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Zapatistas imponen sus derechos

02.06.05

El pasado 17 de mayo los zapatistas impidieron la inauguración de unos talleres promovidos por el gobierno en las oficinas del SEDESOL. Al acto acudió don Luis H. Alvarez, Comisionado de Paz en Chiapas, don Herasto, encargado de Proyectos de Acción Comunitaria, don José María, administrador del Hospital de Guadalupe Tepeyac y miembros de varias comunidades de la zona. Sin embargo el evento no pudo desarrollarse porque unas trescientas bases de apoyo zapatistas entraron en escena exigiendo el desalojo del lugar. Argumentaban que don L. H. Alvárez estaba rompiendo conscientemente un acuerdo entre el EZLN y el gobierno federal.

El edificio del SEDESOL había sido utilizado como cuartel del ejército federal durante la ocupación militar de esta población del municipio de San Pedro de Michoacán en el periodo comprendido entre 1995 y 2001. Al pactarse la desmilitarización de la comunidad se llegó a un acuerdo entre el EZLN y el gobierno federal, en el que estaba presente el susodicho Comisionado de Paz: el SEDESOL, a pesar de estar en tierras ejidales, quedaba en manos del gobierno a condición de ser destinado a oficinas para el desarrollo de las comunidades indígenas.
En los últimos meses, tras algunas reuniones entre Álvarez y el administrador del Hospital, se pretendió que el IMSS fuera el promotor de los talleres en preparación. Entre otros, se estaban gestando cursos de sexualidad, problemas intrafamiliares, plantas medicinales, panadería, etc. Para esto se pidió el consentimiento de la comunidad y ésta denegó el permiso alegando que el caso afectaba a un acuerdo entre el EZLN y el gobierno, por lo que no era de su competencia.
A pesar de la negación los talleres se inauguraron el 17 de mayo sin ningún tipo de anuncio a la comunidad ni la presencia de medios de comunicación. A pocos minutos de empezar el acto llegó hasta las puertas del SEDESOL una marcha zapatista al grito de “los zapatistas les vinimos a caer porque de la oficina quieren hacer un taller”. Invitaron a todos los asistentes a salir del edificio y les leyeron unos comunicados donde exigían el desalojo del local con toda la infraestructura instalada allí para los talleres. En vista de que iban llegando nuevos camiones de zapatistas, los organizadores de la inauguración decidieron abandonar el lugar. Trece vehículos del IMSS más una pipa de agua salieron en caravana cargados hasta los topes de mobiliario diverso. Custodiados por dos largas filas de zapatistas fueron conducidos hasta la salida de Guadalupe Tepeyac, por el camino se les cantaron consignas y se les decoraron los carros con lemas reivindicativos.

Este tipo de maniobras del gobierno forman parte de su política populista. Por un lado no resuelven problemas reales, por ejemplo la falta de medicinas y buenos servicios en el mismo Hospital. Por otro, intentan comprar a las gentes de las comunidades y fomentar las tensiones ya existentes entre priístas y zapatistas. Estos últimos ven como una provocación que el Comisionado de Paz pase por alto antiguos acuerdos con el EZLN para ganar cotas de poder entre la población no zapatista fomentando no la paz sino nuevos enfrentamientos, olvidando su función de puente de diálogo entre los dos polos del conflicto. La protesta del pasado 17 de mayo fue un toque de atención hacia el ya anciano don Luís H. Álvarez para recordarle cuáles son sus funciones y qué tipo de cosas no se le va a permitir


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