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Fiesta de los Forajidos en Quito

23.05.05

‘Forajidos’ recordaron caída de Gutiérrez con un concierto

QUITO.- Cientos de los autodenominados ‘forajidos’ recordaron el primer mes de la destitución de Lucio Gutiérrez con el “Concierto de las cacerolas”.

Mayo 22, 2005

QUITO
El frío nocturno no impidió que unas 3.000 personas asistieran el pasado viernes al denominado “Concierto de las cacerolas”, convocado por radio La Luna.

Esa noche se cumplía un mes de la destitución del presidente Lucio Gutiérrez y la emisora que canalizó las protestas en contra de dicho régimen quería recordar la fecha.

Algunos solos, otros en grupo, pero cientos de autodenominados ‘forajidos’, muchos de los cuales asisten aún a las asambleas populares en diversos sectores de la urbe, empezaron a llegar al coliseo General Rumiñahui.

Eran las 20h00 y el sonido del grupo Tamores y otros demonios se escuchaba con intensidad. Afuera, varios vendedores ofertaban discos, camisetas, banderas y hasta un libro denominado El manual del forajido, a un costo de 5 dólares.

En el coliseo, dos pantallas gigantes ubicadas a los costados del escenario proyectaron un vídeo de 20 minutos con tomas de las protestas nocturnas en contra de Gutiérrez. De pronto, el sonido seco del charango y la voz al unísono de los integrantes del grupo Arperu interrumpió.
“Que no, que no, que no dictocracia no… que sí, que sí, que siga la democracia”, decía una de las canciones del grupo que fue secundada con baile y aplausos.

Pasó una hora y media, cerca de las 23h00, el cantautor Ataulfo Tobar, directivo de radio La Luna y compositor de más de 30 canciones sobre Gutiérrez entre las que se incluye Soy forajido, apareció con una guitarra junto a sus músicos.

“A la one, a la two, a la three y a la four… soy forajido… de mi pueblo el más querido…” sonó como un eco al interior del coliseo. Luego de la melodía vino una nueva consigna: “El que no salta es diputado”, entonces la algarabía y los saltos de los asistentes se extendieron por varios minutos.

Ya en la madrugada, con una fría temperatura pero aún con los ánimos encendidos, el grupo Pueblo Nuevo cerró la celebración con su repertorio.

TESTIMONIOS

Carolina Pazmiño
A sus 17 años, Carolina participó en la mayoría de marchas contra el gutierrismo.
“Fue fatal, fuimos maltratados y humillados por nuestra propia gente”, afirmó. Los policías, dijo, que se supone que son parte del pueblo, tal vez se olvidaron de que su familia también estaba participando en las protestas.
“El día anterior a la caída de Lucio (Gutiérrez) fue indignante mirar cómo la Policía arrastraba y humillaba a la gente”, agregó.

Iván Castro
Es arquitecto, tiene 50 años y participa activamente en una asamblea popular. Se califica como un “verdadero forajido” y asegura que lo que más le impresionó de las jornadas de protestas es que no hubo necesidad de los líderes de los partidos tradicionales. La propia población es la que se autoconvocó.
Añadió que “la represión policial fue asesina y criminal. El régimen tuvo una actitud cobarde”.

Inés Montalvo
Esta mujer indígena afirma que participó en todas las marchas convocadas por radio La Luna.
El 20 de abril pasado, “sentí miedo porque pasé por el Parque del Arbolito donde se encontraba gente afín a (Lucio) Gutiérrez que estaba armada de piedras y palos”.
En su opinión, los indígenas no tuvieron una participación significativa en las protestas del mes pasado, porque fueron divididos por el Gobierno, que movilizó a unos cuantos.

Cecilia de Carrasco
Pese a que no ha mantenido su participación ciudadana en ninguna de las asambleas populares, esta mujer de la tercera edad asegura que estuvo presente en todos los “cacerolazos”.
Afirma además que “algunas cosas que debieron cambiar no cambiaron”. El Congreso, dijo, está actuando de la misma forma que antes de la caída, seguimos viendo el mismo sistema y los mismos amarres. Por eso, explicó, hay quienes siguen luchando.


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