https://www.rightsofnaturetribunal.org/tribunals/maya-train-tribunal-2023/?lang=es
El Tribunal determinó que la realización del proyecto “Tren Maya” atenta contra los Derechos de la Madre Tierra, establecidos en la Declaración Universal de los Derechos de la Madre Tierra.
El Tribunal llevó a cabo su octava audiencia local en Yucatán, México, del 9 al 12 de marzo de 2023 donde concluyó que el megaproyecto de transporte ferroviario pone en grave peligro de destrucción a ecosistemas y comunidades mexicanas.
El caso fue presentado por comunidades locales impactadas y expertos, y fue oído por un panel de jueces reconocidos mundialmente, que examinarán y fallarán desde la perspectiva de los Derechos de la Naturaleza.
Entre los derechos vulnerados se menciona en especial el derecho a la vida y a existir; a ser respetada; a la regeneración de su biocapacidad y continuación de sus ciclos y procesos vitales libres de alteraciones humanas,
Asimismo; al agua como fuente de vida; derecho a la salud integral; derecho a estar libre de contaminación, polución y desechos tóxicos o radioactivos.
Lo anterior en relación con los derechos a la tierra, al territorio, los recursos naturales, la integridad cultural y libre determinación, reconocidos en el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo y la Declaración de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.
El tribunal asumió las informaciones recaudadas en el curso de la visita de campo y de las reuniones con las organizaciones y comunidades locales, así como en el curso de la audiencia, y los materiales y documentos recopilados y analizados en preparación de la audiencia a fin de fundamentar su resolución.
El proyecto del Tren Maya
El tren recorrerá 1,500 km y atravesará cinco estados del sureste mexicano: Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo. La construcción de este transporte ferroviario requiere de una inversión de 200 mil millones de pesos, y se prevé que se termine de construir para 2023.
El megaproyecto Tren Maya no se limita al aspecto de infraestructura, sino que plantea un reordenamiento territorial centrado en la urbanización de regiones indígenas y campesinas.
A lo largo de la vía férrea está planeada la construcción de 12 paraderos y 19 estaciones, que “formarán parte de polos de desarrollo” de hasta mil hectáreas, lo cual implica la creación de nuevos núcleos urbanos o la expansión de las urbes ya existentes.
Bajo la excusa de la generación de medio millón de empleos durante la obra, este proyecto de “ordenamiento territorial” acarrea grandes consecuencias para la destrucción de los ecosistemas y las comunidades.
Los efectos del proyecto
La ruta del tren comprende regiones consideradas grandes hábitats de biodiversidad, y constituyen los territorios de vida de las comunidades mayas que las han habitado desde tiempos ancestrales.
Su construcción preocupa, dado que para abrirle paso, se sacrificarán más de 2 mil 500 hectáreas de selvas húmedas y secas, que representarían casi 9 millones de árboles.
Afectará además a cavidades subterráneas como cenotes, cuevas y ríos subterráneos, dado que transitará por encima de estos ecosistemas únicos que resguardan especies endémicas.
La pérdida de la biodiversidad a raíz del deterioro y modificación de los hábitats que genera esta construcción afectaría a muchas especies en peligro, como el jaguar.
Otros efectos colaterales son la contaminación acústica, los incendios, la afectación de reservas de agua y de gestión de residuos, daño a la fauna, contaminación de la selva y fragmentación de ecosistemas, entre otros.
Es importante destacar que la región alberga el 33 por ciento del agua dulce de todo el territorio mexicano.
El territorio maya, que es producto de la interacción milenaria entre el pueblo maya y el hábitat con el que conviven, sufriría transformaciones irreversibles en sus componentes social y ambiental.
Ello representaría una pérdida irreparable de la diversidad biocultural que caracteriza la región sureste del país.
Esta zona tiene además una importante interrelación con la Amazonía, con la que forma un corredor de gran riqueza natural, amenazado por megaproyectos como el del Tren Maya.
Este inició sin que existieran manifestaciones de impacto ambiental. Su realización y aprobación ha tenido graves irregularidades, como la omisión de realizar una evaluación ambiental estratégica que considere los impactos acumulativos del proyecto en su conjunto.
Tampoco se ha respetado el derecho a la participación y decisión de las comunidades mayas cuyo territorio se verá impactado, afectando su derecho a la Libre Determinación.
El Tribunal Internacional de los Derechos de la Naturaleza
El citado tribunal es una institución internacional creada por ciudadanos para investigar y dar a conocer las violaciones de los derechos de la Naturaleza a través de un foro público.
En el foto personas de todo el mundo hablen en nombre de la Naturaleza, para protestar por la destrucción de la Tierra, destrucción fomentada por las empresas con el beneplácito de los gobiernos.
El Tribunal visibiliza los conflictos y sus actores y hace recomendaciones jurídicas sobre la protección y restauración de la Tierra como jurisprudencia modelo para las comunidades de base.
El Tribunal también se centra en apoyar a los pueblos indígenas para que alcen su voz y compartan los impactos que ven en sus territorios como guardianes de la Tierra.
De esta manera, resulta en un espacio para compartir alternativas sobre la tierra, el agua y la cultura con la comunidad global.
Los veredictos del Tribunal, si se aplican al más alto nivel, podrían proporcionar una herramienta necesaria en la lucha por la justicia ambiental.
Organizadores del Tribunal Local
Asamblea de Defensores del Territorio Maya Múuch Xiinbal
Somos mujeres y hombres mayas de diferentes comunidades de la Península de Yucatán, mayormente ejidatarios y campesinos que ven afectados el territorio Peninsular por megaproyectos implementados por empresas que al clásico modo conquistador llegan a arrebatar nuestras tierras para desarrollar su negocio.
Somos una Asamblea itinerante, NO una Asociación Civil, nuestro espacio de encuentro es en alguna comunidad de la Península de Yucatán previo acuerdo entre la comunidad y la Asamblea, así compartimos nuestros problemas en torno a los megaproyectos y construir acuerdos sobre las estrategias de defensa de nuestro territorio.
Los acuerdos fundamentales de la Asamblea son: No vendemos ni rentamos la tierra; no a las religiones; no a los partidos políticos; sí a la cultura y lengua maya; si a la defensa de nuestros derechos como pueblo maya.
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Conozca el veredicto: