En un comunicado sobre estas negociaciones, el Ejecutivo señaló que las pláticas tienen lugar «atendiendo las voces populares que han expresado preocupación por el alza en el precio de los combustibles y sus efectos en el incremento del costo de la canasta básica de alimentos, los servicios y el costo de vida”.
El texto precisa que de manera respetuosa esas conversaciones tendrán el ánimo de encontrar soluciones efectivas, en el menor tiempo posible, de manera conjunta, para mitigar como panameños, la crisis internacional de los combustibles que repercute en el país y afecta de manera desfavorable a la población.
Lo cierto es que hace más de dos semanas una ola de manifestaciones callejeras, bloqueos de carreteras y paro de labores de algunos sectores, como los educadores y transportistas, tienen en vilo al país centroamericano.
Este fin de semana diversos gremios que integran otra alianza, Pueblo Unido por la Vida, también protagonista de las protestas, anunciaron que arreciarán las medidas de fuerza hasta que la administración de Laurentino Cortizo rebaje los altos precios del combustible, los alimentos, los medicamentos y las tarifas eléctricas.
La víspera, el secretario general del Sindicato Único Nacional de los Trabajadores de la Construcción y Similares, Saúl Méndez, hizo un llamado a la alianza Pueblo Unido por la Vida y a Anadepo a coordinar esfuerzos y buscar salidas concretas, que es lo que necesita el pueblo.
En conferencia de prensa, el excandidato presidencial en 2019 anunció que realizarán el miércoles 13 de julio una huelga de advertencia de 24 horas, la cual, dijo, “estará acompañada de militancia pura y dura”, al tiempo que ratificó nuevas jornadas de manifestaciones a lo largo de esta semana.
Entre esas acciones sobresale una marcha el martes 12 de julio que partirá en horas de la tarde desde el parque Belisario Porras, en la capital, hasta la Asamblea Nacional (parlamento) para demandar respuestas a un pliego de 32 peticiones, entre ellas aumento general del salario y reducir los costos de la canasta básica familiar.
El líder sindical alertó de que una eventual represión de los protestantes radicalizará al pueblo, que está en la calle cansado de las mentiras de los políticos y partidos tradicionales.
Por su parte, el gremio empresarial pidió al Gobierno que actúe frente a la situación crítica que vive el país y ocasiona millonarias pérdidas a la economía.
Mientras, la Conferencia Episcopal instó a las partes a buscar soluciones adecuadas al momento histórico que vive Panamá.
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