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Crónicas universitario-comunitarias de Valparaíso (2)

17.06.05

Discusión en Trabajo Social

Profesor J

Un grupo de estudiantes de Trabajo Social de la Universidad de Valparaíso, incluyendo de primero, segundo y tercer año, me invitó a dialogar sobre nuevas metodologías de investigación social. Lo primero que pregunté es si había habido química entre nosotros en la reunión previa de la semana pasada, donde intercambiamos en general sobre el papel de la carrera y del estudiante universitario en general.

Se quedaron un tanto extrañados, pues lo habían tomado como un intercambio racional, de oir y escuchar, de circulación de lógicas y conceptos, por lo que me tiré las orejas internamente.

Pregunté entonces qué necesitaban, por qué estaban allí, por que habíamos hecho ese círculo de sillas. Las respuestas confluyeron en que había un vacío metodológico en la investigación social, que no les satisfacía la enseñanza, que creían que lo social debía ser abordado de manera más consecuente con sus ideas de la importancia que ello tenía y de las posibilidades del cambio social que soñaban, que todo era muy tradicional, demasiado distante.

Pregunté quien investiga, quienes somos los que estamos presentes, qué monos pintamos nosotros en eso del cambio social, que si acaso las personas nos necesitan para eso. Llegamos a la conclusión de que había un círculo de individualidades distantes las unas de las otras, un grupo de varios “yo”, y que así sólo estaríamos reproduciendo el objetivo sistémico de mantener la separación individualista del profesional o investigador funcional al sistema, que era necesario que instituyéramos una especie de “nosotros” por medio de intercambios a partir de los cuales formular preguntas y avanzar intenciones de respuestas colectivas.

Pregunté lo que es una metodología. Llegamos a opinar entre todos que se trata de pasos preestablecidos, marcados por paradigmas, donde no éramos nosotros los que explorábamos el conocimiento, sino más bien estábamos instrumentalizados operando mecanismos dados que en realidad configuraban a priori el conocimiento o sólo permitían avanzar sobre lo existente en términos de acumulación de información, que era necesario desprenderse de los paradigmas y permitir que sea el cuerpo en su conjunto, la mente, las sensaciones, la convivencia, las cargas emocionales, etc, las que fuesen al contacto con el saber.

Comparamos la metodología con la hipótesis, que exige un conocimiento previo mínimo y un paradigma teórico de argumentaciones. Vimos que la hipótesis no es más que proyección de racionalidad, por lo tanto continuación alienada de lo preexistente, sometimiento a los carriles que se nos colocan por parte de la cultura elitista.

Conversamos sobre la metodología como pasos externos y nos propusimos operar de manera tal que en un proceso investigativo se otorgase al sujeto social un rol esencial en la propia investigación, como una especie de introspección psicológica, donde el intercambio entre sujetos comunitarios permita hacer aflorar los elementos subyacentes de memoria histórica, inconsciente colectivo, imaginario social, etc. con nosotros como sujetos extraños, pero participantes, en las modalidades de instigación, provocación , estímulo, etc. tratando de no transferir nuestra cultura o conocimientos ni inducir las síntesis de pensamiento, lo que coartaría de inmediato la fluidez y el contenido del intercambio.

La idea pasa por generar métodos iniciales, por tanto hablamos de una metodología que apunta a la no metodología, una metodología que apunta a su fin para abrir paso a la libertad de expresión y a la búsqueda aleatoria, como manera de permitir que los propios procesos de autoconocimiento de si mismo y de los otros del grupo explorado permitan afirmarse como procesos de autoconciencia, o sea, que se hagan concientes en el proceso de intercambio.

Hablamos de la filosofía de la praxis, por lo que una investigación no puede ser en frío, sino junto a la acción, esto es trabajar junto con ellos.

Allí salieron el paternalismo y el asistencialismo, como prácticas tradicionales de la carrera. Vimos que la acción conjunta pasa por el estímulo a la participación libre. Alguien habló de que lo social se organice, pero acotamos que más importante es que haga, que actúe, que se trate de dinámicas donde se practique la participación, el estar juntos, salir de las casas, ocupar espacios públicos, acostumbrar el cuerpo y a los niños a vivir más actividades comunitarias, ojalá más que los tiempo-espacios de la vida doméstica.

Hablamos de que la vida doméstica es una prisión individualista, que la praxis comunitaria es formadora de nuevos valores, nuevas relaciones, aquel nosotros que comentamos. Que no hay espacios locales, pues no son parte de una totalidad, que cada espacio barrial es un mundo, el todo, que lo social genérico es abstracto, que sólo es posible lo social concreto en el cuerpo a cuerpo y la mirada con la mirada, que ese sujetos nosotros es único e igual a los otros sujetos nosotros de otros barrios o cerros.

Vimos el ejemplo de los estudiantes mapuche de medicina en Cuba, que volverán a sus comunidades, no a fortalecer el mercado ni el estado. Salió la pregunta de cómo ellos, los estudiantes de Trabajo Social, van a sobrevivir, vimos que aún trabajando con el estado o el mercado, se pueden desarrollar las tareas sociales con otras dinámicas, es decir, participativas, tendientes a generar prácticas comunitarias, mientras el desarrollo de los procesos de autogestión comunitaria generan condiciones para una incorporación profesional allí a vivir y alimentarse junto a las comunidades.

Se acordó elaborar un cuerpo mínimo de contenidos y metodologías para invitar a otros estudiantes de la carrera a una próxima reunión antes del segundo enkuentro donde se reunirán estudiantes de varias carreras a intercambiar sobre la relación entre su respectiva profesión y la construcción de prácticas comunitarias autónomas.

La idea es generar dentro de la carrera una dinámica de intercambios con lo social concreto, con las prácticas autónomas y autogestionarias, que sea de hecho una universidad popular, donde el aprendizaje formal para aprobar los requisitos para el título se acompañen de una profundización del conocimiento y saber comunitario que alimente a los estudiantes de nuevos contenidos de realidad cambiante.

Al final entendieron lo de la química y las sonrisas indicaban que estábamos construyendo un espacio donde es posible el afecto, de modo que entramos a cuestionar la racionalidad nuevamente apelando al ejemplo de las relaciones sexuales entre jóvenes, en que las miradas, los juegos de conquista, etc. indican que estamos ante una dinámica en la que se persiguen objetivos, tratativas y escarceos tendientes a llegar al acto concreto, más que a vivir los afectos y ternuras a partir de las cuales sea posible un encuentro mucho más natural y de entrega más libre. Casi no hay espontaneidad en la relación corporal, hay que pasar por una serie de negociaciones previas y derribar mutuamente barreras impuestas por la lógica de la sociedad que impone ciertas maneras de llegar al cuerpo a cuerpo.

Hubo acuerdo en que efectivamente la racionalidad administra demasiado las relaciones, que se piensan más de la cuenta y se cae en lo que cuestionamos como la relación social weberiana, es decir, la acción social que se ejecuta con la espera de una respuesta, la acción finalística, basada en el dogma de Hobbes, que en el Leviatán explica que la principal norma del derecho natural es la que dice que no hagas a los otros lo que no quieras que te hagan a ti, o sea, el objetivo final de la relación social es el yo, que no abofeteo a alguien no porque lo respeto o amo, sino para evitar que me abofetee a mi, que la conducta social persigue respuestas, que serán previamente diseñadas y así planificamos lo que vamos a hacer o decir, continuando el papel de policía del cuerpo que enseña la educación negando a los niños el poder moverse o hablar en clases.

En fin que hubo que concluir el interesante intercambio porque debían salir a una movilización estudiantil, lo que es bueno.

Esas mismas discusiones son las que hemos estimulado en el enkuentro donde nos pusimos de acuerdo para efectuarlas en otras carreras también. Es claro que desde diferentes puntos de partida.

Organice la reunión de su carrera y avise al mail enkuentro@yahoogroups.com para que vaya alguien a relatar lo que estamos haciendo.

Saludos,
Profesor J
profesor_j@yahoo.com


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