Nuestras maneras innovadoras de abordar la autogestión han conseguido un profundo caldo de cultivo cuando vivenciamos situaciones extremas. Se tratan de momentos estelares que nos brindan una posibilidad de oro para potenciar nuestro proceso educativo.
De hecho la génesis de este proceso se podría ubicar en el año 1980 cuando el gobierno de turno tomó una decisión política del más alto nivel de incautar los 132 autobuses de nuestro Servicio Cooperativo de Transporte. En esa ocasión quedamos 128 trabajadores y trabajadoras sin la herramienta de trabajo que permitía sostener nuestros hogares. Durante 120 días nos encontramos ante el reto de garantizar ese sustento y además, intentar revertir una decisión gubernamental que se planteaba, a todas luces, como irreversible.
¿Y cómo lo logramos?
Nuestra principal herramienta fue conversar entre todos y todas: reunirnos diariamente, compartiendo información y asumiendo en equipos las tareas que nos encomendábamos. Allí se generó una fuerza colectiva que se expresaba en una creatividad asombrosa para desarrollar estrategias e ir encadenando una serie de actividades. De manera, que no le quedó más al gobierno que echarse para atrás y reconocer que había actuado con base en informaciones tergiversadas.
El emerger de una fuerza solidaria
Como decimos en nuestro libro ¨Buscando una convivencia armónica¨ en esa vivencia descubrimos el emerger de
…“una fuerza constructiva que existe en función de fortalecer el mismo proceso que la genera. Una fuerza que no se exhibe. Que no es violenta pues no se trata de un poder para imponerse sobre el otro. Una fuerza que sabemos que existe porque la vivimos diariamente ante cualquier “obstáculo” o “contratiempo” que encontramos en el camino…”
.¨
Fuimos saliendo de esta crisis convencidos de la transcendencia de un proceso que estaba emergiendo y de la importancia de continuar profundizándolo en el tiempo.
Un nuevo momento estelar (Junio de 2023)
Ahora, como en muchas otras ocasiones, la realidad del país nos reta de nuevo a abordarla con esa fuerza solidaria que hemos continuado profundizando en ese, nuestro permanente conversar.
Y es que la situación económica ha dejado a la gran mayoría de la población en una situación de pobreza crítica, sin los recursos para cubrir sus necesidades de alimentación y salud. Ante esta realidad, muchos intentan sobrevivir vendiendo lo que sea pero muchas veces no hay quién les compre.
El caso de las verduras es un buen ejemplo. Fruto de su excesiva oferta, con solo dos excepciones, sus precios a nivel mayorista están significantemente por debajo de los costos de lo producido por las cooperativas agrícolas de la red. En algunos casos a mitad de precio.
La diferencia, entre los precios justos acordados entre productor@s y Ferias y los precios al mayor, representa para las Ferias una erogación de 23.000 dólares por semana. Un monto equivalente a la nómina semanal de 575 trabajadores asociados.
Evidentemente, al trasladar este costo al precio ofertado, se ha hecho imposible mantener muestro enorme diferencial de precios en relación al mercado, de manera que los volúmenes de verduras distribuidas han venido mermando. Como consecuencia, no se han podido recibir montos considerables de lo sembrado, quedando l@s product@res en manos de los intermediarios o de lo contrario, perdiendo el producto.
Por otro lado los trabajad@res asociad@s de las Ferias nos encontramos ante la disyuntiva de una reducción de nuestros ingresos reales aún mayor a la ya generada por la galopante inflación de los últimos años.
¿Qué hacer?
Ante una situación económica de origen estructural cuya solución de fondo se encuentra fuera de nuestro alcance, se nos presenta el reto de ir consensuando entre todos y todas lo que sí está en nuestras manos poder hacer.
Nuestra historia nos ha enseñado que lo primero es conversar. Y en ese conversar, que ya comenzó, hemos concluido que aunque, por ahora, no se percibe una solución definitiva, si podemos ir dando algunos pasos.
Lo primero ha sido revisarnos y preguntarnos…
¿Será que el hecho de tener garantizado un precio justo según nuestros costos, nos pudiese haber adormecido en cuanto exigirnos un mayor rendimiento de las cosechas y una óptima calidad de las mismas?
¿Será que en las Ferias estamos haciendo todo lo necesario para darnos la calidad de servicio que nos merecemos como comunidad?
Y por ahora….
L@s productor@s nos comprometimos a revisar y acrecentar el rendimiento de nuestras siembras así como mejorar la calidad de nuestras cosechas, tomando en cuenta el mayor uso de insumos orgánicos. Además, reafirmamos nuestro compromiso de colaborar en las Ferias durante las horas pico.
Desde las Ferias nos comprometimos a rebajar costos, efectuar solo las inversiones no postergables y mejorar la atención que nos damos como comunidad.
Además, como una medida inmediata y con miras a aminorar la tendencia a la merma en la venta de las verduras, tomamos unos acuerdos de carácter provisional: l@s productor@s convenimos en colocar nuestros productos en la red con un 10% de descuento y las Ferias en rebajar los precios, asumiendo una pérdida semanal del orden de 10.000 dólares.
Semanalmente, vamos entre todos y todas monitoreando la evolución de los acontecimientos y tomando las decisiones consensuales que se vayan haciendo necesarias.
Y lo más importante…
Al enfrentar juntos esta nueva situación extrema, nos hemos ido integrado más, ahondando nuestras relaciones de confianza, afianzando esa fuerza solidaria que hemos ido profundizando con el tiempo.