Irán ejecutó el sábado a dos jóvenes, un campeón de kárate y un monitor voluntario de niños.
El número total de personas ejecutadas en relación con las protestas que arrasaron el país tras la muerte de Jîna Amini, de 22 años, bajo custodia de la policía de la moralidad el 16 de septiembre, ascendió a cuatro.
Mohammad Mehdi Karami y Seyed Mohammad Hosseini fueron ejecutados en la horca en la madrugada del sábado, informó Fars News, afiliada al Estado.
Los dos hombres, que supuestamente participaron en protestas contra el régimen el año pasado, fueron declarados culpables de asesinar a un miembro de la fuerza paramilitar iraní, según la agencia iraní de noticias judiciales Mizan.
Mohammad Hossein Aghasi, abogado defensor de Karami, escribió en las redes sociales el sábado que a Karami no se le concedió el derecho definitivo a hablar con su familia antes de su ejecución. El abogado añadió que Karami inició el miércoles una huelga de hambre de alimentos secos como forma de protesta contra las autoridades por no permitir que Aghasi lo representara.
Según declaraciones de funcionarios y medios de comunicación iraníes, hasta 41 manifestantes más han sido condenados a muerte en los últimos meses, pero la cifra puede ser mucho mayor.
Tras las ejecuciones, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) y la Unión Europea instaron a Irán a suspender inmediatamente las últimas condenas a muerte y a ofrecer un proceso legal justo a todos los detenidos.
La organización Derechos Humanos de Irán, con sede en Noruega, también condenó las ejecuciones llevadas a cabo el sábado y advirtió de que “muchos manifestantes serán ejecutados en los próximos días si no se da una respuesta adecuada”.
Fuente: ANF