izquierdaen el poder. No se puede dejar de tomar postura ante las graves violaciones a los derechos humanos y al entreguismo y saqueo liderados por la pareja Daniel Ortega y Rosario Murillo. Imposible dar la espalda a un pueblo que sigue poniendo el cuerpo denunciando las atrocidades que, en nombre de una revolución y del sandinismo que hicieron soñar al mundo entero, vive una grave crisis humanitaria a la que, aunque parezca increíble, sectores de la izquierda tradicional se niegan a condenar.
Un trabajo periodístico colaborativo elaborado por la alianza de medios Otras Miradas reúne voces de distintas partes del mundo críticas al gobierno de los Ortega-Murillo, sin dejar de lado las posturas timoratas o de plano cómplices (como la de Estados Unidos) con un régimen dictatorial que ha resultado igual o más peligroso que el encabezado por Anastacio Somoza, contra quien todo un pueblo se levantó a finales de los 70. Muchos de quienes encabezaron esa revolución son hoy el blanco de la tiranía. Primero los encarcelaron y torturaron, luego los desterraron y luego los desnacionalizaron. Pero nadie se ha doblado en Nicaragua
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El silencio duele a quienes resisten dentro y fuera del país centroamericano. El filósofo argentino Miguel Benasayag, consultado en el citado especial, explica: “La izquierda tiene muchos problemas para no perder el objetivo central, que es la emancipación y la justicia social, y lo pierde sistemáticamente apuntando a la estructura, a los tótem, siempre con ese miedo de que si se dicen verdades factuales las van a aprovechar los otros… La izquierda tiene miedo al pensamiento, a mirar los hechos concretos”. Y Nicaragua, dice, es un cáncer para los pueblos, porque hoy no hay nada para rescatar de la Nicaragua de Ortega
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En estos momentos no cabe la simulación. La condena al gobierno de Nicaragua es el único camino digno posible. (Ver el especial en: https://otrasmiradas.info).