“Durante las últimas tres décadas creció la oposición pro-capitalista, siendo un resultado del agotamiento del régimen”, apunta nuestro columnista Ramón García en esta tercera entrega. Sin embargo, “para muchos cubanos el socialismo es lo que existe en los países escandinavos”, o el sistema burocráticamente deformado que gobierna en la Cuba actual -ya sea visto desde una óptica crítica o de apoyo al sistema-. La entrega de hoy es la primera parte de un largo debate sobre estas perspectivas sostenido entre Ramón García y un economista cubano.
Por Ramón García Guerra
PostaPorteña
03.JUN.22
“Durante las últimas tres décadas creció la oposición pro-capitalista, siendo un resultado del agotamiento del régimen”, apunta nuestro columnista Ramón García en esta tercera entrega. Sin embargo, “para muchos cubanos el socialismo es lo que existe en los países escandinavos”, o el sistema burocráticamente deformado que gobierna en la Cuba actual -ya sea visto desde una óptica crítica o de apoyo al sistema-. La entrega de hoy es la primera parte de un largo debate sobre estas perspectivas sostenido entre Ramón García y un economista cubano.
Presentación (de Ramón García Guerra )
Estimado lector, en el texto que leerá a continuación va a hallar un montón de ideas que se contraponen sin lograr una solución; así como encontrará otras tantas ideas que convergen, pero que no fraguan en el debate.
¿Por qué?
- Pienso en tres razones: 1) como una expresión de la crítica situación que vive la sociedad, 2) como una consecuencia de visiones diferentes acerca del ideal socialista, y 3) como resultado de la carencia de una cultura del diálogo.
Veamos en detalles las diferencias que se revelan en el debate.
1) La visión del futuro socialista de Cuba hoy es idealista o pragmática, tecnocrática o comunitarista, democrática o libertaria…
2) La política socialista en Cuba es hoy cuestionada a partir de los resultados de una experiencia de seis décadas.
3) Durante las últimas tres décadas creció la oposición pro-capitalista, siendo un resultado del agotamiento del régimen.
Pudiera lo dicho explicar las posturas adoptadas por las partes en este debate.
Entonces, ¿cuáles son los temas que se discuten en esta ocasión?
• ¿Debemos de admitir que la explotación del trabajador es sólo capitalista?
• Luego, sí así fuera, ¿lograr la supresión de la explotación capitalista pasa por la adopción de una “estructura empresarial democrática” o por la realización de un proceso de “comunización de la sociedad”?
• ¿Cómo lograr la sostenibilidad e irreversibilidad del proceso de cambios?
Precisamente, ese es el contenido del debate que Ud. leerá a continuación.
LA PRIMERA PROPUESTA:
ANDRÉ: No se puede aspirar a que las personas decidan en una votación de forma coherente, cuando muchos ciudadanos desconocen todo el abanico de posibilidades que concierne a una decisión política. Preguntarle a un cubano de a pie si le gusta el socialismo o si prefiere el capitalismo resultaría una pregunta muy inoportuna para los tiempos que estamos viviendo por varias razones:
1. El modelo de socialismo realmente existente que se ha aplicado y que se basa en empresas estatales no ha podido desplegar todo su potencial debido a las sanciones económicas impuestas por los Estados Unidos.
2. Para muchos cubanos el socialismo es lo que existe en los países escandinavos, a pesar de que el modelo escandinavo es simplemente un capitalismo menos explotador que se beneficia del conocimiento tecnológico y del sistema de comercio mundial injusto. El modelo desarrollista escandinavo no es viable para el planeta porque sus niveles de consumo entran en contradicción con los recursos naturales finitos y cada día más escasos. Si el capitalismo escandinavo fuera la solución para toda la humanidad, hace rato que Burkina Faso y Sri Lanka lo hubieran implementado. Por tanto, la lógica indica que el capitalismo escandinavo es un oasis de menor explotación en el árido terreno de la explotación capitalista que afecta al 88% de la población mundial que tiene que resignarse a resolver sus problemas económicos con apenas el 15% de la riqueza que se produce en el planeta (pueden comprobar estas estadísticas en el informe de Credit Suisse sobre riqueza global).
3. Muchos cubanos creen que el socialismo es lo que tienen China y Vietnam. Ya expliqué en el acápite anterior que el modelo capitalista desarrollista no lo puede aguantar la biosfera. El afán de lucro de las empresas privadas está acelerando el cambio climático. Pero quiero señalar una vez más que en China y en Vietnam lo que abunda es la empresa privada con mucha explotación y mucha contaminación ambiental. Eso lo reconoce hasta Wikipedia. Y para aquellos que suponen que las empresas privadas solucionan los problemas de corrupción, los invito a que analicen el Índice de Percepción de Corrupción que ostenta Cuba y que lo comparen con el de China o el de Vietnam. Se sorprenderán al ver que en materia de corrupción esos países están peor que Cuba.
4. Hasta que los cubanos no aprendan que existen empresas gestionadas democráticamente por sus trabajadores, que esas empresas se llaman cooperativas, que el socialismo debe basarse en el cooperativismo, que las cooperativas son más eficientes, resilientes y sostenibles que las empresas privadas y estatales, los cubanos no estaremos en condiciones de tomar la mejor decisión posible. Para tomar la mejor decisión posible hay que conocer todas las alternativas. Lamentablemente muchos cubanos no conocen mucho sobre la alternativa del cooperativismo.
Yo creo que más que votar o encuestar el estado de opinión de los cubanos sobre esa dicotomía socialismo vs. capitalismo, en lo que debe enfocarse la izquierda es en el estudio del cooperativismo y en la divulgación de las características de la gestión cooperativa. Los cubanos merecen conocer ciertas verdades que la historia y los avatares han silenciado. Cuando los cubanos aprendan cómo se gestiona una empresa cooperativa de forma colectiva, entonces estarán en condiciones de tomar la medular decisión de si desean seguir apostando por el socialismo o si prefieren las cadenas explotadoras del capitalismo. Repito, el pueblo cubano merece conocer ciertas verdades aún muy poco conocidas.
Inicia el debate:
RAMÓN: Coincido con el autor en que el cooperativismo es un paso adelante hacia el socialismo en tanto propicia la comunización de la sociedad.
Ahora, nunca se olvide que una cooperativa como Mondragón, y hay muchas más, se convirtió en una gran corporación capitalista, tan mezquina y despiadada como las empresas creadas por el Opus Dei en España.
Pienso que la solución pasa por crear una economía mixta con anclaje en la comunidad. Insisto, la política del giro comunitario radical es la alternativa
ANDRÉ: Las cooperativas como Mondragón siempre tienen que enfrentarse a un entorno mercantil capitalista que no las favorece. En el caso específico de Mondragón, ellos sí tratan de que los trabajadores se integren al modelo cooperativista, pero muchos no quieren porque tienen mentalidad de obrero asalariado. De hecho, existe una división llamada Gespa que se encarga de capacitar a quienes desean hacer la transición de la condición de trabajador asalariado hacia cooperativista con plenos derechos. ¿Acaso Mondragón tiene que renunciar a crecer y a competir con las empresas capitalistas porque no todos sus trabajadores quieren ser cooperativistas?
Usted habla desde una posición que concierne a cuestiones políticas. Yo hablé desde una perspectiva económica y empresarial. Que una economía sea mixta, no significa que se deban admitir formas de explotación. Lamentablemente muchas personas aún no comprenden el daño económico y cultural que provocan las empresas privadas, no solo porque excluyen a los trabajadores de la toma de decisiones, sino porque además convierten la explotación en un hábito tolerable.
Aunque haya mucha participación de las comunidades en la redistribución de los ingresos, no habrá democracia económica en una economía conformada por un predominio de las empresas privadas. Eso conlleva otros problemas, como la concentración de la riqueza, el consumismo y el despilfarro de los ricos. El planeta ya no aguanta el modelo capitalista desarrollista y el cambio climático lo demuestra.
RAMÓN: André, en el caso cubano, donde ha emergido una economía mixta con anclaje en la comunidad de modo espontáneo –desde las remesas hasta las “mulas”, pasando por el TCP– como resultado de un proceso que cubre las últimas tres décadas.
Desde una óptica socialista, hallo que es indispensable: 1) instaurar la cogestión obrera de las empresas, 2) desarrollar el control popular sobre la gestión de gobierno, y 3) adoptar la autogestión de la comunidad.
Creemos que estas medidas de democratización de la sociedad harían irreversible el proceso de comunización de la misma.
Luego, en esto hay que tener en claro que ‘empresa’ es emprender un proyecto, que los tipos de empresas no se definen por las formas de propiedad, que la sumatoria de estas últimas no agota un régimen de propiedad y que dicho régimen no se resuelve con una decisión política.
Sucede que en las Constituciones en nuestra América se define la función de la propiedad, como también se habla de las ’servidumbres’ en los Códigos civiles de estos países.
Fíjese en el hecho de que ese es el argumento que usa Petro en Colombia –por ejemplo– para avanzar en la comunización de la sociedad, incluso, sin poner en cuestión los marcos capitalistas del proyecto-país del Pacto Histórico.
Pienso que la cuestión de fondo se reduce a entender que la solución no se haya en el Estado o en el mercado, sino en la comunidad. Significa que ambos, Estado y mercado, deben ser convertidos en extremidades sociales de la sociedad.
ANDRÉ: La solución debe ser múltiple, porque debe abarcar cambios ideológicos, culturales, económicos, políticos y sociales. Pero lo que usted menciona es un despliegue de la democracia en el terreno político solamente. Esa gestión comunitaria existe en Suiza, sin que dicho país haya eliminado la explotación que ejercen las empresas privadas. No considero que las remesas y los trabajadores por cuenta propia sean ejemplos de gestión comunitaria. Las remesas son ayudas familiares y no benefician directamente a las comunidades. Y el modelo de “trabajador por cuenta propia” es un eufemismo que se utilizó durante años en Cuba para no tener que aceptar oficialmente la existencia de empresas privadas. El trabajo por cuenta propia o, para decirlo mejor, el trabajo autónomo, no se basa en la participación comunitaria. El trabajo autónomo se basa en el esfuerzo de productores aislados, así que eso dista mucho de ser un sinónimo de integración comunitaria. El tema de la congestión obrera es válido pero brumoso. No existe una cultura empresarial de la congestión obrera, más allá de libros y propuestas. La congestión obrera no se ha materializado en un movimiento definido con principios de funcionamiento, como sí lo han hecho las cooperativas, las mutuales y los kibutz. Si se cumplen los Siete Principios del Cooperativismo, entonces hay congestión obrera.
RAMÓN: Advierto que la economía mixta ya existe en Cuba y se haya a medio camino entre la economía no-estatal y la economía informal.
Esto es un hecho, no una idea.
Luego, esa economía se haya anclada en la comunidad. También eso es un hecho, no una idea a realizar.
Sugiero que entre al blog Revolico.com y se entera en qué consiste el anclaje en la comunidad de esa economía.
Sucede lo mismo con el ‘Paquete de la semana’.
La economía no-estatal debe su solvencia financiera a las remesas, así como las cadenas de suministro de deben al comercio de fronteras.
La economía mixta en cuestión es 30% del PIB y lo logra con apenas el 13% del empleo.
Desde luego, se trata de economías que se articularon en medio de una situación límite y están signadas por las estrategias de sobrevivencia que se impusieron en las últimas tres décadas.
La creación de Pymes y la autonomía municipal en curso son claves del giro comunitario radical que nos empeñamos en realizar los socialistas libertarios cubanos.
Este año serán aprobadas la Ley de empresas y un nuevo Código de Comercio.
Entonces, debe de entender las tres políticas que sugerimos como un corrimiento a la izquierda de la economía mixta en cuestión y del tejido social que la respalda.
Durante los años 2000 varios compañeros se empeñaron en pintar de cooperativa a toda la sociedad y con esa fórmula mágica, creyeron que iban a resolver los complejos problemas que afectan nuestra sociedad.
Además de ser un acto voluntarista y reduccionista, dado que se tratar de impostar una idea en la realidad, este tipo de actitud ignora que Cuba no es una hoja en blanco sobre la cual se puede dibujar bellas figuras, así como no omite el hecho de que la nueva sociedad está ya entre nosotros.
Este fue el pecado original del socialismo real existente en el siglo XX, que entendió el comunismo como una estación de llegada o una línea en el horizonte.
Luego, ante la pregunta: ¿Cómo lo haría?, Usted respondería: ¿Haciendo un gran sacrificio? No. Desdichadamente, como siempre, el carbón que alimenta esa caldera son vidas humanas.
Creemos que darle una oportunidad a la nueva sociedad es darnos una oportunidad a nosotros mismos, que es apostar por lo mejor de nosotros mismos.
Entendemos la nueva sociedad como un resultado del proceso de comunización de la sociedad real existente, no como un Frankenstein sacado de las mentes febriles y almas angelicales.
Debemos de contar con lo que tenemos para hacer la revolución, o como dice el refrán: Con esos bueyes hay que arar.
Somos hoy una sociedad fracturada, desarmada, despolitizar, que se rehace sobre la marcha.
El desafío de las izquierdas socialistas en Cuba hoy es evitar que, ante el agotamiento del régimen, ocurra una reacción pendular que nos lleve al otro extremo. Porque tanto el estatismo como el privatismo son dos caras de una moneda.
Las derechas en Cuba, oficialista y opositora, son los enemigos a vencer y para ello debemos de superar el marasmo que ha creado la derecha oficialista e impedir que el proceso de cambios sea desquiciado por la derecha opositora.
Presentarnos en esa batalla vestidos de cooperativistas nos condena al fracaso de antemano. Exigir al sujeto de la revolución que emergió del proceso que asuma esas banderas restar fuerzas al mismo.
Durante los años 2030 se dará la batalla por la comunización de la sociedad y para esa guerra nos preparamos.
ANDRÉ: Me parece que usted confunde muchas cosas.
Que la gente venda y compre artículos en el mercado informal no significa que las comunidades estén empoderadas. En el mercado informal la comunidad no ejerce ninguna influencia ni mecanismo de control. El mercado informal no está regulado, excepto por las débiles relaciones de contrato de palabra que se establecen entre vendedores y consumidores.
Las remesas tampoco benefician a las comunidades, sino a las personas naturales. En comunidades cuyos miembros no han emigrado, las remesas no tienen ninguna influencia.
El mercado informal es capitalismo desregulado al duro y sin guante. Un capitalismo que ni siquiera protege los derechos de los consumidores.
Las razones por la cual el cooperativismo no ha avanzado en Cuba ya las expuse en otra publicación.
Yo no he dicho en ningún momento que la única solución sea el cooperativismo. He aclarado que el cooperativismo solo es un aspecto económico y que Cuba (y los demás países del mundo) necesita cambiar cuestiones ideológicas, culturales, sociales y políticas. El cooperativismo sería solamente el cambio económico empresarial. La economía no se reduce a lo empresarial. Pero yo estoy hablando solamente de una cuestión económica concerniente al modelo empresarial.
RAMÓN: Entérese, amigo, soy un sociólogo político y antropólogo cultural y he realizado decenas estudios y escrito varios libros sobre la sociedad cubana en las últimas tres décadas.
Luego, soy un activista comunitario y un opositor de izquierda al régimen.
También tengo empresa propia y realizo operaciones de comercio y ejecuto proyectos de inversión en varios países de África, Europa y las Américas.
Significa que hablo con conciencia de causa sobre las problemáticas que discutimos en esta ocasión, así como le agradezco que haya abierto un diálogo entre nosotros sobre temas tan complejos.
Considere lo antes dicho como carta de presentación.
Ahora, sobre la confusión que Ud. cree ver en mis comentarios, le digo lo siguiente:
1. Nadie habló de comunidades que se empoderan partir de intercambios mercantiles en un mercado informal.
Este tipo de mercado es propio de una economía capitalista precarizada y se basa en una reproducción simple del capital.
2. Eso sí, hablé del anclaje de una economía mixta en la comunidad y ofrecí los casos de las remesas, el comercio de fronteras y el TPC como evidencias de ese tipo de anclaje.
Fíjese en la referencia que hice al tejido social que resulta y soporta a ese tipo de economía. Entonces, hallo que el “control” de la comunidad se ejerce de modo indirecto en base a la lógica reproductiva de ese mercado (M-D-M’).
3. Creo que Ud. se equivoca al creer que las formas de autorregulación del mercado informal son débiles e ineficaces.
Entérese que los flujos financieros anuales de las remesas y el comercio de fronteras son superiores a los 7,000 millones de dólares y esas cantidades de dinero únicamente son administradas por bancos y financieras que se hayan en un primer nivel mundial.
4. Según un estudio del CEEC (2012), el 20% de los cubanos reciben el 53% de las remesas, así como el 60% de la población accede a ellas de modo directo e indirecto.
Evidentemente, el 20% de los cubanos más ricos no remesan, sino que transfieren el dinero que van a invertir. Significa que cada año se invierten en la Isla 1.2-1.5 mil millones USD en base a esta fuente de ingresos.
5. También en Cuba el mercado informal es una expresión del estado de precariedad que afecta a toda la sociedad. Sin embargo, la situación es diferente a la que encontramos en México o Brasil, por ejemplo.
Sucede que el fondo salarial del Estado sólo coloca al 24% de los cubanos por encima de la línea de pobreza, mientras que las remesas salvan al 64% de esa crítica situación.
Sobre lo que piensa Ud. acerca de los obstáculos que frenan al cooperativismo no puedo dar una opinión. No lo he leído. Prometo que lo haré en breve. Desde luego, tengo un criterio formado sobre este asunto, pero por ahora me lo reservo.
Trabajo en este instante en un proyecto de creación de un Laboratorio de emprendimientos en base a un concepto de Economía social solidaria y las cooperativas son claves en la realización de este proyecto.
ANDRÉ: Repito, porque parece que no entendió:
- Las comunidades no ejercen control sobre el mercado informal. Por tanto, ahí no hay poder comunitario.
- Aunque las comunidades ejerzan un control sobre los impuestos de las empresas privadas y de los trabajadores autónomos, las comunidades no pueden obligar a un empresario privado a compartir las ganancias de forma equitativa con sus empleados. La democracia política no está directamente relacionada con la democracia económica. Pero quienes poseen más poder económico siempre terminan controlando la política.
- Las comunidades tampoco ejercen un control sobre las remesas. Las remesas llegan a manos particulares que las gastan cuando compran productos y servicios, o cuando invierten para rentabilizar su propio capital. Las comunidades se benefician de ese gasto por la recaudación de impuestos (y en el caso particular de Cuba, por la recaudación de utilidades de las empresas estatales), pero las comunidades no deciden sobre las remesas.
- Que el dinero que se mueve en el mercado informal sea grande, no significa que ese mercado esté regulado adecuadamente. ¿A qué autoridad le reclama el consumidor cuando un producto comprado en el mercado negro está en mal estado? ¿Qué seguridad al 100% puede tener un consumidor sobre la garantía de los vendedores del mercado negro?
RAMÓN: “Vamos por partes”, como dirían los carniceros en México. Pienso que se avanza en esta discusión, pero la agenda se amplía.
1. Insisto, nunca dije que existan “comunidades empoderadas”, o que hayan comunidades que ejerzan un control político sobre la economía; claro, excepto aquel que representan estás cómo demanda solvente.
2. Parece que se olvida que la economía de remesas es la respuesta de una sociedad ante una situación límite y que esa respuesta es expresión de una tradición mutualista que es puesta en actualidad. Espero que entienda que esto es algo que dota de sentido de comunidad a la “economía informal” en el caso cubano.
3. Debe de saber que la democracia es apenas un estado político de la sociedad (como lo es el despotismo) y que la economía es un aspecto o momento del proceso. Significa que hablar de lo político y de lo económico como realidades opuestas sólo se entiende como una abstracción de la realidad concreta.
4. Luego, aun cuando no he dicho que las comunidades sean las que decidan el destino de las remesas, me resisto a creer que estás estén condenadas a realizarse en el ámbito individual o a una escala familiar.
5. Pienso que Ud. adopta una visión institucionalista del asunto que le impide advertir la presencia y eficacia de mecanismos de autorregulación de la sociedad.
6. Finalmente, nunca se estaría ante el dilema en que las utilidades de una empresa privada puedan ser disputadas por una comunidad. Sucede que una economía mixta con anclaje en la comunidad no produce externalidades.
Hablemos de cosas prácticas. Dejemos a un lado los manuales.
Sucede que existen en Cuba 29 pequeñas ciudades (de 20 a 35 mil habitantes) cuya autonomía con respecto a la economía estatal y sistema político es mayor a la media nacional. Evaluamos en este instante la adopción de una solución cooperativa integral que cubra el proceso de reproducción de la comunidad en su totalidad.
Ese es el punto en que estamos.
Esta son las preguntas que nos hacemos.
1. ¿Cómo reciclar la economía popular existente para adecuarla a la lógica solidaria y el sistema de autogestión de la comunidad?
2. ¿Cuáles son las formas económicas y sociales más adecuadas que debemos de adoptar en este proceso?
Partimos de un diagnóstico de la comunidad, que debe ser sometido a una discusión con los miembros de la misma. Después de eso, debe ser traducido en proyectos y regulaciones que afectan la vida colectiva de la sociedad.
Entonces, se sabe de antemano cuál es la cobertura óptima de servicios que necesita la comunidad. Después de eso, cada proyecto es licitado en base a un criterio de bien común o de servicio a la comunidad.
Luego, aún cuando las formas de propiedad que participan en este tipo de economía son diversas, todas ellas se verán sometidas por la fuerza gravitacional que impone la comunidad.
Finalmente, entre las fuentes de financiación de una economía mixta en Cuba se hayan las remesas, pero la escala de estas pasaría del ámbito familiar a escalada de la comunidad, así como la gestión de fondos sería competencia de esta última.
Siguiendo esta lógica, exigimos que en la Ley de municipios se prevea la relación de la comunidad con economías a escala nacional e internacional.
segunda entrega AQUÍ