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Nueva batalla campal entre fuerza pública y sintierras en Vaquería

04.12.04

RESULTADO FUE UNA DECENA DE HERIDOS Y 170 DETENIDOS

VAQUERIA.-
Una decena de campesinos heridos y otros tantos golpeados; un policía herido con foiza y cerca de 170 detenidos fueron el resultado del desalojo realizado ayer por la fuerza pública en la estancia “Carla María”, propiedad de José Bogarín.

Los heridos recibieron primeros auxilios en un móvil de la V Región Sanitaria y los más graves fueron derivados al hospital regional de Coronel Oviedo y a Emergencias Médicas.

El operativo se inició a las 14:00, aproximadamente, con la dirección de los fiscales Pedro Torales, Alfirio González y Alejandrino Rodríguez, y un contingente de cascos azules, antimotines y militares de Curuguaty. Los representantes del Ministerio Público exhortaron primeramente a los ocupantes a desalojar pacíficamente la propiedad, recibiendo como respuesta que resistirían y no temían a la fuerza pública.

Ante esta situación, el fiscal González advirtió nuevamente que se iba a dar cumplimiento a la orden judicial de desalojo, y ante una segunda negativa de los campesinos, la fuerza conjunta entró a despejar el área invadida.

Los campesinos, entre ellos varias mujeres, fueron dispersados con bombas lacrimógenas, y con disparos de escopetas con balines de gomas. Corrieron y entraron al monte, donde la fuerza pública ingresó, realizando las detenciones, algunas violentas y otras en forma pacífica.

Los militares tomaron posición y realizaron algunos disparos para intimidar a los campesinos.

El operativo duró cerca de 45 minutos en pleno monte, arrojando como resultado la detención de unas 170 personas, dejando una decena de heridos, entre ellos un oficial y varios golpeados.

Los heridos fueron atendidos por un móvil de la V Región Sanitaria, y los más graves fueron derivados al hospital de Coronel Oviedo.

El campesino Rafael Barrios, de 21 años, recibió un impacto de balín en la columna, y fue derivado a Emergencias Médicas, por precaución.

Otros golpeados son: Hilarión Fariña, Ramón Ortiz, Gregorio Vera, Alvino Rodríguez, Marcial Cáceres y Patricio Barrios, este último con grandes cortes en la cabeza.

Varias de las mujeres detenidas fueron liberadas ayer en horas de la noche, según el último reporte policial.

ORGANIZACION Y MOVILIZACION DE LA FEDERACION CAMPESINA NO ES CASUAL (1)

Primeras escaramuzas permiten realizar demostración de fuerza

La capacidad de movilización y organización que refleja la Federación Nacional Campesina no es casual. Es resultado de una prolongada preparación, que en este momento le permite mantener diversos frentes de lucha. Estas primeras escaramuzas con las fuerzas de seguridad constituyen apenas una demostración de fuerza. Los cuadros de la federación tienen una férrea disciplina, cohesión ideológica y marcado adoctrinamiento.

El 15 de noviembre de 1999 efectivos policiales desalojaron a miembros de la Federación Nacional Campesina que ocupaban el establecimiento ganadero La Esperanza, ubicado en el distrito de General Resquín, departamento de San Pedro, propiedad del ciudadano brasileño Favio Araújo.

La invasión de La Esperanza fue la primera movilización de la Federación Nacional Campesina contra propiedades de brasileños. El resultado del desalojo fue un campesino muerto, responsabilidad que fue atribuida inicialmente a la Policía Nacional, hasta que se descubrió que el proyectil que causó el fallecimiento era de calibre 22, que no es de uso policial.

La dirigencia campesina, al comprobarse la medida del proyectil, se llamó a un sospechoso silencio: se abrió la posibilidad de que el campesino haya sido ejecutado por sus mismos compañeros. El caso terminó sin pena ni gloria.

La Esperanza volvió a ser invadida. Los campesinos rompieron los cercados e ingresaron en tres puntos diferentes, en forma simultánea. Sorprendieron a los agentes policiales y tomaron posesión de la reserva forestal.

La reacción gubernamental no se hizo esperar. El sábado 8 de enero del 2000 agentes policiales ingresaron en el sector ocupado, donde fueron recibidos a tiros por los campesinos. El epílogo de la trágica jornada fue de tres muertos, 32 campesinos heridos y ocho policías con heridas de bala. Un policía fue tomado de rehén por los campesinos y, al ser liberado, su cuerpo reflejaba rastros de torturas.

El Gobierno fue duramente criticado por el resultado del enfrentamiento y terminó por ceder a las exigencias de la Federación Nacional Campesina, que no aceptaba ninguna otra tierra, salvo la reserva forestal de La Esperanza. Favio Araújo vendió una parte de su propiedad, lo que permitió la formación de una colonia, que hoy no se encuentra ocupada en su totalidad, aunque los bosques sí desaparecieron por completo.

En ocasión del primer desalojo, el 15 de noviembre de 1999, ABC Color tuvo acceso a una serie de documentos que no pudieron ser destruidos por los campesinos, ante la sorpresiva intervención policial que tuvo lugar en horas de la madrugada. Los diversos apuntes revelan el interior de la Federación Nacional Campesina, objetivos políticos, metodología de lucha y adoctrinamiento político de sus seguidores.

La capacidad de movilización y organización que refleja la Federación Nacional Campesina no es casual; es resultado de una prolongada preparación que en este momento le permite mantener diversos frentes de lucha. A tal punto llega la capacidad operativa de sus cuadros, que pueden movilizarse simultáneamente tanto en San Pedro como en Caaguazú, contando con el apoyo logístico necesario para sostener ocupaciones que se encuentran distantes entre sí.

Estas primeras escaramuzas con las fuerzas de seguridad constituyen apenas una demostración de fuerza. Pueden ser desalojados de una ocupación, pero al día siguiente ingresar en otra propiedad y así sucesivamente. Se puede mencionar como ejemplo la invasión del establecimiento Carla María (Caaguazú) de José Bogarín, donde 400 campesinos se instalaron en viviendas precarias. Ese mismo día, 29 de noviembre, otras cuatro propiedades en San Pedro estaban siendo ocupadas por la misma agrupación campesina.

Sin entrar a juzgar aspectos legales, realmente resulta admirable el nivel operativo y organizativo alcanzado por la dirigencia de la Federación Nacional Campesina. Esto es resultado de una férrea disciplina, cohesión ideológica y marcado adoctrinamiento de sus cuadros.

De 1999 a hoy se sucedieron varios dirigentes en la estructura de la federación, la renovación es una constante. Si pueden hacerlo sin provocar crisis en el interior de su organización, quiere decir que cuenta con suficientes dirigentes con un alto grado de preparación.

A diferencia del Gobierno, la dirigencia campesina tiene claro el objetivo de su lucha y se encuentra en posición de imponer condiciones. El presidente Nicanor Duarte Frutos puede amenazar, las Fuerzas Armadas pueden intervenir, la Policía Nacional puede aumentar el número de sus efectivos en el campo ¿pero cuántos muertos estamos dispuestos a aceptar? Murió un policía, un poco antes unos campesinos. Mañana no sabremos quién disparará primero ni quién llevará la cuenta de los caídos.

Paraguay enfrenta un conflicto de baja intensidad, resultado de la corrupción y mediocridad de sus dirigentes políticos. El robo descarado de los bienes públicos, la impunidad y la entrega del país al Brasil tienen como resultado la miseria de un gran sector de la población. No existe un solo político en este país que tenga la autoridad moral para defender la transición que supuestamente nos ha permitido alcanzar la democracia.

Este proceso de democratización ha sido simplemente un saqueo generalizado de los bienes de la República, con la impunidad necesaria para evitar el castigo de la justicia, simplemente porque los jueces también son cómplices de la corrupción.

¿Pedir paciencia a quien tiene hambre, mientras se disfruta de un manjar? Los campesinos se han cansado de esperar, y eso nos asusta.


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