“la producción utópica de memoria configura un legado de aspiraciones, experiencias, ideas y prácticas de una forma de justicia susceptible de asumir la menesterosidad de los humanos y la fragilidad de la vida en general”. Por lo tanto, el lente con el que debemos atender los textos del Inca Garcilaso no tiene que ver con la pertinencia o no respecto a una objetividad estática del pasado, sino que con los modos en que un texto se inserta en las construcciones de modelos políticos modernos alternativos
A propósito de La memoria utópica del Inca Garcilaso. Comunalismo andino y buen gobierno, de Gómez-Müller, Alfredo. LOM Editores / Tinta Limón Ediciones, 2021.
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En el momento en que escribo estas líneas, (re)leo Ulysses de James Joyce, para conmemorar, de manera personal e íntima, el centenario de su publicación. En el capítulo II, en un diálogo con Garrett Deasy, Stephen Dedalus enuncia una de las frases más célebres del libro: “La historia es una pesadilla de la que intento despertar”. El contexto de la frase no es azaroso: Stephen, especie de símbolo de la Irlanda sometida, dialoga con un angloirlandés, descendiente de los colonizadores que invadieron la isla, el cual falsea la Historia, en un pobre intento de justificación de la situación de dominio colonial en la que se encuentran los irlandeses a principios del siglo XX. En ese sentido, podemos entender que la pesadilla joyceana se relaciona, de cierta manera, con la pesadilla de los subalternos en contextos de colonización, para quienes la Historia resulta, en muchos casos, el discurso de justificación de su pauperización. Sin embargo, si todo documento de civilización es un documento de barbarie (Walter Benjamin dixit), no es menos cierto que se despliegan, en todo momento, prácticas políticas y culturales que buscan hacernos conscientes de la pesadilla ideológica en la que nos vemos apresados. Tal es el caso, para la América Colonial, de los célebres Comentarios Reales del Inca Garcilaso de la Vega; iluminar la manera en la que tal libro resuena a contrapelo en la Historia es la labor de Alfredo Gómez-Müller, en su libro La memoria utópica del Inca Garcilaso. Comunalismo andino y buen gobierno (LOM Ediciones / Tinta Limón 2021).
Ya en el prólogo, el autor da cuenta de la mirada proyectiva con la que estudiará los Comentarios reales: “la producción utópica de memoria configura un legado de aspiraciones, experiencias, ideas y prácticas de una forma de justicia susceptible de asumir la menesterosidad de los humanos y la fragilidad de la vida en general” (p. 17, destacado del autor) . Por lo tanto, el lente con el que debemos atender los textos del Inca Garcilaso no tiene que ver con la pertinencia o no respecto a una objetividad estática del pasado, sino que con los modos en que un texto se inserta en las construcciones de modelos políticos modernos alternativos, tanto en Europa como en América. En ese sentido, podemos pensar que la re-construcción del pasado incaico, para el Inca Garcilaso, no remite simplemente a la corrección de las falsedades de los cronistas peninsulares respecto a este pasado, sino que, fundamentalmente, remite a la posibilidad de hacer andar la Historia y removerla de la condición estática en la que se encuentra.
En la primera parte del libro (de un total de seis), Gómez-Müller contrapone la autorreivindicación garciliana de Indio, a la atribución republicana de aquel como “mestizo”. Los letrados republicanos, desde el siglo XIX, fueron los artífices de una compleja operación político-cultural con miras a la constitución de los emergentes Estados nacionales, mediante distintos recursos que apuntaron a la homogenización de la población dentro de la categoría de “chilenos”, “argentinos”, “peruanos”, etc. En línea con este proceso, desde el siglo XX fueron articulándose discursos que homogeneizaban a la nación dentro de la categoría de “mestizos”, con el fin de articular la identidad nacional dentro de una síntesis estática –volvemos al problema del movimiento histórico—. Además, de ese modo se coarta, dentro de esta identidad colectiva, la heterogeneidad de las poblaciones indígenas, cuando no se las exterminaba. A ese proceso ideológico del presente, el pasado no escapa y, como bien propone Gómez-Müller, “[…] los ideólogos de la Nación-mestiza […] en el siglo XX han pretendido erigir al Inca Garcilaso en símbolo por excelencia del mestizaje al derecho” (p. 27, destacado del autor), citando al colectivo de intelectuales peruanos del siglo XX, como Aurelio Miró Quesada, Rubén Vargas Ugarte, Raúl Porras Barrenechea, entre otros. Contra esa mirada, el autor busca dinamizar la figura del Inca Garcilaso, restándola de la solidificación ideológica de mestizo y devolviéndole, ahora sí de pleno derecho, su “grito de indianidad”. Cabe acotar que, en oposición a la mirada del siglo XX respecto al mestizo, en la América Colonial este no se erige como síntesis de ningún tipo ni menos como un sujeto de privilegios. Al contrario, en la sociedad de castas altamente segmentada según el linaje o limpieza de sangre de cada cual, el mestizo, de origen desconocido e “impuro de sangre”, constituye la amenaza constante no solo de la ordenación social “en policía” de españoles e indios, sino que también de los sistemas clasificatorios de la ciudad letrada emergente.
Al revisar la historia del nombrarse a sí mismo del Inca Garcilaso, el autor destaca la manera en la que, en lo público y en el espacio de la publicación de sus obras, se atestigua la emergencia y reivindicación de los conceptos Inca e Indio. Gómez-Müller procede al análisis de las dos partes de los Comentarios reales, tanto en lo que respecta a los procedimientos retóricos de ocultamiento de la crítica al orden colonial-imperial de su presente, como al estudio pormenorizado de las categorías centrales que, en el pensamiento garciliano, remiten al buen gobierno. Es en ese sentido que ha de entenderse la remisión, desde la firma del autor, al soldado español que fue su padre y a la herida del desprecio, por no decir la violación material y concreta, hacia Isabel Chimpu Ocllo. La bastardía del origen es la matriz desde la que han de leerse no solo sus obras previas a los Comentarios, como agudamente constató Jaime Concha respecto a la Florida del Inca, en la que detecta momentos en que aparece la ansiedad del cronista respecto a su origen y su nacimiento, que le asignan un puesto aberrante en la estructura social del Imperio: “la conciencia personal nace en él apoyada en las tensiones y contradicciones sociales” (p. 38). A su vez, la bastardía constituye el lente desde el cual leer las ambigüedades de los Comentarios. En esta heterogeneidad, esta divergencia de discursos disímiles entre sí es la que le permite al Inca sostener afirmaciones tales como que “el Dios de los cristianos y el Pachacámac eran uno solo” (Cit. en Gómez-Müller p 69); o que “El que las leyere [las tradiciones de los incas] podrá cotejarlas a su gusto, que muchas hallará semejantes a las antiguas, así de la Santa Escritura como de las profanas y fábulas de la gentilidad antigua” (Cit. en Gómez-Müller p. 75). De este modo, en los Comentarios reales hay un desplazamiento de la pervivencia política del Tawantinsuyu hacia una pervivencia moral y cultural. El pasado se concibe como algo vivo, como una tradición pasible de ser actualizada en la escritura de la Historia.
Si bien Gómez-Müller se detiene en la influencia en el Inca Garcilaso de León Hebreo, Tomás Moro y de los discursos utópicos del Renacimiento europeo, no es menos cierto que, ya desde el título mismo con el que el Inca firma su opus magnum, existe una patente influencia de la tradición medieval y de los elementos que hacen de esta un corpus teórico tremendamente rico. La idea de Comentarios reales remite a la práctica misma del commentarium y a la actividad del commentator, el cual, en la articulación de una escritura en la que se vuelven indistinguibles lo escrito por otros y lo propio, el pasado y el presente, se actualiza el pensamiento y lo sustrae del congelamiento de la tradición. La historia del pensamiento se despliega hacia el tiempo mesiánico, el tiempo de la redención (Agamben p. 12): “todo comentario, lejos de ser un simple género literario o una forma externa de discurso, representa una refinadísima técnica de articulación y contracción de los tiempos de los que vive cada lengua […] [es] el discurso capaz de abreviar a la vez todos los discursos en los que, en el tiempo, un texto es capaz de declinarse” (Coccia p. 27). Así, el comentario garciliano aúna en su seno la temporalidad incaica y el presente colonial de su enunciación, poniendo in actu el proyecto del buen gobierno y devolviéndole la dinámica a la ética y a la política incásicas.
A través de la comparación de los “relatos del buen gobierno” y de los “datos del buen gobierno”, Gómez-Müller se detiene, en la tercera parte del libro, en la dialéctica social entre una forma “estatal” de distribución de lo común, mediante tributos, y de las formas eminentemente comunales de organización social, cuyo nombre es de sobra conocido por todos: el ayllu. Aquí, se destaca la centralidad que adquiere, en el discurso del Inca, la dimensión ética de la política o, en otras palabras, la filosofía moral tras el buen gobierno, bajo la cual se han de regir los demás saberes administrativos del Tawantinsuyu, como lo son la medición de tierras o el tupu: “la filosofía natural se halla subordinada a la filosofía moral entendida como pensamiento y práctica de una cierta responsabilidad de todos hacia todos que se ejercía tanto en el nivel comunal como en el nivel de las ‘cosas de la república’” (p. 120). De este modo, se reconoce la dimensión práctica de la ética comunal en el Tawantinsuyu y, por sobre todo, de los alcances éticos de un proyecto escritural que se concibe menos como mera recolección de datos del pasado que como elaboración intelectual de un proyecto político.
Tras el rastreo de los alcances en el proceso independentista americano y, sobre todo, de la influencia de los Comentarios reales en la construcción de discursos alternativos a la pauperización concomitante al desarrollo del capitalismo en Europa, Alfredo Gómez-Müller hace hincapié en la forma en que el discurso garciliano sobre el “buen vivir” incaico pervivió en el desarrollo teórico de un socialismo heterodoxo, no cooptado por la vulgata estalinista. Así, no solo resultan fundamentales el discurso del Inca y las investigaciones antropológicas para la conceptualización marxiana del “comunismo primitivo” o para la conceptualización del Urkommunismus en Rosa Luxemburgo –que, al evitar la idea de “primitivo”, discute con las conceptualizaciones evolucionistas europeas sobre la Historia–, sino que también, y sobre todo, para discursos emancipatorios enunciados desde el mismo Perú. Tras la revisión de la influencia del buen gobierno en proyectos libertarios finiseculares, el autor se detiene en el alcance del pensamiento del Inca Garcilaso en intelectuales de la talla de José Carlos Mariátegui y José María Arguedas.
En conclusión, este libro no solo opera como reconstrucción histórica del pensamiento de un intelectual americano; así como tampoco se reduce a un trabajo teórico que establece vínculos que van más allá de la manida y eurocéntrica tesis de que en América somos puramente receptores de pensamiento elaborado en el Primer Mundo. Fundamentalmente, esta obra de Alfredo Gómez-Müller nos da la posibilidad de retomar el gesto y la actitud anticolonial del Inca Garcilaso de la Vega. Este gesto no consiste, únicamente, en la revaloración de las trayectorias del pensamiento indígena ni en sostener la igualmente manida tesis cosmovisionista que ve en los pueblos indígenas un pensamiento ancestral no contaminado por Europa. Muy por el contrario, el establecimiento de diálogos y la puesta en acto del pasado incásico nos devela su presencia permanente en las prácticas sociales de comunalismo y en la ética material subyacente a estas.
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Agamben, Giorgio. “Estudio preliminar”. En Coccia, Emanuele. Filosofía de la imaginación. Averroes y el averroísmo. Buenos Aires: Adriana Hidalgo Editora, 2008
Coccia, Emanuele. Filosofía de la imaginación. Averroes y el averroísmo. Buenos Aires: Adriana Hidalgo Editora, 2008
Concha, Jaime. “La literatura colonial hispano-americana: problemas e hipótesis”. Neohelicón 4/1-2 (1976): 31-50.
Gómez-Müller, Alfredo. La memoria utópica del Inca Garcilaso. Comunalismo andino y buen gobierno. Santiago de Chile: LOM Editores / Tinta Limón Ediciones, 2021.