Lejos de acabar con la organización de los pueblos de la región cholulteca de Puebla, al desalojarlos de las instalaciones de la empresa Bonafont que tomaron en defensa de su agua, éstos no sólo continuaron su lucha, sino que se han convertido en referente de organización y en convocantes de quienes saben que, simplemente, sin agua no hay vida.
Pueblos y comunidades de 15 estados del país y de ciudades internacionales exigieron un alto al saqueo, sobrexplotación y contaminación del agua en el contexto de la primera Asamblea Nacional por el Agua y la Vida, que se realizó el 27 y 28 de agosto en Santa María Zacatepec, Puebla.
La asamblea, realizada en el municipio de Juan C. Bonilla, donde los pueblos se organizaron para impedir el saqueo de agua por parte de la embotelladora Bonafont, reunió a los movimientos y luchas de las comunidades para construir propuestas contra el despojo del líquido por gobiernos y empresas.
Nos reunimos porque sabemos que el agua está en manos de las empresas, los gobiernos, las instituciones, caciques y narcotráfico, y están contaminando la poca agua que tenemos
, señaló la asamblea en un comunicado.
Los pueblos, en su mayoría de origen nahua, hablaron sobre gestión comunitaria del agua, sujetos del despojo, estrategias jurídicas para la defensa del agua, contaminación y enfermedades, criminalización y contrainsurgencia contra los defensores y movimientos.
Denunciaron como responsables del despojo y contaminación a la minería, embotelladoras, cerveceras, corredores industriales, bancos, agroindustria, inmobiliarias, metalúrgicas, tiendas trasnacionales, granjas, parques eólicos, rellenos sanitarios, megaproyectos como el Tren mal llamado Maya y el Proyecto Integral Morelos que además, dijeron, nos imponen formas de vida capitalistas centradas en el consumo, la indiferencia y el individualismo
.
Sembrar agua, vida y futuro fue el acuerdo, a contracorriente de quienes creen que han claudicado.