Es innegable la guerra de exterminio hacia el sur global, lugar en donde vivimos pueblos indígenas, campesinos, proletarios, mujeres y disidencias sexo-genéricas.
Congreso Nacional Indígen “Y una generación transmite a otras los códigos que le permiten comunicarse y entenderse entre sí: un idioma que expresa además la peculiar visión del mundo, el pensamiento creado por el grupo a lo largo de su historia; una manera de gestos, de tonos de voz, de miradas y actitudes que tienen significado para nosotros, y muchas veces sólo para nosotros. Y más en el fondo, se transmite también, como parte de la cultura, un abanico de sentimientos que nos hacen participar, aceptar, creer, sin el cual y por su correspondencia con el de los demás miembros del grupo, sería imposible la relación personal y el esfuerzo conjunto”. Como era de esperarse, el mal Gobierno de la 4T ha acelerado la implementación de legislaciones que usan la fuerza por derecho contra quienes resguardamos y defendemos los bienes naturales, culturales y territorios de los intereses mezquinos de la clase política y empresarial; estos grupos de poder pretenden depredar y saquear aquello que todavía no han convertido en mercancía. Y donde lo han hecho, las crisis ambientales, sociales y políticas, son evidentes, por ejemplo, la crisis por el agua, que se agudiza en el mundo, y México no es la excepción. El saqueo del agua por los grandes consorcios industriales e inmobiliarios, está dejando sin acceso al vital líquido, a millones de personas en el norte de este territorio, y se acrecienta a cada hora en el centro y sur sureste del país. En tan solo un par de décadas, el discurso del cambio climático pasó de ser una discusión a una realidad. La Crisis Climática está impactando de manera irreversible el planeta. Las lluvias torrenciales y las largas sequías, son sólo dos de los principales efectos de está crisis que afecta directamente a los territorios de los pueblos indígenas y campesinos, quienes sostenemos la alimentación de millones de personas, haciendo cada vez más inminente un desabasto alimentario ligado a la sobre explotación de la tierra por monocultivos. El uso intensivo de agroquímicos y el uso de semillas genéticamente modificadas han suplido los cultivos locales y en algunos casos exterminado las variedades nativas de semillas que son el legado biocultural de nuestrxs ancestrxs. Por si fuera poco, sobrevivir a una pandemia sanitaria, bajo la agudización de las crisis del agua y de los alimentos, se suma a los conflictos sociales y políticos, que son cada vez más violentos. Esta consecuencia histórica, deviene de los impactos acumulados perpetrados por los poderes mundiales, que mediante la guerra continúan disputando territorios. Algunos de ellos están ya destruídos y otros son ambicionados. La palabra Geoestratégico y Geopolítica no se habían mencionado tantas veces y con tanta voracidad como hoy en día. Eso es claro, la disputa es por el trono en la que todos quieren su propia corona, como símbolo del norte global. Es innegable la guerra de exterminio hacia el sur global, lugar en donde vivimos pueblos indígenas, campesinos, proletarios, mujeres y disidencias sexo-genéricas. Nosotrxs luchamos por el respeto a nuestras identidades y espacios, lugares en donde sufrimos la crisis cotidianamente.
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