Durante una década, los yezidíes en Siria han sido objeto de violaciones, descritas como “masivas”, por parte de las fuerzas turcas y sus facciones armadas, conocidas como el Ejército Nacional Sirio (ENS). Así lo indicaron organizaciones de derechos humanos en un informe.
El 4 de septiembre, Ceasefire, Syrians for Truth and Justice (STJ) y Hevdesti/Synergy, con el apoyo de la Agencia Noruega para la Cooperación al Desarrollo, publicaron un informe conjunto sobre las violaciones turcas contra la minoría yezidí en Siria.
De hecho, las violaciones contra los yezidíes en Siria comenzaron tras las protestas que estallaron en 2011, que meses después se convirtieron en conflicto armado.
Las regiones de Afrin y Ras al-Ain (Serêkaniyê), en el noreste sirio, donde estaban presentes los yezidíes, fueron testigos de los primeros ataques.
En octubre de 2012, la aldea yezidí de Qastal Jindo, en el campo de Afrin, fue objeto de un ataque militar por parte del entonces Ejército Libre Sirio (ELS) desde la ciudad vecina de Azaz, bajo el pretexto de que los habitantes profesaban “una religión diferente al Islam”.
En noviembre de 2012, los primeros ataques contra los yezidíes en Serêkaniyê fueron llevados a cabo por “organizaciones islámicas extremistas”, que cometieron violaciones generalizadas contra los residentes.
El 16 de agosto de 2013, facciones extremistas atacaron la aldea de Asadiyah, de mayoría yezidí, ubicada a 10 kilómetros al sur de Serêkaniyê.
Como resultado de ese ataque, Murad Saado resultó herido mientras se enfrentaba a las facciones que lo arrestaron y lo dejaron desangrado. El hermano de Saado, Ali, también fue asesinado a tiros.
El 29 de mayo de 2014, el Estado Islámico (ISIS) atacó la aldea yezidí de Taliliya, en el campo de Hesekê. ISIS veía a la comunidad yezidí como “infiel” y sus rituales religiosos como una “distorsión”.
Diversas formas de violaciones
Las violaciones contra los yezidíes tomaron diferentes formas después de las operaciones militares turcas en el norte de Siria, que provocaron el desplazamiento de decenas de miles de los habitantes originales, incluidos los yezidíes.
Las violaciones contra los kurdos en Afrin, incluidos los yezidíes, comenzaron desde que el ejército turco y el ENS tomaron el control del área, en 2018.
En un informe publicado en septiembre de 2018, la Comisión Internacional Independiente de Investigación de las Naciones Unidas (UNIIC) documentó formas de arrestos, palizas y secuestros llevados a cabo por facciones armadas afiliadas a la ENS.
Además, esas facciones llevaron a cabo robos a gran escala y se apoderaron de las casas de los civiles.
Según varias fuentes, había alrededor de 50.000 yezidíes en la región kurda de Afrin antes de la invasión turca.
La llamada operación militar turca “Rama de Olivo” contra Afrin provocó el desplazamiento forzado de alrededor del 90 por ciento de los yezidíes.
Varios santuarios yezidíes en Afrin fueron objeto de varios ataques por parte de las facciones del ENS.
El 15 de mayo de 2020, miembros de un grupo armado desenterraron “Chel Khana”, un santuario yezidí en la aldea de Qibar, al este de Afrin, con la intención de buscar ruinas. El templo era un santuario en el que muchas familias acudían.
En la investigación se citó a testigos oculares que dijeron que las facciones del ENS excavaron, en mayo, otro santuario yezidí en la aldea de Qastal Jindo, que se conoce como el santuario Sheikh Hamid.
Las excavaciones fueron realizadas tanto por la facción mercenaria Sultán Murad como por el Frente del Levante (al-Jabha al-Shamiya).
El STJ informó que muchas tumbas yezidíes en la aldea de Qibar fueron destruidas deliberadamente por militantes de la facción al-Mutasim Billah después del final de la Operación “Rama de Olivo”.
El santuario de Sheikh Hamid fue destruido en varias ocasiones por militantes del ENS, concretamente del Frente del Levante. Posteriormente, las violaciones fueron repetidas por desplazados internos que llegaron a la región desde otras ciudades a pesar de los intentos de los habitantes originales por protegerlo.
Las instituciones religiosas yezidíes no se libraron del ataque y la destrucción.
El 12 de abril de 2022, el STJ reveló el establecimiento de una escuela islámica en las ruinas del edificio de la Unión Yezidí en Afrin por parte de organizaciones kuwaitíes y sirias.
La fundación Ezdina documentó varios tipos de violaciones contra los yezidíes en Afrin, incluida la incautación de casas y el ataque a los habitantes originales.
Control de Serêkaniyê
El proceso de control del área entre Tel Abyad y Serêkaniyê comenzó luego de obtener la luz verde de la administración estadounidense, tras una llamada telefónica entre el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y el entonces mandatario estadounidense, Donald Trump, el 6 de octubre de 2019.
Con el inicio de la operación militar turca, que se denominó “Primavera de la Paz”, comenzaron graves violaciones de los derechos humanos, incluidos homicidios deliberados y ataques ilegales que mataron e hirieron a civiles.
El número de yezidíes en Serêkaniyê y sus alrededores llegó a unos 3.000 en 2012.
Todos ellos, sin embargo, se fueron debido a la operación militar turca y al temor de que se produjeran repetidas violaciones en su contra.
Violaciones a la luz del derecho internacional
Distinguir entre civiles y combatientes durante un conflicto armado es el principio más importante a nivel internacional, porque es este principio el que prohíbe los ataques contra poblaciones, ya sean individuos o grupos.
La prohibición obliga a las partes en conflicto a limitar sus ataques militares contra miembros de las fuerzas armadas enemigas, o contra aquellos que se haya demostrado que participan directamente en las hostilidades. Cualquier ataque deliberado a otros, ya sea como individuos o como grupos, se clasifica como un “crimen de guerra”.
El informe indicó que los yezidíes fueron atacados deliberadamente. Fueron privados de medidas de protección y sometidos a tratos inhumanos y otras violaciones del derecho internacional y humanitario por parte de las facciones armadas.
FUENTE: North Press Agency / Traducción y edición: Kurdistán América Latina