Los alevíes son un grupo etnorreligioso minoritario que habita en Turquía. Han sido perseguidos durante siglos por tener prácticas y creencias distintas al islam ortodoxo, y desde la creación de la Turquía moderna, hace un siglo, han tratado de ser incluidos sin éxito. Buscan que se reconozca su fe, sus lugares de culto y que con ello también se reforme la educación religiosa en el país.
Un grupo perseguido
Turquía no distingue a los alevíes, sino que los registra como musulmanes. Su población se estima en cinco millones de personas, un 6% de la población turca, aunque pueden ser más. El país es de mayoría suní, mientras que el alevismo mezcla elementos del islam chií con costumbres preislámicas, sufismo, cristianismo, folclor regional y prácticas paganas. Los buyruk, escritos base de su fe, contienen versos del Corán, la historia del místico sufí Hacı Bektaş Veli, a quien veneran, palabras del califa Alí o las enseñanzas de los Doce Imanes del islam chií. No obstante, los alevíes no tienen jerarquía religiosa y transmiten muchas enseñanzas oralmente, así que también es difícil establecer sus creencias exactas.
Los alevíes han sido atacados, perseguidos y marginados por sus prácticas diferentes al islam ortodoxo. No peregrinan a lugares santos ni ayunan en el mes de Ramadán, tienen una concepción más igualitaria entre hombres y mujeres, que rinden culto juntos, y el Corán no es su libro sagrado. Se reúnen en cemevi, lugares donde celebran reuniones religiosas, sociales, educativas o tratan temas comunes. Las celebraciones las dirige un anciano o dede, acompañado por músicos mientras todos bailan en círculo. Además, los alevíes siguen los principios de tolerancia, respeto de los derechos humanos, igualdad y democracia, y son abiertos con otras religiones. Aun así, son un grupo heterogéneo y tienen distintas concepciones de Dios.
El origen de su fe se desconoce, pero hay dos versiones. Por un lado, con la muerte de Hacı Bektaş Veli, en el siglo XIII, uniendo elementos del islam chií con otros místicos, filosóficos y cristianos. Por otro, se remonta al califa Alí, en el siglo VII. Alí, del que deriva la palabra aleví, fue el último califa ortodoxo, y primo y yerno de Mahoma. Se consideraba sucesor del profeta por ser su familiar y su designación como califa abrió la brecha entre chiíes y suníes. El dede ha de provenir de una familia vinculada a Alí, al que los alevíes reconocen como el primero de los Doce Imanes, igual que los chiíes.
Los alevíes frente a las promesas de igualdad
Los alevíes han vivido reprimidos durante siglos, sobre todo porque la mayoría suní los considera herejes. Por ejemplo, en tiempos del Imperio otomano, muchos fueron asesinados por orden del sultán Selim I, en el siglo XVI. La situación no cambió tras la independencia de Turquía en 1923. Los alevíes creían que el primer presidente, Mustafá Kemal Atatürk, les otorgaría los mismos derechos, pero el sunismo prevaleció en la nueva República secular. En 1938, fueron víctimas de una nueva masacre y después siguieron vigilados bajo sospecha de ser de izquierdas y por su relación con la población kurda, principal minoría del país.
Los alevíes tienen tres demandas principales. Primero, que se reconozca su fe, asemejándola al sunismo o al chiismo. Segundo, que los cemevi se reconozcan como lugares de culto y no como centros culturales, en parte para favorecerse de las mismas subvenciones que las mezquitas. Por último, que cambie la educación religiosa de las escuelas, centrada en el sunismo y que trata el alevismo como una cultura. Esta última medida la han respaldado el Tribunal Europeo de Derechos Humanos y el Tribunal Supremo de Turquía.
Turquía ha estado gobernada desde principios de siglo por el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), que ha buscado el apoyo electoral de las minorías, incluidos los alevíes. Sin embargo, la “apertura aleví” del presidente Recep Tayyip Erdoğan hace más de una década para escuchar las demandas de la comunidad se topó con la resistencia suní. También creó en 2022 la Agencia para los Centros Culturales Alevi-Bektashi y Cemevis, pero los alevíes lo vieron como una medida de cara a las elecciones de mayo de 2023. Este grupo se decanta más por el opositor Partido Republicano del Pueblo (CHP), liderado por Kemal Kılıçdaroğlu, que dio a conocer su origen aleví en plena campaña. Erdoğan reaccionó con un mitin en la mezquita Azul para cuestionar las creencias de su oponente y mostrar su apoyo a la comunidad aleví.
FUENTE: Marina Acebes / El Orden Mundial