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Perú: Nuevo escenario, nuevas estrategias y nuevas perspectivas

Jorge Agurto :: 15.03.23

La comunidad toma acuerdos por consenso, encarga su cumplimiento a los líderes, quienes tienen la responsabilidad de obedecer a la comunidad. La comunidad puede quitarles la condición de líderes en cualquier momento. Mandar obedeciendo es un modo de realización de la reciprocidad indígena en la esfera de la organización y gestión política (…) En la rebelión de diciembre y enero (2022-2023), los grandes actores han sido las comunidades quechuas y aymaras.

 

 

 

Por Jorge Agurto

Servindi,

13 de marzo, 2023.-

 

Sin duda, la rebelión indígena iniciada el 7 de diciembre modificó el escenario político nacional. Un primer análisis certero de esta gesta en su exacta dimensión la escribió el antropólogo quechua Rodrigo Montoya Rojas (1).

Roberto Ojeda Escalante destaca que las protestas iniciadas en diciembre “han cambiado el panorama del país” (2).

“No solo ha desenmascarado la brutalidad de la derecha, sino también ha descolocado a lo que se llama centro e izquierda” puntualiza Ojeda –atento observador de lo que ocurre en el país–, desde el Cusco.

 “Las agendas han cambiado, también los actores, los liderazgos, las formas. Es como una tormenta que va mojando todo a su paso. Transformándolo. (…) Esa gente que se cierra en ’su agenda’ se está hundiendo en el charco” prosigue Roberto Ojeda.

¿Qué ha ganado el movimiento popular en el cerco a Lima y al Perú? se pregunta el escritor Omar Aramayo, desde Puno. 

“Nada, absolutamente nada, dirán los ciegos, pero los ciegos pueden decir cualquier cosa porque no ven. A esos invidentes del alma me refiero” escribe Aramayo.

Sin embargo, son muchos los logros alcanzados hasta ahora por la rebelión indígena. Hagamos un recuento en base a diversas opiniones, incluyendo la propia.

Logros

1. Se ha hecho visible a una región desatendida e invisible para el centro de poder limeño: “el Kollasuyo, el altiplano, Puno, la etnia aymara”. Ahora se sabe de su existencia, de su potencia movilizadora, de sus perspectivas y capacidad de lucha (Omar Aramayo).

Lo mismo puede decirse de otras regiones del sur andino y de otras partes del país que se han dinamizado para expresarse en las calles bajo diversas formas: bloqueos, marchas, plantones, vigilias, cantos, foros, etc.

2. Se ha puesto nuevamente sobre el tapete la incapacidad del gobierno actual y del aparato estatal. Si bien ya es conocido el fracaso del Estado Nación peruano y la corrupción endémica como un mal asociado a este proceso, ahora se cuestiona la democracia criolla o a la peruana y el seudo estado republicano.

Se ha revelado al Perú y al mundo la entraña genocida y racista de un estado burocrático, centralista, militarista y represivo. 

Una canción nacida del ingenio popular lo afirma cuando dice: “Esta democracia ya no es democracia” y que se ha convertido en un himno de las protestas en diversas regiones del país.

 

3. El centro político y la izquierda se han descolocado y perdido protagonismo ante una rebelión política e indígena. “El centro está buscando una salida ‘democrática’, que no es más que garantizar sus privilegios y evitar que las demandas sigan creciendo, ‘radicalizándose’. Por esto es importante la Constituyente en la agenda, es la puerta hacia un proceso más amplio” (Roberto Ojeda).

“Los aymaras los han rebasado ampliamente. Liliputiense cualquier voz que quiera convalidarse o montarse sobre este gran flujo demográfico y cultural” (Omar Aramayo).

La derecha ha tratado infructuosamente de buscar a quiénes mueven los hilos de la protesta popular. No los han encontrado. Ni la izquierda, ni Sendero Luminoso, ni los mineros ilegales o los cocaleros dirigen la protesta popular.  

No es que esos grupos no existan, pero a lo más llegan a sumarse o infiltrarse, pero no conducen ni orientan las movilizaciones.

La explicación la da Rodrigo Montoya: cuando la ubica en su contexto y significado histórico. “Se trata de la primera rebelión abiertamente política de las comunidades quechuas y andinas de nuestra historia después de su participación en la revolución de Túpaq Amaru, Túpaq Katari y Tomás Katari”.

“Es la protesta masiva en calles y carreteras del sur andino y del centro y oriente del país y en Lima. Tiene por objeto lograr principalmente la renuncia de la presidenta Dina Boluarte. Se trata del arreglo de cuentas más fuerte con el limeñismo del país, con todos sus racismos y menosprecios” (Rodrigo Montoya).

4. La dimensión cultural y comunal del movimiento popular quechua, aymara y amazónico rebasa lo político en su sentido partidario o electoral. “(…) es humano, cultural, en el más cabal sentido de la palabra. Tiene impacto y repercusión política inmediata, es verdad. Pero su pulsión es humana, cultural” (Omar Aramayo).

Montoya destaca el carácter comunal de la protesta. “La comunidad toma acuerdos por consenso, encarga su cumplimiento a los líderes, quienes tienen la responsabilidad de obedecer a la comunidad. La comunidad puede quitarles la condición de líderes en cualquier momento” (Rodrigo Montoya).

“Mandar obedeciendo es un modo de realización de la reciprocidad indígena en la esfera de la organización y gestión política (…) En la rebelión de diciembre y enero (2022-2023), los grandes actores han sido las comunidades quechuas y aymaras. Este hecho es inentendible para las fuerzas armadas y policiales, ministros de defensa y del interior, y cuanta autoridad existe en el aparato del estado capitalista” (Rodrigo Montoya). 

5. Coloca en el centro del debate la necesidad urgente de repensar al país como nación pluricultural y una agenda estratégica para alcanzarla. La rebelión actual ha sacado a flote demandas postergadas que la República no ha resuelto en 200 años y que la pandemia del Covid-19 puso al descubierto.

Y es que el sistema político actual no brinda oportunidades de participación de los pueblos y comunidades cuya conciencia reivindicativa ha ido en aumento de forma paralela a los movimientos por la autonomía y autogobierno en la Amazonía.

“Hay un cuestionamiento al sistema político que no es inclusivo y ha dejado de representar a los pueblos y comunidades que ven cada vez más como se vulneran sus derechos en nombre de la democracia y el estado de derecho que no sienten suyo” (Jorge Agurto) (2).

“Desgraciadamente no hay clase política ni corporación intelectual” visible que ayude en ese propósito (Omar Aramayo).

6. Perspectivas: nadie tiene la última palabra y hay que esperar cómo madura el proceso. “Nuevas estrategias, nuevas organizaciones se están gestando en el proceso. Exigen pensar desde ellas y no sobre ellas” (Roberto Ojeda).

Mas que nunca se requiere articular un proyecto contrahegemónico que construya un nuevo horizonte de sentido, y que demuestre su superioridad ética y política y le de una dirección moral a la ciudadanía (Jorge Agurto) (3).

El desborde del Estado es previsible frente a las crisis que se avecinan como la crisis climática que golpea a los pueblos del país ante la inercia o parálisis del Estado peruano. 

En situaciones como esta los pueblos, las comunidades y las rondas campesinas y urbanas jugarán un rol activo y clave que superará a la paquidérmica e ineficiente acción estatal.

Una señal de esta dirección es la noticia que comparte Radio Cutivalú en Piura que indica que más de 400 ronderas y ronderos de la subcentral de rondas campesinas de Naranjo Molinos en Sapillica, Ayabaca, limpian la trocha carrozable del sector.

El Estado peruano no lo hace, ni lo va a hacer. Son las comunidades de base, las rondas urbanas y campesinas, quienes responderán desde los territorios.

Cuando el pueblo “desde abajo” tome en sus manos las decisiones para organizar la vida social y despierte sus energías creadoras el Estado fallido de Perú y su seudo democracia burguesa entrará en cuidados intensivos.

Se impondrá una nueva hegemonía popular y democrática que podrá cimentar un Estado “desde abajo” con base en la libre determinación de los pueblos indígenas, la autonomía de las comunidades rurales y urbanas y que ejecute una efectiva gobernanza territorial. 

Notas:

(1) Montoya Rojas, Rodrigo: Primera rebelión política en los últimos 200 años de las comunidades quechuas y aymaras en Perú (2022-2023), en https://www.servindi.org/actualidad-opinion/08/02/2023/primera-rebelion-politica-en-los-ultimos-200-anos-de-las-comunidades

(2) Agurto, Jorge: ¿Qué pasa en el Perú? en Servindi: https://www.servindi.org/10/01/2023/mentiras-comunes-de-la-falsa-democracia

(3) Agurto, Jorge: La falsa democracia y la necesidad de un proyecto contrahegemónico, en Servindi: https://www.servindi.org/10/01/2023/mentiras-comunes-de-la-falsa-democracia

 


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