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Euskal Herria: Paliza propinan al sistema los votos independentistas y la abstención generalizada en toda Europa

14.06.04

HZ logra 120.000 votos en las elecciones con menor participación de la historia
·La derecha refuerza su mayoría en un Parlamento Europeo hipotecado por una abstención del 56% a nivel europeo

Una abstención récord (54,76%) y los 120.000 votos logrados por HZ, la candidatura nacional pionera ilegalizada en Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa, protagonizaron ayer las elecciones al Parlamento Europeo en Euskal Herria. El resto, todos sin exclusión, perdieron votos, y en algunos casos bajando a cotas mínimas, como PNV, EA o Aralar. A nivel de los estados español y francés, el PSOE revalidó la victoria del 14-M, aunque sólo por 300.000 votos de diferencia, mientras que el PS aventajó en trece puntos al partido gubernamental francés. Destaca también el varapalo sufrido por los socialdemócratas alemanes. El nuevo Parlamento Europeo de los Veinticinco, que seguirá dominado por los conservadores del PPE, nace deslegitimado por una participación de sólo un 44,2% (mucho más baja aún en los nuevos socios centroeuropeos).

Ramón SOLA

HZ supera la ilegalización y la abstención arrancando 119.000 votos en Euskal Herria

IRUÑEA

Una elección y dos ganadores: el desinterés general y HZ, la candidatura nacional pionera que había sido proscrita en los cuatro herrialdes del sur. Nada menos que 119.000 votos ­casi 114.000 contados como nulos en Araba, Bizkaia, Nafarroa y Gipuzkoa­ logró la lista encabezada por Mirentxu Lako, en lo que supuso sin duda la mayor sorpresa del escrutinio.
Y eso que a media tarde las cosas pintaban muy feas para todos, también para HZ. La ciudadanía desertó en masa de las urnas después de una campaña totalmente anodina. Como resumió la secretaria del EBB, Josune Ariztondo, las de ayer fueron las elecciones más desaper- cibidas desde 1977. Y entre quienes bajaron a sus cotas mínimas estuvo el PNV, que se quedó clavado en 250.000 sufragios sin contar los que pudieran haber ido a parar a la lista de Les Verts en el norte. Muy lejos quedan los 600.000 de Ibarretxe hace tres años, entonces en coalición con EA. Por decirlo con otro dato, los jeltzales sólo doblaron esta vez a la izquierda abertzale, a la que sí triplicaron de sobra hace escasos tres meses. Es sólo una de las muchas referencias que remarcan la excelente acogida a HZ.

Los partidos abertzales deberán sacar conclusiones de sus malos resultados generalizados. EA no pudo colocar a Mikel Irujo en Estrasburgo, y se quedó clavado en menos de 65.000 votos en los cuatro herrialdes del sur, lo que pone en entredicho el objetivo de convertirse en polo de referencia a la izquierda del PNV explicitado por Begoña Errazti. Y Aralar, que lanzó un discurso similar en la an- terior campaña, apenas logró esta vez superar los 17.500 sufragios en total. Ni siquiera en Nafarroa, donde suma tantos votos como en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa juntos, pudo evitar la debacle la lista liderada por Patxi Zabaleta.

La suma de derrumbes queda de manifiesto en la comparación con el resultado obtenido por Nafarroa Bai, donde confluyeron PNV, EA, Aralar y Batzarre el 14-M. Salvando las distancias entre la trascendencia de unos comicios y otros, esta vez la suma de sus apoyos por separado apenas alcanza un tercio de los más de 60.000 votos de aquella noche.

Las formaciones estatales notaron algo menos el bajón derivado del abstencionismo general, tras una campaña en la que Euskal Herria apenas ha tenido presencia y el debate no se ha polarizado en ningún momento entre abertzales, por un lado, y constitucionalistas y jacobinos, por otro.

De la pugna que libraban los partidos de Zapatero y Rajoy salió victorioso el PSOE, aunque sin rentabilizar para nada el tirón de la llegada a La Moncloa. En el conjunto de los cuatro herrialdes, sólo supera a PP y UPN en 20.000 votos. En Nafarroa, además, se ha agrandado de nuevo la brecha que separa a ambos en beneficio de la derecha. A nivel estatal, la victoria del PSOE también debe calificarse como «raspada» (sólo 300.000 votos y dos diputados de diferencia).

En Lapurdi, Nafarroa Beherea y Zuberoa, los cálculos están aún por cerrarse. Siguiendo la tendencia estatal, el PS ganó en el departamento con un 30% del voto emitido, aunque la suma de UDF y UMP le supera. A la vista de los resultados obtenidos por Herritarren Zerrenda, por los que tan contentas estaban con razón Marije Fullaondo y Mirentxu Lako, habrá quien caiga en la tentación de pensar que la izquierda abertzale es inmune a los vaivenes de la participación. Sin embargo, y aunque ayer el electorado independentista dejó constancia de su fidelidad, una mirada retrospectiva a los números de anteriores comicios demuestra que los índices de abstención también le afectan, y no poco. Es decir, que miles de potenciales votantes de HZ se fueron ayer al monte o a la playa, desentendiéndose como otros de su cita con las urnas o quedando atrapados en las retenciones de última hora sin poder llegar a tiempo al colegio electoral.

Los resultados de HZ son suficientes para dejar congelada la sonrisa artificial que ayer mantenía José Luis Rodríguez Zapatero quien, al tiempo que vuelve a comprobar que su gran aportación a la estrategia de Estado que fue el llamado Pacto Antiterrorista naufraga en Euskal Herria, debería echar un vistazo a los resultados de Catalunya, donde el PSC de Pasqual Maragall, que le saca medio millón de votos al PP, se convierten en decisivos para la ajustada victoria del PSOE en el Estado.

Josu Ortuondo, el candidato jeltzale, volverá a sentarse en el Europarlamento, aunque la apuesta estratégica por Galeusca quede un poco renqueante, si se observan los malos resultados de CiU y el varapalo sufrido por el BNG. Mikel Irujo, por su parte, no se ha ganado el cargo de europarlamentario, aunque ERC podría hacerle un sitio. Especialmente llamativo resulta el bajón de votos de Aralar, muy por encima de lo correspondiente únicamente a la notable caída de la participación. -

La elevadísima abstención fue el preludio del triunfo de las derechas
·Las elecciones europeas se utilizaron para castigar a los gobiernos estatales

Una altísima abstención ­sobre todo en los nuevos estados miembros­ y el voto de castigo a los respectivos gobiernos estatales ­principalmente a quienes apoyaron la guerra de Irak­ fueron los ejes principales sobre los que se desarrollaron las elecciones al Parlamento Europeo. Al final, hubo pocos cambios, por lo que el Partido Popular Europeo mantendrá su hegemonía en la Cámara de Estrasburgo, que se dota de nuevas competencias.

Martxelo DIAZ

IRUÑEA

Las altas tasas de abstención y el castigo a los respectivos gobiernos estatales marcaron las primeras elecciones al Parlamento Europeo de la nueva UE ampliada.
Precisamente, los nuevos socios de la UE fueron quienes mayores tasas de abstención alcanzaron, destacando Polonia, el mayor de ellos, donde apenas votó el 15,40%. La República Checa no anduvo lejos, ya que sólo acudió el 29%.

En el lado de la contrario de la balanza están los países donde el voto es obligatorio bajo amenaza de multa, como Luxemburgo (80% de participación) o aquellos en los que, además de elecciones europeas, se celebraban comicios estatales, municipales o referendos. Es el caso de Irlanda, donde alcanzaron un 60%, o Lituania, donde se celebraban también presidenciales.

En el Estado francés, en cambio, se alcanzó el record de abstención en unas elecciones europeas desde los años 70, ya que sólo votó el 43%.

Por otra parte, entre los grandes estados de la UE, el único gobierno que fue capaz de ganar las elecciones fue el español, ya que el PSOE superó al PP, mientras que en el Estado francés, Alemania, Austria, Bélgica, Portugal, Italia, Malta, Hungría, Estonia y Lituania se impuso la oposición.

El castigo a la participación en la guerra de Irak, que ya fue determinante el pasado 14 de marzo, también se antoja fundamental en los resultados obtenidos por el Partido Laborista de Tony Blair en Gran Bretaña, que pudo salvar los muebles gracias a un empate técnico con los conservadores.

De hecho, el único bastión que salvan los laboristas es el de la Alcaldía de Londres, de la mano de Ken Livingstone, opuesto al envío de tropas británicas a Irak.

Tal y como previeron las encuestas, la tercera fuerza política de Gran Bretaña fueron los euroescépticos del Partido por la Independencia del Reino Unido (UKIP), que alcanzaron el 20% de los votos y 18 eurodiputados, quedándose muy cerca de las grandes formaciones y superando a los liberales, tradicionalmente terceros. Esta formación no tiene representación ni el Parlamento de Westminster ni en Escocia ni en Gales, pero se ha convertido en una opción importante para los británicos que rechazan la integración europea, que son un sector social importante.

Debido al peculiar sistema de recuento británico, los resultados de Escocia, Gales y el norte de Irlanda no se conocerán hasta mañana a pesar de que los electores acudieron a las urnas el jueves.

Al cierre de esta edición se desconoce, por tanto, si formaciones nacionalistas como el escocés SNP, el galés Plaid Cymru o el propio Sinn Féin habían obtenido representación en Estrasburgo, ya que la República de Irlanda se rige por un sistema similar al británico.

En el caso irlandés, pese a ello, teniendo en cuenta los resultados de las elecciones municipales en los 26 condados, en las que el Fianna Fail de Bertie Ahern obtuvo los peores resultados desde 1927 y que el Sinn Féin subió siete puntos, no se descarta que los republicanos estrenen representación en Estrasburgo. Las encuestas preveían esta posibilidad en la circunscripción de Dublín.

En el Estado francés, los resultados de la UMP fueron casi la mitad de los que obtuvo el PS, que revalidó, pese a la impresionante abstención, el castigo que los electores dieron al Gobierno derechista en los comicios regionales de marzo.

El PS francés alcanzó el 29% de los votos, mientras que la UMP rondaba el 16. La UDF de François Bayrou obtuvo un digno 11%, seguido de cerca por el FN de Le Pen con un 10%.

En el Estado español, el PSOE mantuvo el primer puesto conseguido en marzo, pero apenas superó en 600.000 votos al PP de Mayor Oreja, que volvió a perder unas elecciones. Los resultados de IU no fueron buenos, ya que únicamente obtuvo dos escaños, siendo la cuarta lista, ya que no llegó al 5% de los votos. La polarización volvió a pasar factura a es- ta formación, que, además, acudió a estos comicios con una fuerte división interna.

El socialdemócrata Gerhard Schröder también recibió el castigo de sus electores, donde los conservadores de la CDU-CSU obtuvieron 49 eurodiputados, mientras que el gubernamental SPD se quedó en 23.

Entre los alemanes, también destacó el buen resultado obtenido por Los Verdes, que consiguieron 13 eurodiputados.

En Portugal, escenario del acuerdo de las Azores, se impuso el Partido Socialista a la derechista coalición gubernamental. Esta formación podría haberse beneficiado de un elemento emotivo: el fallecimiento de su candidato tras un infarto después de ofrecer un mitin a mediados de esta semana. En este país ibérico también aparece como decisivo el rechazo a apoyo a la guerra de Irak del Gobierno de Durao Barroso.

Tampoco se libró del varapalo otro líder que apoyó la invasión de Irak, el derechista italiano Silvio Berlusconi, que, para más inri, encabezaba la lista de su formación, Forza Italia, en las cinco circunscripciones transalpinas. Según los sondeos oficiales ­Italia fue uno de los últimos en cerrar las urnas ayer a las 22.00­, el centroizquierda del Olivo logró el 33% de los votos, mientras que Berlusconi, a pesar de instar al voto incluso con los móviles, se quedó en el 22%.

Aunque para castigo al Gobierno, el vivido en Estonia, donde la democristiana coalición presidencial no consiguió ni un solo escaño, mientras que la oposición socialdemócrata obtuvo tres de los seis eurodiputados que se esco- gían en esta república báltica. Los otros tres fueron a diversas formaciones de derecha.

En Polonia, tal y como se esperaba, ganó la derecha de la Plataforma Cívica, adscrita al Partido Popular Europeo, aunque la sorpresa vino por los resultados de la euroescéptica y fascista Samoobrona, que únicamente obtuvo nueve eurodiputados pese a que las encuestas le daban más. Los escaños de Samoobrona se an- tojaban fundamentales para que la extrema derecha europea, liderado por el Front National francés de Jean-Marie Le Pen, pudiera contar con grupo propio en Estrasburgo.

Otra formación euroescéptica polaca, la ultracatólica Liga de las Familias Polacas, obtuvo otros nueve escaños, por lo que la aportación polaca a las alforjas de la extrema derecha europea alcanzó el elevado número de 18 escaños.

En Hungría también se castigó al Gobierno socialdemócrata liderado por el MSZP en beneficio de la conservadora FIDESZ, mientras que en Malta también venció la oposición, encarnada en el euroescéptico Partido Laborista, frente al Gobierno del conservador Partido Nacional, que, paradójicamente, fue el encargo de dirigir las negociaciones de adhesión a la UE.

En Dinamarca, también fue derrotado el Gobierno conservador por la oposición laborista, aunque en este país nórdico los euroescépticos perdie- ron terreno.

Otro país en el que resultó derrotado el Gobierno fue Bélgica, aunque el liberal Guy Verhofstadt mantuvo el tipo con seis parlamentarios por siete de la oposición socialdemócrata. La lista en la que participaban los independentistas de N-VA obtuvo cuatro escaños en Flandes, mientras que el ultraderechista Vlaams Block consiguió tres.

En la República Checa venció el Gobierno conservador, aunque la sorpresa vino de la mano del Partido Comunista de Bohemia y Moravia, que se convirtió en la tercera fuerza política del país por delante de los socialdemócratas.

Los comunistas checos, sin duda, se vieron beneficiados por la escasa participación registrada en su país, además de por la tradicional fidelidad de su electorado.

El sucesor de Prodi será conservador
M.D.

IRUÑEA

Con un triunfo fudamentado en la victoria obtenida en Alemania por la CDU-CSU, el Partido Popular Europeo se presenta como la primera fuerza política en el Parlamento de Estrasburgo, donde mantiene su primacía. En esta legislatura, a diferencia las anteriores, la opinión del Parlamento Europeo es vinculante a la hora de nombrar a la Comisión, ya que deberá ratificar o rechazar en su conjunto al Ejecutivo europeo tras el verano.

Tras el Partido Popular Europeo, que obtiene una horquilla de entre 247 y 277 escaños, el segundo grupo en importancia numérica seguirá siendo el Socialista, con 189-209.

A continuación se sitúan el grupo Verde-Alianza Libre Europea, con 39-49 escaños; la Izquierda Unitaria Europea, con 30-40; los euroescépticos de la Europa de la Democracia y las Diferencias, con 16-22; y la derechista Europa de las Naciones, con 22-30.

Pese a ello, este reparto inicial podría cambiar porque, según los datos facilitados por el propio Parlamento Europeo, han sido elegidos entre 77 y 93 eurodiputados que no se incluyen en ninguno de estos grupos. En principio, estos europarlamentarios pueden optar por integrarse en uno de los grupos anteriores, formar nuevos ­se había barajado la posibilidad de que la extrema derecha contase con el suyo­ o pasar a integrar el variopinto grupo de los no inscritos, una especie de grupo mixto que agrupa a quienes no encuentran acomodo.

Así las cosas, parece seguro que el nuevo presidente de la Comisión será conservador y que Prodi volverá a Italia para disputar de manera abierta el Gobierno a Silvio Berlusconi y sus aliados. Exito del mensaje de los candidatos anticorrupción

Tanto en Austria como en los Países Bajos obtuvieron representación dos candidatos atípicos que se lanzaron a la carrera electoral con un discurso que denuncia corrupción en el Parlamento Europeo. Así, la austriaca Lista Martin obtuvo dos escaños, encabezada por el ex socialdemócrata Hans-Peter Martin, que presentó un mensaje en contra de «los excesivos fondos que reciben los europarlamentarios en concepto de dietas y otras prestaciones». En los Países Bajos, la lista Europa Transparente, encabezada por Paul van Buiteren, obtuvo otros dos escaños. Su líder trabajó como auditor en la Comisión Europea en 1998, y destapó una trama de corrupción que obligó a a dimitir a Jacques Santer. -


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