Comunizar
Clajadep
A nosotrxs nos gustaría continuar el llamado que muchxs autorxs y editoriales llevan atendiendo desde hace años: al sistema político-económico-afectivo que únicamente puede imaginar el mundo en términos de valor de cambio hay que oponernos mediante la okupación del mundo de manera des-organizada, molecular. Hagamos existir otras realidades donde escribamos, leamos y produzcamos libros motivadxs por los afectos, por los gestos, por el amor; materialicemos nuevas formas de cuidarnos entre nosotrxs y de procurar nuestro bienestar mientras compartimos nuestros saberes y conocimientos. Creemos que hay formas de vivir dignamente mientras creamos cultura y conocimiento entre todxs y para todxs. Muchxs autorxs, colectivos y editoriales son prueba de que estas ideas son posibles.» (Entrevista sobre libros libres, derechos de autor y copyleft)
Transcribimos el comunicado (que es también una reflexión sobre qué mundo queremos habitar) que publicó este mes el espacio Pirateca en su página web.
A nuestros amigos:
- Durante la segunda semana de junio el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) realizó un operativo simultáneo en varias librerías independientes del territorio mexicano. En medio de amenazas, intimidaciones e interrogaciones que buscaban dar con las identidades de quienes operan el sitio web pirateca.com, los agentes del IMPI registraron e inspeccionaron las librerías decomisando stickers, separadores y cualquier objeto alusivo a Pirateca.
- A petición del IMPI, la empresa mexicana Megacable Comunicaciones ha comenzado a bloquear el dominio pirateca.com, de manera que las personas que tienen a esta empresa como proveedor de internet ya no pueden acceder al sitio web de Pirateca.
- También a petición del IMPI, Facebook ha eliminado todas las publicaciones de todos los usuarios que contenían enlaces directos a pirateca.com, además de impedir cualquier publicación nueva que contenga “pirateca.com” dentro del texto.
Todo esto se enmarca en un contexto: por un lado, la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) del pasado 22 de junio a los amparos en contra de la Ley General de Bibliotecas, donde se estableció que para el depósito legal —un mecanismo a través del cual los titulares de derechos de obras (editoriales, disqueras, productores, entre otros) deben entregar ejemplares a la Biblioteca México, la Biblioteca del Congreso y la Biblioteca Nacional para su almacenamiento, conservación y consulta pública— ahora los titulares de derechos de autor deben autorizar previamente la consulta pública de las obras en resguardo, ponderando así los intereses económicos por encima del acceso libre a la cultura; además, la SCJN interpretó que los editores y productores pueden establecer candados digitales en las obras entregadas a las bibliotecas depositarias1. Por otro lado, en abril hubo señalamientos a Pirateca por parte del presidente de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (CANIEM), donde además de advertir de posibles acciones legales en nuestra contra, dice que pretende “corregir” la Ley General de Bibliotecas con el afán de restringir el acceso a los libros digitales2. Se hace evidente que hay una campaña de persecución orquestada conjuntamente entre la CANIEM, el IMPI y otras instituciones que representan los intereses de los dueños de los grandes capitales de la industria editorial (y no de lxs autorxs, como ellos falazmente vociferan), que tiene el fin no sólo de censurar pirateca.com y castigar a las personas que operan el sitio web, sino, más grave aún, bloquear el acceso a los archivos digitales de las bibliotecas públicas, para ponerlo al servicio de las ganancias de los ya millonarios capitalistas de la industria editorial.
De ellos, nada de esto nos sorprende. No hay nada nuevo. Los dueños de los grandes capitales siempre han utilizado los dispositivos estatales para perpetuar su acumulación desigual. Siempre han querido privatizarlo todo a costa de los bienes comunes, del acceso libre, de las creaciones que son todas, en su origen, colectivas. Los que hoy intentan perseguir y censurar Pirateca, los que hoy intentan limitar el acceso público a las bibliotecas restringiendo el acceso al conocimiento, son los mismos de siempre. Ellos son los mismos que formaron este mundo a partir de la exterminación de otros mundos. Los mismos que siempre han acumulado capital desproporcionada y desvergonzadamente sin importarles nada ni nadie, salvo sus intereses. Son ellos los que han hecho este mundo tan desigual, tan excluyente, tan clasista, tan injusto. Con “ellos” no nos referimos a un grupo de personas identificables con nombre y apellido, ni tampoco a instituciones específicas. Cuando decimos “ellos” hablamos de todo el sistema que gesta y perpetúa estos afectos y cosmovisiones clasistas, privatizadoras. Es preciso entender que todo lo que hoy ocurre no es más que un módulo más del mismo proyecto; que todas las represiones, encierros, violaciones, asesinatos y endeudamientos, que todo despojo de lo común, trabajo asalariado, fuerza de orden y poder, que toda jerarquía y que todo proyecto universalizante forma parte de la misma enfermedad: el capitalismo. Y no hablamos sólo de un modelo económico, sino de una subjetividad capitalista que únicamente puede imaginar el mundo en términos de valor de cambio. Por eso, mientras el capitalismo siga existiendo, habrá que seguir resistiendo; no hay más.
No ¿qué hacer?
Sino ¿cómo hacer?
La cuestión de los medios presentes.
No la de los fines ni los objetivos.
La cuestión del cómo. La atención al cómo.
Volverse atento al tener-lugar de las cosas, de los seres.
A su acontecimiento.
¿Cómo hacer?
¿Cómo permanecer en guerra sin perder la ternura?
Mucho más importante que la campaña del IMPI, la CANIEM y otros grandes capitalistas para restringir el acceso a los libros digitales, es preguntarnos: ¿cómo hacer para que nuestros afectos sobrevivan? ¿Cómo hacer para seguir encontrándonos a través de los libros? ¿Cómo hacer para seguir compartiendo nuestros conocimientos?
La resolución de la SCJN es muy preocupante porque abre la puerta a que haya cada más restricciones al acceso libre al conocimiento. Aunque, tal vez, eso importe poco. En realidad también importa poco la campaña de persecución y censura emprendida contra pirateca.com. Nuestra lucha no se libra en las cortes. Nuestra lucha se libra en las subjetividades, en las prácticas cotidianas,en el día a día, en la construcción de otras formas-de-vida, en cómo decidimos habitar el mundo. No sabemos bien qué pase después. Por ahora, Pirateca no va a dejar de existir pronto. Resistiremos hasta donde nos sea posible. Pero para ser sincerxs, Pirateca también importa muy poco. Lo verdaderamente importante no es la existencia de pirateca.com, sino la diseminación, proliferación y atomización de los afectos que Pirateca intenta poner en juego. Lo único importante es que en cada unx de nosotrxs habite el deseo por expropiarlo todo, por compartirlo todo, por escapar a las lógicas mercantiles que sólo piensan en términos de beneficios económicos, esa lengua tan ajena a la vida.
Nosotrxs no tenemos nombre. Nuestra lucha nunca se ha tratado de ningún nombre particular, sino de priorizar el amor por nuestrxs amigxs, para compartir con ellxs nuestros libros, para leer y escribir juntxs en una lengua que sí hable de la vida. Aunque quienes nos persiguen obtuvieran un nombre, nosotrxs decimos: Pirateca no es nadie. Pirateca es una idea, una forma de vivir los afectos, una forma de hacer amigxs. Por eso, nos gusta creer que cada vez que alguien piratee un libro, priorice el amor por sus amigxs, o cada que se oponga cualquier pequeño gesto a las lógicas depredadoras del capital, allí habrá un germen de Pirateca.
Hay algo que ellos no entienden ni podrán entender nunca. Esta lucha se trata de cómo queremos vivir, de qué mundo queremos habitar. Y ellos nunca, nunca sabrán lo que es tener unx amigx que no conoces. Las solidaridades misteriosas, los vínculos transformadores que se gestan en esos encuentros provisorios. Donde ellos ven mercancías, nosotrxs vemos afectos. Ellos nunca sabrán lo que es la amistad. Allí radica nuestra diferencia.
No sabemos qué ocurrirá en el futuro. No sabemos si los dueños de los grandes capitales de la industria editorial, en complicidad con los aparatos de Estado, lograrán su objetivo. No sabemos si conseguirán bloquear el acceso a las bibliotecas para ponerlo todo al servicio de sus intereses monetarios. No sabemos si logren dar con las personas que operan pirateca.com y las encarcelen o las endeuden con multas impagables. Creemos que importa poco. Nos interesa poco. Nuestra lucha no es por el futuro. Creemos que no hay futuro. Nuestro camino no es el de la construcción de sociedades mejores. Odiamos la “sociedad” como concepto unificador. No queremos ninguna “revolución” concretable. Nosotrxs preferimos el camino largo: un camino que piensa en fragmentos, que pone atención a los gestos micropolíticos. Proponemos abandonar la construcción de fines últimos, de sociedades futuras realizables con objetivos definidos. Proponemos, en su lugar, habitar el presente en su radicalidad. Creemos que es posible construir un mundo mejor, más justo, más común, más digno, si tan sólo comenzamos a habitarlo. Aquí y ahora, nosotrxs, hoy.
Nuestro llamado es a cuestionar nuestros afectos, nuestras corporalidades, nuestros saberes y deseos. A expropiar, a hacer-común todo lo que tenemos. Nuestro llamado es a nuestrxs amigxs: lxs existentes y lxs que vienen. Nuestro llamado es a desobedecer. A no esperar que el proyecto civilizatorio-democrático avale, permita y legalice nuestras lecturas y escrituras. Nuestro llamado es a habitarlas, hoy. A leer y escribir sin autorización y en desobediencia. Habitar la desautorización y la ilegalidad como un comienzo de otras lecturas, otras escrituras posibles; otro(s) mundo(s).
Lo común no son nunca los objetos, son las relaciones sociales, son los hacer-común. Lo importante no es la riqueza material compartida sino el acto de compartir en sí y los vínculos de solidaridad que se crean en el proceso.
¿Qué pasaría si todxs asumimos esta campaña de privatización, intimidación y censura emprendida por parte de la industria editorial como una afrenta personal-comunitaria?
¿Qué pasaría si decidiéramos responder en todas nuestras prácticas cotidianas?
¿Qué pasaría si escaneamos y liberamos todo libro que leemos?
¿Qué pasaría si fundamos muchas y pequeñas bibliotecas pirata?
¿Qué pasaría si escaneamos y liberamos todos los libros que sacamos de las bibliotecas?
¿Qué pasaría si vemos en cada texto un conjunto de afectos, de potencias sensibles y no una suma de dinero?
¿Qué pasaría si aprendemos a escribir en conjunto y sin autoría?
¿Qué pasaría si dejamos de pensar los libros en términos legales y los pensamos en términos sensibles?¿Qué pasaría si fundamos nuevas bibliotecas clandestinas y comunitarias?
¿Qué pasaría si radicalizamos las potencias subversivas que habitan nuestros cuerpos?
¿Qué pasaría si asumimos y acuerpamos la ilegalidad de nuestros afectos?
¿Qué pasaría si lo compartimos todo?
Tal vez algo ocurra.
Tal vez valga la pena intentarlo.
Nuestra lucha no acabará hasta que todos los seres pongan en común sus alegrías y sus penas, sus trabajos y sus riquezas; hasta que todo pertenezca a todxs.
Desde algún lugar
(no importa dónde)
algunxs
(mucho menos importa quiénes)
(no existe el ‘yo’ sin el ‘nosotrxs’)
por decir algo:
este texto lo firma Pirateca
(Pirateca no es nadie)
nosotrxs
ll(amamos) a nuestrxs amigxs
Julio de 2022