Reafirmando la idea de que los imperios colapsan desde dentro, cuando sus contradicciones provocan su declive o facilitan la conquista por sus enemigos, observamos cómo las fuerzas armadas de Estados Unidos están teniendo enormes dificultades para reclutar integrantes.
Los medios estadunidenses sostienen que el ejército enfrenta “la peor crisis de reclutamiento desde que terminó la guerra de Vietnam”, o sea desde que se eliminó el servicio militar obligatorio, según informe del portal Politico en julio (https://politi.co/3Clt5zF).
Faltando sólo dos meses para la finalización del año fiscal, el ejército había alcanzado apenas 66 por ciento de su meta de reclutamiento. El general Joseph Martin dijo al comité de asuntos militares de la Cámara de Representantes que el ejército podría perder más de 20 mil efectivos, pasando de 466 mil soldados a sólo 445 mil, por las dificultades para encontrar reclutas.
Sin embargo, como señala el informe de Tom Dispatch, la fuerza ofrece “bonos de alistamiento de hasta 50 mil dólares” a los candidatos que decidan incorporarse a filas (https://bit.ly/3R0I4mF). Las demás fuerzas también ofrecen bonos, pero todas enfrentan igual problema para incorporar combatientes, siendo la fuerza aérea la que encara mayores dificultades después del ejército.
Las razones hay que buscarlas en una sociedad quebrada, en instituciones deshilachadas y en una nación sin otro norte que no sea seguir dominando el mundo.
Sólo 23 por ciento de los estadunidenses entre 17 y 24 años pueden ser elegidos para ingresar a las fuerzas armadas, frente a 29 por ciento en años anteriores, destaca NBC News (https://nbcnews.to/3dS6Ib1). El resto, más de tres cuartas partes de la juventud, quedan automáticamente descalificados por obesidad, antecedentes penales, uso de drogas y problemas físicos o síquicos.
En EU hay una verdadera epidemia de obesidad, que se ha disparado durante los últimos años y crece cinco veces más rápido que antes entre los niños, que cada año mata a 300 mil personas.
La tasa de suicidios es la más alta entre los países ricos (14 muertes por cada 100 mil habitantes), duplica la del Reino Unido y se debe en gran medida a enfermedades mentales, conformando lo que se denomina “muertes por desesperación”, que abarca además muertes por sobredosis de drogas, revelan informes internacionales sobre la salud. EU tiene la esperanza de vida más baja entre los 38 países que integran la OCDE.
En efecto, un informe del Commonwealth Fund reporta que “los estadunidenses viven vidas más cortas y menos saludables porque el sistema de salud no está funcionando tan bien como podría” (https://bit.ly/3wsS7Jt). Sin embargo, EU gasta más en salud que cualquier otro país de la OCDE (17 por ciento de PIB en 2018), porque se despilfarra en seguros privados, mientras la atención pública es deficitaria.
La salud mental es otro gran problema, que afecta a una de cada cinco mujeres jóvenes y a uno de cada 10 varones antes de los 25 años. Se trata de afecciones propias de las desigualdades basadas en la riqueza y el color de piel, en un país donde la concentración de ingresos no para de crecer y la población afrodescendiente es duramente castigada por la represión y la falta de perspectivas.
Existe un problema adicional, interno de las fuerzas armadas. De la población en condiciones de convertirse en combatiente, sólo 9 por ciento tiene alguna propensión a alistarse, por el riesgo de lesiones físicas o la muerte, la posibilidad de estrés postraumático y otros trastornos sicológicos. Además, 34 por ciento de los jóvenes respondieron un sondeo asegurando que no les gusta el estilo de vida militar y 28 por ciento señaló la posibilidad de acoso o agresión sexual, detalla Politico ( https://politi.co/3Clt5zF ).
Se podrían sumar muchos más datos que atestiguan la decadencia del imperio, y ahora también la dificultad para sostener sus fuerzas armadas. Esto no quiere decir que se vayan a rendir, ni mucho menos. Indica que se crearán más y más ejércitos privados, como el célebre Blackwater, ahora rebautizado Academi, empresa privada de mercenarios.
Los llamados “ejércitos privados” son en realidad organizaciones paramilitares que llegan más allá de los ejércitos estatales, pero los gobiernos no pagan los costos políticos de enviar a sus soldados. La británica G4S Secure Solutions, por ejemplo, interviene en 125 países, tiene 620 mil empleados, recluta criminales seriales y se ha destacado en asesinatos de personalidades, entre muchos otros delitos (https://bit.ly/3clRuul).
Todos los datos apuntan en una misma dirección: el capitalismo de muerte que nos oprime está en la fase de causar genocidios por la desesperación que le provocan los cambios sistémicos en curso.
Corresponde a los movimientos decidir qué hacer, ya que no hay instituciones confiables cuando el mundo conocido se viene abajo. Cuando los de arriba sólo piensan en ellos, es el nosotros el que debe organizarse para sobrevivir.