El deseo no es estrategia es solo deseo; la moral es un alzamiento, el pueblo que se alza contra sus opresores. Hemos hablado de “otra política” como fuente conceptual para ir conociendo la política desde otra perspectiva que la de los partidos y su competencia por tomar el poder de estado. El problema es generar pensamiento y acción que devuelva a la sociedad el valor de la democracia y con ella los principios libertarios. ¿Otra política?. Obvio pero eso dependerá de la movilización colectiva. Esa movilización tiene que ser mas fuerte que el sistema de poder imperante, es decir estamos ante el reto de una revolución. La única revolución desde otra política es la del kusdistan y la zapatista.
Es probablemente el significante político más utilizado adorado políticamente pero también maldecido desde la antigüedad hasta el mundo moderno. Sabemos que la palabra en sí viene del mundo griego pero su inspiración significante es mucho mas antigua , hablemos del Tao, de Zaratrustra de Cristo. Una visión anticipada de la armonía colectiva en libertad. Una armonía que nació incluso en el mundo esclavista y se limitó a las élites propietarias y nobles, un eufemismo del naciente racionalismo. Mas adelante la burguesía revolucionaria llamará este deseoD de libertad e igualdad un derecho universal expresado en el ciudadano. Va ¿apareciendo junto a la sociedad precapitalista ya que la esclavitud será tomada como una condición natural para quienes compran el cuerpo de los pueblos conquistados. Es la naturaleza quien se encarga de hacer seres superiores y otros inferiores dominados. Esa pasara por pueblos y razas y el género femenino. Poco a poco todas estas barbaridades hasta hoy, pasando por el colonialismo y el imperialismo, perduraran en medio de la utopía democrática que nunca se perderá. En realidad mutará hacia pensares colectivos (socialismo, comunismo,anarquismo) que ya filósofos como Spinoza adelantaron bajo el principio de la “democrcia absoluta”, el “conatus” que nunca nos abandona, simplemente y materialmente se transforma, y su uso imperdible retoña una y otra vez hasta llegar a la pelea dual entre los espacios que materializan así sea sufriendo las guerras provocadas, las comunidades libertarias y el poder se condensa en la forma del trabajo asalariado, algo que incluso ya los grandes monopolios del poder, de los medios de la verdad misma tratan de sustituir por los mecanismos tecnocráticos, comunicaciones virtuales, imposibles de rebelarse, los rebeldes son casi siempre quienes los inventan pero luego por las reglas del orden mundial pasa a manos del sistema monopólico de la propiedad.
La Ley y los estados lo imponen, el dualismo entre el deseo infinito de libertad y el poder que cobra la forma del globalismo, es decir, se funde sobre la totalidad del mundo, haciendo desaparecer los estados de derecho. Es la democracia real, igual que los socialismos reales se convierten en una retórica de la manipulación en manos de partidos y regímenes totalitarios. Es en definitiva un dualismo que se confronta permanentemente, la democracia como retórica política siendo una falsedad sin objetivos, ya sea liberal, teocrática, absolutista. Ya los los pueblos no aceptan estados y se dirigen hacia los poderes colectivos. Un ejemplo contrario que casi ralla en la estupidez es la propia Venezuela, donde la única democracia auténtica es la que logra resistir, pero falta el horizonte libertario, es una y otra vez reclamos por la miserable condición donde estamos ahogados, con toda la razón pero no hay política, es decir, no hay proyecto de liberación, no hay estrategia de lucha.
¿Cuál es la estrategia entonces?. Eso nunca se sabrá hasta que estallen las revueltas que nos abran nuevas verdades. La historia se repite y lo que fue la independencia como guerra en su propia verdad de liberación del colonialismo, vuelve a ser lo mismo. Esta vez bajo el signo de un mundo totalmente distinto y mucho mas controlado, donde el colonialismo empieza por el manejo de la mente humana. La estrategia de rebelión no nos dice nada en sí; el deseo no es estrategia es solo deseo; la moral es un alzamiento, el pueblo que se alza contra sus opresores, diría el filósoo Badiou. Por ello hemos hablado de “otra política” como fuente conceptual para ir conociendo la política desde otra perspectiva que la de los partidos y su competencia por tomar el poder de estado. El problema es entonces ;generar pensamiento y acción que devuelva a la sociedad el valor de la democracia y con ella los principios libertarios. En Venezuela la utilización de lo electoral de la política, es indiferente a la inmensa mayoría de la población, desde ella es muy poco lo que se puede hacer salvo contrastar lo mafioso gobernante con lo igualmente mafioso pero de ideologías terriblemente reaccionarias. Son dos retóricas que seguirán la vía de la hiperexplotación existente, eso ya esta prescrito. ¿Otra política?. Obvio pero eso dependerá de la movilización colectiva. Esa movilización tiene que ser mas fuerte que el sistema de poder imperante, es decir estamos ante el reto de una revolución.
La democracia no se pierde es un deseo milenario mas bien un problema que se desplaza que recorre caminos sobre realidades que en realidad no conocemos, salvo gigantestas movilizaciones que ahora que ahora vemos en Iran o las repetidas revueltas europeas. La única revolución desde otra política es la del kusdistan en su movimiento de liberación y el intento zapatista, ambas armas en mano. Ahora nos toca desde otros pueblos. La ideología de género, el ecologismo apocalíptico, son fórmulas manejadas como “derechos” precisamente manejados por los poderes globales y de los cuales los grandes capitales. Realidades que se convierten en retoricas útiles para el manejo de lo que resiste e incluso apoyarlo desde la ideología o falsa conciencia democrática, una cuántica política que corre desde el vacío y la falsa palabra. Entonces hay que reinventarla por completo fuera de los partidos y los estados. Es la tarea del siglo XXI.
Luchador popular revolucionario de larga trayectoria en la izquierda venezolana. Graduado en Filosofía en la UCV. Fue viceministro de Planificación y Desarrollo entre 2002 y 2003. En lo 80s militó en el movimiento La Desobediencia y luego en el Proyecto Nuestramerica / Movimiento 13 de Abril. Es autor de los libros Los Fabricantes de la Rebelión (2001) y Las Tres Repúblicas (2012).