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Rumbo al paro nacional. México

07.09.04

Publicado en La Haine
x Axión Kritica Colektiva - [06.09.04 - 06:01]
sobre la jornada de lucha del 31 de agosto y 1 de septiembre

1.-Una nueva jornada de movilización de masas. (tres megamarchas, tres Méxicos en tres actos)
La “Jornada Civica en defensa de la soberanía, la seguridad social y los derechos de los trabajadores” sin duda, y aun con las críticas que se pueden hacer, representa un importante intento de avance organizativo y tácticvo en la oposición al modelo neoliberal. El precedente inmediato de estas movilizaciones lo fueron las acciones de octubre del año pasado que incluyeron una gran marcha, así como las diversas caravanas de agitación que se llevaron a cabo previamente por toda la república. Entre los resultados de aquella primera jornada nacional, resaltan dos: el de lograr frenar las reformas estructurales que en es momento se planteaban como las mas importantes por parte del régimen (aumento al IVA en alimentos y reforma energética, esta última postergada e implementada por otras vías) y la constitución del llamado Frente Sindical, Campesino, Social y popular (FSCSP).
Ahora el plan de los convocantes pretende trascender más allá de la difusión que se dio en las caravanas de la jornada anterior, incluyendose el llamado “paro nacional” como movilización concreta de los actores más organizados de dicho frente. Es decir, a la tradicional marcha y el subsecuente plantón en las inmediaciones de la camara de diputados, se añadio un tercer ingrediente, en este caso, la suspension parcial de actividades que ya habían anunciado varios sindicatos nacionales y en especial, el paro de labores acordado por el Sindicato de Trabajadores del Seguro Social.
Independientemente de su resultado, estas jornadas significarón la movilización de cientos de miles de trabajadores, campesinos y diversos sectores populares. En cantidad de personas que han salido a las calles, sólo se han visto dos antecedentes inmediatos: la “marcha contra la inseguridad” del 27 de junio, en la cual la extrema derecha hizo su primer ensayo de masas al intentar representar, sin lograrlo totalmente, el desconteto de las clases medias, avasalladas más por la paranoia inducida desde los medios que por lña criminalidad real cotidiana. Por otro lado tenemos la reciente movilización contra el desafuero de AMLO, en la que el PRD logró capitalizar el ansia de miles de personas po buiscar que la “esperanza” del neopopulismo capitalista se extienda a todo el país y se prolongue más allá del 2006.
La extrema derecha intenta consolidarse, los empresarios más retrógrados y el Yunque unen fuerzas, pero la marcha se les sale de las manos. el PRD se revuelve desesperado pidiendo no ser exluido del régimen dictatorial partidocrático que él mismo ha contribuido a formar, recurre a la demostración de fuerza de sus bases, mientra que en el zócalo su precandidato y voceros sólo demuestran debilidad y tibieza suplicando un acuerdo con el foxismo.
Ahora viene una nueva megamarcha pero ¿quiénes lo promueven, a quienes llaman a las calles y que buscan con ello?

2.- ¿La reorganización popular avanza? (El pueblo se pone de moda, pero poco se organiza)
El FSCSP convoca a salir a las calles en defensa de la soberanía, la seguridad social y los derechos de los trabajadores. Las organizaciones que lo integran y las que se le han sumado en el camino reproducen miles de volantes, decenas de artículos, conferencias aquí y alla; se afinan detalles y horarios, se definen rutas, contingentes y listas de oradores ¿y el pueblo donde esta?
Como en otras ocasiones, el grueso de los participantes sólo verán reducido su papel a caminar varios kilometros por las calles y, en el mejor de los casos, a cerrar una carretera, o a plantarse varias horas afuera de la cámara. Los objetivos, ejes políticops, estrategias, programas y etc, ya han sido definidos de antemano, desafortunadamente en la mayoria de los casos no por el pueblo que llenará las calles, sino por sus dirigentes.
Desde luego que no se puede hablar de todos por igual. Quienes han acordado convocar a esta nueva movilización pasan por una amplia gama que incluye desde la multiplicidad de organizaciones, casi todas ellas formadas por gente que participa en la Promotora por la Unidad Nacional contra el Neoliberalismo y hasta otros membretes de mala historia y memoria.
Ahí estan los del “El Campo no aguanta más”, cuyos dirigentes primero traicionaron al movimiento campesino firmando el Acuerdo Nacional para el Campo con el gobierno federal y ahora se quejan porque el gobierno no cumple lo acordado. Ahí van también los neocharros dirigentes de la UNT, los burócratas de la cúpula del Frente Sindical Mexicano, etc.
El pueblo se pone de moda en los discursos, los trabajadores llenan las manifestaciones y las calles pero poco o nada participan en la decisión de las acciones a emprender. Es cierto las demandas son justas, pero ¿alguien allá arriba les ha preguntado como piensan que es mejor organizarse para movilizarse? ¿Alguien allá arriba escucho los gritos de ¡apagón! y ¡huelga! que resonaban ante los dirigentes del SME y del CEN del SNTSS?. ¿Alguien allá arriba les explicó que singnifica eso del juicio político a Fox? ¿Es sólo marchando como el pueblo puede participar? ¿O es que resulta muy dificil compartir con los agremiados la discusión y la toma de decisiones y no sólo el riguroso pase de lista?

3.- Los neocharros al ataque. (Vega, aguanta, los charros se levantan)
Ante la indiscutible justeza con la cual se han movilizado los trabajadores del IMSS se opone la cerrazón neoliberal. La tríada Fox-Abascal-Levy va derecho y se para, ya el ePRI les hizo el trabajo sucio para que su contrarreforma fuera aprobada en fast track. El desmantelamiento total de la seguridad social es su objetivo. Al foxismo lo que má le apura es garantizar la seguridad de los intereses privados -entre ellos los suyos-. Los trabajadores del IMSS han respondido con dignidad en marchas, plantones, cierres de avenidas; pero aquel trio de bribones cuenta con unaliado para enfrentar tan firme resistencia. Se trata nada más ni nada menos que el del propio Secretario General del sindicato, Roberto Vega Galina, quién actúa como si su segundo apellido incluyera una letra oculta. El señor Gal(l)ina corre a esconderse tras los gritos de ¡unidad! de sus achichinbcles cuando la base sindical le exige que renuncie al PRI y clama por la huelga como medida a todas luces necesaria. Ha buscado por todas las vías abrir “canales de comunicación” con el gobierno para que su actitud traicionera encuentre justificaciones con las que pueda engañar a sus agremiados, diciendoles que se defendieron hasta lo último sus derechos. Pero los cálculos le han fallado y trata de recomponerse, evitar ser desbordado, ese es su verdadero objetivo; para ello cuenta con la ayuda de Herrnández Juárez que por ahora ha dejado los desayunos con Fox para asumir una pose más radical, también por ahí se asoma Charrustin Rodríguez, quien cuando no emplaza a huelgas que todo sabemos nunca van a estallar, tiene tiempo de ayudar a sus amigos y desde luego, ver que nuevo puesto de provecho personal se encuentra en el camino. Los viejos charros y neocharros se ven forzados a marchar, no vaya ser que los trabajadores se den cuenta de que son precisamente sus líderes el mayor obstaculo para defender las conquistas laborales. La presión es tanta que hay que salir a las calles, y como siempre, encauzar el descontento, que nadie se enoje demasido con el régimen, que para eso tenemos líderes y diputados dispuestos a defenderlos.

4.- La independencia de los trabajadores, necesaria y urgente. (Sí todos somos pueblo ¿para que pelearse con los ricos?

Lamentablemente, la política planteada en estas movilizaciones, no apunta hacia una verdadera independencia de los trabajadores ante los capitalistas. Esto no tanto porque se limiten las demandas a la reivindicación de legitimos derechos cuya defensa debe de ser amplia, sino porque se anteponen a los intereses de los movilizados, las aspiraciones políticas de quienes los representan. Dichas aspiraciones nada tienen que ver con una linea que ponga en primer plano la importancia de combatir de raíz al sistema que origina todas las desigualdades.
En el FSCSP predominan las direcciones burocráticas: de la UNT, el FSM, El Barzón, el STUNAM, etc. Cuyos lideres buscan acoplarse dentro del régimen, por lo que fortalecen ahora su papel de “interlocutores” para mañana acomodarse como futuros diputados o senadores, sin importarles ceder los derechos de los trabajadores en manos de patrtones y gobernantes para lograrlo. Cuando les conviene llaman a la movilización, pero no dejan de crear ilusiones de que las cosas se resolverán por “la vía de la legalidad” y con ayuda de sus “representantes populares”.
Las organizaciones de otros agrupamientos como la Promotora de Unidad Nacional contra el Neoliberalismo (PUNCNL) y el Frente Nacional en defensa de la Soberanía y los Derechos del Pueblo (FNDSDP), pretenden ubicarse como más radicales, y en cierta forma lo son, pero objetivamente, tampoco promueven una verdadera independencia de clase. La mayoría de ellos siguen una política poppulista, unos se colocan abiertamente a la zaga del PRD, otros enarbolan estrategias de “poder popular”, “revolución democrática antioligárquica”, “gobierno provisional revolucionario”, etc. Es decir, plantean la alianza con sectores “progresistas” del capital, como paso intermedio en la trancisión hacia una destrucción del mismo, que postergan al inifinito. Así los llamados frentes de masas aparecen como impotentes para orientar la lucha hacia una perspectiva de corte anticapitalisa, ponen objetivamente toda su fuerza detrás de un sector de la burguesía naciona, en lugar de enfrentar al régimen en su conjunto.
En la primera megamarcha vimos a Murat, Barttlet y cardenas defendiendo los “derechos del pueblo, como si el interés de capitalistas y explotados pudieran unirse bajo una bandera tricolor.

5.- Los trabajadores como nueva subjetividad autónoma constituyente.
Ni la PUNCNL, ni el FNDSDP han sido capaces de presentarse como alternativa real para los trabajadores y no lo serán mientras las fuerzas que concluyen en ellos privilegien los pactos con las burocracias sindicales, mientras en el interior de dichos frentes no se combata a los emisarios de la burguesía, mientras prevalezcan las viejas concepciones de “construir la organización” en lugar de promover los procesos autorganizativos.
No sólo el PRD apuesta a reciclar el capitalismo para presentarse como alternativa. En otros proyectos de la izquierda muchos anhelan reeditar el estatismo burocrático que en el pasado resulto fallido. También se presenta la nueva vertiente “nacional-popular-radical”, tan de moda como respuesta, también desde arriba, a los embates del imperio contra pueblos como el venezolano. Dichas alternativas, se muestran por demás ineficaces, ahogadas por su propia contradicción de pretender conjugar lla inconciliable socialización con burocracia, autogestión con centralismo, interés de clase con interés “nacional”, etc.
Se pretende encauzar toda movilización y al hacerlo sólo se logra restringir sus potencialidades.
Los de arriba, aun en la izquierda, se olvidan de mirar abajo a su alrededor.
Pero una nueva subjetividad emerge, negación de todo lo que sea viejo, y sobre todo, de lo que signifique repetir viejas formulas o inventar nuevas supuestamente aplicalbes en todo lugar y circunstancia; aparece sin tanto escandalo pero dando grandes sorpresas. En Argentina los “desocupados” no piden empleo, construyen su propio sistema de economía autogestionada. En Bolivia, campesinos y mineros se movilizan, con, sin, y muchas veces a pesar de los lúcidos dirigentes de la Central Obrera Boliviana, o de los traidores como el diputado “socialista” Evo Morales. En chiapas, más silenciosamente, los indígenas avanzan hacia su autonomía, no por las armas del EZLN, sino por el autogobierno de sus municipios, en un camino en el que la Organización (militar en este caso) está para defender y no para dirigir un proceso.
El nuevo frenmte que necesitan abrir los trabajadores está aun por construirse, y tal labor no vendrá sino de sus propias fuerzas, de sus propios modos de organización, de su propia historia. No nacerá de ninguna alianza con los opresores “progresistas”. No habrá de defender intereses “nacionales” si esto significa ayudar a los poderosos.
Si los dirigentes políticos tratan de acompañarlos tendrán que caminar con ellos y no al frente, o se verán rebasados. Tal frente podrá concretarse en organismo diversos, pero su fuerza podrá desbordar todas las estructuras que lo limiten.

Es necesario impulsar una nueva insurgencia de los trabajadores que vaya más allá de la agitación inmediatista. Entonces habrá que considerar si ésta es posible sin ciertas premisas fundamentales: independencia y autonomía de clase, autorganización, autogestión, democracia radical y directa. De otro modo las movilizaciones de masas sólo serviran para equilibrar los contrapesos de un sistema que seguira en su sitio inconmovible. Es hora de abrirle nuevas fisuras al capitalismo, que esas fisuras se vuelvan grietas y lo hagan estallar. La accion generalizada de los trabajadores irá rasgando las entrañas del monstruo, abriendo el camino hacia un nuevo mundo.

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