Cientos de indígenas ingresaron el domingo a la capital de Ecuador, Quito, tras casi una semana de protestas en rechazo a las políticas económicas y sociales del presidente Guillermo Lasso, quien no ha logrado evitar el bloqueo de vías y otros actos de violencia a lo largo del país.
La Policía de Ecuador anunció el domingo que requisó la sede de la Casa de la Cultura en Quito para convertirla en base para su personal que controlará, en los alrededores las protestas.
QUITO, 19 jun (Reuters) - Cientos de indígenas ingresaron el domingo a la capital de Ecuador, Quito, tras casi una semana de protestas en rechazo a las políticas económicas y sociales del presidente Guillermo Lasso, quien no ha logrado evitar el bloqueo de vías y otros actos de violencia a lo largo del país.
Los indígenas llegaron en camiones y a pie en medio de un estado de excepción decretado por Lasso en tres provincias andinas -incluida la de Quito- en un intento por frenar las protestas, que se han tornado violentas con retención de uniformados, ataques a fincas de flores y toma de pozos petroleros.
Más manifestantes continuaban llegando a Quito, según un testigo Reuters.
La organización CONAIE confirmó el ingreso de manifestantes a barrios del sur de Quito y dijo que llegaría un mayor número de indígenas a la ciudad.
Las protestas iniciaron el pasado lunes con un pedido de diez puntos, que incluye una reducción del precio de los combustibles, mayor plazo para cubrir las deudas financieras de los pequeños agricultores, limitar la expansión petrolera y minera y mejorar el sistema de salud pública.
Lasso ha llamado al diálogo a los grupos sociales y anunció medidas de compensación para los sectores vulnerables como un subsidio al precio de fertilizantes, mayor presupuesto para la salud y educación indígena y condonación de deudas vencidas por 3.000 dólares.
Aunque las medidas ofrecen algo de ayuda, los manifestantes dicen que no solucionan los problemas económicos que enfrentan miles de familias cada día.
“Hemos venido a resistir sobre una política neoliberal que afecta más y más a los pobres”, dijo el presidente de la organización indígena CONAIE, Leonidas Iza, en una intervención en redes sociales.
El sector privado ha dicho que las pérdidas por la protesta sumaban 50 millones de dólares hasta el viernes, mientras que la petrolera estatal Petroecuador dijo que dejó de producir unos 27.700 barriles de crudo.
Petroecuador declaró el sábado fuerza mayor y caso fortuito para las fases de exploración, explotación, transporte y comercio nacional e internacional, debido a que manifestantes han ingresado de manera violenta a su infraestructura y limitado la operación en varios pozos, dijo en un comunicado.
El gobierno desplegó un fuerte contingente de la fuerza pública en Quito, donde rige un toque de queda nocturno, para evitar el ingreso de los manifestantes. (Reporte de Alexandra Valencia, Reporte adicional de Johanna Alarcón, Editado por Manuel Farías)
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La Policía de Ecuador anunció el domingo que requisó la sede de la Casa de la Cultura en Quito para convertirla en base para su personal que controlará, en los alrededores, protestas que indígenas realizan contra el gobierno desde hace una semana.
“La Policía Nacional ha notificado la requisición del lugar, basados en el estado de excepción”, señaló la institución en un comunicado.
El presidente Guillermo Lasso declaró el estado de excepción el viernes en las provincias andinas de Pichincha (cuya capital es Quito), Cotopaxi e Imbabura, donde se registra el grueso de las manifestaciones.
La opositora Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie), que participó en revueltas que derrocaron a tres mandatarios entre 1997 y 2005, convocó a las protestas en reclamo de una rebaja de precios de combustibles.
La requisición del inmueble -que tiene salas de teatro y cine, un museo y una biblioteca- se dio la víspera de la anunciada entrada de aborígenes a la capital, donde rige un toque de queda nocturno de siete horas.
La sede de la Casa de la Cultura Ecuatoriana (CEE) albergó a miles de indígenas en octubre de 2019, durante las violentas protestas contra el alza del precio de los combustibles que dejaron 11 muertos y más de 1.000 heridos.
En el lugar, en medio de esas manifestaciones, fueron retenidos temporalmente periodistas y policías.
La CEE informó que “la Policía Nacional junto a militares ha ingresado” a sus instalaciones y que “cientos de elementos armados han sitiado” su sede.
Decenas de artistas, gestores culturales y empleados de la entidad protestaban por la decisión policial.
Más temprano, la Fiscalía allanó la CEE tras una denuncia por la “presunta existencia de material explosivo”.
Luego de una inspección, el ente acusador dejó las instalaciones e informó por Twitter que “no se incautaron indicios ni se registraron detenidos”.
El presidente de la CCE, Fernando Cerón, dijo por esa misma red social: “Esta noche ha muerto la alegría, la @CasadelaCultura ha caído en manos del terror policial, vivimos en dictadura”.
La Policía señaló que allí instalará personal de la Unidad de Mantenimiento del Orden que “realizará su trabajo en calles aledañas” para precautelar la seguridad ciudadana “ante las amenazas de grupos sociales que usan como forma de protesta la violencia”.
Las manifestaciones indígenas, que empezaron hace siete días a nivel nacional, dejan 61 agentes heridos y 14 retenidos temporalmente, según la Policía.
Organizaciones indígenas sostienen que de su lado hay 48 heridos y 75 detenidos.
En paralelo a las protestas de aborígenes, que han incluido el bloqueo de carreteras en más de la mitad de las 24 provincias, se han dado manifestaciones de estudiantes y trabajadores que han derivado en choques con policías.
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