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SIGNIFICADO DE LAS ELECCIONES EN ARGENTINA HOY.

28.04.03

Hoy son las maniobras de la democracia para darle forma a la continuidad de la dominación y la represión. Al mismo tiempo se manifiesta un fuerte movimiento de resistencia contra el proceso electoral.

El estado argentino ha sabido utilizar el palo y la zanahoria. Ha reprimido duramente a los movimientos sociales empujando para re-introducir a la población en el cuello de botella del estado de derecho, el orden social, como quien construye pacientemente un barco dentro de un gran frasco de cristal de boca estrecha. Pero el hueso, o el barco, le ha salido duro de roer y la contradicción de hoy no será entre los candidatos a este o aquel cargo, sino entre la multitud auto-organizada y el contexto general de la dominación.

Pocas veces se ha visto en la historia, habría que investigar para encontrar, una elección como ésta donde está en juego el antagonismo y el empuja-empuja entre un sistema que cada vez encuentra más dificultades para envolver a la población, y esa población inquieta, insatisfecha, convulsionada, que busca de mil formas las maneras de sobrevivir, apoyarse unos a los otros, salir a las calles y, de paso, soñar con una nueva sociedad, en una experiencia histórica inaudita, llena de sorpresas y que demuestra que los pueblos tienen diferentes culturas, idiomas, historias, pero que a la hora de sonar el grito de la libertad, se levantan de la misma manera, como muchedumbres, codo a codo, identificándose y practicando el amor más maravilloso que ninguna película ni literatura puede reflejar, ni una poesía ni una sinfonía, obras que no son más que artificialidades substitutivas de la creación social que poco a poco va reapareciendo para volver a cantar y bailar en las calles como hacían nuestros ancestros para toda ocasión.

Argentina hoy es la niña de los ojos de la resistencia a nivel mundial, un laboratorio de inventiva e iniciativa social que abre un multicolor abanico de posibilidades de autogestión, control territorial, agrupamiento y poder popular, especialmente urbano. Podemos afirmar que es uno de los niveles más avanzados de respuesta de la multitud a la crisis del capital que aún encuentra serias dificultades de adaptación del paso de la revolución industrial a la revolución tecnológica.

Los primeros en reaccionar masivamente, como cuerpo social, a la marginalidad y miseria de la modernidad en el continente fueron comunidades originarias y movimientos campesinos. Argentina inaugura la época de la sublevación en las ciudades, comenzando por sus periferias. La lucha del campo ya ha llegado a la ciudad. Los movimientos autónomos de desempleados, piqueteros y asambleas auto-convocadas de vecinos son propuestas para ser estudiadas en todo el continente, lo mismo se debe decir de las nuevas experiencias autónomas y asamblearias que permean el movimiento estudiantil. Las lecciones están ahí. Debería ser tarea de todos la conformacón de esos tipos de grupos o similares en las periferias de todas las ciudades del continente, arrebatando definitivamente la conducción de las luchas sociales a las burocracias que controlan los sindicatos y los centros de estudiantes, aislándolas y presionándolas para sumarse a la lucha por la democracia directa, las ocupaciones de fábricas y centros de estudio.

En México los estudiantes alcanzaron un grado de organización y lucha muy grande, pero no tuvo continuidad, quedó aislada y murió. Sin la organización de fuertes contingentes populares en las periferias de las ciudades, la derrota está garantizada. En Colombia resultó sumamente valiosa la experiencia de la Comuna 13, pero eso debe multiplicarse y sostenerse como condición de incorporación masiva y constante de la población a la lucha. En Bolivia, los campesinos, comunidades originarias y cocaleros aún no cuentan con el apoyo de las periferias de las principales ciudades como Cochabamba, La Paz y Santa Cruz, creyendo que con la incorporación formal de una COB inoperante ya hay suficiente apoyo urbano, lo que se ha demostrado que no es real. En República Dominicana algunos movimientos sociales de barrios populares han entendido este papel y desarrollan una fuerte capacidad de convocatoria y lucha en las periferias, pero pocos la divulgan y se hace necesario insistir en ello. En Paraguay ha sido trágico, pues la izquierda participa en el movimiento campesino de forma vertical y estrictamente corporativa anulando todo su potencial. Este último país también está de elecciones hoy.

Aún falta por evaluar y analizar más a fondo el impacto del desempleo y la marginalidad en las periferias de las ciudades, también como esos contingentes de pobres son absorvidos por las iglesias y el crimen organizado. Hay que arrebatárselos y para eso el ejemplo argentino ha venido muy bien, pero no está siendo aprovechado masivamente por las izquierdas ni comentado suficientemente por los analistas, que sólo se ilusionan cuando el movimiento es grande, sin hacer en ese sentido aportes estratégicos, tratando más bien de forzar los análisis para adecuarlos a las viejas formas de hacer política o de entender la revolución. El Forro de Porto Alegre ha favorecido las tendencias superestructurales e institucionales de las izquierdas del continente, con excepción de unos pocos como el grupo intergaláxtica, que en Argentina participa de la convocatoria a la desobediencia civil electoral.

Hoy no interesa un pepino cuanto por ciento saca este o el otro candidato. Lo que interesa es la convocatoria a depositar papeletas contestatarias, la convocatoria de las Madres para no votar, la convocatoria de muchos a la abstención, el llamado a la desobediencia civil, en fin, la continuidad de un accionar alternativo, disidente y rebelde, que ponga en cuestión la institucionalidad y asegure la continuidad de la construcción de la autonomía y del poder popular en los barrios, en las fábricas autogestionadas, en las asambleas de vecinos, en las comunidades originarias y en los centros de estudio.

Una nueva etapa se abre en Argentina. Una elevada abstención y un alto porcentaje de votos blancos o anulados serán una sonora bofetada al enemigo que resonará en todo el continente y resto del mundo. No es fácil que esos resultados sean aceptados por el sistema, de allí la incorporación de militares a tareas que tienen que ver con la custodia o traslado de urnas. El fraude electoral es muy simple y pueden ser distribuidas cifras favorables al sistema tendientes a bajar el estado de ánimo de la población combativa. Habrá que estar preparados para eso y continuar la lucha con más firmeza aún con la certeza de que la insatisfacción de la gente no será calmada por más que se barajen números artificiales.

En Brasil la alianza de Lula con el FMI es esencial para la recuperación de la estabilidad del capital en la región. Por el otro lado, la continuidad creciente de la lucha en Argentina es factor fundamental para la continuidad creciente de la resistencia continental.

Abrazos.
Profesor J
profesor_j@yahoo.com


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