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Iquique: Trabajadores de empresa pesquera levantan barricadas incendiarias en diversos puntos de la ciudad
27.02.05
Sábado 26 de febrero de 2005
Empleados de la zona franca alegan por los horarios y los funcionarios marítimos por sus sueldos
Trabajadores de Zofri y portuarios realizan protestas en Iquique
Dos protestas se dieron lugar ayer en Iquique. La primera estuvo a cargo de los trabajadores portuarios, quienes no llegaron a acuerdo acerca de sus demandas salariales. Mientras, la segunda fue protagonizada por los empleados de la Zona Franca de la ciudad, quienes se niegan a trabajar los domingos, como lo dispuso la administración.
A las 7.00 de ayer, unos 500 trabajadores de la pesquera Camanchaca se tomaron uno de los accesos al terminal marítimo de Iquique, recinto en cuyo interior se encuentran las instalaciones de la empresa pesquera. Además, levantaron barricadas en distintos puntos de la ciudad, generando numerosos problemas de tránsito en las vías.
Los tripulantes están solicitando que se les aumente el sueldo base a 200 mil pesos como mínimo y que el bono que perciben por concepto de captura crezca en 20 pesos. Sus dirigentes advirtieron que mantendrán las protestas hasta las últimas consecuencias.
Mientras, más de 200 empresarios y trabajadores del mall Zofri cerraron temporalmente el 90% de los locales comerciales en señal de protesta por la apertura del mall los domingos. La situación llegó a un punto crítico, pues el 87% de los usuarios del recinto no acepta la condición impuesta por la administración.
Las personas salieron a reclamar su derecho a descanso el día domingo, primero frente a las oficinas de la gerencia de Zofri y luego por los pasillos del recinto comercial. Según Lourdes Cárdenas, usuaria y miembro de la Asociación de Empresarios de Zofri, que inició la movilización -apoyada por el Sindicato de Interempresas de Zofri-, la protesta surgió luego de que el jueves más de 200 empresarios se reunieran con el presidente del directorio de Zofri, Felipe Pérez Walker, oportunidad en que “no quiso escuchar nuestros planteamientos y, golpeando la mesa, nos dijo que si no nos gustaban las reglas del juego, nos podíamos ir del sistema”.