Dra, va a participar en el Encuentro Internacional Feminista -que tendrá lugar estos días en Madrid- y lo hará dentro del panel “Crisis climática, ecofeminismo y bienestar animal” ¿Qué puede adelantarnos de su intervención?
El patriarcado capitalista nos hizo creer que estamos separados de la naturaleza y que las mujeres son menos que los hombres. Pero somos parte de la tierra, somos humanos. Y no solo es que los hombres y las mujeres son iguales, sino que existe una igualdad entre todas las especies en la Democracia de la Tierra. Es la misma cosmovisión que les hizo a todos creer que las mujeres son un segundo sexo y pasivas y objetos, o también presentó la Tierra como si fuera un objeto que está ahí para ser explotado, para que se pueda explotar, como si fuera solo materia prima que está ahí para ser utilizada.
La explotación de los combustibles fósiles durante 200 años y del petróleo durante 100 nos ha llevado a una crisis climática, ha colocado nuestras vidas en desequilibrio, así como a los sistemas terrestres. Durante cuatro mil millones de años, la tierra consiguió manejar el clima, en los 200.000 años que han existido los seres humanos no hemos creado emisiones que no pudieran ser reabsorbidas en un ciclo. Los combustibles fósiles son los primeros que crean emisiones que no forman parte del ciclo natural y, por lo tanto, se acumulan en la atmósfera, crean efecto invernadero y los gases de efecto invernadero.
El mismo sistema que está violando los sistemas terrestres también está violando los derechos de las mujeres; primero tratando a las mujeres como si fueran pasivas, como si no trabajaran, como si su conocimiento no contara, aunque la mayor parte del trabajo se realiza por mujeres y el trabajo de las mujeres no hace parte del problema climático, pero la segunda razón es que esa economía que es tan hambrienta de recursos y codiciosa, está permanentemente acaparando los recursos de los demás y en todo el mundo además de la antigua violencia contra las mujeres y la naturaleza hay una nueva violencia contra la tierra y contra las mujeres, y lo llamamos ecocidio cuando nos referimos a la violencia contra la tierra y feminicidio porque las mujeres están siendo asesinadas por defender su tierra, por defender sus ríos, por defender sus aguas. Por eso es importante que en una conferencia sobre feminismo se hable sobre el cambio climático y se discuta nuestra relación con otras especies.
Denuncia al patriarcado como el responsable del desastre en el que estamos viviendo ¿Cuál es su análisis de la situación actual a nivel planetario?
Denuncio al patriarcado capitalista como responsable de esto: la convergencia del dominio del dinero y del capital y el dominio del poder masculino. Ya hemos tenido patriarcado antes pero no nos llevó a un cambio climático, provocó desigualdad, pero no nos llevó a un cambio climático. Es solo el capitalismo, el colonialismo junto al patriarcado lo que nos ha llevado a la crisis que amenaza al planeta y, por lo tanto, amenaza a nuestro futuro. Es por eso que las mujeres están levantándose en todas partes en defensa de la tierra. Pero bueno, todas las guerras que conozco recientes o antiguas se tratan de guerras por disputas por los recursos de la tierra, para poder apoderarse de los recursos de la madre tierra; la mayoría de las guerras de nuestro tiempo son guerras del petróleo, si nos fijamos en Oriente Medio se trata de una guerra del petróleo. De cierto modo, hay un acaparamiento de recursos: en la guerra de Ucrania, en América Latina, todos los conflictos… ¿Por qué el presidente de Bolivia fue desplazado por un golpe de estado? El litio, y en África, una y otra vez, golpes de estado y matanzas por los recursos de ese continente tan rico.
Como alternativa, propone la Democracia de la Tierra ¿Puede explicarnos en qué consiste?
La democracia de la tierra es el simple reconocimiento de que formamos parte de la red de la vida, de que otras especies como los árboles, los microbios, los animales, son nuestros parientes, están relacionados con nosotros, son nuestros parientes -como dicen los indígenas norteamericanos-. Y la Democracia de la Tierra es el reconocimiento de que en los sistemas de la tierra existe la diversidad. O sea, que un microbio es muy diferente de un elefante enorme pero los dos son iguales en sus derechos. Así que Gaia tiene una democracia en la que no discrimina en función del tamaño o del poder o en función de la dominación, eso significa que la democracia de la tierra es una democracia para que cada ser pueda vivir y, dentro de la Democracia de la Tierra, también estamos nosotros porque somos una especie, la especie humana y no hay una razón para que existe una desigualdad entre los sexos. Somos todos iguales.
Tenemos que autoorganizarnos, pero de manera interconectada.
Usted representa movimientos globales, como el feminismo y el ecologismo juntos, y desarrolla sus propuestas desde una posición no violenta ¿Qué les diría a unos movimientos y otros, que desarrollan sus actividades de modo separado?
En todos los sistemas de vida, cuando hay organización también hay simbiosis, también existe la interconexión, también hay reciprocidad. Y al igual que la naturaleza que funciona con diversidad y de forma interconectada, nosotros como movimientos de la noviolencia, para detener la violencia contra la tierra, contra las mujeres, contra las generaciones futuras, necesitamos por supuesto tener unidad, necesitamos estar interconectados definitivamente, no necesitamos a nadie que nos diga desde arriba qué es lo que tenemos que hacer. Tenemos que autoorganizarnos, pero de manera interconectada.
Y si en ese contexto, en donde se nos considera no necesarios, inútiles, si en ese contexto tuviéramos una renta universal sólo para mantenernos con vida, no seríamos plenamente libres ni plenamente humanos.
Doctora, habla de que necesitamos descolonizar a la mujer, la tierra y el futuro… Respecto al futuro, ¿qué opina sobre la implantación de una renta básica universal e incondicional?
Bueno yo aprecio la igualdad de ingresos, pero también creo en el derecho fundamental al trabajo, porque el trabajo da sentido, el trabajo es identidad. No puedo imaginar un mundo en donde todos estén sin trabajo, como dijo el señor Zuckerberg en su discurso en Harvard: en el futuro el 99% de las personas serán inútiles porque la Inteligencia artificial y los robots harán el trabajo de los seres humanos.
Y si en ese contexto, en donde se nos considera no necesarios, inútiles, si en ese contexto tuviéramos una renta universal sólo para mantenernos con vida, no seríamos plenamente libres ni plenamente humanos. Así que me parece muy bien que se tenga renta básica universal con el derecho universal al trabajo, pero no acepto una renta básica universal con todos desempleados y descartados, no quiero una renta básica universal de la basura, en donde se nos considere descartables como para tirarnos a la basura. Es por eso que digo que tenemos que tener los dos. Si solo tenemos uno y continuar en una economía que crea desempleo y en donde las personas son descartables, en ese contexto una renta básica puede llegar a ser genocida, simplemente genocida, mataría a las personas.
En primer lugar ¿qué es lo que sería universal? Estaría muy contenta si a cada persona del mundo se le paga en dólares, pero ¿la renta básica universal será en dólares o en criptomoneda? ¿Y quién decidirá cuál es tu valor, cuánto cuestas? El derecho del ser humano es el derecho a ser creativo, es el derecho a ser creativo a través del trabajo y en este sentido, sin lugar a dudas, deberíamos tener igualdad de ingresos. No está bien que algunas personas que están jugando con dinero ficticio en el gran mundo financiero ganen un millón de dólares en un mes y alguien que mantiene limpios nuestros espacios no pueda ganar lo mínimo para poder comer y pagar su alquiler.
Así que una renta básica universal funcionaría de maravilla si está dentro del marco en el que todos puedan trabajar y en donde cada uno pueda elegir en qué trabajar: si quiero ser una profesora tengo que poder ser profesora, si quiero ser un carpintero debería poder ser carpintero, si quiero ser un campesino debería tener el derecho de poder ser un campesino y, por lo tanto, tener igualdad de oportunidades y no la desigualdad, en donde un 1% controla toda la riqueza del mundo en este momento y que luego le dice al 99% que tienen algunas migajas. Es por eso que la renta básica universal implicaría también la vivienda como bien común, deberíamos poder pagar por un lugar en donde vivir. Fíjense lo que ha pasado en España después de la crisis financiera del 2008, la gente perdió sus casas, qué está pasando en Estados Unidos: la gente está perdiendo sus casas. No puedes tener personas sin techo y tener renta básica, necesitas tener un lugar en donde vivir, necesitas tener derecho a la comida, tener derecho al agua, a la educación, a la energía básica; todo eso junto: la renta dentro de ese contexto como algo más porque la renta no es el único valor ya que el dinero se ha convertido en la única medida de valor y ha desvalorizado la naturaleza, ha desvalorizado el trabajo de las mujeres. Lo que necesitamos es una diversidad de valores: el valor de una arboleda sagrada, un bosque sagrado, lo sagrado es un valor, pero no lo es en términos de dinero, significa que ese bosque no se puede tocar, un manantial sagrado no se puede tocar. Así que necesitamos que se valore el trabajo de la naturaleza, necesitamos que el trabajo de las mujeres se valore, se respete y se reconozca por lo que aporta. Sin el trabajo de las mujeres, la sociedad no se sostendría, es el trabajo más importante.
Vivimos en una economía dominada por el mercado, la renta básica adquiere importancia, pero no en todas partes hay una economía de mercado. Allí, en una cultura indígena, en una economía campesina, el derecho a tus semillas, el derecho a la tierra, el derecho a la comida, son importantes para que puedas tener una vida y puedas mantenerte.
¿En dónde deposito mi esperanza? Bueno cultivo la esperanza, y cultivo la esperanza plantando una semilla y la semilla me da esperanza.
Siguiendo con el futuro y por ir cerrando ¿Dónde habita la esperanza para usted?
¿En dónde deposito mi esperanza? Bueno cultivo la esperanza, y cultivo la esperanza plantando una semilla y la semilla me da esperanza. Sí, ves una semillita pequeñita, las semillas de mostaza son tan pequeñas o las semillas de mijo son tan diminutas y, en pocas semanas, empiezan a crecer y una planta de mijo puede llegar a ser así de alta y una planta de mostaza puede darme mil semillas, y ese poder de creación, ese poder para que nosotros podamos ser cocreadores con la Tierra, eso me da esperanza; no como una idea ficticia sino como una realidad, una práctica, una colaboración en la que podemos trabajar con la tierra para poder crear un futuro en vez de destruir la tierra para destruir nuestro futuro. Esa posibilidad está a nuestro alcance como especie humana.
Hay mucha gente en el mundo que sigue sus principios ¿Cómo se está desarrollando su movimiento?
Lo bonito de los movimientos es que amplían nuestro potencial y, por lo tanto, también amplían el potencial de nuestro futuro. Tienen su propia tendencia para crecer porque todo el mundo intenta encontrar una salida en este colapso sin salida, la gente no quiere ser parte de un sistema que se está hundiendo, colapsando. Pero, por otro lado, cuando los sistemas colapsen, es el trabajo que hacemos para cultivar nuestros propios alimentos, para crear viviendas comunes, para crear salud colectiva… son esos los sistemas que nos ayudan a salir adelante y lo vimos durante el COVID y el confinamiento: el sistema dominante no estaba disponible para la gente, las cadenas de suministro se colapsaron pero las huertas de nuestros miembros, que son mujeres, crecían por todas partes, no sólo daban comida a la gente sino que también les daban esperanza. Así que más allá del colapso hay una huerta