El ministro de Defensa chino, Li Shangfu, respalda en Moscú una estrategia de seguridad alternativa a la OTAN e insta a EE.UU. a no jugar con fuego en Taiwán.
La alternativa china a la hegemonía global estadounidense y de la OTAN está en la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) y en la necesidad de parar la creciente injerencia occidental en Asia, sin llegar a la confrontación directa. Así lo ha puesto de manifiesto el ministro chino de Defensa, Li Shangfu, en Moscú, primera etapa de una visita a Rusia y Bielorrusia que busca mostrar el apoyo de Pekín a estos dos demonios de la política exterior occidental.
Li, uno de los halcones del círculo interno de poder del presidente Xi Jinping, ha dado un respaldo muy necesario a Rusia en unos momentos en los que toda la atención está en la incierta contraofensiva ucraniana contra los territorios ocupados por Moscú en Ucrania.
El ministro chino no ha mencionado el curso de la guerra, pero ha calificado de “estratégicas” las relaciones militares chinas con Rusia. En este sentido, ha aseverado que su cooperación en el ámbito de la defensa es “un ejemplo de no alineación y no confrontación”. Evidentemente, Li no se refería a la agresiva estrategia de Moscú en Ucrania, al margen, de momento, de su alianza con Pekín. Tras la participación en la Conferencia de Moscú, Li Shangfu ha llegado este miércoles a Minsk, donde ha destacado “la nueva era de relaciones” que ha llevado a una “asociación estratégica integral” de los dos países. Bielorrusia es el único aliado que tiene Rusia en Europa y respaldó desde un primer momento la invasión de Ucrania.
Los votos de amistad chinos hacia Moscú llegan en el mejor momento
La buena sintonía entre Pekín y Moscú reiterada por Li contrasta con las primeras grietas en el hasta ahora sólido respaldo occidental a Kiev, después de que un alto funcionario de la OTAN haya planteado este miércoles que Ucrania podría entrar en la Alianza a cambio de ceder territorio a Rusia, posibilidad que ha rechazado inmediatamente el Gobierno del presidente Volodímir Zelenski-
China se ha ofrecido en varias ocasiones a mediar entre Rusia y Ucrania, y el presidente Xi presentó el año pasado un plan de paz que no ha sido aceptado ni por Kiev ni por sus aliados occidentales.
Esta es la segunda vez que Li visita Moscú como ministro de Defensa. En abril pasado, fue el primer destino al que viajó Li en su nuevo puesto, en un gesto que, como el de esta semana, quiso subrayar la afinidad en materia militar de los dos países.
La XI Conferencia de Seguridad Internacional de Moscú ha reunido esta semana en la capital rusa a 26 ministros de Defensa, 16 viceministros y jefes del Estado Mayor, y cerca de 800 delegados de 75 países y seis organizaciones internacionales.
Con la asistencia de Li a la Conferencia y con su periplo por Rusia y Bielorrusa, China también ha puesto los puntos sobre las íes al significado de su participación en la conferencia de paz en Ucrania celebrada en Yeda, Arabia Saudí, el 5 de agosto.
Esa participación china en el foro de Yeda, que reunió a cerca de cuarenta países en pos de un arreglo negociado de la guerra, no fue una concesión a Ucrania como interpretó el presidente Zelenski de una reunión que quiso acaparar Kiev desde un principio.
Por el contrario, Pekín sigue firme en su alianza con Moscú, a quien no ha condenado por su invasión de Ucrania, y ahora extiende esos lazos con fuerza a Bielorrusia, cada vez más cerca de entrar en la guerra, a la par que lanza un aviso a las injerencias occidentales en Asia.
El contrapeso “oriental” a la OTAN, con China y Rusia al frente
Más importante aún ha sido el mensaje de Li de que hay una alternativa “oriental” a la OTAN que opte por resolver conflictos más que avivarlos. Se trata de la Organización de Cooperación de Shanghái, una alianza fundada en 2001 bajo los augurios de China y Rusia, y que ha ido agrupando a los países asiáticos de mayor peso geopolítico en un evidente contrapeso al bloque de seguridad occidental conformado en torno a la OTAN.
La OCS ha sido la organización estrella invitada en esta Conferencia de Seguridad Internacional de Moscú. Li ha subrayado que China “continuará fortaleciendo” sus lazos con los miembros de la OCS, formada por la propia China, India, Irán, Kazajistán, Kirguistán, Pakistán, Tayikistán, Uzbekistán y Rusia, cuya componente euroasiática amplia los intereses de este grupo hacia Europa.
El ministro chino ha lanzado en Moscú un mensaje directo sobre la importancia de crear una alternativa de seguridad multipolar al bloque liderado por Occidente con Estados Unidos a la cabeza. China apuesta por “construir de manera conjunta una plataforma de cooperación en materia de seguridad”, ha dicho Li.
El objetivo de esta Conferencia organizada por el Ministerio de Defensa ruso ha sido incentivar la cooperación ante “las nuevas realidades emergentes” (como las derivadas de la guerra de Ucrania), pero con la intención de establecer “un orden mundial multipolar”, precisamente el lema chino.
Que el Kremlin haya optado por esta fórmula pone de relieve su búsqueda de apoyo en la cúpula de poder china. Y la OCS aparece como un foro ideal para modelar esa alianza desde el punto de vista de la seguridad sin que varíe la neutralidad formal mostrada por China respecto al conflicto ucraniano.
Soberanía sí, pero sin la injerencia de Occidente
China defiende la soberanía e integridad territorial como uno de los puntos básicos de unas eventuales negociaciones de paz, pero también rechaza la injerencia occidental en la guerra, con armas para Ucrania y sanciones para doblegar a Rusia. En marzo, el presidente chino, Xi Jinping, insistió en Moscú que tales intentos occidentales de aislar a Rusia, con sanciones y provocaciones, habían fracasado.
En la Conferencia de Moscú, Li Shangfu ha subrayado que la cooperación militar entre los dos países sigue invariable y podría expandirse, aunque sin el toque belicista que la OTAN y EEUU han dado a su propia estrategia de seguridad, por ejemplo en la antigua Yugoslavia, Irak, Libia, Afganistán y ahora en Ucrania.
“Seguimos comprometidos a contribuir a conversaciones de paz y construir un consenso internacional más amplio para resolver los conflictos, sea en Afganistán, Siria, la península de Corea, en Ucrania o el problema nuclear iraní”, ha afirmado Li.
El nuevo “eje del mal” al pleno en Moscú
Irán y Corea del Norte han asistido también a la reunión de la capital rusa: todas las bestias pardas de Washington y Bruselas reunidas bajo el techo de su peor enemigo, Rusia.
Panorama que ha completado Bielorrusia, cuyo ministro de Defensa, Víctor Jrenin, ha denunciado en Moscú que cada día que pasa hay mayores posibilidades de un choque directo con la OTAN. Según Jrenin, Occidente está preparándose “intensamente” para esa opción. En ese sentido, el ministro bielorruso justificó el reciente despliegue en su país de armas nucleares tácticas “como factor eficaz de disuasión estratégica”.
A la llegada de Li Shangfu a Minsk, horas después, Jrenin ha afirmado que la cooperación militar de Bielorrusia con Pekín ha alcanzado “un nivel sin precedentes”, aunque no ha especificado la naturaleza de los intercambios.
El ministro de Defensa norcoreano, Kang Sun-nam, también ha repetido en Moscú esa idea de que Estados Unidos, como líder del bloque occidental, está llevando a la península coreana de nuevo al borde de una guerra, que esta vez podría ser nuclear, pues el régimen de Pyongyang dispone ya de un número indeterminado de armas atómicas.
Ojo con Taiwán
Li Shangfu también ha llevado a Moscú la principal de las preocupaciones chinas respecto a la seguridad de su país y de la región de Asia Pacífico: Taiwán, la isla rebelde que en 1949, dominada por las fuerzas nacionalistas del Kuomintang, se separó del control de Pekín, donde los comunistas de Mao Zedong acababan de llegar al poder vencedores de la guerra civil china.
El ministro Li ha defendido en la capital rusa la reunificación de China con Taiwán como algo “inevitable”. Por ello, ha señalado, Taiwán “es un asunto interno chino” y debería mantenerse al margen de la injerencia externa, en referencia a Estados Unidos, comprometido a defender la isla de una eventual invasión china, a pesar de que no reconoce tampoco al Gobierno de Taipéi.
Sin ambages, Li ha acusado a Washington de “jugar con fuego” con su apoyo militar a la isla y con sus intentos de “contener a China utilizando a Taiwán” como pretexto para extender su hegemonía en el este de Asia. Tales políticas, ha agregado Li, “están condenadas al fracaso”.
Moscú comprometido con el Asia Pacífico
Al respecto, China ha recibido el apoyo del propio presidente ruso, Vladímir Putin, quien, en un mensaje de vídeo a los participantes en la Conferencia de Seguridad de Moscú, ha denunciado que EEUU pretende “reformatear el sistema de acción interestatal que se ha desarrollado espontáneamente en la región de Asia Pacífico”.
El ministro ruso de Defensa, Serguéi Shoigú, ha ido más allá y ha prometido el apoyo del Kremlin a la hora de forjar un sistema de seguridad alternativo al liderado por un Occidente “que está provocando conflictos locales en todo el mundo” con el fin de “debilitar a los competidores para obtener el control total de los recursos existentes”.
“Seguiremos reforzando la cooperación militar con los países de la región Asia-Pacífico… con los que históricamente hemos establecido relaciones especialmente privilegiadas”, ha aseverado Shoigú en referencia directa a China y sin aludir a las denuncias de los vecinos de este país sobre su creciente proyección militar en el este de Asia.