y crecerá en otros destinos, notablemente Ecuador11. Entre las primeras reacciones latinoamericanas, desde la mirada empresarial se señalaron efectos be[1]neficiosos por ejemplo para la brasileña Vale, en tanto extrae hierro y níquel, y en cuanto a los países podría significar un panorama favorable para Colombia por su explotación en carbón y níquel, así como para las naciones exportadoras de cobre12. El bloqueo de la UE a las compras de carbón desde Rusia significará seguramente un aumento desde Colombia, en tanto ese ya era su más importante destino. Pero el problema es que al mismo tiempo aumenta el costo de la energía, y varios de los extractivis[1]mos mineros de tercera y cuarta generación requieren crecientes aportes energéticos por unidad de mineral removida. Aunque puede incrementarse la recaudación por los altos precios en ciertos mine[1]rales, el aumento de los costos energéticos tendrá efectos en las economías nacionales, estimándose que resultará en mayor inflación y posibles aumentos en las tasas de interés. Por lo tanto, el resultado neto puede ser negativo13 . 11 Ecuador creció un 26% como destino para la inversión minera, D. Serrano, El Comercio, Quito, https:// www.elcomercio.com/actualidad/negocios/ecuador-crecio-destino-inversion-mineria.html 12 What the Russia-Ukraine war means for the mining sector, BNAmericas, 3 marzo 2022, https://www. bnamericas.com/en/interviews/what-the-russia-ukraine-war-means-for-the-mining-sector 13 Gustavo Lagos: la Guerra “no va a ser positiva para Chile, a pesar del precio alto del cobre”, F. Acevedo, Diario Financiero, Santiago, 10 marzo 20222, https://www.df.cl/noticias/mercados/commodities/ gustavo-lagos-la-guerra-no-va-a-ser-positiva-para-chile-a-pesar-del/2022-03-09/185847.html Eduardo Gudynas 26 Las posturas gubernamentales que buscaban promover aún más la minería ya estaban desplegadas como respuesta a la crisis por la pandemia causada por el Covid-19, y a ellas se sumaron argumentos referidos a la guerra en Ucrania. Esas posiciones llegan a un extremo en Brasil, donde el presidente Jair Bolsonaro alude a la guerra como excusa para liberar la minería dentro de territorios indígenas. Declaró, por ejemplo, que Brasil “corre el riesgo” de quedarse sin potasio o que su precio aumente, y agregó: “nuestra seguridad alimentaria y el agronegocio exigen de nosotros, Ejecutivo y Legislativo, medidas que nos permitan dejar de depender externamente de algo que tenemos en abundancia”14. Siguiendo ese razonamiento, Bolsonaro considera que el principal obstáculo es la protección legal a los indígenas y el acceso a los territorios en la cuenca del Río Madeira, y para reformar ese marco legal presentó un proyecto de ley en 2020. Las evaluaciones de esa iniciativa indican que expandirá la minería, tanto legal como ilegal, con una severa deforestación y repercusiones sobre los pueblos originarios15. 14 Bolsonaro permite la explotación minera en la Amazonía a cuenta de la guerra, EFE, 2 de marzo 2022, https://www.efe.com/efe/america/economia/bolsonaro-permite-la-explotacion-minera-en-amazonia[1]a-cuenta-de-guerra/20000011-4751552 15 Complicidade na destruição IV: como minheradoras e investidores internacionais contribuem para a violação dosdireitos indígenas e ameaçan a futuro da Amazônia, Articulação dos Povos Indígenas do Figura 8. Precios de minerales seleccionados en los últimos cinco años (2017 a abril 2022). Valores en dólares por tonelada para todos los minerales, excepto la plata y oro que se indica por onza. Redibujado de Markets Business Insider. MUY LEJOS ESTA CERCA 27 El pico de precios del níquel apuntala esa minería en Brasil, el principal proveedor en el continente, pero también a emprendimientos en Guatemala y República Dominicana16. Las inversiones aumen[1]tarán, así como las exploraciones y prospecciones de posibles yacimientos. En el mismo sentido, los altos precios del oro hacen que se mantengan los factores que sostienen a esa minería, en particular la expansión que está ocurriendo en zonas andino-amazónicas, con todos sus impactos sociales, sanitarios y ambientales. Por tanto, eso aumentará las presiones en algunas zo[1]nas dentro de Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia. La situación de este mineral es más compleja ya que también sirve como refugio en momentos de incertidumbre económica, y a ello se suma, que ahora quedó en claro que Rusia estaba aumentando sus reservas en oro desde por lo menos un año antes. A su vez, la minería de litio es alentada por los planes de reconversión energética en los países indus[1]trializados. En este caso los frentes de conflicto se encuentran en primer lugar en Chile y Bolivia, y le siguen Perú y Argentina17. Los intentos de transición postextractivista pueden enfrentar nuevas trabas. En el caso de la reciente prohibición de la minería a cielo abierto en Honduras, ya asoman voces dentro del nuevo gobierno condicionándola18. Brasil (APIB) y Amazon Watch. 16 Mineras recibirán fondos inesperados al dispararse el níquel, BNAmericas, 14 marzo 2022, https://www. bnamericas.com/es/reportajes/mineras-recibiran-fondos-inesperados-al-dispararse-el-niquel 17 Véase por ejemplo Impacto socioambiental de la extracción de litio en las cuencas de los salares altoandinos del Cono Sur, B. Jerez Henríquez, OCMAL, Santiago, 2018. 18 Reacciones a favor y en contra sobre “país libre de minería”, A.M. Rovelo, Tiempo, Tegucigalpa, 1 marzo 2022, https://tiempo.hn/reacciones-honduras-libre-mineria/ Eduardo Gudynas 28
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La dependencia latinoamericana de fertilizantes La disponibilidad de fertilizantes será afectada, tanto porque Rusia es un importante productor de fertilizantes nitrogenados y de potasio, como por ser el proveedor de energía de plantas que lo ela[1]boraban en Europa occidental. Rusia contaba con el 15 % del mercado global de fertilizantes nitro[1]genados y el 17% de los de potasio. Bielorrusia es otro importante productor y también es objeto de sanciones. Por estas razones los impactos en el comercio global serán importantes8 . De un lado, cualquiera de estos dos países pueden considerar suspender sus exportaciones como represalia a las sanciones económicas que están recibiendo, y del otro, varios gobiernos dejaran de comprarlos sea por acompañar las sanciones como por las dificultades para pagar o recibir esos bienes. Los precios de los fertilizantes se han incrementado desde hace más de un año. Como referencia, el valor del índice del precio de fertilizantes en Estados Unidos (considerando a urea, potasa y fosfato diamónico), alcanzó en marzo el valor más alto en las últimas dos décadas9 . Los países latinoamericanos más dependientes de la importación de fertilizantes nitrogenados desde Rusia y Bielorrusia son Nicaragua (66 % de sus importaciones provienen desde esas naciones), Hon[1]duras (63 %), Perú (56%), Ecuador (54 %), Costa Rica (53 %), Panamá (53 %). En otros es igualmente significativa, como en Colombia (28%), México (28 %) y Brasil (22 %). En el caso de los fertilizantes de potasio, la dependencia mayor se reporta en Costa Rica (51 %) Paraguay (50 %), y le siguen Uruguay (46 %), Brasil (43 %) y Colombia (41 %). Es decir, naciones como Brasil, Colombia, México y varios paí[1]ses centroamericanos, enfrentan situaciones delicadas en este frente. Al mismo tiempo, el problema se agrava en tanto varios de estos países no sintetizan sus propios fertilizantes sino que los deben importar. Incluso Brasil importa aproximadamente el 85% de sus fertilizantes, y el gobierno Bolsonaro se están vendiendo las plantas de Petrobras que lo producían, acentuando así su dependencia. En cambio, se abre una oportunidad por ejemplo para Bolivia, la que podría escalar su producción de fertilizantes para proveer a los países vecinos a partir de la planta de amoníaco y urea de Bulo Bulo que posee la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), e incluso podría construir una nueva10. Tampoco debe pasar desapercibido que la síntesis de fertilizantes necesita de los hidrocarburos. Por ejemplo, para obtener urea, nitratos de amonio, sulfatos de amonio, y otros se parte del gas natural. Las distorsiones en el mercado de hidrocarburos vienen afectando su manufactura desde hace tiem[1]po. Como es sabido, en muchas regiones la productividad en las prácticas agrícolas convencionales de[1]pende de la complementación con los fertilizantes. Entonces las restricciones en esa fertilización pue[1]de llevar a reducir las áreas de cultivo, caídas en la productividad, cambios hacia otros cultivos o inclu[1]so el abandono. Los países más dependientes de las importaciones de Rusia y Bioelorrusia enfrentan más problemas, y se han encendido las luces de alerta por ejemplo en Argentina, Colombia, México, Paraguay, y Perú11. 8 Los datos sobre fertilizantes se basan en How will Russia’s invasion of Ukraine affect global food security?, citado arriba. 9 Véase el índice en Green Market, Bloomberg, en www.fertilizerpricing.com 10 Guerra Rusia-Ucrania podría impulsar industrialización de hidrocarburos en Bolivia, BNAmericas, 7 marzo 2022, https://www.bnamericas.com/es/noticias/guerra-rusia-ucrania-podria-impulsar-industrializacion[1]de-hidrocarburos-en-bolivia 11 Por ejemplo, para Colombia: EE.UU., principal proveedor de fertilizantes para Colombia, Portafolio, Bogotá, 31 marzo 2022, https://www.portafolio.co/internacional/ee-uu-principal-proveedor-de[1]fertilizantes-para-colombia-563596 Eduardo Gudynas 32 Las consecuencias están en marcha en varios países. En Perú, la Convención del Agro Peruano (Con[1]veagro) sostiene que la importación de fertilizantes se redujo un 93 %, y estimaba que por esa falta la producción de alimentos podría caer un 40%12. Pero los aumentos actuales se suman a otros que se padecían desde antes. Por tanto se esperan impactos en cultivos esenciales como arroz y papa, que a su vez afectará la alimentación de los más pobres en los centros urbanos, que deberán lidiar con ali[1]mentos más caros. Además, se pone en riesgo la viabilidad de los pequeños campesinos13 . Paraguay es otro caso preocupante, porque la asociación entre las consecuencias de una severa se[1]quía y los problemas en acceder a fertilizantes, hace que se espere un caída del 40% de la producción agrícola14. Entretanto en México, el aumento en el precio de los fertilizantes alcanzó el 187 % para la urea, y 118 % para el fosfato monoamónico, donde también se esperan sucesivas consecuencias que al[1]canzaran al maíz, trigo, frijol, arroz, caña de azúcar, algodón y hortalizas15. En Argentina, la urea se elevó un 40% en el último año, y a fines de marzo superó los US$ 1 300 por tonelada16. Los agricultores para pagar el mismo volumen de fertilizantes deberán producir un 60% más de maíz y un 53% más de trigo, lo que les hace replantearse las decisiones sobre sus intenciones de siembra. Situaciones análogas se repiten en todos los demás países. 12 Ingreso de fertilizantes al Perú se reduce a un nivel mínimo y llaga a caer más de 90%, RPP, Lima, 14 abril 2022, https://rpp.pe/economia/economia/ingreso-de-fertilizantes-al-peru-se-reduce-a-un-nivel[1]minimo-y-llega-caer-mas-de-90-noticia-1399458 13 Véase el aporte en Crisis mundial de fertilizantes y Guerra en Ucrania: tras cuernos… palos, E.Zegarra, Noticias Ser, Lima, 13 marzo 2022, https://www.noticiasser.pe/crisis-mundial-de-fertilizantes-y-guerra[1]en-ucrania-tras-cuernos-palos 14 Conflicto bélico pone en “aprietos” a Paraguay para el año que viene por la crisis de fertilizantes, La Nación, Asunción, 3 abril 2022, https://www.lanacion.com.py/negocios/2022/04/03/conflicto-belico[1]pone-en-aprietos-a-paraguay-para-el-ano-que-viene-por-crisis-de-fertilizantes/ 15 Los fertilizantes en México multiplican su precio ante la ofensiva rusa en Ucrania, K. Suárez, El País, Madrid, 31 marzo 2022, https://elpais.com/mexico/2022-03-31/los-fertilizantes-en-mexico-multiplican[1]su-precio-ante-la-ofensiva-rusa-en-ucrania.html 16 Fertilizantes: subas de hasta 268 dólares por toneladas en un mes, InfoCampo Argentina, 23 marzo 2022, https://www.infocampo.com.ar/fertilizantes-subas-de-hasta-268-dolares-por-toneladas-en-un-mes/ Figura 9. Porcentaje de fertilizantes nitrogenados (izquierda) y de potasio (derecha) importados de Rusia y Bielorrusia. Redibujado J. Glauber y D. Laborde, IFPRI.
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Algunos de estos países han intentado superar la situación buscando proveedores alternativos en Estados Unidos o Canadá; Brasil incluso ha postulado lograr una excepción para seguir importando desde Bielorrusia. En otros casos buscan elaborar sus propios fertilizantes, promocionan alternativas orgánicas, e incluso se propuso regresar a la fertilización con guano. En Perú, el gobierno lanzó la ini[1]ciativa de aprovechar el guano de aves de las islas en el Océano Pacífico, tal como se hacía en el siglo XIX. Su meta es remover cien mil toneladas de guano por año, y que en un 89% sea encaminada a la agricultura familiar17. Los cultivos bajo tensión Se observan altos precios y amplia volatilidad en casi todos los agroalimentos. Considerando la situa[1]ción de algunos de los más relevantes para América Latina, se destacan los altos precios del trigo y la soya (figura 10). Este último alcanzó valores elevados, en el orden de los US$ 620 / ton, aunque en ello operan otros factores, tales como menores cosechas en América del Sur y la reducción del aceite de palma en Malasia. Considerando los aumentos en comparación con el último año se los observa en muchos casos. El trigo se incrementó un 43%, algodón más del 75%, café más del 50%, arroz un 27%, sorgo el 13%m azúcar el 12%, maíz un 11% y cacao el 7%. También aumentaron los lácteos (38%) y quesos (34%), y en varios países la carne vacuna que se exporta. Pero en cambio, el precio del banano ha caído18. En América Latina, estos cambios se insertan en el complejo contexto que viene sufriendo la agro[1]pecuaria desde antes. En muchos países los precios de los insumos estaban en alza. Se acentuaron alteraciones ambientales, con casos de inundaciones y sequías, olas de calor, y otros efectos sobre la disponibilidad de agua. Por ejemplo, en 2021 se registraron sequías en varias zonas de Argentina, Paraguay, Brasil y déficit hídrico en Uruguay. Esto alteró la productividad de múltiples cultivos, como ocurrió con varios granos especialmente en Argentina, Paraguay y Brasil. A pesar de los altos precios de algunos productos, como la soya, como al mismo tiempo se enfrentan costos de insumos muchos más caros (especialmente en fertilizantes y combustible), los márgenes de rentabilidad se estrechan. Cualquier problemática sanitaria o climática puede hacer fracasar una cosecha y endeudar a agricul[1]tores pequeños y medianos. Esto explica las reducciones en la cosecha de soya en todos los grandes productores sudamericanos. Por ejemplo, la proyección para Brasil se recortó en 7 millones ton resultando en una cosecha total de 127 millones ton, y otras caídes se repiten en Argentina, Paraguay y Uruguay. Estas tendencias apun[1]tan a una caída en las exportaciones desde América del Sur19. Sobre esas condiciones precarias se suman ahora más problemas con la disponibilidad y precio de los fertilizantes y los incrementos en los precios de los combustibles, e incluso modificaciones en los mer[1]cados globales que son todavía difíciles de predecir. El aumento del costo del conjunto de insumos es muy importante en casi todos los países; por ejemplo en Brasil se estima que en las regiones centrales crecieron un 62% con respecto al año agrícola 2021-2220. 17 Gobierno tiene el reto de extraer 100,000 toneladas de guano de isla al año, Andina, Lima, 3 abril 2022, https://andina.pe/agencia/noticia-gobierno-tiene-reto-extraer-100000-tonelada-guano-isla-al[1]ano-887408.aspx 18 Indicadores basados en portales de cotizaciones de productos agropecuarios, incluyendo tradingeconmics.com 19 World agricultural supply and demand estimates, USDA, WASDE 6222, 9 marzo 2022, https://www.usda. gov/oce/commodity/wasde/wasde0322.pdf 20 Lucro cai e incertezas pairam sobre a agricultura em 2022, M. Zafalon, Folha de São Paulo, 28 marzo 2022, https://www1.folha.uol.com.br/mercado/2022/03/lucro-cai-e-incertezas-pairam-sobre-a-agricultura[1]em-2022.shtml Eduardo Gudynas 34 Todos estos factores incidirán directamente sobre las decisiones que se tomen en la siembra y mane[1]jo de agroalimentos. Esos aumentos de precio en los insumos pueden hacer que se reduzca el área sembrada de aquellos cultivos que requieren más fertilización como maíz y trigo, los que a su vez son muy relevantes para el consumo interno de alimentos. En cambio se mantendrá las de aquellos más resistentes a la sequía, como girasol, o que requieren menos fertilización, como la soya. Consideracio[1]nes de este tipo están en marcha en Argentina, Chile, Brasil, Paraguay y Uruguay21. El incremento en los costos en muchos casos de trasladará a un aumento en los granos cosechados. Pero más allá de eso, en estas circunstancias los márgenes de rendimiento económico se estrechan mucho para los agricultores, y si existiera un problema climático que afectará la productividad, mu[1]chos podrían endeudarse, con todas las implicancias sociales y económicas que esto acarrea. La expansión de la soya seguirá su marcha, tanto por sus menores exigencias en fertilizantes como por los altos precios de venta. Esto hace que se repitan los problemas con ese monocultivo en Argen[1]tina, Bolivia, Brasil y Paraguay. Su presencia sigue asociada a la deforestación, pérdida de biodiversi[1]dad, y contaminación por agroquímicos. Pero por el otro lado, se aprovechan los altos precios para mantener las exportaciones. En Argentina, además, se aumentaron las retenciones en el comercio exterior en soya, maíz y trigo como medio del gobierno para recaudar más dinero para enfrentar la crisis financiera y la vez se instalaron restriccio[1]nes en un intento para asegurar suministros en el marco interno. En el sector ganadero también estaban en marcha mayores precios para la carne vacuna. Su precio alcanzó muy altos valores en todos los países del Cono Sur, y se espera un aumento moderado de las exportaciones desde Brasil y Paraguay, se mantendrá en Argentina y habrá una caída en Uruguay22. La disponibilidad global de estas carnes para el consumo tendrá un aumento. 21 Por ejemplo Soja corresponderá a 47% de toda a produção de grãos em 22/23, diz consultoria, Canal Rural, 8 abril 2022, https://www.canalrural.com.br/projeto-soja-brasil/soja-correspondera-a-47-de-toda[1]a-producao-de-graos-em-22-23-diz-consultoria/ 22 Livestock and poultry: World markets and trade, USDA, 8 abril 2022, https://apps.fas.usda.gov/psdonline/ circulars/livestock_poultry.pdf Figura 10. Precios de agroalimentos seleccionados en los últimos cinco años (2017 a abril 2022), en dólares por tonelada Redibujado de Puente (Puente.net).
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En las situaciones que se acaban de describir que una vez más en evidencia la tensión en una agrope[1]cuaria que produce alimentos versus otra enfocada en mercancías de exportación. El aumento de los precios internacionales en varios rubros puede hacer que los agricultores decidan enfocarse en los mercados externos, fortaleciendo una commodification de la agricultura. Eso empujará a los precios internos para igualarlos con los de exportación, contribuyendo a encarecer los alimentos. Al mismo tiempo, se refuerza la tendencia a que los agricultores abandonen la producción de alimentos para los mercados locales o nacionales, dedicando sus tierras a los commodities de exportación. Se sim[1]plifica la diversidad productiva agropecuaria que sostiene la diversidad de la canasta alimentaria de cada país; en algunos países se cae en la paradoja de ser agroexportadores en unos rubros pero tener que importar comida en otros, aunque podrían cultivarla en sus propias tierras. La guerra en Ucrania parecería que acentuará todavía más esta problemática. Consecuencias sobre los alimentos El aumento en distintos productos agropecuarios se traslada inmediatamente a los alimentos y eso ya se está padeciendo en América Latina. Por ejemplo, el alza en los precios del trigo desencadenó aumentos en las harinas, el pan y productos panificados, por ejemplo en Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Ecuador, Perú y Uruguay23. Por razones similares, el aumento internacional del precio del maíz impactará en sus derivados, como la tortilla en México24. La FAO emitió alertas de altos precios domés[1]ticos del trigo en Chile, y de la harina en Perú y en Colombia (que la importa desde EE.UU. y Canadá)25. También aumentaron los precios del maíz y del azúcar (Figura 10), con efectos más acotados en esos cultivos pero igualmente importantes en las cadenas de alimentos. El mayor corto de los combustibles y la inflación hace que el alza de precios sobre los alimentos sea todavía más amplia, alcanzado por ejemplo a las hortalizas, frutas, la carne vacuna, porcina y aviar. Esto fortalece las tendencias inflacio[1]narias y a la vez hace más difícil contenerlas. A medida que pasan los días parece ir ganando terreno la idea de que los impactos sobre el comercio de alimentos serán muy importantes, y tal vez superiores a los esperados con los hidrocarburos. Está en riesgo la seguridad alimentaria en varias naciones, y con ello, la propia estabilidad política. 23 La harina aumentó 70% en 5 días en Argentina por la guerra Rusia-Ucrania, El Cronista, Buenos Aires, 3 marzo 2022, https://www.cronista.com/economia-politica/la-harina-aumento-70-en-5-dias-en[1]argentina-por-la-guerra-rusia-ucrania/ Efeitos da guerra podem levar o quilo do pão para R$ 20 no Brasil, alerta economista, CNN Brasil, 13 marzo 2022, https://www.cnnbrasil.com.br/business/efeitos-da-guerra-podem-levar-o-quilo-do-pao[1]para-r-20-no-brasil-alerta-economista/ Sube precio de harina argentina y EMAPA garantiza la provisión, Página Siete, La Paz, 5 marzo 2022, https://www.paginasiete.bo/economia/2022/3/5/sube-precio-de-harina-argentina-emapa-garantiza[1]la-provision-325015.html La guerra lleva al precio del trigo a niveles récord y en Chile la harina y el pan no paran de subir, La Tercera, 2 marzo 2022, https://www.latercera.com/pulso-pm/noticia/la-guerra-lleva-al-precio-del-trigo[1]a-niveles-record-y-en-chile-la-harina-y-el-pan-no-paran-de-subir/HBYID7COYNCHVAHWL5ZXTFOLGQ/ Panificadores vuelven a las calles para protestar por nueva alza en el precio de la materia prima, El Universo, Guayaquil, 7 marzo 2022, https://www.eluniverso.com/noticias/economia/panificadores[1]vuelven-a-las-calles-para-protestar-por-nueva-alza-en-el-precio-de-la-materia-prima-nota/ La harina sube 8% el lunes y “en breve habría otro aumento similar” si el trigo no baja, El Observador, Montevideo, 10 marzo 2022, https://www.elobservador.com.uy/nota/la-harina-sube-8-el-lunes-y-en[1]breve-habria-otro-aumento-similar-si-el-trigo-no-baja-2022310171649 SLJ: Panaderías reportan incremento de costos en harina de trigo y no descartan subir el precio del pan, RPP, Lima, 2 marzo 2022, https://rpp.pe/lima/actualidad/sjl-panaderias-reportan-incremento-de-costos[1]en-harina-de-trigo-y-no-descartan-subir-el-precio-del-pan-noticia-1390046 24 Precio de la tortilla en México se verá presionado por guerra en Ucrania, Bloomberg, 4 marzo 2022, https://www.bloomberglinea.com/2022/03/04/precio-de-la-tortilla-en-mexico-se-vera-presionado[1]por-guerra-en-ucrania/ 25 Monthly report on food prices trend, Food Price Monitoring and Analysis, FAO, 10 marzo 2022, https:// www.fao.org/3/cb8976en/cb8976en.pdf Eduardo Gudynas 36 Los gobiernos están comenzando a adoptar medidas, y entre ellas están las restricciones de exportar alimentos para enfocarse en el mercado interno. Un ejemplo de esto ocurre en Bolivia, donde el go[1]bierno asegurar el suministro interno y a precios adecuados de maíz, sorgo y azúcar26 . Otra medida complementaria seguida por varios países es buscar otros proveedores de alimentos, especialmente granos, como EE.UU. o Canadá. Pero enfrentarán la competencia de otras naciones que tienen el mismo objetivo. La situación que se enfrenta pone en riesgo la seguridad alimentaria y la calidad de la alimentación de millones de familias, lo que debe ser motivo de mucha preocupación en América Latina. En la región había casi 50 millones de personas subnutridas según las estimaciones entre 2018 y 2020, y ello se podrá agravar por los efectos en esta guerra ya que se superponen a los que ha dejado la pandemia. Las mayores fragilidades la enfrentan las naciones con déficits de nutrición que supera el 10 % como se observa en Ecuador, Bolivia, Honduras y Guatemala, y especialmente en Venezuela, donde es 27.4 %27. Todas estas circunstancias deberían llevar a explorar alternativas agropecuarias que reduzcan la de[1]pendencia de los hidrocarburos y sus derivados, sea por el uso de maquinaria como de fertilizantes. Al mismo tiempo, es preciso implementar medidas efectivas para asegurar la calidad del agua y proteger los ciclos hidrológicos. Lo relevante en este terreno es que ese tipo de prácticas son bien conocidas en América Latina ya que en todos los países existen grupos que se dedican a la agricultura orgánica. Es una transición que podría iniciarse rápidamente, y que serviría además para incrementar el empleo rural y asegurar la suficiencia alimentaria. 26 Frenan exportación de alimentos frente al incremento de precios, El Diario, La Paz, 14 marzo 2022, https://www.eldiario.net/portal/2022/03/14/frenan-exportacion-de-alimentos-frente-al-incremento[1]de-precios/ 27 2021 The state of food security and nutrition in the world, FAO, Roma, 2021
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Cuando se compara la estructura de las exportaciones rusas con las de un país extractivista latinoa[1]mericano, esas semejanzas se vuelven evidentes. Esto se ilustra en la figura 9, a través de la composi[1]ción de las exportaciones de Perú, que es una economía mucho más pequeña que la rusa, pero que también se especializa en comercializar recursos naturales. En el caso peruano sus cinco primeros bienes exportados son cobre en distintas formas, oro, hidrocarburos, y zinc. En ambos países se ob[1]serva una predominancia de extractivismos mineros o petroleros, el papel secundario de los agroali[1]mentos, y una pequeña participación de otras exportaciones con mayor valor agregado. Las economías basadas en los extractivismos tienden a ser más simples. Observando la complejidad económica de cada país, estimada por la intensidad en conocimiento como por su estructura, Rusia ocupaba el puesto 45 a nivel mundial6 . En ese indicador el primer lugar corresponde a Japón, y como referencia EE.UU. se encuentra en la posición 10 y China en la 29. Rusia aparece por debajo de Ucrania (43), aunque por arriba de conocidos países extractivistas de la región, como Brasil (49), Chile (77), Perú (97) y Ecuador (110). Esto muestra que la economía rusa es más simple que la de muchas otras naciones industrializadas aunque es más compleja que la de los países latinoamericanos. Si bien Rusia redujo la pobreza al inicio de la década del 2000, desde ese entonces ésta se mantuvo entre el 10 al 15 %. Fue estimada en 12 % en 2019, según la agencia rusa en estadísticas, aunque se discute la real situación, ya que otros procedimientos de evaluación indican que puede ser mucho más alta (en el orden del 30% al 40%)7 . Asimismo es evidente la desigualdad expresada en indicado[1]res de una inequidad más alta que buena parte de los países europeos. Una expresión aguda de esto está en que la riqueza económica sumada de los 500 billonarios y millonarios rusos, que representa el 0,001 % de la población, es mayor a la del resto de los 114,6 millones de personas, el 99,8 % de los habitantes del país8 . Como ocurre en muchos otros países, en Rusia el extractivismo también tiene una cara rentista. En el sector petrolero, que aunque formalmente descansa en corporaciones privadas en realidad de[1]pende de decisiones gubernamentales, los ingresos económicos se concentran en el empresariado y grupos asociados, pero a costa de más desigualdad. Se beneficia al quintil más rico mientras se redujo la participación de quienes dependen de ingresos laborales, y al mismo tiempo se ampliaron los espacios que se asume corresponden a la corrupción. Esa situación también provocó que en las regiones donde era posible, se incrementaron las protestas ciudadanas9 . Este tipo de problemas son muy conocidas en América Latina. Existe, sin embargo una particularidad en los extractivimos rusos que lo diferencian claramente de la situación latinoamericana. El gasto militar en ese país es enorme, estimándoselo en US$ 61,7 mil millones, lo que es una cifra comparable a los ingresos por exportaciones de recursos naturales, cal[1]culado en US$ 64,1 mil millones en 202010. Impactos socioambientales A la vez que ese tipo de desarrollo no resuelve la pobreza ni reduce la inequidad, sin dudas tiene consecuencias sociales y ambientales, que también recuerdan las experimentadas en América Latina. 6 Indice de Complejidad Económica, basado en OEC – www.oec.world 7 The OECD poverty rate: Lessons from the Russian case, M. Brand, Global Policy 21 (1): 144-147, 2021. 8 Russia’s 500 super rich wealthier than poorest 99.8% - report, The Moscow Times, 10 junio 2021, https://www.themoscowtimes.com/2021/06/10/russias-500-super-rich-wealthier-than-poorest-998- report-a74180 9 Who profits from windfalls in oil tax revenue? Inequality, protests, and the role of corruption, M. Alexeev y N. Zakharov, Bofit (Bank of Findland) Discussion Papers No 2, 2022. 10 How Europe is funding Puttin’s war, C. Hirsch y colab., Politico, 24 febrero 2022, https://www.politico.eu/ article/europe-eu-oil-gas-trade-russia-budget-military-spending-ukraine-war-crisis/ . Eduardo Gudynas 40 Rusia expande su frontera petrolera sobre áreas naturales, especialmente en el Ártico, provocando severos impactos ambientales, y también afecta a las comunidades locales, entre las cuales se cuen[1]tan pueblos originarios. Se ha denunciado que esos emprendimientos, que en su mayoría están en manos de las corporaciones Rosneft y Gazprom, tienen repetidos episodios de derrames, pérdidas y emisiones colaterales de gases de efecto invernadero. Las capacidades estatales de regulación, control y sanción ambiental son muy cuestionadas, y están subordinadas a intereses políticos y empresariales. Esto se refleja en los cuestionamientos sobre los controles ambientales en el Ártico o en que Donbás, la zona ocupada por Rusia dentro de Ucrania, era considerado uno de los sitios más contaminados dentro de Europa11. Desde los ámbitos próximos al gobierno se reconoce que en el plan Objetivos Nacionales para el Desarrollo de Rusia hasta el 2030, la implementación de componentes ambientales es la peor entre todas las metas propuestas, no se alcanzaron las metas en calidad de agua o manejo de residuos, no se emplean las mejores tecnologías y se carece del financiamiento adecuado. Rusia forma parte de una docena de acuerdos ambientales multilaterales pero no ejerce el liderazgo en ninguno de ellos, y tampoco promueve esos temas en otros ámbitos como el G-2012. Las organizaciones ciudadanas sufren múltiples restricciones y obstáculos para denunciar estos he[1]chos, los medios de prensa están sujetos a censura gubernamental y algunos líderes fueron judiciali[1]zados13. Muchos de los problemas que se viven en el Ártico ante el avance petrolero son análogos a lo que ocurre en esas mismas regiones de EE.UU. y Canadá. Como ocurre en América Latina, bajo esas actividades se invaden territorios de pueblos originarios, ocupando sus espacios, desplazando comunidades y ejerciendo distintos tipos de violencia. Una re[1]ciente revisión indica que en esa expansión extractivista en el “norte” de Rusia se violaron los dere[1]chos de consentimiento previo, libre e informado de los pueblos originarios, se dañaron los ambien[1]tes originales que aseguraban los recursos para sus formas de vida, no se compensan los impactos sufridos, y la situación es tan grave que algunos pueblos pueden desaparecer14. En un revelador sobre un emplazamiento petrolero en el río Pechora (Rusia), se encuentran que los impactos que se padecen y las reacciones ciudadanas son muy similares a los observadores en la resistencia local contra la minería de oro en Kimsakocha (Ecuador). Esas semejanzas son típicas de extractivismos amparados por el Estado, pero más allá de ellas, las restricciones legales en el caso ruso son aún más fuertes que las observadas en Ecuador15 . 11 Ukraine’s Donbas bears the brunt of toxic armed conflict, UNEP, 28 julio 2018, https://www.unep.org/ pt-br/node/22944 12 Turning to Nature: Russia’s new environmental policy in “Green” transformation of the global economy politics, I.A. Makaraov y colab., National Research University, Higher School of Economics, Moscú, 2021. 13 Como una introducción a esos asuntos, véase Land use and land cover change in Arctic Russia: Ecological and social implications of industrial development, T. Kumpula y colab., Global Environmental Change, doi:10.1016/j.gloenvcha.2010.12.010, 2021. Mega oil project in Russia’s far noth threatens Artic indigenous communities, C. Farand, 25 Junio 2021, Climate Change News, https://www.climatechangenews.com/2021/06/25/mega-oil-project-russias-far[1]north-threatens-arctic-indigenous-communities/ The Russian model: merging profit and sustaniability, E.N. Andreyeva y V.A. Kryukov, en: Artic oil and gas. Sustainability at risk? (A. Mikkelsen y O. Langhelle, eds.), Routledge, New York, 2008. Equity, vulnerability and resilience in social-ecological systems: a contemporary example from the Russian Artic, B.C. Forbes, Research in Social Problems and Public Policy 15: 203–236, 2008. 14 Extractive industries and indigenous minority people’s rights in Russia, R. Garipov, Nordisk miljörättslig tidskrift 2014 (1): 67-75, 2014. 15 Navigating state-led extractivism in Ecuador and Russia. Fluid identities and agendas of socio[1]environmental movements, D. Rodríguez y J. Loginova, en: The Right to Nature (E. Apostolopoulou y J.A. Cortes-Vazques, eds.), Routledge, Oxon, 2018.
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Geopolítica ambiental El apoyo a los extractivismos es tan intenso que tiñe las consideraciones geopolíticas de Rusia. Es así que el reporte sobre una “nueva” política ambiental para una transformación verde de Rusia, confec[1]cionado por la Universidad Nacional de Investigación, dirigido por Sergei Karaganov, un académico respetado y próximo al gobierno, a la vez defiende los extractivismos y critica la política ambiental europea16. En ese documento oficioso, el Pacto Verde de la Unión Europea, que apunta a la neutralidad en las emisiones de carbono en 2015, es visto con recelo porque implicaría reducciones de las exportacio[1]nes rusas. Se considera que esa estrategia de la UE es “discriminatoria”, que perpetúa la dominancia económica de Occidente y el retraso de otras naciones, desembocando en acentuar la rivalidad in[1]ternacional. El estudio sostiene que ese pacto puede “agravar más las relaciones entre Rusia y a UE y contribuir a elevar el proteccionismo contra los bienes europeos”. Es una argumentación donde los compromisos ambientales quedan relegados a la defensa de las exportaciones extractivistas, lo que ocupa el primer plano. En la misma línea, una descarbonización que cumpla con las metas del Acuerdo de París al 2030, como implicaría una caída del 20 % de las exportaciones de combustibles, también es motivo de pre[1]ocupación. El estudio considerado aún más negativo cualquier aumento de la ambición en reducir las emisiones de gases invernadero, ya que eso agravaría la caída en las exportaciones de hidrocarburos desde Rusia. El reporte también cuestiona mecanismos como los de tasas de ajuste sobre las emisiones de car[1]bono sobre los bienes que importa la UE, por sus impactos en las exportaciones rusas, como por ejemplo las metalúrgicas. Considerando todos estos aspectos, Rusia no brinda ningún ejemplo innovador ni diferente en su esencia a lo que se observa en otras economías que dependen de los extractivismos para su inserción en el mundo y para la recaudación de dinero. Por el contrario, ilustra una situación extrema donde esos extractivismos, con todos sus impactos sociales y ambientales, no puede descartarse que sirven al financiamiento militar, a la compra de armas, a intervenciones militares en distintos países y por último, a sostener una guerra. Es una condición extrema a la que por ahora no llegó ningún país lati[1]noamericano. 16 Las ideas de Karaganov se presentan en el próximo capítulo; el reporte Turning to Nature … si citó arriba. Eduardo Gudynas 42
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Esto lleva a lo que este autor llama “cuarta teoría política” cuyos elementos determinantes son todos negativos (anti-liberal, anti-capitalista, anti-cosmopolitica y anti-individualista), mezclados con ape[1]laciones a la tradición premoderna, defensas de jerarquías medievales y teologías como sostén de normas. Dugin argumenta que eso permitiría la cooperación entre cierta izquierda radical y la “nueva derecha”8 . A tono con esa mirada, después de la declaración conjunta entre Moscú y Pekín del 4 fe[1]brero 2022, Dugin anunció la inminente caída del “liberalismo global” y la “hegemonía occidental”, y semanas después apoyó con entusiasmo la invasión de Ucrania. No sorprende que buena parte de los revisores de la obra de Dugin señalen que sus ideas son un entrevero de imprecisiones, con interpretaciones antojadizas sobre autores y episodios históricos, aunque claramente apunta a una defensa nacionalista de ultraderecha. Es más: no se analiza a Dugin por sus conceptos o por sus escritos en sí mismos, sino como una consecuencia de que existan per[1]sonas que lo tomen en serio y lo consideren su inspiración política. En efecto, las ideas de Dugin son atendidas no sólo dentro de Rusia, sino también por la “nueva de[1]recha” europea, en EE.UU. mantuvo contactos con Steve Bannon, el asesor ultraderechista de Donald Trump, e incluso llegó a América Latina9 . Dugin considera que en nuestro continente hay actores que deben ser parte de esa gran coalición global contra la modernidad y la democracia. Sostuvo que es “obvio que Latino América está muy necesitada de algunos nuevos mapas ideológicos, porque el comunismo y la teología católica de la liberación no funcionan y son obsoletas, demasiados débiles para los propósitos de la movilización”, y que “no importa cuán malos sean los gobiernos de los líderes anti-coloniales”, los pro-Estados Unidos, golpistas o elegidos democráticamente, “son siempre mucho peores”10. Si se exploran posiciones más serias, mejor articuladas y coherentes, es apropiado observar a Sergei Karaganov, un académico de mucho prestigio dentro y fuera de Rusia, y también cercano al gobierno. A su juicio, valores como los del feminismo o la radicalización de la democracia, son “tóxicos”, y Rusia debería alejarse de Europa precisamente porque allí se cultivan esas posturas. Insiste en que Europa ya no les provee de una renovación política, y lo que ahora se defiende desde allí, como son los am[1]bientalismos, feminismos o defensores de minorías, debe ser rechazo o simplemente despreciado. Al interior de Rusia, esos actores atacan tanto a liberales como a la izquierda independiente, y sobre todo a las organizaciones ciudadanas. Consideran que éstos responden a esas visiones europizadas y que además su accionar debilita al país. Siguiendo esas ideas, los grupos ciudadanos independientes que vigilen o cuestionen al gobierno son anulados; por ejemplo, la organización de derechos civiles más antigua del país, fundada en 1989, fue disuelta aplicando una ley contra agentes extranjeros. La ruptura con lo que consideran como moral occidental es concebida como indispensable para así avanzar hacia una autonomía e independencia propia. Se cae en un nacionalismo, a veces ampliado a un paneslavismo, muy conservador, y por lo tanto enfrentado tanto a una izquierda independiente como al liberalismo político. heidegger 8 Esto se describe por ejemplo en La cuarta teoría política, citado arriba. 9 La diseminación e influencia de las ideas de Dugin en la nueva derecha europea se analiza, por ejemplo, en Dangerous liaisons. Eurasianism, the European Far Right, and Putin’s Russia, M. Laruella, en: Eurasianism and the European Far Rights: Reshaping the Europe-Russia relationship (M. Laurelle, ed), Lexington, Lanham, 2015. 10 South America: new cycle of decolonization, A. Dugin, Gеополитика (Geopolitica), 13 noviembre 2019, https://www.geopolitica.ru/en/article/south-america-new-cycle-decolonization Eduardo Gudynas 46 Dando unos pasos más, analistas como Karagonov, coinciden que debe reconocerse que “desde un punto de vista histórico, Rusia es un Estado autoritario”, y por ello, es “hora de dejar de avergonzar[1]nos del hecho de que históricamente estemos ligados a un sistema de gobierno autoritario y no a la democracia liberal”11. Posturas de ese tipo a su vez coinciden con las de Surkov, quien entiende que debe haber un fuerte centralismo estatal para evitar “demasiada” libertad, una condición que consi[1]dera dañina12. Karaganov elogia lo que denomina como “capitalismo autoritario semi-democrático” y que es distinto del capitalismo democrático occidental. Al igual que con Dugin, aquí hay una obse[1]sión con el orden, con respetar jerarquías verticales, y Karaganov afirma que son un ejemplo del éxito de esa versión autoritaria tanto China como Rusia. Considerando que se vive una “nueva época de confrontación”, concluye que los países europeos y EE.UU. están perdiendo en ese enfrentamiento13 . Todas estas posturas aceptan las ideas convencionales de desarrollo y, con ello, las estrategias extrac[1]tivistas y la estructura económica comentada antes. En algunos casos hay conciencia que los recursos naturales se agotarán y, por ello, se apuesta a otros sectores, pero lo sorprendente es que en realidad no ofrecen opciones distintas al desarrollo, a pesar de que esa concepción también es hija de la mo[1]dernidad occidental. Un aspecto relevante sobre todas estas ideas son sus posibles efectos en América Latina. Tal como se adelantó, es bien conocida la tentación autoritaria en el continente, y prácticamente todos los países vivieron en algún tipo de dictadura. Teniendo presente esa condición, ideas como las de Dugin tienen resonancias en nuestro continente. En ese campo se debe señalar al brasileño Olavo de Carvalho. Este periodista, astrólogo y ensayista, que falleció el pasado 24 de enero 2022, se convirtió en una de las fuentes de inspiración de la derecha política brasileña y en particular del presidente Jair Bolsonaro14. En un sentido estricto, De Carvalho y Dugin se critican mutuamente y de modo muy ácido, pero los dos defienden posiciones conservadoras y nacionalistas, y ninguno pone en cuestión concepciones como las del progreso15. De Carvalho fue uno de los principales promotores de la idea de un complot internacional para apo[1]derarse de la Amazonia brasileña. Ese intento estaría liderado por EE.UU. y países europeos, sea para apoderarse de sus riquezas como para impedir que Brasil pueda explotarlas. En sus explicaciones sostiene que los gobiernos del norte, organismos internacionales, que actúan por medio de partidos de izquierda, el Foro de São Paulo, y ONGs, serían parte de un “globalismo” ambientalista, que logra avanzar en Brasil por la ausencia de un verdadero nacionalismo16. El gobierno de Bolsonaro directa o indirectamente invocaba ese tipo de peligro toda vez que la co[1]munidad internacional señalaba, pongamos por caso, los incendios o la deforestación amazónica. Consideraba, además, que los sistemas de áreas protegidas y la autodeterminación de los pueblos indígenas sobre sus territorios eran parte de esas conspiraciones17. 11 Citado en La Rusia de Putin o el desenganche espiritual de Europa, Igor Torbakov, Nueva Sociedad, febrero 2022, https://nuso.org/articulo/putin-europa-otan-guerra-ucrania-intelectuales/ 12 Vladislav Surkov: ‘An overdose of freedom is lethal to a state’, entrevista por H. Foy, Financial Times, 18 junio 2021, https://www.ft.com/content/1324acbb-f475-47ab-a914-4a96a9d14bac 13 A New Epoch of Confrontation, S.A. Karaganov, Russia in Global Affairs, No 1, 2018, https://eng. globalaffairs.ru/articles/a-new-epoch-of-confrontation-2/ 14 Philosophy, mysticism, and world empires: elements of the political philosophy of Olavo de Carvalho, V. Bruno, Political Science Reviewer 43 (1): 1-34, 2019. 15 Las diferencias y semejanzas están claras en el debate que ambos mantuvieron; véase The USA and the New World Order. A debate between Olavo de Carvalho and Aleksander Dugin, Inter American Institute Philosophy, Government and Social Thought, Bruselas, 2012. 16 O deserto dos gringos, O. de Carvalho, Digesto Econômico, julio/agosto 2009, https://olavodecarvalho. org/o-deserto-dos-gringos-2/ 17 ¿Militarizar los extractivismos mineros sudamericanos?, E. Gudynas, Cooperacción, 7 marzo 2019, https:// cooperaccion.org.pe/militarizar-los-extractivismos-mineros-sudamericanos/ MUY LEJOS ESTA CERCA 47 Ideas como las de Olavo de Carvalho sin duda terminaron potenciando las intenciones del gobierno de Bolsonaro de militarizar la Amazonia18. Ese tipo de política se vincula también con la promoción de extractivismos en esa región, ya que las fuerzas militares se utilizan para defender la expansión de la ganadería y agricultura como el acceso a yacimientos mineros. La militarización sirve para asegu[1]rar el control territorial, proteger a las empresas, y reprimir a la resistencia de comunidades locales, especialmente indígenas. Ese militatarismo tuvo una contraparte presupuestaria, ya que los gastos en defensa fueron mayores a los de educación, salud y obras públicas en 202119. De ese modo, los extractivismos brasileños terminan financiando, al menos en parte, el presupuesto militar, asemeján[1]dose en esto también a lo observado con Putin. Medidas análogas de militarización del control territorial fueron postuladas por el gobierno de Iván Duque en Colombia, y también con el propósito explícito de controlar los extractivismos ilegales, es[1]pecialmente la minería de oro. No se buscaba impedir ese tipo de prácticas por sus impactos sociales y ambientales, sino que sus ganancias no quedaran en manos de bandas criminales y pasaran a ser canalizadas por empresas y el Estado20. Al mismo tiempo, estas posturas ideológicas se obsesionan con el orden y la autoridad mientras que rechazan la movilización ciudadana, la diversidad sexual y el feminismo, y todo eso se asemeja a las posturas de extrema derecha de Jair Bolsonaro en Brasil. Estas cuestiones son de enorme relevancia ya que en América Latina muchos extractivismos son lle[1]vados adelante incumpliendo distintos derechos humanos, e incluso con altos niveles de violencia, que pueden llegar al asesinato de defensores ambientales. En esas circunstancias la apelación a pro[1]teger los derechos humanos, incluso los más básicos como la vida, se realiza tanto dentro del propio país como en el ámbito internacional. Para muchas organizaciones y personas es el último recurso del que disponen. Su relevancia está ejemplificada en el papel de los relatores de las Naciones Unidas en esa materia o la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Bajo el modelo de democracia 18 Olavo de Carvalho defende ocupação militar da Amazônia, B. Bulla, Estado São Paulo, 29 agosto 2019, https://sustentabilidade.estadao.com.br/noticias/geral,olavo-de-carvalho-defende-ocupacao-militar[1]da-amazonia,70002988874 19 Defesa assegura investimento maior que obras, Educação e Saúde, I. Tomazelli, 5 febrero 2022, https:// www1.folha.uol.com.br/mercado/2022/02/defesa-assegura-investimento-maior-que-obras-educacao[1]e-saude.shtml 20 Mercadería y militarización. La naturaleza en la política ambiental de Duque, E. Gudynas, en Aprendiz de Embrujo. Balance del primer año de gobierno de Iván Duque (H.D. Correa, ed.), Plataforma Colombiana de Derechos Humanos, Democracia y Desarrollo (PCDHDD) y otros, Bogotá, 2019. Figura 12. Ejemplos de los animadores de posturas reaccionarias conservadoras en Rusia (A. Dugin y S. Karaganov) y en Brasil (O. de Carvalho). Eduardo Gudynas 48 semiautoritaria esa posibilidad desaparece, en tanto se anula y acota la defensa de esos derechos dentro del propio país pero también se impide buscar respaldos y solidaridad en el exterior, en tanto ello sería parte de esa globalización rechazada. Rechazo y alternativas a la Modernidad El “capitalismo autoritario semi-democrático” de Karagonov también implica un rechazo a valores y morales referidos a la Modernidad europea. Como en América Latina hay varias posiciones que también cuestionan a la Modernidad es necesario compartir algunas advertencias. En el caso de los ideólogos rusos, esa reacción en parte está teñida por el hecho de que Rusia no pudiera construir su propia versión de esa modernidad sino simplemente imitar o negar la de los europeos occidentales. Pero, al mismo tiempo, es extraño porque se define como capitalista; no hay una alternativa a las bases del capitalismo, sino que se apela a construir una versión propia bajo un control estatal que es sobre todo político en lugar de económico. Así como China construye su propia versión de capitalis[1]mo ajustado a su régimen político, lo mismo ocurre en Rusia; Pekín lo hace manteniendo el rótulo del comunismo, mientras Moscú lo abandonó y lo reemplaza con un nacionalismo paneslavista. En su esencia siguen siendo capitalistas y modernas, por lo que los rechazos ideológicos que emanan des[1]de Rusia son en realidad cuestionamientos contra otras variedades del capitalismo y la Modernidad seguidas en Europa occidental. Los cuestionamientos latinoamericanos contra la Modernidad han teñido los debates políticos y han animado a las organizaciones ciudadanas. En unos casos se expresan como versiones minimalistas y simplificadas que permitieron que se incumplieran derechos o se cayera en hiperpresidencialismos que debilitaban la democracia. Eso ocurrió, por ejemplo, cuando la administración de Evo Morales en Bolivia se presentaba como un gobierno indígena con imágenes de una alternativa a la política occidental, aunque en sus acciones no lo era, porque no aseguraba sus derechos e imponía distintos extractivismos en sus territorios. Es importante evitar las confusiones entre rechazar a la Modernidad con buscar alternativas a ella. Las posiciones autoritarias nacionalistas rechazan la Modernidad, y alientan una premodernidad por[1]que les sirve para justificar su autoritarismo. En cambio, una denuncia a la Modernidad debe servir para imaginar y buscar alternativas a ella. La primera opción es un regreso al pasado, la segunda es un intento de construir otros futuros. Es por eso que no es inapropiado sostener que los cuestionamientos sudamericanos son más serios, están más elaborados, y se constituyen en alternativas post-capitalistas y post-socialistas. Tienen, además, antecedentes históricos nutridos y una amplia diversidad de actores que los animan, entre ellos los pueblos indígenas. Muchas de ellas son alternativas al capitalismo, y por lo tanto ideas como las de Karaganov sobre una “alternativa” que se asume capitalista y que su opción de cambio está en ser autoritaria, resultan inconcebibles. Lo son porque desde las comunidades y desde la sociedad civil se enfrenta el capitalismo y el autoritarismo. Todas esas alternativas, al estar enraizadas en luchas de comunidades locales, reclaman más democracia y el fortalecimiento de la cobertura de los derechos, y que junto a otras demandas, tienen antecedentes modernos que nadie desconoce. Estamos ante críticas a la modernidad que no pasan por rechazar o renunciar a ese tipo de categorías, sino que son abordadas para ser relanzadas hacia opciones de cambio. En otros aspectos, como las concepciones del valor, las alternativas se apartan de la Modernidad al aceptar los valores intrínsecos en lo no-humano o al proclamar la disolución de la brecha entre sociedad y naturaleza. Es justamente este tipo de articulaciones que se expresan en innovaciones como las del Buen Vivir, los derechos de la Naturaleza, o los intentos de abordar la plurinacionalidad.
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La calificación de la deuda rusa fue sucesivamente rebajada, hasta catalogarla como “bonos basura”, considerándose muy probable la cesación de pagos en un futuro cercano. Algunos estiman que el país pasará a una situación de default a un ritmo enlentecido y con una pér[1]dida de valor tan alta que la equiparan con lo ocurrido en Venezuela9 . Ese tipo de restricciones tenía como objetivo debilitar a la economía rusa con la supuesta finalidad de limitar sus capacidades para financiar la guerra, pero tendrá consecuencias que alcanzarán a toda la población. La economía se reducirá, y las estimaciones han sido cada vez más gravosas con el paso de los días; para muchos habrá una caída del 10% y para otros llegará al 15 %. En cualquiera de esos casos ya es una contracción mayor a la registrada por la pandemia de Covid (calculada estimada en 3% en 2020)10. Las medidas económicas que se aplicaron a distintos países, como Irán o Corea del Norte, no resultaron en reducciones mayo[1]res a las del 5% del producto interno, y eso hace que esas previsiones para Rusia representan el más “brutal” episodio de sanciones económicas en la historia reciente11. El país se alejará todavía más de los primeros puestos por el tamaño de su economía, y posiblemente caerá del lugar 11 al 15. Es posible que algunos líderes políticos occidentales esperaran, o desearan que un colapso económico genere malestar ciudadano que se traduzca en demandas políticas que limiten o remuevan al gobierno Putin. Pero la elite política y los billonarios de ese país tienen más recursos para lidiar con esas crisis, mientras que ese no es el caso para los sectores populares. La inflación superará el 20%, ya se reportan escasez de ciertos productos, la capacidad de consumo se verá recortada, y el endeudamiento familiar aumentará. Bajo esas condiciones seguramente empeorará la pobreza. Todo esto hace que los ataques desde la globalización se vuelvan moralmente cuestionables, e incluso pueden tener efectos contrarios (como ali[1]mentar el resentimiento hacia occidente y aumentar el apoyo a Putin)12. Los países occidentales a su vez repetidamente señalan que extenderán las sanciones a las naciones o empresas que colaboren con Rusia. Ya lo han hecho con Bielorrusia. También hay que indicar que todas estas medidas tienen consecuencias dentro de las pro[1]pias naciones occidentales, con una reducción en su crecimiento y mayor inflación. Las gran[1]des corporaciones cargarán con pérdidas. Los bancos europeos tienen US$ 76 mil millones en préstamos dentro de Rusia, y la suerte de esos dineros es incierta. En otros sectores, el abandono de Rusia acarrea la clausura de negocios, pérdida de inversiones y más; por ejem[1]plo, salida de la petrolera BP de sus negocios conjuntos con la rusa Rosneft acarrarían pérdi[1]das estimadas en US$ 25 mil millones, y en el caso de Shell lo estiman en US$ 5 mil millones13. 9 Russia set for a Venezuela-style default, Morgan Stanley says, M.E. Vizcaino, Financial Post, 8 marzo 2022, https://financialpost.com/news/economy/russia-set-for-a-venezuela-style-default-morgan-stanley-says 10 Russian economy could shrink by 7% as result of Ukraine sanctions, R. Parlington, The Guardian, Londres, 2 marzo 2022, https://www.theguardian.com/world/2022/mar/02/russia-economy-could-shrink-by-7- per-cent-as-result-of-ukraine-sanctions-war-recession-covid 11 How effective are sanctions against Russia? G. Clyde Hufbauer y M. Hogan, Peterson Institute International Economics, 16 marzo 2022, https://www.piie.com/blogs/realtime-economic-issues-watch/ how-effective-are-sanctions-against-russia 12 Freezing Russia’s Central Bank reserves: much ado about nothing?, M. Vermeiren, GIES Occasional Paper, Ghent University, March 2022, https://www.ugent.be/ps/politiekewetenschappen/gies/en/gies_ papers/2022-ukraine/freezing-russias-central-bank-reserves-much-ado-about-nothing 13 BP quits Russia in up to $25 billion hit after Ukraine invasion, R. Bousso y D. Zhdannikov, Reuters, 28 febrero 28, 2022, https://www.reuters.com/business/energy/britains-bp-says-exit-stake[1]russian-oil-giant-rosneft-2022-02-27/ Shell says Russia exit has already cost $ 5 billion, Washington Post, 7 abril 2022, https://www. Eduardo Gudynas 54 El despliegue del castigo El breve repaso que se acaba de hacer permite señalar distintos aspectos destacados. Se observa un despliegue de medidas de disciplinamiento y castigo que involucran varios ám[1]bitos, incluyendo acciones políticas convencionales tales como la expulsión de diplomáti[1]cos, pero que sobre todo avanzaron en los planos económico, financiero y comercial. Esas acciones fueron llevadas adelante por gobiernos, pero además lograron sumar a organismos internacionales, algunos europeos y otros globales. Tanto el número de medidas aplicadas como su cobertura son enormes. La severidad de las medidas es impactante y eso explica que se repita el uso de la metáfora de “guerra” económica (incluyendo imágenes análogas, como calificar de “bomba atómica” financiera a la exclusión de Rusia del sistema bancario SWIFT). Estamos presenciando un conflicto económico, financiero y comercial a nivel global. En muchos aspectos ya estaba en marcha, y lo que sucedió es que la invasión de Ucrania lo aceleró y lo dejó en evidencia. En este enfrentamiento, las armas son medidas económicas, lo que ya ocurrió varias veces en el siglo XX14. Esta disputa en el seno de la globalización está conducida por el poder político, y sus po[1]siciones cuentan con amplio apoyo ciudadano en varios países. La idea simplista de que la globalización está controlada por CEOs de corporaciones transnacionales, tales como Bill Gates o Elon Musk no es aplicable en este caso. Esa misma posición estaba implícita en los que esperaban que los billonarios rusos, los llamados oligarcas, para salvar sus negocios y sus fortunas pudieran convencer al gobierno Putin de evitar una guerra. Nada de eso ocurrió. Sin dejar de reconocer el poder de ese mundo empresarial, estamos ahora presenciando que los actores políticos ejercen la conducción de esa gobernanza global. Lo hicieron de modos que aseguraron que las corporaciones les siguieran, aún a pesar de las pérdidas que eso signifi[1]ca para muchas de ellas. Pero tampoco dudaron en confiscar las propiedades privadas que esos millonarios rusos tenían dentro de sus países, rompiendo de ese modo con la preten[1]dida sacralidad de la propiedad privada individual que su capitalismo liberal defiende15. Las corporaciones aceptaron esas condiciones por variadas razones, tales como coincidencias morales, la preocupación de perder consumidores por no tomar partido, o la imposibilidad de mantener su comercio por los bloqueos bancarios. Esta situación hecha por tierra aquellas concepciones que sostenían que la globalización comercial y financiera corría por canales separados a los eventuales conflictos armados, o que imaginaban que la política exterior de un gobierno no debía interferir o contaminar el comercio internacional16. Incluso derrumba una tesis más extrema y simplista de una paz capitalista que, tal como postulaba Thomas Friedman en 1996, haría que dos países que tu[1]
washingtonpost.com/business/shell-says-russia-exit-has-already-cost-5-billion/2022/04/07/bd218894- b650-11ec-8358-20aa16355fb4_story.html 14 The economic weapon. The rise of sanctions as a tool of modern war, N. Mulder, Yale University Press, New Haven, 2022. 15 Branko Milanovic advierte que los EE.UU. llevó a cabo la mayor transferencia de riqueza entre estados en la historia; The end of end of history: What have we learned so far?, Global Policy Journal, 7 marzo 2022, https://www.globalpolicyjournal.com/blog/07/03/2022/end-end-history-what-have-we-learned-so-far 16 The end of globalisation as we know it, F. De Ville, GIES Occasional Paper, Ghent University, March 2022, https://www.ugent.be/ps/politiekewetenschappen/gies/en/gies_papers/2022-ukraine/the-end-of[1]globalisation-as-we-know-it
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vieran franquicias McDonals nunca entrarían en guerra17 (con el inicio de las hostilidades, McDonalds se retiró de Rusia). La globalización en su dinámica actual sigue afincada en el dólar, y las medidas alternativas de Rusia, China y otros países, no rompieron esa hegemonía por el momento. El intento de Rusia de diversificar sus reservas con euros, yuanes y oro, tuvo una utilidad muy limitada. Entretanto, como prevalece el dólar, las represalias de Occidente son muy efectivas. Este he[1]cho no pasa desapercibido, y posiblemente acelere las medidas de China y otras naciones en comerciar en su propia moneda y en tener sus propios canales de intermediación financiera. Son pasos hacia una fragmentación financiera internacional. Se mantiene la discusión de incrementar todavía más las sanciones contra Rusia en la medi[1]da que persista el conflicto bélico. Pero en el seno de esa globalización ya señala que se debe evitar llegar a un extremo que haga colapsar al país, ya que su caída arrastraría a muchas naciones europeas. Esta preocupación ya asoma en algunos analistas, pero a la vez Washin[1]gton y Bruselas están mostrando a todo el mundo que violar las reglas centrales del orden internacional tiene un precio18. Ese efecto de demostración es clave en la situación actual. Todos los gobiernos, sus diri[1]gencias políticas y empresariales, deben ser testigos del castigo. Las grandes economías no dudaron en castigar y aislar a la onceava economía del mundo. Sin duda que el otro gran contendiente global, China, está observando este contexto con detenimiento. Se indica, de manera directa o indirecta, que sanciones similares se pueden tomar contra los gobiernos que asistan a Rusia, y una acción como el bloqueo del comercio exterior o de la intermedia[1]ción bancaria, tendría efectos gravísimos para China. Desde América Latina también se tiene que observar esto con detenimiento. Pero al mismo tiempo, la evidencia histórica muestra que las sanciones económicas no son muy eficaces en alcanzar los objetivos políticos que se plantean, sino que terminan golpean[1]do a la sociedad. El ejemplo más cercano en América Latina son las medidas que padece Cuba desde hace décadas. Los casos que fueron eficaces son pocos, y es usual señalar como ejemplo a las aplicadas contra los regímenes racistas en África del Sur y Rhodesia (hoy Zim[1]babue)19. Por tanto, aunque la eficacia es baja, los efectos pueden ser muy amplios, y en muchos casos implican restricciones o empobrecimiento para amplios sectores ciudadanos. Reorganización de la globalización Considerando la gravedad de la guerra en Ucrania, el trágico saldo de muertes que está de[1]jando, y la avalancha de medidas y contramedidas económicas, comerciales y políticas, es entendible que muchos consideren que nos encaminamos a un nuevo ordenamiento inter[1]nacional. No enfrentamos una suspensión de la globalización sino su reorganización. En ese sentido, el premio Nobel de economía Joseph Stiglitz afirma que se cierra una etapa anterior, 17 Foreign affairs BigMac I, T.L. Friedman, The New York Times, 8 diciembre 1996, https://www.nytimes. com/1996/12/08/opinion/foreign-affairs-big-mac-i.html 18 Putting is creating the multipolar world he (thought he) wanted, S. Biscop y colab., GIES Occasional Paper, Ghent University, March 2022, https://www.ugent.be/ps/politiekewetenschappen/gies/en/gies_ papers/2022-ukraine/putin-is-creating-the-multipolar-world-he-thought-he-wanted 19 N. Mulder, citado arriba. Eduardo Gudynas 56 que nunca tuvo una sólida base intelectual, y vaticina que se verá un proceso de desengan[1]che, de desvinculación, y que será lento, especialmente en China20. Ese reordenamiento ocurre en circunstancias donde ya existían concepciones en competen[1]cia sobre el rumbo que debía seguir la gobernanza global21. Desde una de ellas, hay acto[1]res empresariales, algunos gobiernos, y distintos académicos, que siguen apostando a una mundialización tradicional guiada por las empresas privadas, desplegada en el mercado, y liberada de la intervención o control estatal. Esa posición es conocida en América Latina, no solamente por los gobiernos conservadores que han fueron funcionales a ella, sino porque sus expresiones más claras están en el desempeño de las transnacionales mineras, petroleras y del agronegocio. Otra postura plantea distintos tipos de lo que considera como responsabilidad social y am[1]biental, aceptan una regulación estatal, y no le teme, por ejemplo, a aumentos de la carga tributaria. Sus caras más visibles son quienes entienden que la pobreza y el cambio climático son problemas reales, y que se deben tomar medidas, ya que de no hacerlo ocurrirán crisis sociales y ecológicas que pondrán en riesgo a su propia viabilidad. En este campo se ubican varias corporaciones tecnológicas, de la información, etcétera. La pandemia por Covid-19 de alguna manera potenció a ese segundo campo, ya que en todas las naciones industrializadas tuvo lugar un regreso del Estado, se toleraron los déficits fiscales y se desplegaron todo tipo de ayudas sociales. Los países industrializados también entendieron que eran dependientes en algunas áreas, como ocurrió con los insumos médi[1]cos que debían comprar desde China. Eso reforzó los llamados por fortalecer las autonomías nacionales o regionales. La invasión rusa a Ucrania afectó esas dinámicas. Recobraron protagonismo, al menos por ahora, las empresas petroleras y mineras, y las urgencias bélicas dejan en segundo plano asuntos sociales y ambientales. Al mismo tiempo, las corporaciones que manufacturas ar[1]mas y municiones verán multiplicarse sus ingresos. Pero al mismo tiempo, la globalización se fragmenta, y varios países se refugian dentro de sí mismos, como se observa en los casos europeos así como con China. Los países industrializados no rechazan la globalización, sino que desean otras reglas, pero a la vez consideran una desvinculación en algunos sectores para priorizar intereses propios o sectores internos. Su ejemplo más claro son los intentos europeos de reducir la dependencia del gas proveniente de Rusia en el futuro inmediato, y de todos los hidrocarburos en el me[1]diano plazo. Sin embargo, al mismo tiempo, esas condiciones hacen que se apele a provee[1]dores de hidrocarburos y otros recursos naturales desde otras regiones, y en ello, aumentan las presiones sobre América Latina. 20 Russia’s Ukraine invasion could be a global economic ‘game changer’, D. Lynch, The Washington Post, Washington, 5 marzo 2022, https://www.washingtonpost.com/business/2022/03/05/global-economy[1]russia-ukraine/ 21 Estas posiciones se describen en Tan cerca y tan lejos de las alternativas al desarrollo. Planes, programas y pactos en tiempos de pandemia, E. Gudynas, RedGE y CLAES, Lima, 2020. MUY LEJOS ESTA CERCA 57 Latinoamérica subordinada en la globalización Como se ha adelantado antes, la situación latinoamericana es extremadamente complicada por su subordinación a la globalización. Su insistencia en los extractivismos, su dependencia de la inversión extranjera, la influencia del dólar, y otros factores, hace que sus capacidades de maniobra para enfrentar las consecuencias globales de la guerra sean limitadas. De todos modos podría intentarlo, como lo ha hecho en el pasado reciente. Sin embargo, hasta ahora, América Latina no respondió coordinadamente ante esta crisis. Los mecanis[1]mos de integración continental, como la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) no lograron acordar posturas, ya que se tienen muy distintas reacciones ante el conflicto en Ucrania. Del mismo modo, no hay reacciones coordinadas en los grandes bloques, el MERCOSUR y la Comunidad Andina, para enfrentar algunos de los problemas más acuciantes, como el agroalimentario. Se está pagando un duro precio al debilitamiento de los proyectos de integración regional autóno[1]ma en el continente. En este sentido también se debe estar precavido ante análisis simplistas que asumen que esta guerra nos llevará a una globalización multipolar o fragmentada, con un mayor poder de Moscú o especialmente China, y que ello es positivo para nuestro continente. En algunos casos esa posición se basa en asumir que podrán enfrentarse las presiones de Washington o Bruselas buscando apoyos en esas otras naciones. Esa postura está reñida con la evidencia actual porque de hecho América Latina en buena medida ya se ha volcado hacia China, y las consecuencias son el mantenimiento de los ex[1]tractivismos, la proliferación de los conflictos locales y hasta el deterioro de los derechos humanos. Para dejar esto en claro, recuérdese que en las últimas décadas la apropiación de recursos naturales desde América Latina se ha multiplicado. Las exportaciones totales de materiales estaban por debajo de los 500 millones toneladas en la década de 1990, y desde allí, al dis[1]pararse la globalización, pasaron a 1 035 millones ton en 201622. Desde inicios del siglo XX el flujo siempre ha sido hacia un “norte” que consume recursos, y solo han estado cambiando los destinatarios. En el año 2000, las exportaciones netas de recursos naturales hacia EE.UU. y Canadá sumaban 82 millones ton, hacia la Unión Europea alcanzaban los 138 millones ton, y a China fueron 106 millones ton. Pero en 2016, las exportaciones hacia Norteamérica se derrumbaron (2 millones ton), aumentaron un poco hacia el espacio europeo (155 millones ton) pero crecieron al impactante nivel de 527 millones ton las que arribaban a China. Esto quiere decir que en los últimos años China se convirtió en una enorme aspiradora de los recursos naturales latinoamericanos, y en un volumen que es tan dramáticamente alto que duplica a todos los demás destinos sumados. Entonces podría decirse que ya estamos en una “otra” globalización que ahora tiene estas relaciones tan intensas con China. Pero ninguno de los problemas de los extractivismos ha desaparecido, América Latina no es más autónoma frente a la globalización sino que sigue igual de relegada, y apenas puede hablarse de un recambio entre Washington y Bruselas por Pekín. 22 Los datos están basados en Las venas abiertas de América Latina en la era del Antropoceno: un estudio biofísico del comercio exterior (1900-2016). Diálogos, Revista Electrónica de Historia, 21 (2): 177-214, 2020. Eduardo Gudynas 58 Además, las empresas chinas y los fondos canalizados por su gobierno tienen una presencia notoria en los sectores mineros, petrolero y en infraestructura en toda la región. En la más reciente revisión del desempeño realizado desde la sociedad civil latinoamericana, conside[1]rando a 20 compañías, se encontraron 24 casos de violaciones a los derechos ambientales, 18 casos de incumplimientos en los derechos de participación y consulta libre, precia e informa[1]da, y al menos diez situaciones donde se violaron derechos civiles y políticos23 . Estas y otras evidencia muestran que están muy equivocados los que asumen que Moscú o China ofrecen un sendero para una internacionalización plural, que le permita a nuestra región romper con la subordinación en proveer materias primas o contribuya a reforzar la democracia y la derechos. Las alternativas necesarias apuntan en otros sentidos. En efecto, cualquier opción de cambio comprometida con la calidad de vida y la Naturaleza debe dejar atrás los extractivismos, necesita recuperar autonomía frente a la globalización en cualquiera de sus versiones, y sin duda se construye fortaleciendo la democracia y los derechos. Es indispensable romper con la subordinación que hace que las subas y bajas de las materias primas terminen condicionando las políticas internas. Pero al mismo tiempo, una transición postextractivista requiere de promover un comercio regional para compartir recursos naturales y sostener una industrialización propia. Esa propuesta se ajustaba perfec[1]tamente a los conceptos del Buen Vivir lanzados desde nuestra región. Esto hace que una desglobalización selectiva sea el camino apropiado para la región. Pero en este momento, la guerra en Ucrania plantea nuevas dificultades a ese propósito. Se mantiene e incluso crece la demanda global por recursos naturales latinoamericanos, y al mismo tiem[1]po, las naciones del norte muestran las medidas de disciplinamiento y castigo que pueden aplicar a cualquiera que desafíe su hegemonía. 23 Derechos humanos y actividades empresariales chinas en Latinoamérica. Casos de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México, Perú y Venezuela. Colectivo sobre Financiamiento e Inversiones Chinas, Derechos Humanos y Ambiente (CICDHA), 2022. http://chinaambienteyderechos.lat/wp[1]content/uploads/2022/03/Informe-reporte-medio-termino-1.pdf
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Esta guerra coincide con una creciente disputa entre grandes economías y bloques de países enfo[1]cada en recursos naturales cada vez más escasos, con gobiernos que intentan asegurar su acceso a ellos, y que a la vez compiten por transferir a otros territorios sus impactos sociales y ambientales. Es la “primera guerra” de la escasez en hidrocarburos, como señalan A. Turiel y J. Bordera3 . Una segunda ola que sigue a la primera se expresa en el comercio global, las finanzas y los flujos de capital. La dinámica del comercio internacional está sufriendo por la guerra, como se describió al inicio de este capítulo. Se implantan sanciones y represalias a ellas, se bloquean algunos sectores, y hay rutas de transporte bloqueadas, con fletes o seguros muy caros. Al mismo tiempo, las medidas de China para manejar sus recientes brotes de Covid-19 impone el cierre de puertos y es posible una reducción de su demanda, de donde todo eso se agravará. Hay una congestión y encarecimiento en el transporte marítimo. En el campo de las finanzas, el crecimiento económico será menor al esperado en varios países. La inflación sigue su marcha y las tasas de interés se elevarán en algunas economías, algo que ya está en marcha en varios países latinoamericanos. Se superponen de este modo trabas a los flujos de capital, incertezas sobre las tasas de interés, la inflación que padecerán muchos países, y un creciente endeu[1]damiento. Algunas naciones deberán pagar combustibles o alimentos más caros, y otras buscarán o serán forzadas a subvencionarlos ante la presión ciudadana. Por lo tanto su nivel de endeudamiento seguirá creciendo. Aumenta la brecha entre el financiamiento disponible y el que es necesario para para poder reducir la pobreza, asegurar la salud o evitar el cambio climático4 . Esa alta incertidumbre y el endeudamiento creciente golpearán a los flujos de capital. El aumento de las tasas de interés en Estados Unidos y otras economías avanzadas es posible que determinen una reducción en las inversiones hacia América Latina. De todos modos, es posible que se retraigan inver[1]siones en sectores manufactureros y servicios, pero se mantengan o aumenten en los extractivismos ya que para muchos sigue siendo un refugio de valor bajo ese tipo de circunstancias. Los flujos de capital, la situación económica y financiera y el comercio internacional son los com[1]ponentes más importantes de la globalización. Esas olas están ahora ocurriendo bajo una reorga[1]nización, que no implica anular esa mundialización sino que asoma un nuevo ordenamiento que tiene en el primer plano a los países occidentales. Ha quedado en evidencia su capacidad de aplicar medidas de castigo y disciplinamiento que son de una severidad enorme, tal como se abordó en el capítulo anterior. América Latina observa está situación, muchos deben toman nota de ella, pero por su estructura económico dependiente no cuenta con los márgenes de autonomía que le permitan ubicarse de otro modo, y por ahora tampoco está intentando construirlos. Una tercera ola de consecuencias desemboca en los efectos de esas dinámicas en la sociedad, y cuyas expresiones se están viendo en varios países. Entre ellas se cuentan el alza en el precio de alimentos, y posible escasez en algunos, y a la vez la permanencia del desempleo o empleo informal en una alta proporción en varios países. La mayor inflación producirá una caída de los salarios reales en muchos sectores. Las consecuencias de este tipo de factores desembocará en mantener o agravar la inciden[1]cia de la pobreza en América Latina, lo que ya se padecía por la pandemia. La debacle en algunos rubros alimentarios además deteriorará los componentes de nutrición en los sectores más pobres. 3 La primera guerra de la ‘Era del Descenso Energético’, A. Turiel y J. Bordera, CTXT, https://ctxt.es/ es/20220301/Firmas/39119/Juan-Bordera-Antonio-Turiel-escasez-descenso-energetico-Ucrania-Rusia[1]EEUU-combustibles-Europa.htm 4 El cálculo previo a la guerra ya indicaba que a inicios del 2022 la brecha para financiar los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) había aumentado en más de un millón de millones de dólares, alcanzado los US$ 17,9 millones de millones. La guerra agravará esta situación. Ukraine war risks further cuts to development finance, UNCTAD, Ginebra, 23 marzo 2022, https://unctad.org/news/ukraine-war-risks[1]further-cuts-development-finance Eduardo Gudynas 62 Estos y otros factores contribuirán a multiplicar y agravar las protestas ciudadanas. Los ejemplos más claros están en las movilizaciones de camioneros chilenos por la suba de combustibles, y en Perú, la de agricultores y transportistas que también reaccionar contra el alza de combustibles pero que además le sumaron el encarecimiento de los alimentos en Perú, y a la que le siguió un paro agrario en el sur con una plataforma que se amplío a demandas políticas5 . En Argentina estallaron protestas contra el aumento de las llamadas retenciones, una tasa que se impone a las exportaciones para la soya, maíz y trigo. Como puede verse, el descontento social por el costo de la canasta de alimentos, los combustibles y los problemas económicos se multiplica en varios países. La posibilidad de desmontar los subsidios perversos a los combustibles fósiles que se siguen aplican en varios países latinoamericanos resulta ahora muy difícil de aplicar, porque la presión ciudadana es por más subsidios. Esto en parte puede ser comprensible por la estructura y entrelazamiento de los precios, pero no evitar advertir que es inviable seguir subvencionando a los combustibles no sólo para lidiar con el cambio climático sino también como modo de dejar de ser dependiente de los mer[1]cados globales petroleros. Las consecuencias ambientales serán negativas. No se pueden analizar aquí todas en detalle, pero todo indica que aumentarán las emisiones de gases invernadero alimentando todavía más al cambio climático. Las opciones de cambio están enfocadas en abandonar los combustibles fósiles rusos para comprarlo desde otro sitio, pero sin abandonarlos. Eso, además, en algunos casos parece desembo[1]car en un aumento de la quema de carbón o en multiplicar el fracking. A nivel global, el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, advirtió que esta guerra puede hacer que los paí[1]ses descuiden o abandonen las políticas para abandonar los combustibles fósiles, y ello conducirá a una “destrucción mutua” garantizada6 . El mantenimiento de los extractivismos, y lo que puede ser la expansión de algunos de ellos, hace que sus impactos ambientales, tales como deterioro de la biodi[1]versidad o contaminación, persistan en toda su gravedad. Inflación verde y transiciones energéticas Es importante tener presente algunas particularidades en la actual crisis, y entre ellas se destaca que el fenómeno de la inflación es distinto a lo que se ha observado en el pasado. En este momento hay un grupo de grandes economías que está intentando dejar atrás los combustibles fósiles para evitar el cambio climático. Ese grupo incluye a la Unión Europea en primer lugar, pero también a EE.UU. y otras economías avanzadas. Dejando por un momento el análisis si esas estrategias son efectivas o no, lo que se desea señalar aquí es que ese viraje tuvo una incidencia determinante en los mercados globales de carbón e hidrocarburos, en muchos minerales y en la agricultura. Esos cambios contribu[1]yen a la inflación. 5 Como ejemplo en Chile: Gobierno anuncia que instruyó a Carabineros para despejar los puntos bloqueados por el paro de camioneros, El Mostrador, Santiago, 26 abril 2022, https://www.elmostrador. cl/noticias/pais/2022/04/26/gobierno-anuncia-que-instruyo-a-carabineros-para-despejar-los-puntos[1]bloqueados-por-el-paro-de-camioneros/ En Perú: Paro de transportistas: ¿Por qué se da y cuánto durará en todo el país?, Gestión, Lima, 5 abril 2022, https://gestion.pe/peru/noticias-paro-de-transportes-en-vivo-4-y-5-de-abril-por-que-se-da-el[1]paro-y-cuanto-durara-en-todo-el-pais-cuando-es-el-paro-rmmn-emmc-noticia/ Véase además Paro agrario: nueva protesta contra autoridades aumenta convulsión social en el país, H. Medrano Marin, 22 Abril 2022, El Comercio, Lima, https://elcomercio.pe/peru/paro-agrario-nueva[1]protesta-contra-autoridades-aumenta-convulsion-social-en-el-pais-conflictos-sociales-agricultores[1]segunda-reforma-agraria-pedro-castillo-congreso-noticia/ 6 El mundo avanza como un sonámbulo hacia la catástrofe climática, alerta el Secretario General, Naciones Unidas, 21 marzo 2022, https://news.un.org/es/story/2022/03/1505912 MUY LEJOS ESTA CERCA 63 Al mismo tiempo esa alteración climática que se quiere contener, ya tiene consecuencias, tales como sequías o inundaciones, que producen mayor volatilidad y precios en algunos alimentos, contribu[1]yendo a la inflación. La invasión de Rusia a Ucrania aceleró y acentúo todas estas problemáticas. Estamos ante reordenamientos y cambios en el uso de las materias primas. Unos cambios que no siempre son comprendidos por los economistas convencionales, pero que los inversores y analis[1]tas de mercado advirtieron desde el año pasado7 . Entendieron que el concepto de estanflación, esa combinación entre una alta inflación y bajo crecimiento económico o estancamiento, no era el más apropiado. Propusieron calificarla como una verdeflación, una inflación verde. Lo confirma el Banco Mundial, que acaba de advertir que nos encaminamos a los más altos precios de las materias primas en los últimos 50 años. El proceso estaba en marcha desde hace más de un año, y se debe a distintos factores, varios de ellos operando en oposición. Muchos países industrializados, y en especial los de la Unión Europea, con el propósito de evitar el cambio climático impusieron planes de transición energética que como se indicó arriba, pasan por abandonar los combustibles fósiles, como carbón o hidrocarburos. En paralelo a esa intención, y en parte alimentada por ella, los precios de esos energéticos aumen[1]taron ya antes de la guerra. Los petróleos más accesibles y de mejor calidad se están agotando, y los que los reemplazan son más caros y difíciles de extraer y procesar. Los grandes inversores están abandonando ese sector sabiendo que tiene los días contados. Los países petroleros reaccionaron aprovechando sus condiciones de oligopolios pujando por los mayores precios posibles antes que se universalice la despetrolización. Al mismo tiempo, ciertos sectores que queman combustibles fósiles se encarecen, en unos casos porque deben pagar tasas por emitir gases invernadero y en otros por impuestos transfronterizos. La guerra en Ucrania entreveró más la situación dadas las medidas euro[1]peas para reducir su consumo de carbón, petróleo y gas ruso. Esa misma transición energética apostó a otras fuentes de energía, tanto en Europa como en Norte[1]américa. Además aprovecharon la caída en los costos; en la generación de electricidad ya son más baratas que las plantas convencionales que queman combustible fósil. Pero el consumo de energía es tan alto que se sigue consumiendo hidrocarburos, ya que el ritmo y escala del reemplazo hacia molinos de viento o cualquier otra alternativa de ese tipo, llevará unos cuantos años. Esos cambios alimentaron la demanda por minerales que son esenciales para los molinos de viento, los paneles so[1]lares o las baterías. La voracidad por el cobre, litio, cobalto, níquel y otros minerales, hicieron subir sus precios; por ejemplo, en el litio el alza fue de aproximadamente un 1 000 % en los dos últimos años. En muchos casos esa minería se hace en América Latina y otros países del sur, donde enfrenta una creciente resistencia ciudadana por sus impactos ambientales y sociales, lo que aumenta los costos de operación o vuelve a algunos yacimientos inexplotables. Entretanto, no pocos gobiernos quieren disputar una tajada más grande de esas ganancias y elevan las regalías. El resultado es que los precios de casi todos los minerales se ha disparado, y ello también alimenta la inflación. El aumento del precio de los hidrocarburos afecta directamente a los sectores agropecuarios, desde los fertilizantes a los costos de operación de la maquinaria. El cambio climático que se quiere evitar, de todos modos ya tiene consecuencias que golpea a la producción agropecuaria, encareciendo los precios de algunos alimentos. La guerra en Ucrania acentúo estos problemas, y ahora encontramos que el precio del trigo aumentó proporcionalmente más que el del petróleo, y los fertilizantes más que cualquiera de ellos. Hay productores rurales que podrían festejar los altos precios por ejemplo de la soja que exportarán, pero los costos de sus insumos y combustible también se elevaron; sus márgenes de rentabilidad se estrechan, y cualquier problema climático podría tener consecuencias nefastas. 7 ‘Greenflation’ threatens to derail climate change action, R. Sharma, Financial Times, 2 agosto 2021, https://www.ft.com/content/49c19d8f-c3c3-4450-b869-50c7126076ee Eduardo Gudynas 64 Por todas estas razones, la verdeflación es distinta a las anteriores. Se mezclan restricciones en la oferta, por ejemplo en hidrocarburos, con las consecuencias de mayor inversión, como ocurre con la expansión en la producción de baterías. El Banco Central Europeo lo reconoce, pero advierte que no solo no renuncia a la transición energética sino que desea acelerarla8 . Contemplan medidas adi[1]cionales, tales como limitar el endeudamiento que pueden tener emprendimientos contaminantes o favorecer más a las inversiones en energía renovables. En cambio, en América Latina estas cuestiones casi no se discuten, y en Uruguay es una incógnita si nuestras autoridades financieras las conocen. Como es una crisis de otro tipo, los ministros de economía y directores de bancos centrales no po[1]drán solucionarla por sí solos. No está en sus manos resolver la guerra en Ucrania ni pueden decretar que mágicamente habrán más yacimientos de cobre o litio. Esas son condicionalidades políticas a su vez insertadas en contextos ecológicos. Para abordarlas es indispensable pensar la economía de un modo radicalmente distinto. Las circunstancias latinoamericanas Esta problemática en el caso de América Latina se inserta dentro de varias crisis entrelazadas unas con otras y que le anteceden. La región aún padece las consecuencias de la pandemia por Covid-19, que implicó un retroceso económico en todos los países y bajo distintos ritmos de recuperación. El número de pobres aumentó, regresaron a niveles muchos más apremiantes las dificultades en segu[1]ridad alimentaria, y la cobertura en empleo y seguridad social está muy afectada. El contexto político refleja esa situación, incluyendo crisis repetidas en Perú, las herencias de los alzamientos ciudadanos en Chile y Ecuador, severos enfrentamientos partidarios en Bolivia y Brasil, la persistencia de la violen[1]cia en Colombia, o las graves condiciones que se viven en Nicaragua y Venezuela. En todos los países, más allá de las particularidades de cada uno, se afectó la participación e información ciudadana, y persistió o se agravó la criminalización y persecución de los líderes sociales. Por lo tanto, los impactos de la guerra en Ucrania alcanzan a una región debilitada, con dificultades para encontrar salidas políticas, y bajo una extendida conflictividad. Su subordinación a la globaliza[1]ción hace que casi todos los países latinoamericanos cuenten con pocos recursos para lidiar con los impactos de la guerra en Ucrania. Los vaivenes de los precios en las materias primas arrastran a las economías, que tienen poca o ninguna capacidad para evitar, amortiguar o modificar esos cambios. Los precios globales son los principales factores en determinar los flujos de inversión, la promoción de proyectos y son los que alimentan presiones de todo tipo, como pueden ser la flexibilización en condiciones sociales o ambientales, facilidades tributarias, concesiones ventajosas, y así sucesiva[1]mente. Los gobiernos a veces solo pueden intentar medidas paliativas, porque no están dispuestos a abandonar ese tipo de desarrollo. Lo impactante de esa parálisis en aceptar la subordinación a la globalización y la dependencia ex[1]tractivista es que recorre a todo el espectro político, desde la extrema derecha de Jair Bolsonaro en Brasil al nuevo progresismo de Argentina con Alberto Fernández. Esos dos gobiernos tienen pocas coincidencias ideológicas entre ellos, e incluso Bolsonaro se ha referido despectivamente al peronis[1]mo que expresa Fernández. Pero ambos comparten su acercamiento con la Rusia de Putin, tal como muestran las visitas que hicieron, por separado, en febrero de 2022, poco antes de que ocurriera la invasión a Ucrania. Los gobiernos, junto a las empresas, y apoyos que van desde la academia a muchos sindicatos, repro[1]ducen continuamente la fe en el crecimiento económico mediado por los extractivismos. Las diferen[1]cias ideológicas quedan enmarcadas en cómo llevarlos a cabo, en cómo distribuir sus pretendidos beneficios económicos y en cómo ocultar sus impactos. 8 A new age of energy inflation: climateflation, fossilflation and greenflation, I. Schnabel, Executive Board, European Central Bank, presentación del 17 marzo 2022, https://www.ecb.europa.eu/press/key/ date/2022/html/ecb.sp220317_2~dbb3582f0a.en.html MUY LEJOS ESTA CERCA 65 Figura 16. Encuentros del presidente Vladimir Putin con Alberto Fernández (presidente de Argentina) y Jair Bolsonaro (presidente de Brasil), en Moscú en febrero de 2022. Fotografias de la agencia TASS / Oficina de Prensa de la Presidencia de Rusia. Dependencia extractivistas y alternativas postextractivistas A medida que avanzan las sucesivas olas de impactos, todo parece indicar que América Latina insisti[1]rá en los extractivismos. Se argumenta que se deben aprovechar los precios internacionales de algu[1]nas materias primas con la esperanza de aumentar sus exportaciones. Pero en realidad no se aceptan abordar alternativas más allá de ellos. Por lo tanto, esas estrategias los hacen más dependientes de las condiciones globales, muchas de las cuales son responsables de esta guerra y de otros conflictos. Pero a la vez se reducen las capacidades de poder amortiguar sus impactos. Dicho de otra manera, enfrentan la crisis con medidas que los hacen aún más frágiles ante ella. Esa insistencia extractivista es clara con los hidrocarburos, y se observa por ejemplo en Argentina en la intención de explorar en la costa oceánica, en Bolivia donde se sigue insistiendo con el ingreso de las petroleras en las áreas protegidas, en la obsesión del gobierno de Colombia con el fracking, las posturas del nuevo gobierno de Pedro Castillo y sus aliados en Perú de continuar e incluso ampliar la explotación petrolera9 , o Guillermo Lasso en Ecuador, que dice reorganizar ese sector para así au[1]mentar la extracción10. Estas posiciones implican reproducir los impactos sociales y ambientales, y se repetirán los conflictos con comunidades locales. Pero más allá de ese entusiasmo, más allá que esos gobiernos lo reconozcan o no, esos extractivis[1]mos ya están enfrentados a varios limites ecológicos. Entre ellos se cuenta la fase de agotamiento de hidrocarburos que se observa en Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia, o la creciente problemática de la agropecuaria en Argentina o Brasil por las olas de calor, sequías o incendios. También existen límites económicos y sociales, ya que los extractivismos no ofrecen los beneficios económicos que predican sus promotores, no resuelven los problemas de pobreza o desempleo, y por si fuera poco, desencade[1]nan inevitablemente más conflictividad. Aún más, porque el caso de los extractivismos rusos muestra que sus exportaciones de recursos naturales finalmente son las que financian su presupuesto militar, y ese es justamente un vínculo que se debería evitar a toda costa en América Latina. Esa defensa de los extractivismos por los altos precios de las materias primas olvida que también están en alza los costos de los insumos, como combustibles y fertilizantes y se enfrentan crecientes trabas en la logística y comercio global. Los márgenes de rentabilidad se estrechan en muchos sec[1]9 Presidente Pedro Castillo oficializa iniciativa del Cusco para masificar gas natural del país, Gobierno Perú, Lima, 26 Octubre 2021, https://www.gob.pe/institucion/regioncusco/noticias/549267-presidente[1]pedro-castillo-oficializa-iniciativa-del-cusco-para-masificar-gas-natural-en-el-pais 10 Lasso oficializa nueva política hidrocarburífera: “debemos explotar responsablemente el crudo que tenemos”, Vistazo, Guayaquil, 7 julio 2021, https://www.vistazo.com/politica/nacional/lasso-oficializa[1]nueva-politica-hidrocarburifera-JG495975 Eduardo Gudynas 66 tores, especialmente el agropecuario. Pero a la vez, los gobiernos se ven empujados a otorgar más ayudas financieras, que pueden ser en subsidiar combustibles o alimentos, lo que los hace todavía más frágiles financieramente. Ante esta situación existen múltiples alternativas. La discusión que desde hace años tiene lugar en el norte sobre las transiciones energéticas y la despetrolización es relevante para América Latina al ser[1]vir como fuente de inspiración y mientras no anule nuestro propios contexto y alternativas. Es cierto que bajo la guerra está prevaleciendo una mirada que deja esa despetrolización en segundo plano ya que prevalece el interés en encontrar otros proveedores de hidrocarburos. Pero de todos modos, los planes que se discuten allí, incluyendo los aportes de la sociedad civil, ofrecen muchas precisiones y detalles que deberían ser examinados desde nuestra región. Lastimosamente, hasta donde puede verse, los gobiernos e incluso el liderazgo político en los países del norte parecen no atender esas cuestiones. Pero en América Latina ocurre lo mismo. En nuestra región no se están aplicando programas de amplio alcance para reducir drásticamente el papel de los combustibles fósiles en la producción y la economía, no existen ámbitos adecuados para discutir y evaluar ese tipo de alternativas con grupos claves como empresarios, sindicatos o comunidades locales, y los pocos planes alternativos que se han elaborado no reciben la atención que merecen o son muy acotados. Ni siquiera esta guerra, y la observación de todas sus implicaciones, parecen con[1]mover la adicción petrolera latinoamericana. Es también es urgente considerar las alternativas en minería. Los planes de reconversión energética en los países del norte implicarán entre otras consecuencias el aumento de la presión por el litio presente en varios países sudamericanos, y con ello recrudecerá ese tipo de extractivismo. Más allá de esos casos, el ejemplo del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, reclamando incrementar la minería como respuesta a la crisis en precios y disponibilidad por la guerra, debe servir como alerta de los extremos perversos a los que se puede llegar. Entretanto, el valor del oro sigue en niveles muy altos, y eso alimenta la epidemia de ese tipo de minería en varias regiones, y que en las zonas andino-ama[1]zónicas claramente implica la pérdida de biodiversidad, la contaminación con mercurio de suelos, aguas, fauna y personas, y niveles intolerables de violencia. La situación en la agricultura, ganadería y la disponibilidad de alimentos tampoco está recibiendo la atención que merece, y puede convertirse en el más severo problema en América Latina. Muchos problemas actuales se deben al cambio que años atrás ocurrió en muchos sectores concibiendo a la agricultura como productora de mercancías para exportar antes que de alimentos para consumir. En nuestra región está en juego la suerte de agricultores pequeños y medianos, incluyendo a campesi[1]nos en muchas naciones, y al mismo tiempo la disponibilidad y precio de los alimentos, en particular para los más pobres, y que además ya asoman como detonantes de protestas ciudadanas. Las alternativas en todos estos sectores, hidrocarburos, minería y agropecuaria, para la situación la[1]tinoamericana, tienen un elemento en común: dejar atrás los extractivismos. Si se mantiene ese tipo de desarrollo, las opciones de cambio se vuelven ineficaces. Por tanto, la guerra en Ucrania lo que hace es dejar aún más en evidencia la necesidad de transiciones postextractivistas en América Latina. Aunque para muchos la guerra en Ucrania resulta estar en un sitio muy alejado de América Latina, lo cierto es que está muy presente, y sus consecuencias alcanzarán nuestra cotidianidad y casi segura[1]mente a todos los rincones de cada país. La persistente dependencia económica en exportar materias primas resulta en una debilidad esencial que no se alcanza a superar. Pero a la vez, esa misma guerra se vuelve en otro argumento, e incluso una demanda, de la necesidad de pensar alternativas al de[1]sarrollo. MUY LEJOS ESTA CERCA 67 9. PENSANDO DESDE AMÉRICA LATINA Frente a la guerra en Ucrania se volvió común exigir tomar partido por uno u otro bando. Pero como se muestra en los capítulos en este abordaje preliminar, una dicotomía implicaría aceptar que esta[1]mos ante dos únicas opciones posibles. Escoger, por un lado, el capitalismo que ostenta la retórica de la democracia liberal occidental, con todas sus limitaciones que conocemos más de cerca, o por el otro, el desarrollo capitalista de la semidemocracia autoritaria que ejemplifican Rusia o China. Incluso podría decirse que impondría escoger entre los estilos extractivistas que Estados Unidos o Canadá imponen en sus territorios y en el sur, o aquellos aplicados por Rusia en su territorio. Ninguno de esos caminos ofrece ejemplos que sirvan para mejorar la democracia y la libertad en nuestra región. Es más, las comunidades locales conocen y sufren las limitaciones en esas condiciones como por la violación de derechos y la violencia. Ninguno de esos problemas se resolvió a lo largo de las décadas en las que imitamos distintas va[1]riedades de los manuales de Washington, Londres o Berlín, pero es evidente que tampoco se solu[1]cionarán copiando las recetas oficiales escritas en Moscú o Pekín. Ni siquiera puede decirse que las discusiones y las políticas de la Rusia de hoy sean una fuente de inspiración o un ejemplo a seguir como lo fueron para muchos latinoamericanos, en el siglo pasado, las promesas políticas y las refor[1]mas económicas de la Unión Soviética. Han proliferado esos abordajes simplistas, que en tanto binarios siempre son esquemáticos y con[1]ceptualmente pobres. Colocan de un lado a quien consideran una encarnación malévola y del otro a quien felicitan como salvador. Sea Rusia como Estados Unidos y la Unión Europea aparecen en uno u otro rol. A su vez, coexisten miradas basadas en denunciar el imperialismo, pero lo hacen regresando a los contenidos conceptuales del siglo pasado. Asumir que nuestro análisis deben estar dentro de ese marco, instando que desde Latinoamérica se tome partido sea por Moscú o por Washington y Bruselas, es inaceptable. Seguir ese recorrido significa olvidar nuestras particularidades bajo el riesgo de seguir atrapados en una colonialidad de saberes propia de Occidente. No solo se espera, a veces se exige, una decisión de alinearnos con uno u otro bando, sino que además se requiere que ello sea pensado del mismo modo que se lo piensa en el Norte global. Esas dos condiciones están reñidas con nuestra historia reciente, con nuestro contexto social, político y ambiental, y por si fuera poco, son perjudiciales para considerar alternativas. No se pueden renunciar a las condiciones específicas de América Latina. En las últimas dos décadas, con sus luces y sombras, sobre todo en América del Sur, ocurrieron todo tipo de debates sobre nuevas ideas políticas en varios frentes, que incluyeron distintas renovaciones en las izquierdas partidarias. Ellas a su vez conquistaron varios gobiernos, y luego mutaron en progresismos, los que también son particulares de nuestro continente1 . Nada de eso ocurrió ni en Europa, ni en EE.UU. y otras naciones de ese norte industrializado, pero tampoco en Rusia o en sus satélites. Los cambios políticos latinoamericanos estuvieron alimentados por intensas movilizaciones ciuda[1]danas, desde estallidos sociales a mareas electorales que cambiaron gobiernos. Ese tipo de procesos ocurrieron en una larga lista de países (como Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Uruguay y Venezue[1]1 La divergencia entre las izquierdas originales y los progresismos que le siguieron se indica, por ejemplo, en Los progresismos sudamericanos: ideas y prácticas, avances y límites, E. Gudynas, en: Rescatar la esperanza. Mas allá del neoliberalismo y el progresismo (VV.AA.), EntrePueblos, Barcelona, 2016. Eduardo Gudynas 68 la). Esos ciclos de movilizaciones siguieron operando en varias naciones, por ejemplo marcaron lími[1]tes a la acción gubernamental, como en Ecuador pero también en Colombia; desembocaron en una crisis política en Bolivia; y fue tan intensa en Chile que generó un proceso constituyente y la llegada al gobierno del progresismo. Pero además, en muchas de esas movilizaciones, los pueblos originarios jugaron papeles clave, y en la región andina fueron los que ofrecieron conceptos innovadores. Como se indicó antes, más allá de las evaluaciones sobre el desempeño de esas corrientes político partidarias y de los gobiernos que se conformaron en América Latina, es importante observar que nada semejante ocurrió en ese Norte que ahora está en conflicto. No existen izquierdas ni progresis[1]mos de esa envergadura en Alemania, Francia o los EE.UU., y tampoco en Rusia o China. Por el con[1]trario, en varios de ellos asoman expresiones políticas de extrema derecha, que incluso en Estados Unidos desembocaron en el gobierno de Donald Trump. Los ideólogos de Putin eran amigos de los que opinólogos que festejaban a Trump. Las propuestas alternativas más sanas en el norte occidental parecían enfocarse en tratar de resca[1]tar o retomar las ideas que animaban los mejores aportes de la socialdemocracia del siglo pasado. Entretanto, en América Latina, desde hace casi 20 años se discute sobre radicalizar la democracia, eclosionaron las concepciones sobre el Buen Vivir o se explora la plurinacionalidad. Los ideólogos rusos del nacionalismo paneslavista rechazan a Occidente, y aunque critican a la Mo[1]dernidad abrazan sus ideales de progreso y desarrollo, y por ello siguen siendo modernos. Se sienten cómodos dentro de un tipo de capitalismo, defienden a los extractivismos como fuente de rique[1]za, les resulta intolerable la diversidad ciudadana, y les repugnan otras sexualidades. Han sido tan modernos a su modo que dentro de sus espacios también produjeron una colonialidad que redujo, silenció o invisibilizó a muchos pueblos originarios y culturas locales euroasiáticas2 . Se produce una extraña paradoja que, apelando al análisis de Madina Tlostanova, resulta en una Rusia que puede ser vista como parte del Norte, pero de uno que es pobre, y que reproduce una colonialidad secundaria que intenta expandirse a otras regiones3 . Al mismo tiempo, siguiendo a Tlostanova, ese norte mo[1]derno europeo nunca concibió a Rusia como uno de sus integrantes, y que al sentirse marginada por aquellos proyecta su inferioridad en “sus” colonias, especialmente las musulmanas. Las imposiciones coloniales de este tipo son muy bien conocidas en América Latina, no solo las imposiciones que se originan desde el norte, sino también las de momentos de prepotencia donde algún país del conti[1]nente marginaliza y subordina a alguno de sus vecinos más pequeños. Sin embargo, incluso dentro de América Latina, algunas voces exigen la adhesión o rechazo a los campos en disputa bajo los términos de esa vieja política del Norte. En esas posturas hay mucho de una colonialidad de los saberes. Es que unos se enfocan en las ideas de las democracias liberales oc[1]cidentales, aceptando todas sus limitaciones, desigualdades y restricciones, justificándolas como el menos malo de los mecanismos posibles. Un final de la historia en tanto no habría nada más allá de esa condición. Pero esa es una postura que no solamente congela la democracia, sino que otra vez ubica a América Latina en los papeles subordinados de la globalización, como proveedores de mate[1]rias primas y poco más, sometidos a medidas de condicionamiento económico y de tanto en tanto de disciplinamiento, incluso militar. Otros proclaman el anti imperialismo, y desde allí cualquier oposición a Washington y sus seguidores es casi automáticamente considerada como liberadora. Pero es un anti imperialismo añejado que no comprende las particularidades de la globalización actual, y por ello mismo vuelve a colocar a Améri[1]ca Latina en roles subordinados, tal vez no tanto de Moscú pero sí de Pekín, como ya se demostró en otro capítulo. Putin y sus asociados políticos no ofrecen un programa ideológico original o innovador, 2 Véase Learning to unlearn. Decolonial reflections from Eurasia and the Americas, M.V. Tlostanova y W.D. Mignolo, Ohio State University Press, Columbus, 2012. 3 Es muy apropiada la reflexión en The South of the Poor North: Caucasus Subjectivity and the Complex of Secondary “Australism”, M. Tlostanova, Global South 5 (1): 66-84, 2011. MUY LEJOS ESTA CERCA 69 no es siquiera una renovación del marxismo ni una alternativa distinta hacia el futuro4 . Es un autori[1]tarismo nacionalista, que mantiene su adhesión a las ideas de progreso y desarrollo, y que entre otras cosas necesita de los extractivismos para su reproducción económica. La izquierda europea ahora lo está teniendo claro, compartiendo esas posiciones en varios foros y publicaciones. En América Latina los cambios más evidentes ocurrieron bajo los llamados progresismos, los que están repletos de tensiones y contradicciones. Sus expresiones más negativas fueron, sobre todo, de[1]nunciadas desde las organizaciones ciudadanas, y sus responsabilidades en las problemáticas socia[1]les y ambientales han sido indicadas repetidamente. Algunas de sus políticas y reformar generaron condiciones para ser suplantados por políticos de derecha, como ocurrió en Brasil con la llegada de Jair Bolsonaro5 . En otros casos su gestión implicó el deterioro ambiental y diversos impactos sociales que a su vez implicaron incumplimientos y violaciones en los derechos de las personas y la Naturale[1]za, tal como se muestra en una sistematización para Bolivia a lo largo de los sucesivos gobiernos del Movimiento Al Socialismo6 . Pero el estado del debate, las ideas en discusión, las implicancias y consecuencias para la ciudadanía, son muy distintas a las que se esgrimen en las naciones del Norte. Pongamos por ejemplo que en Ecuador se denuncia sobre la incapacidad estatal para salvaguardar los derechos de la Naturaleza, pero eso no es posible en iguales términos el Norte porque esos derechos no están reconocidos en sus constituciones. También se puede observar lo que se vive en Chile en estos meses, donde desde la Convención Constituyente pone en discusión los derechos de la Naturaleza o las restricciones a la propiedad sobre el agua, y si bien no puede predecirse su resultado, lo cierto es que en ese Norte no hay un debate constitucional de ese tipo. Del mismo modo, distintas ideas y sensibilidades que provienen de las cosmovisiones indígenas se integraron las ideas y prácticas políticas, y en especial las que nutren las concepciones del Buen Vivir todo lo cual es muy diferente a lo vivido en ese Norte. Entonces, tolerar que la invasión de Rusia a Ucrania lleve a plantear en América Latina, sea un debate político en su más amplio sentido, como la elaboración de alternativas, otra vez bajo el marco de los saberes de ese Norte global, será regresar al pasado. Un retroceso de unas dos décadas, perdiéndose todas las reflexiones acumuladas, los avances, las lecciones que dejaron las derrotas, y los borradores de nuestras propias alternativas. Es oportuno rescatar algunos elementos distintivos en la reflexión más reciente, y que pueden ser englobados en el marco del Buen Vivir. Está en marcha una fuerte crítica a la Modernidad, que implica un cuestionamiento a cualquier variedad del desarrollo, y con ello a la idea misma de progreso propia del eurocentrismo. Optar por una variedad de desarrollo, tal como se expresa en las distintas posturas rusas comentadas antes, no tiene sentido porque significa permanecer dentro del desarrollo. No solo eso, sino que las alternativas concretas que se reclaman en América Latina imponen aban[1]donar los extractivismos, y es, por tanto, lo opuesto a la estrategia que sigue Moscú. Toda forma de belicismo y militarismo es rechazada, lo que hace que una estrategia de utilizar los extractivismos para financiar armas y guerra sea intolerable. Pero al mismo tiempo, ese compromiso con el postex[1]tractivismo reconoce que nos encontramos ante los límites ecológicos, tanto dentro de América Lati[1]na como a nivel planetario, y por tanto, los actuales modos de apropiación de los recursos naturales son insostenibles. 4 Ucrania-Rusia: las raíces de la espiral belicista, entrevista a Ilyá Budraitskis, E. H. Milharčič, Nueva Sociedad, febrero 2022, https://nuso.org/articulo/Rusia-Ucrania-Putin/ 5 Véase La extrema derecha en Brasil: aprendiendo y desaprendiendo desde la izquierda, E. Gudynas y A. Acosta, Política y Democracia, Documentos de Trabajo D3E CLAES, 2018, http://democraciasur. com/2018/12/19/extrema-derecha-en-brasil-aprendiendo-y-desaprendiendo-desde-la-izquierda/ 6 Véase Derechos y violencias en los extractivismos. Extrahecciones en Bolivia y Latinoamérica, O. Campanini, N. Gandarillas y E. Gudynas, La Libre, Cochabamba, 2019. Eduardo Gudynas 70 Siempre se debe tener presente que el Buen Vivir es una alternativa a cualquier variedad de desarro[1]llo., y que rompe el marco de la Modernidad en varios sentidos (en especial por otro tipo de valora[1]ción de la vida). Eso lo hace post-capitalista y post-socialista a la vez. Pero al mismo tiempo, el Buen Vivir busca salir de la Modernidad desde un compromiso con la justicia, y por ello lo hace desde un talante enmarcado con la izquierda clásica, aunque va más allá de ella. Si bien la construcción de alternativas latinoamericanas incluye una crítica a la Modernidad, nunca postuló un rechazo a concepciones modernas como las de libertad o derechos. Los aportes de los pueblos originarios al Buen Vivir reclamaban una efectiva salvaguarda de esas concepciones, y desde allí postulaban reformularlos para fortalecerlos. El concepto de derechos de la Naturaleza ejemplifica esta original crítica a la Modernidad que transita a una superación, en tanto se trascienden las valora[1]ciones antropocéntricas modernas, y a la vez se articula con la categoría de derechos, la que también es moderna, pero se obliga a reformularla. Esto explica que varias de las propuestas sudamericanas sobre transiciones a los extractivismos, a la dependencia petrolera o a la agropecuaria intensiva, contengan elementos sustancialmente dis[1]tintos a las que se consideran en Europa o Estados Unidos7 . No sólo eso, sino que algunas de ellas plantean un cambio dentro de sus países pero a costa de una apropiación masiva de los recursos na[1]turales del Sur, y en ninguna de ellas se incorpora, por ejemplo, los derechos de la Naturaleza. Más allá de las intenciones, los pactos o acuerdos latinoamericanos no pueden quedar atrapados en el marco conceptual de esas propuestas del Norte, porque eso implicaría dejar atrás o minimizar los avances propios en América Latina. Una y otra vez se debe estar atento a esa colonialidad en los saberes para evitar quedar sumergidos en ella. Finalmente, entre los efectos de esta guerra se refuerza la paulatina naturalización de la muerte que ya se había instalado con la pandemia por Covid. Las escenas con cadáveres en las calles o en fosas en Ucrania que rápidamente se difunden por todo el planeta contribuyen a ello. Ese es el sendero de la necropolítica, la política del dejar morir a las personas y a la Naturaleza8 . El viraje a ese tipo de política ya estaba en marcha y la pandemia lo aceleró, y esta guerra contribuye todavía más a esa mutación fundamental en cómo se concibe la política en sociedad.
Ante ello, desde la sociedad civil, solo hay una respuesta posible: defender la vida, todas las vidas, sean de los humanos como de los no-humanos.
7 Véase el proceso animado desde la RedGE sobre transiciones postextractivistas; más información en www.transiciones.org y en Transiciones. Post extractivismo y alternativas al extractivismos en el Perú. A. Alayza y E. Gudynas (eds.), CEPES y RedGE, Lima, 2011. Transiciones y alternativas al extractivismo en la región andina. Una mirada desde Bolivia, Ecuador y Perú. A. Alayza y E. Gudynas (eds.), CEPES y RedGE, Lima, 2012. 8 Este concepto se discute en Necropolítica: la política del dejar morir en tiempos de pandemia, E. Gudynas, Palabra Salvaje 2: 100-123, 2021.