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Venezuela: La nueva y asquerosa burguesía “revolucionaria”

Aporrea :: 25.05.22

El peor enemigo de la revolución es el burgués que muchos revolucionarios llevan adentro.
Mao Tse Tung

La nueva y asquerosa burguesía “revolucionaria”

 

El peor enemigo de la revolución es el burgués
que muchos revolucionarios llevan adentro.
Mao Tse Tung

Venezuela sigue sufriendo cambios políticos los cuales sin lugar a dudas van en detrimento de los venezolanos, entre el año 2006 y 2007 muchos escribimos acerca de algo que denominábamos la Derecha Endógena, hoy la Nueva Burguesía “revolucionaria”. https://www.aporrea.org/oposicion/a40947.html

Teóricamente a cada etapa de lo que en su momento se llamó “Revolución Bolivariana” correspondió un accionar político que redunda en beneficio de los más vulnerables de nuestra sociedad, planes sociales, económicos y políticos que marcaron un antes entra lo que muchos calificaron la cuarta república y posteriormente la quinta república. Los mismos fueron expresados en planes de desarrollo y por último en la genialidad de Chávez, su legado el PLAN DE LA PATRIA.

Pocos han entendido la genialidad de Chávez en dejar plasmados los objetivos de la Revolución Bolivariana en el plan de la Patria, no porque no han querido, simplemente nunca entendieron el concepto de Luchas de Clases.

 

Considero que hemos sido víctimas del engaño moral más grande perpetrado en contra de un proceso político que marcó la historia moderna, no hemos aprendido a leer detrás de las frases, declaraciones y promesas de quienes hoy ostentan el poder político y económico, hecho muy grave por demás, ya que se ha traicionado la esperanza no solo de Venezuela sino de Latinoamérica de muchos países en el mundo.

El partido del gobierno se ha burlado de su militancia y se ha vuelto un defensor de lo viejo, se ha adueñado de lo viejo, de lo obsoleto para desde allí manipularnos por podrido y bárbaro que parezca y se sostiene por la clase (de la cual hoy forma parte) dominante a través de las instituciones de siempre mejoradas exponencialmente.

Nos encontramos lo venezolanos atrapados en una especie de esclavitud espiritual, dominados y sepultados, vegetando y soñando sin entender que ha pasado realmente. ¿Quién tiene la culpa?

La corrupción se multiplica de manera independiente en todas las instituciones del estado venezolano, se educa, se instruye y se transforma para luego subyugarnos y condicionarse en el lenguaje tan estereotipado que usan, que en ocasiones ni ellos mismos saben que están diciendo.

La corrupción estremece las instituciones y su buen funcionamiento, los buenos de ayer hoy son los malos, han asumido el trabajo de aquellos cuarto republicanos que sumieron a Venezuela en una de las más angustiosas crisis de valores morales, sin obviar la falta de definición de algunos factores de las Fuerzas Armadas (que bajo de la política del chantaje muchos oficiales subestiman el carácter de identificación social de las tropas), uno de los prospectos más ávidos de privilegios, que socavan las bases institucionales con su afán de lucro inagotable.

 

Se hace imprescindible retomar ese legado de Chávez e insertar valores de humanismo y moralidad revolucionaria en todas las esferas del poder y de la sociedad venezolana. ¿Quiénes tienen hoy la responsabilidad social de educar? Porque debemos educarnos con valores alternativos al mundo moderno y neoliberal el cual se haya hegemonizado por la voracidad insaciable de un capitalismo salvaje e inhumano, que transitamos.

La burguesía “revolucionaria” a la que se refirió en un programa de TV el sempiterno ministro de agricultura, es parasitaria, una economía de intercambio, plagada de gérmenes, que todo lo que toca lo enferma, y lo sumerge en un letargo del cual vivimos atrapados. Una burguesía que nadie tiene claro de dónde han salido sus riquezas, pero nos muestran de manera desenfadada la opulencia en que viven. Nos hablan de libertad y somos prisioneros de un sistema opresor y de explotación de nuestros trabajadores, donde impera la ilegalidad, la desesperanza, con un marco jurídico que lejos de protegernos, nos hunde más en el abismo, estamos sin salida, desprovistos de fe, fe que nuestro comandante Chávez nos devolvió y hoy nuevamente nos quitan.

La nueva burguesía “revolucionaria” tiene el control político y económico, hablándonos de “revolución” lo más grave es que se han aliado con los amos de la otrora cuarta república y desde allí direccionan y mueven sus alianzas, un arreglo pacífico de convivencia. La intangibilidad de sus propios intereses mezquinos, y de las formas políticas correspondientes a dichos intereses debía significar, traducida al lenguaje constitucional, la intangibilidad burguesa, la que hoy se ha adueñado el país, un país que cada día se pierde por la inanición de sus líderes, sus intereses están bien marcado y no tienen nada que ver con el bien común.

Lo más preocupante o triste es que esta nueva burguesía “revolucionaria” no ha movido un dedo, lo único que ha hecho es permitir que el pueblo luchase por ellos, han dominado el arte de la manipulación en todas sus variantes, hemos sido vulnerables, soñadores de un legado que aún sabiendo que lo han tirado al cesto de la basura, en nuestros adentros siempre buscábamos la manera de defender las actuaciones de quienes hoy nos esclavizan.

La burguesía “revolucionaria” se ha desarrolló sin ningún tipo de vergüenza, se han movido rápido y aquellos que se mantenían agazapados salieron a la calle a no ser menos que los otros, esa derecha endógena de la cual tanto escribimos, emergió para golpearnos en la cara y mostrarnos su vileza.

La burguesía “revolucionaria” es una versión obscena, oscura, materializada por “lideres” de dudosa procedencia y una afinidad muy tenebrosa, profundamente racista e inmoral y genuinamente traidora. Uno de los errores de Chávez, fue su debilidad para atacar esa nueva burguesía que se escondía, así como a la corrupción, debieron haberse dado castigos ejemplarizantes a aquellos que se apropian de manera descarada del patrimonio público, no solo defenestrarlos de sus cargos, debieron pagar cárcel y sobre todo devolver los dineros públicos mal habidos.

 

La burguesía “revolucionaria” está llena de “AMIGOS” que, bajo la premisa de abrazar este otrora proyecto político, se adueñaron de las instituciones públicas para desde ahí, bombardear y frenar los cambios que la institucionalidad requería, evidenciando una profunda correspondencia entre el oportunismo y sus intereses particulares.

El Estado en la actualidad asume autonomía tanto de los negocios particulares de fracciones que se representan en el mismo dentro de la variante y nueva coyuntura económica, donde la nueva burguesía juega un papel dominante, y libre para decidir cuál es la mejor manera de servir al orden social que representa y al que manipula. Es por ello que ambos (estado-nueva burguesía) coinciden y actúan como bloque en detrimento del pueblo, el más vulnerable.

Se han perdido logros alcanzados bajo la gestión de Chávez, las Misiones y Grandes Misiones, son solo recuerdos, quedan en nuestra memoria grandes obras sin concluir, se han lapidado miles de millones de dólares, que hoy se ven reflejados en “nuevos emprendimientos “(donde todos sospechamos la procedencia de esos capitales) en los cuales la mayoría de los venezolanos no tenemos acceso. Dos Venezuela, uno muy rica y otra muy pobre, una con un manejo escandaloso en dólares y otra que lucha cada día ante lo inescrupuloso de los precios que les ponen estos nuevos ricos a los productos de primera necesidad.

Si las instituciones del Poder Moral funcionaran (Fiscalía, Contraloría, Defensoría Pública, Asamblea Nacional y los Tribunales del país) ante las denuncias sobre la presunción de delitos de corrupción y malversación de fondos públicos, este sería un país maravilloso, preñado de justicia y bienestar social, lamentablemente no es así.

Hoy instintivamente se han aproximado al análisis político una gran cantidad de personas honestas, que lejos de entender la Revolución como una forma de garantizarse privilegios, han entendido que se debe realizar y desarrollar una plataforma de lucha que se ha traducido en una lucha abierta contra los antivalores que han estructurado los oportunistas para adueñarse del país.

Hoy somos subalternos de la miseria que nos han impuesto, los nuevos nobles de esta burguesía “revolucionaria”. Debemos seguir hacia adelante y retomar el Plan de la Patria como modelo socio-político-económico, una genialidad aún por descubrir, es necesario derrotar y defenestrar a esta nueva clase socio-política.

NO HAY NADA MÁS EXCLUYENTE QUE SER POBRE.

 


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