El Instituto de Estudios Estratégicos de Inglaterra, órgano de análisis y apoyo a las aventuras guerreristas a nivel planetario, acaba de emitir un informe sobre Ecuador donde clama por la intervención de Estados Unidos, Brasil, Argentina y otros países para “actuar”, atemorizados por la amenaza del levantamiento popular que va a derribar a Gutiérrez. Notable indicador de que se piensa que si lo dice la CONAIE, va a ser un hecho. Ya ha sido efectuado dos veces, donde miles y miles de miembros de las comunidades andinas rodearon y entraron al palacio de gobierno pasando por las narices de las tropas fuertemente armadas.
Será interesante estudiar y comprender la concepción militar de esas comunidades, ya que cae de cajón que no van a arremeter contra el ejército a ojos cerrados, pero esa estrategia es privativa, las comunidades son sabias en cerrar la información, que de manera paradojal circula ampliamente en las regiones del movimiento organizado desde las bases. Una de las principales características de la CONAIE ha sido envolver a las comunidades organizadas en las discusiones y decisiones de los temas a definir entre todos, antes de dar pasos. Cada localidad emite sus opiniones y sabe que la dirección no tomará medidas que no hayan sido analizadas también en el resto de las regiones. Extraordinaria escuela que ha tomado distancia de las prácticas tradicionales de las organizaciones y que hoy le están costando caro a Evo Morales, cuestionado por sus bases y en el medio del reformismo de los dirigentes, hoy trata de convocar a las comunidades para que tomen medidas contra los burócratas del MAS, lavándose las manos de sus propias responsabilidades como el más vulgar Poncio Pilatos.
Evo llamó a dar apoyo a Mesa, a sustentar la democracia, con la mente puesta en las próximas elecciones, y sus parlamentarios no se lo hicieron pedir dos veces votando medidas a favor del gobierno, medidas que provocaron el más amplio rechazo de la población, por lo que el astuto líder hoy se lanza contra sus propios senadores y diputados acusándolos de recibir dinero de las autoridades. Simplemente a Evo se le subieron los humos a la cabeza y se encandiló con el trono y la corona de Lula y Kirchner despertándosele el apetito de ser como ellos, ya que el asunto era de lo más fácil: movilizar a la población en pos de programas progresistas a la par que se negocia con los empresarios y altos funcionarios, acaparando para sí el viejo discurso socialdemócrata, con la izquierda reformista continental haciendo claque detrás en la forma de lluvia de aplausos y adulaciones.
Nadie sabe para quien trabaja. Al final todos trabajan para la mantención del capitalismo y la contención de la lucha social para llevar a los mansos corderos a las filas electorales, donde 500 años de resistencia se transforman en un saludo a la bandera. Pero Evo ha dado un golpe de carambola espectacular, ya que la acusación contra los burócratas le distancia de ellos y le permite recuperar espacios en las bases que se autonomizan, como sectores de El Alto y de Santa Cruz, anticipándose a una debacle generalizada que está capitalizando Felipe Quispe con un discurso y una acción mucho más próxima a la auto-organización social de las comunidades, y tanto es así que el Mallku declaró que se retira del Parlamento para volver a los bloqueos.
De hecho la medida oportunista de la actual dirección de la COB de convocar a la huelga para arrastrar a los campesinos, ha tenido resultados insospechados, en especial en el terreno de la reaparición de grupos y personas de izquierda tradicional con fuerte capacidad de movilización, como los mineros y los maestros, que han sabido utilizar la dinámica explosiva de las luchas campesinas para sus intereses corporativos y para los viejos llamados a repetir la Asamblea Popular de JJ Torres. La burocracia, centralismo y autoritarismo de Solares son ampliamente conocidos en todo el territorio andino, lo que ha llevado a Alejo Véliz a plegarse a su lado con el sector campesino que controla en una región de Cochabamba. Véliz, viejo reformista, era el candidato favorito del PC boliviano a las más diversas elecciones a diputados y otras yerbas, y este partido solapadamente intenta levantar cabeza por intermedio de ese líder divisionista que siempre ha sido enemigo personal de la línea rebelde impulsada por Quispe al interior de la Central campesina, así como con cuadros mineros y educadores en alianza con sectores troskistas y otros grupos de izquierda tradicional, algunos de los cuales se dicen simpatizantes del guevarismo. Esa ensalada es la que dirige hoy la COB y Solares ha sido acusado de recibir dineros como informante de gobiernos anteriores.
No hay ninguna posibilidad de unidad hoy entre las tres grandes corrientes andinas, la de Morales, la de Quispe y la de Solares. Sus objetivos son radicalmente diferentes. Solares levanta la consigna de la revolución proletaria clásica y Evo la opción institucional reformista. Quispe, al representar extensas capas campesinas y aimaras, es el principal interlocutor con las bases críticas del MAS, con el MST y varias comunidades originarias, los que a su vez estrechan lazos con los autónomos, en especial los grupos campesinos auto-organizados del Norte de Santa Cruz y los sectores próximos a Óscar Olivares, líder de la emblemática Coordinadora del Agua y simpatizante público del zapatismo.
El desarrollo de la lucha en esa región dependerá de cómo y cuando Quispe salga a bloquear y de cómo los demás sectores se suman desde abajo, terreno donde está la principal fuerza de los levantamientos bolivianos, lo que dejará a Solares aislado en el getho de los mineros y de los maestros y a Evo en la cuerda floja de si calma las aguas para imaginar ganar las elecciones o si llama a la batalla con el riesgo de que el camino de auto-organización y lucha de base se apodere definitivamente de la dinámica social. Ello hace que cada bloqueo, cada ocupación, en fin, cada lucha, adquiera hoy una importancia inusitada, tanto en el posicionamiento y re-posicionamiento de los líderes y vanguardias, como en la multiplicación de los conflictos que podría llevar a una situación de resistencia generalizada con capacidad de derribar al gobierno.
En Perú la situación tampoco aparece tan clara para el observador externo, y aún del interno, ya que la izquierda tradicional como el PC, trosquistas y grupos socialistas, no han podido ponerse a la cabeza de las tres principales vertientes de la actual convulsión social que vive el país, y aún los propios grupos maoístas, Bandera Roja (reformistas), que participa en la Central Obrera junto al PC, y los senderistas, que dirigen seccionales del Sutep, dirigido nacionalmente por el Bandera Roja, no han ni tan siquiera podido acercarse a los principales centros de la movilización social: los cocaleros, los aimaras de Ilave y las dinámicas de protestas regionales. En este país la lucha centralizada ya no tiene los mismos efectos de antes y el perfil de lo social se visualiza más por lo regional y lo local. Las regiones están en paro y ya se pide la salida de Toledo. Los cocaleros convocan a una gran marcha de los Cuatro Suyos y, sin duda, tendrán gran receptividad. Los comuneros de Ilave, presionados por la ocupación militar de su territorio han debido aceptar el diálogo, pero todo indica que seguirán sus movilizaciones, pues no hay condiciones para que el estado ceda en sus prerrogativas de control local aceptando la autonomía a que aspiran los aimaras. Ya es visible que la auto-organización local se está estableciendo como salida para los pobres del campo, regiones del interior y ciudades alejadas de la capital. Los próximos períodos podrán mostrar si se acentúa dicha tendencia, lo que sería una fuerte dosis de optimismo y espíritu de lucha para las comunidades de ese país y de otros lugares.
Si la tendencia que se visualiza en Colombia, de transferencia del protagonismo de la lucha desde las guerrillas a las luchas sociales autónomas, se mantiene, es posible que puedan extenderse, pero la pesada presencia del reformismo sigue insistiendo en transformar la lucha en simples movimientos sindicales y electorales. De seguirse así, vemos que ya se podría hablar de una nueva situación en el continente, pues en Paraguay poco a poco sectores sociales levantan cabeza, en Venezuela surgen los primeros brotes de fuerza social organizada desde abajo, en Chile los estudiantes han sorprendido por sus nuevas formas de organización desde abajo escapando a las direcciones oficiales y por la masividad de las protestas que auguran un año de mayor combatividad que los anteriores con la seria posibilidad de que ello alimente la lucha barrial.
Es cierto que hay sectores que quieren dirigir las movilizaciones sociales y encuadrarlas tras objetivos y propósitos preestablecidos, lo que obviamente limita la incorporación masiva de la población, que se retira cuando ve las consignas ideológicas aduciendo que se trata de lo mismo con cara diferente, pero estos últimos días estamos asistiendo a serios indicadores que, de mantenerse, podrían transformarse en el inicio de un camino sin retorno, esto es, de difíciles condiciones para el capital de reordenar las cosas para la paz social necesaria a la ganancia. Aún pesan mucho las ilusiones institucionalistas funcionales a las negociaciones y conciliaciones, pero confiamos que poco a poco el pueblo auto-organizado consiga traspasar y dejar de lado esas políticas para asumir un rumbo directo hacia la ruptura y hacia el surgimiento de una nueva sociedad que no tenga nombre, sino muchas comunidades que pronuncien distintos nombres con su propia voz.
Profesor J